Ha transcurrido ya una semana desde que ambos hermanos están disfrutando la hospitalidad de Consuelo así como de sus hijas y de su hermana Soledad. Consuelo ya es la novia oficial de Cristina y de su hija Beatriz así como la suegra de Marcelo. Se encuentran dispuestos a disfrutar el desayuno, luego de haber dormido ellos cuatro en la recámara de Consuelo, donde la confianza que ya impera los hace actuar con mayor familiaridad.
Cristina se muestra con más confianza para sentirse bien al andar desnuda por la casa como es costumbre de la familia y de la servidumbre los fines de semana… nadie lleva ropa interior… su costumbre ya es estar sentada del lado contrario al de Consuelo, y puede apreciarse a través del cristal de la mesa la vulva de Consuelo, siendo acariciada nuevamente con el dedo gordo del pie de Cristina, abriendo sus labios vaginales y acariciando el prominente clítoris de su novia, sin dejar de sostener sus amorosas miradas. Junto a Cristina, Marcelo acaricia las piernas de su hermana en tanto la mano de Beatriz acaricia la vulva de su cuñada uniendo su mano con la de su novio Marcelo para brindarle el merecido placer.
-¡Uf!, que calor está haciendo, -dijo Cristina sin dejar de acariciar con su otra mano el pene de su hermano ante la vista de quienes se encontraban ahí, meneándolo y en ratos agachándose para lamerlo hasta hacer que se viniera dentro de su boca y ante la imposibilidad de tragar todo su semen, éste llega a escurrirse por entre la comisura de sus labios para caer buena parte entre el canal de sus pechos, con el semen que queda dentro de su boca lame la vagina de su cuñada Beatriz, impregnando los labios vaginales de su también hermosa novia a quien no deja de besar en la boca, jugando sus lenguas con parte del semen de su hermano Marcelo, haciéndola venirse sobre la silla de madera del comedor dejando un charco con una buena cantidad de esperma combinado con sus flujos, sobre el piso.
Pero tampoco Consuelo se iba a quedar tan tranquila viendo el espectáculo sin más satisfacción que tener el dedo gordo del pie de su novia Cristina dentro de su vagina, eso de ninguna manera era suficiente para la suegra de Marcelo, de modo que se levantó de su lugar, dejando el café sin terminar a un lado y se acercó a su futuro yerno para sentarse de la misma forma que disfrutaba estar Cristina con su hermano.
Se colocó de frente a su yerno y abriendo sus labios vaginales se sentó sobre su verga marcada de grandes venas por la excitación que tenía, mostrándose bien erecta, la verga de su adorable yerno tenía un buen tamaño para ella, de modo que aprovechando que está su novia Cristina junto a él también la besa en la boca, acercándose a sus pechos para lamerlos y deglutir el semen que aún continúa escurriéndole por el canalillo, besando sus pezones e intercambiando besos apasionados de lengua con su hija Beatriz que también se había acercado para complacer a su madre.
–¡Vaya!, que si nos estamos adelantando al protocolo que tenemos que seguir para poder tener sesiones del buen incesto entre miembros nuevos de la familia como “aceptantes”, por eso mismo no podemos retardarlo más y continuó contando los antecedentes de familia en tanto continuaba disfrutando la verga de su yerno lubricándola aún más con sus constantes venidas.
Sandra, quien está presente también, es la madre de Graciela, de Mónica y de Alberto el chofer y es quien prepara siempre el desayuno.
-Señorita Cristina y señorito Marcelo, ¿gustan más cafecito?
-Pues sí señora Sandra, lo hace muy sabroso, a propósito, es usted muy bonita y tiene un cuerpo demasiado apetecible.
-¡Gracias por el cumplido, señorita Cristina!
-Sí, yo también apetezco otra taza de café, como dice mi hermana es usted muy linda y se ve que también ha de ser muy buena en la cama –contestó Marcelo.
