Valeria. Conociendo a mi hijastra

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T. Lectura: 5 min.

Después de mucho tiempo divorciado, me propuse buscar una pareja. La verdad ya quería sentar cabeza y esto de andar buscando adrenalina en los camiones y los transportes ya estaba siendo muy estresante así que, empecé a salir con algunas mujeres hasta que conocí a la indicada. Era ya una señora de mi edad: 46 años. Aun de muy buen ver. Pelo castaño a media espalda, con unos kilitos de más pero que compensaba con unas tetas deliciosas y unas nalgas duritas y aun paraditas.

Desde que empezamos a salir pude darme cuenta de que era super cachonda. Ese día llevaba un vestido escotado donde me dejaba ver que podría perder la razón sumergiéndome justo en medio de esas maravillosas tetas. Unos ojos muy cautivadores y una sonrisa muy hermosa.

Después de una charla larga, un rico café, nos besamos y se puso intenso así que me dijo que fuéramos a su casa a lo cual acepte sin ningún problema.

Llegamos en menos de 20 minutos. Ya eran como las 11 de la noche. Antes de entrar me dijo que tenía una hija de 19 años, que era muy fiestera pero muy “alivianada” así que no pasaba nada.

No le di mucha importancia, a decir verdad, yo solo podía pensar en esas tetas que se escondían debajo de ese escote tan prominente.

Entramos a su casa y la luz del cuarto de su hija se veía encendida, se escuchaba como si estuviera viendo una película. La recamara de su mamá quedaba a un lado así que ella solo le grito que ya estaba en casa y que ya se iría a acostar, pero no le dijo que había llegado con compañía.

Una vez que entramos a la recamara no le di oportunidad de nada (yo ya estaba demasiado caliente y no podía contenerme). Cerré la puerta detrás de ella y la tome de la cintura, puse sus pechos contra la pared, le aparte el pelo del cuello y se lo empecé a besar de manera apasionada mientras una de mis manos ya estaba en su escote. Mi sorpresa fue mayúscula cuando me pude percatar que no usaba sostén, sus pezones ya se sentían muy erectos así que le di la vuelta, saque ambos senos por el escote y los empecé a devorar ávidamente, como si no hubiera un mañana. Los sujetaba con ambas manos y dejaba que mi boca viajara de un pezón al otro.

Sentía como ella trataba de desabrochar mi cinturón mientras con la otra mano me apretaba la verga como si quisiera arrancármela. Como no pudo desabrochar el cinturón, bajó el cierre metió la mano y saco mi miembro que estaba por explotar. Palpitaba muy fuerte y las venas se le marcaban como nunca. (llevaba meses sin coger, así que mi excitación era como un volcán a punto de hacer erupción).

Se puso de rodillas y lo engulló por completo, hasta el fondo. Me hizo gemir de manera incontenible. Pude percibir que el volumen de la tele del cuarto de al lado se bajó, pero no me importó que su hija nos escuchara.

Aun no quería terminar así que la quité de mi miembro, la levante y la llevé a la cama. La acosté boca abajo, y empecé a besar sus tobillos, recorriendo con mi lengua y mis labios cada parte de ella. Empecé a subir mientras mis manos ya tenían la tarea de ir subiendo su falda. Su olor ya se hacía presente y eso me puso como animal en celo. Ya estaba besándole los mulos cerca de las nalgas y el calor que despedía su vagina era increíble, así como el olor. Era fuerte pero agradable. Una mezcla de su sudor y perfume que me puso la verga aún más palpitante.

Sin dudarlo le hice la tanga a un lado y sujeté ambas nalgas con mis manos para poder separarlas y ahí estaba, un culo y una rajita completamente depilados, ya jugosos y no pude esperar. Puse mi boca en la base del coxis y comencé a bajar con toda la lengua. Sentí como se contrajo su ano cuando lo rosé con mis labios, pero eso no me detuvo. Seguí mi recorrido hasta su clítoris (lo cual fue algo incomodo por la postura). Sin dudarlo, ella entendió la situación y de un movimiento subió su cadera y me dejo espacio para poder acomodarme mejor. Le empuje gentilmente para que se hiciera más hacia la cabecera de la cama pero que se quedara en esa posición.

