El mes de marzo había comenzado, y yo seguía obsesionada con el trio, del que sin buscarlo había sido protagonista, lo había pasado maravillosamente y quería repetirlo, y ¿Quién mejor que mis hijos para ello?, además esto me permitía poner las cartas sobre la mesa, así que un día que tanto mi hija como mi marido habían salido de casa y estábamos solos los tres decidí pasar a la acción.
Mis hijos estaban en el sofá, me fui a mi habitación, me desnudé y aparecí ante ellos, en el salón completamente desnuda, ellos al verme pusieron cara de sorpresa fue en este momento cuando aproveché y les dije:
-¿Qué os sorprende? Los dos me habéis visto desnuda muchas veces, os sorprende que me nuestre desnuda a los dos, pues que cada uno de los otros sepáis que llevó varios meses follando con los dos por separado, y ya me he cansado, quiero seguir follando con vosotros, pero quiero hacerlo con los dos juntos, así que o hacemos ahora mismo un trio, u os olvidáis de mi coño. Me voy a mi habitación vosotros decidís se venís.
Y me encaminé hacia el sitio que les había dicho, ellos tras un primer momento de duda, vinieron detrás de mí, al llegar a la habitación les ordené dejar sus pollas al aire y ponerse de rodillas encima de la cama, ellos fueron muy obedientes y en ese momento yo me puse enfrente de ellos y dije:
-Que pollas más bonitas tiene mis niños.
Con una de mis manos cogí la polla de mi hijo mayor y la empecé a acariciar y después me la metí en la boca, con la otra mano acariciaba la polla de mi hijo pequeño, mientras hacía esto mi hijo mayor dijo:
-No me imaginaba que este pequeñajo de dieciocho años, tuviera una polla capaz de complacerte.
-Oye la tengo más grande que tú, dijo mi hijo pequeño.
Dejé de chupársela al mayor y les dije a los dos:
-Los dos tenéis unas pollas divinas de un tamaño muy parecido, y, o aprendéis a cooperar para darme placer u os dejo sin mi cuerpo, vosotros decidís.
La amenaza pareció surtir efecto, y mientras yo seguía chupándole la polla al mayor, los dos se desnudaron completamente y el pequeño se levantó de la cama y se fue hasta el fondo de está poniéndose al lado de mi coño y me la metió, yo me sentía en una situación muy morbosa, no sólo estaba, de nuevo en un trio, sino que los protagonistas del mismo eran mis hijos. El mayor volvió a sacar su complejo.
-Caramba, no esperaba ver a mi hermanito, con una buena polla, metiéndola en el coño de nuestra madre.
-Pues ya ves que sí la tengo, y además adoro follar con ella.
La tensión entre los dos había desaparecido, los dos estaban cooperando en darme placer, y yo estaba disfrutando de dos pollas maravillosas, mientras chupaba la deliciosa polla de mi hijo mayor, el pequeño me envestía con la suya.
En ese momento me sentí la madre más feliz del mundo, pero decidí que quería tener mis dos agujeros ocupados, así que pedí a mi hijo mayor que se tumbara encima de la cama, le puse un condón, y con mi mano agarré su polla hasta conducirla a la entrada de mi coño y la introduje en mi interior, era delicioso tenerla dentro, me agaché y procure que mi culo quedara en pompa, y desde esta postura indiqué a mi hijo pequeño que me metiera su polla en mi culo, él se apresuró a obedecer e introdujo su polla en el interior de mi culo y comenzó a follarse a este con verdadera rabia, al verlo su hermano dijo:
-Desde luego hermano eres todo un hombre.
-Escucharme los dos, les dije, ahora mismo me lo estáis haciendo pasar muy bien y eso nos pone en la pista de que si estamos unidos, y follamos unidos, podemos hacer muchas más cosas.
Mientras les decía esto estaba disfrutando del inmenso placer que me daban las pollas de mis dos nenes, me sentía todavía mejor de lo que me había sentido en la oficina, pero creí que era el momento de que cambiaran sus posiciones, de esta manera mi hijo pequeño me la sacó del culo y se levantó, yo le imité y mi hijo mayor hizo los mismo.