-¡Gracias!, lo mismo dicen mis hijos cuando quieren tener algo más conmigo, ya ve como son los muchachos de calientes y mis hijas son insaciables, si no fuera por su hermano y por mí, quien sabe.
-Afortunadamente cuentan con usted, señora Sandra.
Por supuesto a lo que menos siempre le estaban haciendo caso era al desayuno, momento que anunció Cristina para informarles algo importante mientras se disponían a beber una taza de un rico café de olla, que estaba casi listo, en tanto Cristina y Marcelo fumaban un cigarrillo,
-Quiero decirles –dijo dejando a un lado su cigarro y levantándose para dar más formalidad- que ha sido una semana increíble al lado de todos ustedes y me siento muy a gusto y jamás me imaginé sentir todo esto dentro de mi corazón ya que soy la novia oficial tanto de Consuelo como de su hija Beatriz, independientemente de que Beatriz sea la prometida de mi hermano,
Marcelo estaba muy alegre al escuchar a Cristina. Tanto Consuelo como Beatriz y él gustaron lo que ella decía, al igual que Sandra y sus hijas, aplaudieron, desafortunadamente no estaba en ese momento tampoco Soledad ya que había acompañado a sus hijas Andrea y Araceli a ver a su padre el señor Enrique a quien todos querían.
Parte de la sorpresa de Marcelo para su hermana Cristina, había sido haberle mostrado a Consuelo su suegra y a su novia Beatriz quien sería su próxima esposa, algunos escritos que había realizado Cristina varios años atrás cuando al lado de Marcelo, empezaban a despertar sus inquietudes por sus inclinaciones y preferencias sexuales que ambos como hermanos sostenían practicando el incesto y que los identificaban perfectamente para convertirse en los nuevos miembros de la familia Sánchez U. Una confesión que la familia agradeció ya que sabían lo que podrían esperarse al invitarlos a pertenecer a su núcleo familiar.
-Bueno creo que aunque ya todos aquí conocen nuestra historia, es bueno explicarla por mi parte y la de mi amada hija Beatriz, a nuestra ahora querida novia Cristina, que como saben, es también la prometida de Marcelo y quienes tendrán el honor de realizar la ceremonia de bienvenida a nuestra pequeña comunidad familiar, así que no me resta más que darles la Bienvenida a nuestra familia a nombre también de mi hermana Soledad, de nuestro hermano Enrique quien ya conoce a Marcelo, de Andrea y Araceli, y de los hijos de mi hermana Soledad que ahora están en Canadá.
-Los Sánchez U. –empezó Beatriz a contarle a Cristina mientras acariciaba su cara y la besaba- fueron descendientes de una familia Española que llegó a radicar en el Estado de Hidalgo, México por allá del año 1940 y cuyas preferencias sexuales habían quedado marcadas por la muerte de uno de sus ancestros al haber contraído una enfermedad de trasmisión sexual, por lo que a partir de ese momento el acercamiento y satisfacción sexual quedaría exclusivamente entre miembros de la misma familia. hoy conocido como amor filial y que consiste en la asidua práctica del incesto tanto entre miembros de nuestra familia, como para quienes quisieran unirse previo consentimiento mediante un acuerdo familiar, así como participar en un ritual.
Luego de la es introducción tomó la palabra Consuelo, quien continuaba disfrutando la verga de Marcelo, viniéndose ambos a un ritmo lento, pero francamente exquisito.
-Nuestra madre vive en la Ciudad de México –continuó contando Consuelo- ella se llama igual que yo, tanto mi hermana Soledad como yo Consuelo somos hijas de ella al igual que Enrique nuestro hermano. Nuestro padre es Carlos Enrique quien también es hermano de sangre de nuestra madre y al igual que nuestro hermano Enrique, somos producto del incesto de nuestros padres, del mismo modo es que nuestras adorables hijas también son producto del incesto de nuestro hermano Enrique con nosotras.