Me recosté boca arriba, empecé a subir hasta quedar justo entre sus piernas, la sujete de las nalgas y la bajé un poco para que quedara como si estuviera sentada en mi cara, pero en posición de perrito. Conforme su sexo se aproximó a mi cara, podía sentir como goteaba de lo mojada que estaba. Levante un poco la barbilla y empecé a lamer su conchita. De arriba hacia abajo, en círculos, la recorría y me sujetaba de sus nalgas muy fuerte. Las apretaba, las masajeaba. Mientras estaban mis labios pegados a su clítoris, empecé a rosas el borde de su anito con un dedo, al grado de que sentía como se dilataba, como palpitaba y empecé a meterlo muy suave, poco a poco.

Para este momento ella gemía demasiado y podía escuchar cómo me pedía de manera imperativa que no me detuviera. Que siguiera así, justo, así como estábamos. Ella sujeto mi mano que estaba sobre sus nalgas y la empujo aún más para que mi dedo la penetrara por el culo hasta donde pudo llegar. Gimió muy fuerte, sus piernas empezaron a temblar y de repente salió un chorro tan fuerte y prominente que, si no cierro mi garganta me hubiera ahogado en ese momento.

Ella se giró para quedar acostada de lado mientras yo me reincorporaba para que siguiéramos cuando de pronto, mire hacia la puerta y vi que estaba emparejada, había una pequeña rendija y se veía una pequeña silueta al otro lado de la puerta. No lo podía creer, su hija nos había espiado y ella estaba como si nada. Parecía que no se había dado cuenta del caso. Me quede mirando unos segundos hacia la rendija y por un momento hicimos contacto visual su hija y yo. Ella se quitó de manera inmediata al sentirse descubierta y se escuchó como se cerró la puerta de su cuarto.

Por alguna razón que aún no descifro, me excito muchísimo saber que esa chica había visto a su mamá coger con un extraño y la manera en como lo hicimos. Empezaron a pasar muchas imágenes por mi cabeza y no podía controlar mi imaginación. Así estaba cuando de pronto, sentí unos labios recorrer mi glande. Voltee hacia abajo y ella ya estaba acomodada con una almohada a la altura de mi pelvis y dispuesta a recorrer con su boca toda mi virilidad.

Puso su mano sujetando mis testículos y los acariciaba con delicadeza mientras que su boca solo tenía el glande adentro, su lengua hacia el resto. Era una de las sensaciones más placenteras que había sentido, respire profundo, cerré los ojos y deje que mi cabeza se inclinara un poco hacia atrás. Me sentía tan deseado en ese momento. Completamente desnudo, con la miel de esta mujer aun húmeda en mi boca y en mi rostro, ella dándome el mejor oral de mi vida y… por si fuera poco, la puerta se volvió a abrir en silencio, solo una rendija, un pequeño resquicio, pero pude mirar esos ojos que husmeaban con morbo hacia el cuarto de su madre.

El darme cuenta de que su hija nos espiaba de nuevo hizo que mi pene se pusiera aún más duro así que lo saque de la boca de su mamá, la sujete solo de su barbilla mientras que, con la otra mano me masturba viendo hacia la rendija.

Mi morbo y excitación crecían a la par. Pensar que una chica de 19 años me veía la verga y no solo eso, podía contemplar como estaba por llenarle de leche caliente la boca a su madre hizo que me viniera de tal forma que no lo hubiera pensado. Salió un chorro largo y espeso que cayó entre los labios y las mejillas, el segundo chorro fue directo a la boca y el tercero hacia su frente y parte del cabello, mis piernas se tambalearon y tuve que apoyarme de la cama. Solté mi pene por instinto, pero ella lo metió de nuevo a su boca y lo dejó completamente limpio, vacío, seco.

De nuevo la silueta se desapareció y se escuchó como se cerró la puerta del cuarto contiguo.

Ambos caímos rendidos, exhaustos de este aquelarre de pasión. Pero no podía sacar de mi cabeza la imagen de esa mirada que nos espiaba. Tenía algo de culpa y remordimiento. No sabía como tomarlo. Por un lado, me preocupaba que esta señora no se diera cuenta o peor aún, que no le importara que su hija supiera y viera como se cogen a su mamá. No sé cuántas veces habrá pasado esto o si era la primera.

Pasaban muchas cosas por mi cabeza, pero no pude más y aun sumergido en esas cavilaciones, me quedé dormido.

Seguiré subiendo toda esta historia. Si te ha gustado, déjame un comentario, gracias.

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