Después fue mi pequeñín quien se tumbó sobre la cama, yo me puse encima de el y encaje su polla dentro de mi coño, mientras que su hermano mayor, al vernos así metió su polla dentro de mi culo, de esta manera pronto reanudamos nuestro trio, en ese momento me parecía algo que cualquier mujer debería experimentar, al menos, una vez en la vida. Ellos con sus pollas se movían de una manera deliciosa dentro de mis agujeros, yo sentía que los amaba más que nunca.
En ese momento mi hijo pequeño dijo:
-Mama, siento que me voy a correr.
De acuerdo mi amor, pero ser complacientes con mama, mis niños, me gustaría que os corrierais los dos a la vez en mi boca.
-Tus deseos son órdenes para nosotros, mama, dijo el pequeño.
Mi hijo mayor se puso de pie, yo me giré, sacando la polla del pequeño de mi coño y me tumbé en la cama boca arriba con ella abierta, mi hijo pequeño se puso de pie, y los dos se pusieron a masturbarse a la vez, hasta que casi simultáneamente los dos se corrieron sobre mi boca que recibió su delicioso semen con gran alegría. En ese momento me sentía la madre más feliz del mundo.
Después nos tumbamos en la cama a descansar, yo en medio de ellos, había juntado mis dos pollas favoritas, para que me dieran gusto, y yo dárselo a ellas y no las iba a dejar escapar fácilmente.
Pero esta idea hizo que mi excitación y ganas de follar aumentaran, me bajé de la cama y les pedí:
-Mis amores, poneros de pie, mami tiene ganas de adorar a sus dioses
Ellos lo hicieron, yo estaba de rodillas entre ellos, agarré cada polla con una mano y las comencé a acariciar y las pollas de mis angelitos reaccionaron a las caricias de su mami poniéndose en forma, yo las mimé dándoles besitos, por lo que su dureza aumentó hasta llegar al máximo, hasta que mi hijo pequeño dijo:
-Follemos nuevamente mamita.
Los tres teníamos ganas, mi hijo pequeño se tumbó en la cama de lado, yo me puse en su misma postura y mi nene me la metió desde esta postura, esto me resultó muy excitante, la verdad es que desde que me había desnudado con el propósito de hacer esto con mis nenes se me tía muy excitada, mientras su hermano mayor se puso sentado, apoyándose contra el cabecero de la cama, dejando su polla que estaba a tope al a alcance de mi boca, era una tentación muy fuerte para que yo pudiera aguantarla, así que mi boca se lanzó a por su polla, y la introduje en mi interior.
-Follar con mis hijos se estaba convirtiendo en una experiencia fascinante, incluso mejor que con los chicos de la oficina, estuvimos en esta postura hasta que mi hijo mayor dijo:
-Mama, quiero sentir mi polla dentro de tu coño.
Aunque su hermano estaba encantado de tener su polla dentro de mi coño comprendió que debía de ceder y me ala sacó y me levanté del sofá, mientras mi hijo mayor se quedaba sentado, yo me puse encima de el y poco a poco bajé, dándole la espalda hasta que mi coño se encontró con su polla, y poco a poco la fue metiendo en mi interior, y fui moviéndome para dar placer a mi hijo mayor, mi otro hijo se puso de pie y arrimó su polla a mi boca, yo abrí esta y me la metí dentro, era deliciosa y comencé a chuparla, en ese momento me sentía la madre más feliz del mundo, estuvimos así hasta que mi hijo pequeño me pidió:
-Mami, tengo ganas de volvértela a meter,
Esta vez fue el mayor el que comprendió que debía de ceder, permaneció sentado en el sofá, y yo me salí, me puse a cuatro patas y lanzado mi boca contra su polla comencé a chupársela, era algo delicioso, en ese momento me di cuenta de que mis niños tenían las pollas más sabrosas del mundo, mientras mi hijo pequeño se había puesto de pie, tenía mi coño a su alcance, aunque fuer de espaldas y desde esta postura me la metió, fue algo delicioso, el conocía muy bien mi cuerpo y paso a moverse con un ritmo delicioso mostrándome lo maravilloso que era ser madre de estas deliciosas criaturas, decididamente adoraba a mis hijos.