En ese momento se acercaron Graciela y Mónica para servir otra taza del café que ya estaba listo, luciendo ambas con sus hermosas pieles morenas con sus pechos al descubierto que se movían con gracia, sus lindas piernas morenas al igual que sus nalgas y sus vaginas algo peludas.
-¡Ay! Moniquita, como te pareces a tu hermana Graciela –dijo acariciándole las nalgas sin disimular siquiera lo que estaba haciendo.
-Estoy a sus órdenes, señorito Marcelo. –dijo dejando caer sobre su cara sus hermosos pechos coronados por unos pezones oscuros, grandes y realmente apetecibles.
-¡Tal vez!, bueno… mejor luego del desayuno, mi amor… por lo pronto mejor sírveme un cafecito por favor. –dijo en tanto Graciela le servía su café a Cristina y a Beatriz, dejando que también ellas se agasajaran con los pechos de Mónica.
Consuelo prosiguió con la plática luego de que todos tuvieran su taza de café servida acompañada con unos ricos panecillos.
-Afortunadamente ninguno nacimos con alguna deficiencia, pero tampoco queremos tentar a Dios, por lo que pensamos que es tiempo de que nuestros hijos también formen familia con personas que piensen al igual que nosotros, con afinidad de gustos y que tengan un acentuado gusto por el incesto, no cualquier tipo de Incesto, sino uno fino en cuanto a modales y limpieza. Por eso el libro que está escribiendo tu hermana Cristina pensamos que sí sería un buen nombre el de “Incesto sin barreras” pues se trata de diversificar gustos en familias que como la nuestra le encuentran el sabor a este tipo de prácticas y sabemos que el incesto es más común de lo que se supone.
-Pero volviendo a nuestros orígenes. Nuestro abuelo no fue el hombre que se suponía que era, más bien lo que siempre quiso ser, una mujer tan preciosa como la abuela, solo que él era lo que es un travesti ahora, tenía unos pechos de mujer, maravillosos, además de contar con un pene hermoso potente y grande, pero solo era mujer en cuerpo porque tenía más inclinación por las mujeres aunque también por su propio hijo.
Ellos llegaron como dijo Beatriz por el año de 1940 con sus cuatro hijos, tres mujeres y un varón de entre los 10 y 15 años de edad. Con el paso del tiempo se establecieron en un pueblo del estado de Hidalgo, con nuestros tíos, María del Rosario y María del Consuelo junto con Carlos Enrique, así que poco después de que el ultimo de los cuatro cumpliera la mayoría, los incluyeron dentro de ese maravilloso ritual, tan solemne y tan especial que todavía ejercemos, respetamos y sabemos disfrutar… María del Rosario falleció siendo aún joven
-Nuestro padre al igual que nuestra madre, nos fueron involucrando en el ritual, donde solo debía mantenerse sexo exclusivamente entre los miembros de la familia para evitar enfermedades indeseables por tanto se hizo indispensable mantener mucha limpieza, antes y después del coito, por lo que eso solo podía ser controlado dentro de la misma familia. Además de otro tipo de situaciones y así fue como nuestros abuelos María de la Asunción y Pedro Antonio, educaron a nuestros padres y ellos a su vez, nos mostraron el camino que debíamos seguir.
–Todo el ritual debe considerarse como un símbolo de fidelidad incestuosa que debemos conservar hacia toda nuestra descendencia, por eso es importante tanto el incienso como las velas aromáticas y recipientes de vidrio con agua que representan el compromiso de practicar asiduamente el incesto en familia con la anuencia de nuestros ancestros.
Luego se sirvió el desayuno con los tradicionales tamales, unos envueltos en hoja de maíz y otros cubiertos en hoja de plátano. Luego de terminar Consuelo abrazó a Cristina llevándola a su recámara donde ahora ellos cuatro pasaban las noches para mostrarle algunas prendas de baby doll que había comprado para sus otras hijas Andrea, una hermosísima travesti que poseía una verga de ensueño y Araceli, que se mostraban más interesadas por la práctica del incesto lésbico.
Momento que aprovecho Marcelo para entregarle el anillo de compromiso a Beatriz antes de que se retirara y abrazarse los dos, fue entonces que le hablo a Mónica para decirle que la necesitaba, a lo que ella se acercó.
-Me gustaría probarte, querida, ¿sabes cómo?
-¡Usted dirá como quiere probarme, señorito Marcelo!
-Quiero ver que tan buena eres para chupar una vagina, cariño, me gustaría ver como se la chupas a mi novia Beatriz, desde que te vi pensé en eso, precisamente. ¿Usted que piensa señorita Beatriz?, ¿Le gustaría que yo le chupara su vagina?
-Me gustaría porque hace mucho tiempo que tú y yo no hacemos nada, desde la última vez que estuvimos juntas las cuatro con tu mamá y tu hermana Graciela.
-Fue algo muy caliente lo que hicimos, ¿verdad?
-Me gustó ver como se chupaban tú con tu mamá y tu hermana.
-Un incesto digno de recordar, ¿no le parece?
-Mucho, querida.
Sin pensarlo dos veces Mónica se recostó sobre la mesa luego de que su hermana Graciela hubiera terminado de limpiarla, dejando su vagina al descubierto en tanto Marcelo se ponía encima de ella dejando Sandra la mamá de ella viera lo que iban a hacer. Blandiendo su erecta verga la metió dentro de la vagina de Mónica haciéndola gemir en tanto se la iba metiendo.
Beatriz y Marcelo se miraban a los ojos y besaban sus bocas sedientas de placer, Mónica era toda una diosa en eso de mamar vaginas, de modo que hizo que Beatriz gimiera de la excitación que estaba sintiendo en tanto la verga de Marcelo palpitaba dentro de la vagina de Mónica estando a punto de expulsar su preciada carga de semen. Sin que lo pidieran, Graciela, abrazó por detrás a Beatriz, sus manos acariciaron sus pechos en tanto Beatriz lamía la boca de su prometido.
El lanzó una carga importante de semen dentro de Graciela que se movía alocadamente al sentir todo ese semen inundando su vagina, la penetró nuevamente ya que su verga se deslizaba con facilidad dentro de esa caliente vagina empapada entre sus propios jugos y el semen caliente de Marcelo, el chacoteo de sus genitales se mezclaba con los gemidos de Graciela, que jadeaba deslizando sus grandes pezones en la espalda de Beatriz, en tanto él mamaba los pezones de su novia con sus pechos cubiertos con las manos de Graciela que los tenía atrapados, las nalgas de Beatriz eran también objeto de las caricias de Graciela que con los labios de su vagina les embarraba las abundantes mieles que se destilaban desde su interior, mientras con su mano metida entre las nalgas de Beatriz alcanzaba su vagina repleta de la boca de su hermana.
Mónica gemía sin control mientras su boca devoraba los labios vaginales de Beatriz mordiéndolos con suavidad y su lengua alcanzaba su turgente clítoris. Los labios de Graciela que había cambiado de sitio poniéndose encima de su hermana pegando sus nalgas morenas contra Marcelo que se complacía con la vista de su pequeño culo prieto, succionaba los pezones erectos de su hermana, escupiendo sobre ellos, para lamerlos y mordisquearlos en tanto con otra mano masajeaba los pechos de Beatriz, amasándolos con delicadeza. Al mismo tiempo, la verga de Marcelo, ya de manera pulsante se hundía de nuevo en Mónica entrando tan adentro como le permitiera la profundidad de su vagina haciéndola jadear ruidosamente.
Beatriz gozaba con las manos de Graciela, su vagina empezaba a lanzar chorros de su orgasmo que salpicaban sobre el cuerpo de Mónica. Sin avisar, un nuevo orgasmo por parte de Graciela colocada sobre el cuerpo de su hermana con las nalgas cercanas tanto a la vagina de su hermana como a la verga de Marcelo, ella estaba chorreando tras un escandaloso orgasmo los pechos de su hermana Mónica arqueando su espalda en tanto volvía a aventar un nuevo chorro de eyaculación femenina mojando el abdomen de su hermana, echando su cabeza hacia atrás mientras él cubría sus pechos entre sus manos.