Ellos siguieron follandome y yo sintiendo que le adoraba a los dos, pero nuevamente les entraron las ganas de cambiar de postra, puesto que mi hijo pequeño al estar de pie estaba más cansado, así que se tumbó en el sofá, y yo me senté encima de él y me la introduje dentro y me puse a chuparla, comencé a cabalgarle, él se puso a gemir, mientras mi hijo mayor no se quedó quieto, llevó su polla hasta mi boca y yo, abriendo esta, me la tragué y comencé a chuparla, no sabía decir cuál de las pollas de mis hijos era más apetitosa, la verdad es que las dos me volvían loca, estuve así y en esta postura tuve un orgasmo increíble, tras ello mi hijo pequeño tuvo una idea:
-Mama, ¿Y si follamos de pie?
La verdad es que esa tarde estaba resultando increíble, con dos pollas dándome muchísimo placer, y estaba probando todas las posturas, así que todos aceptamos la idea de mi pequeñín, ellos se pusieron de pie, yo lo hice, pero doblé mi cuerpo dejando mi coño, y mi culo libres para un ataque de mi hijo pequeño, mientras llevaba mi boca hasta la polla de mi hijo mayor y me la tragaba.
Era para mi un placer muy especial tener la polla de uno de mis hijos dentro de mi boca, y más sabiendo, que en eso momento mi otro hijo me iba a penetrar, ye efectivamente en ese momento sentí como la polla de mi hijo pequeño entraba dentro de mi coño y comenzaba a moverse, yo comencé nuevamente y era incapaz de contar cuantas veces habían sido esa tarde a gozar de la acción de mis hijos, mi boca se ocupaba de mi hijo mayor que me dijo:
-Mama voy a correrme.
Y en ese momento un montón de leche salió de su polla y fue a parar a mi boca. Su hermano continuaba con ella dura, me puse a acariciársela, pero mi hijo pequeño a verlo, como su nada hubiera pasado, se le puso la polla nuevamente durísima, ante ello, no recuerdo cuantas veces llevaba en ese momento, me puse a chuparles las dos pollas a la vez, en ese momento mi hijo mayor dijo:
-Ahora me toca a mi metértela en el coño.
Su hermano comprendió que llevaba razón y colocándose encima del sofá, de pie, me ofreció su polla para que la chupase, lo cual hice rápidamente, mi hijo mayor apartó mis piernas y en el hueco que había entre ambas introdujo su polla dentro de mi coño y me levantó un poco, me puse en una posición acrobática, con una d mis piernas levantadas y durante un rato me poseyeron así, hasta que el mayor dijo:
-Mama, debes de estar muy cansada así, Intentémoslo en otra postura.
Su hermano aceptó la propuesta y entre los dos me colocaron nuevamente, mi hijo mayor se sentó en el suelo, y me sentaron encima de él, para que le cabalgara, mientras mi hijo pequeño se ponía de pie, colocando su polla cerca de mi boca, yo les dije:
-Sois unos verdaderos pervertidos.
Y después continue chupando la polla de mi pequeñín, los adoraba a los dos y me sentía mama más feliz del mundo, e había convertido en adicta a las pollas de mi hijos, así estuvimos otro rato, hasta que mi hijo pequeño sugirió:
-Hermano, ¿Y si colocamos a nuestra madre encima del sofá y nos la seguimos follando así?
Al parecer me había convertido en un juguete en manos de mis hijos, y la verdad era que me encantaba, entre los dos me levantaron del suelo y me tumbaron en el sofá, y mientras mi hijo mayor seguía follandome, mi pequeñín me seguía ofreciendo su polla para que se la chupara, nunca hubiera creído que se pudiera gozar tanto, hasta que mi hijo mayor sintió que se corría y le pidió a si hermano un cambio de posición, al parecer quería correrse en mi boca.
Y efectivamente llevó si polla hasta las cercanías de mi boca y me la ofreció, yo me puse a chupársela hasta que se corrió y su leche llenó mi boca.