Los jugos de ella calientes y abundantes, alcanzaban a salpicar la mesa escurriéndose hacía la verga de él y dejando un buen charco sobre la mesa. Marcelo, al sentir las contracciones de la vagina de Mónica, no pudo contenerse nuevamente así que volvió a llenar con su semen la vagina de Mónica que rebosaba escupiendo gran cantidad de esperma.
Sintió lo mismo que sentía cuando se venía dentro de su hermana Cristina, como su verga palpitaba mientras se vaciaba y ella por dentro de su vagina al igual que le estaba haciendo Mónica parecía rodear el glande con algo por dentro de los músculos de su vagina, -Las mujeres que hacían eso, se decía que tenían perrito- Los cuatro aún estaban agitados, sus respiraciones parecían no poder calmarse y sus cuerpos estaban sudando copiosamente. La madre de ellas no dejaba de masturbarse con la mano ante la visión de ver a sus propias hijas cogiendo entre ellas mismas y con los patrones.
Luego de ello Beatriz subió tomada de la mano de Marcelo con toda la intención de darse un buen baño y mostrarle a su madre el anillo que le diera su prometido
-¡Mamá! Mira el anillo de compromiso que… -Beatriz entró de improviso viendo a su madre junto con quien será su futura amante a la vez que cuñada y tía. Cristina y su madre están besándose vagina con vagina empapando sus gruesos labios haciendo largas hebras entre ellos al separarse momentáneamente haciendo una hermosa y caliente tijera disfrutando con el roce de sus clítoris impregnados en sus propios jugos sin inmutarse ante la presencia de ellos, Consuelo al verlos, se reincorporó para sonreírle a su hija, limpiándose con el dorso de la mano los fluidos que ha estado saboreando de la vagina de Cristina la novia de ambas.
-Ven, acércate con mamá, hija y demuéstrale a nuestra novia lo que es coger entre mujeres cómo siempre lo hemos hecho tú y yo con tus hermanas.
-Beatriz se acercó para besar a su madre en la boca y saborear los fluidos de Cristina la ahora novia de su madre y de ella, intercambiando ambas su saliva y entregando sus bocas junto con la de Cristina, que al ver cómo se besan madre e hija, el lado incestuoso de la amante de Marcelo provoca que se haga más intenso.
-Me gusta saber que disfrutas con tus novias, Cristina, a mis hijas y a mí siempre nos ha les gustado compartir nuestras relaciones de incesto desde que su padre las sedujo y en esta casa se practica el incesto como respirar desde también hace mucho tiempo, el incesto en familia es lo que nos mueve aquí a todos.
-Yo te amo, Consuelo y a ti Beatriz, mi adorable cuñada.
-Yo también te amo Cristina, por eso quiero que estés siempre conmigo, con mi madre, con tu hermano y con toda nuestra familia.
Mientras ambas se besan en la boca. Beatriz la hija de Consuelo se coloca frente a la vagina de Cristina y empieza a lamerla hundiendo su labios y atrapando el clítoris entre su lengua, comprimiendo y lamiendo, en tanto con sus dedos ataca su punto G para hacerla venirse dentro de la boca de ella. Beatriz comparte los fluidos de Cristina con su madre aún con buena cantidad del esperma que su hermano vació dentro de la vagina de Consuelo, tal y como habían experimentado ellos cuatro durante la noche.
Consuelo le pide a su hija Beatriz que continúe probando el néctar que sigue fluyendo de la vagina de la novia de ambas, Cristina, a lo cual su hija viendo aquellos hermosos e hinchados labios vaginales que parecen estarle diciendo “¡pruébame!… ¡pruébame!” se inclina abriendo su boca y su lengua para probar y lamer un poco más de los mismo fluidos que tanto le gustara disfrutar a su madre Consuelo, así mientras Beatriz lame, Consuelo besa a Marcelo para también lamer los néctares de la vagina de su amada hija, en tanto Beatriz al venirse salpica la cara de su madre con sus abundantes venidas.
Ya habían conocido un lugar muy especial, pero luego que llegó el domingo, se trataba de un día muy especial ya que todos se gozarían del gran baño muy al estilo de la Roma antigua en el que cabían con facilidad unas ocho personas.
El cual estaba inspirada en el baño que aparecía en la serie de Espartaco, que les había gustado y en la que participaron Lucy Lawless –que también salía en Xena la princesa guerrera- y John Hannah, y qué manera de amar cuando la otra mujer y ella se besan y se hacen el amor frente al esposo de ella como espectador, dentro de la amplia tina al estilo de la Roma antigua, donde Calígula hacía el amor con todas sus hermanas, pero hubiera sido mejor si en vez de mostrar su crueldad en otros aspectos, se hubiera dedicado a hacer el amor con ellas a escondidas, pasando desapercibidos como hacen otras familias actualmente.
Consuelo junto con sus hijas y sus hermanos Enrique y Soledad entran al gran baño sin mostrar pena alguna al mostrarse desnudos todos ellos. Enrique mostrando su verga erecta como si se tratara de un gran amigo, tal y como Marcelo también la mostrara erecta, luego de saludarlos amablemente los invita a entrar al agua sin dejar de mirar complaciente e intercambiar miradas con su yerno sin dejar de admirar la hermosa verga que también tiene así como también fijar su mirada en los pecho de Cristina, aprobando la elección tanto de su hija Beatriz como de su hermana Consuelo.
Parecían estar anticipándose a lo que vendría tanto con él como con su hija Andrea la hermosa travesti que también era poseedora de una muy buena verga. Cristina se muestra un poco apenada, pero luego de que Consuelo y Beatriz la abrazaran y la besaran en la boca delante de Enrique él se muestra muy complacido con ella y con Marcelo como su futuro yerno de él y de su hermana y marido de su hija con quienes se está mostrando muy amoroso al igual que ellas con él ya que no se le despegan de estarlo abrazando. Consuelo junto con Andrea y Araceli ya tuvieron relaciones con él durante la semana que estuvieron con él cuando fueron a visitarlo. Por lo que en esta ocasión le tocaba estar con Consuelo y Beatriz, la hija de ambos hermanos.
Ya están todos están gozando del agua, cuando se aparecen Sandra en compañía de sus hijas Graciela y Mónica, llegan y se introducen en el agua para bañar a sus patrones y complacerlos sexualmente en todo lo que les pidieran sin ninguna restricción que les impidiera gozar al máximo su anhelado baño dominical, luego de haber asistido a misa como todos los domingos y de haber confesado sus pecados.
Dejando calientes a los sacerdotes que prestaban sus servicios en el templo donde acostumbraban ir, para luego ellos pedirles asistir a una confesión de manera más particular e intima junto con algunas de sus hermanas monjas del monasterio que ya con anterioridad se hayan prestado a la absolución de sus pecados ya que el incesto entre madre e hijas como el que la señora Sandra junto son sus hijas practicaban no estaba permitido y requería de un tratamiento muy especial, aunque el de Graciela y Mónica con su hermano Alberto no ameritaba algo más.
Enrique besaba a su hermana Consuelo y su hija Beatriz, en tanto le pedía a Cristina y a su hermano que se acercaran junto a él, en tanto Andrea había mostrado su belleza como mujer con su gran y hermoso pene y su hermana Araceli se montaba en ella mientras eran meticulosamente bañadas por las hijas de Sandra.
-No te pongas nerviosa, Cristina –le dijo Enrique tomando su mano y llevándola hasta su miembro para hacer que la sostuviera entre sus dedos.
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