Mientras mi hijo pequeño, con sus manos se puso a acariciar mi trasero, y me metió dos de sus dedos en mi culo, al verlo su hermano dijo:
-Caramba con el pequeñajo, quien iba a pensar que estuviera tan espabilado
-He tenido una gran maestra, dijo mi hijo pequeño señalándome
Mientras yo seguía tragándome la leche de mi hijo mayor, mi pequeñín sacó sus dedos de mi culo, se puso en una postura en la que su polla quedó a la altura de mi trasero y de golpe me la metió, que mi hijo me la estuviera metiendo por ahí, mientras su hermano miraba, me resultó muy morboso.
Pero todo ello tuvo un efecto inesperado, la polla de mi hijo mayor se recuperó rápidamente y se puso de nuevo en forma, me puse de nuevo a chupársela, hasta que este pidió un cambio de postura, se sentó sobre el sofá y entre él y yo nos colocamos en una postura en la que conmigo sentada sobre él, su polla entró en mi culo hasta el fondo, me encontraba muy excitada, y mi excitación fue a más cuando mi hijo pequeño se puso de pie en el sofá y acercando su polla a mi boca me la ofreció, una polla que ha estado dentro de un culo debería ser considerada como algo sucio, pero no me importó, tenía ganas de chuparla, así que llevé mi boca hasta ella, la cogí con mis manos y la introduje en mi boca.
Para mi sorpresa no sabía mal, no sé si porque poco antes de provocar a mis hijos me la había lavado bien, o porque me encontraba muy excitada, el asunto es que en esta postura estaba gozando muchísimo, a cada minuto que pasaba me alegraba más del rumbo que estaban tomando mis relaciones con mis hijos. Hasta que mi hijo pequeño dijo:
-Mama, me corro.
Y una gran cantidad de leche salió de su polla, seguía sin importarme que esa polla hubiera estado en mi culo y de una manera muy glotona, como si se tratara de nara me la tragué todita.
Mi hijo mayor continuaba debajo de mí, yo moviendo mi culo para que su polla gozara al máximo, sus gemidos eran muy intensos mientras yo seguía disfrutando del sabor de su semen y él gemía al sentir mi lengua, me sentía una madre y una mujer plenamente realizada. Mi hijo mayor me dijo:
-Ahora voy a ser yo quien se corra.
Y lo hizo dentro de mi coño, nuevamente descansamos, y les manifesté la alegría que tenía de tener un par de hijos como ellos y tras descansar un momento mi hijo mayor dijo:
-Y si te la metemos uno por el coño y otro por el culo.
Yo dudaba de que mis niños, pese a su juventud, y pese a que sabía lo potentes que eran fueran capaces de recuperarse, pero decidí intentarlo y comencé a moverles sus pollas, y luego a darles lamidas, y, para mi sorpresa estas se recuperaron muy rápidamente, mi hijo mayor se sentó en el sofá, yo me puse encima de él mirándole a la cara, y desde esta postura introduje su miembro dentro de mi coño.
Por último fue mi hijo pequeño el que acercó su polla a mi culo y de un golpe me la metió y comenzó a moverse dentro de mi trasero, me di cuenta de que sus pollas, cada una dentro de uno de mis agujeros se encontraban muy cerca la una de la otra, casi chocando, lo que le daba aún más morbo al asunto y aumentaba mi excitación, pro en ese momento mi hijo mayor sintió el deseo de cambiar de postura.
Y dejando un momento de follar fue mi hijo el pequeño el que se sentó en el sofá, yo me coloqué en la misma postura que antes, solo que ahora tenía a mi pequeñín dentro de mi coño y era mi hijo mayor el que entró dentro de mi culo y comenzó a moverse dándome un placer increíble, esa tarde me estaba sintiendo la mujer y la madre más feliz del mundo.
Mientas ellos se movían dentro de mis agujeros, yo nunca hubiera pensado que una mujer pudiera disfrutar tanto, mientras los dios me decían que me adoraban, pero legó el momento en que los dos estuvieron cerca de correrse, al sentirlo yo les pedí que me las sacaran quería que los dos se corrieran a la vez sobre mi cara, se pusieron de pie me arrodillé y cuando se corrieron sentí su semen sobre mi cara, de esta manera terminó nuestro encuentro.
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Wuao
bonita hostoria hace tiempo la esperaba y lo cumpliste con mi comentario en la de tu hijo menor
Delicioso relato, es excitante