Yoli, una hermosa y descarada puta

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Me han aparecido propuestas bastante sorprendentes a través de los años, pero esta última verdaderamente me he dejado boquiabierto.

Regularmente visito algunos restaurantes de la competencia y donde me atienden muy bien y la mayoría de las veces no me cobran y de esa manera también nosotros devolvemos sus atenciones.

En esta ocasión visitaba un restaurante peruano y cuyo dueño es alguien que, sin considerarlo un gran amigo, tenemos una buena comunicación. Eran las diez de la noche y a solas observaba el ambiente a los compas de un ritmo de música salsa y el sabor de un buen güisqui. Este lugar se vuelve pista de baile después de esa hora.

Obviamente es cuando se mira que se forma el ambiente y se miran grupos aparecer y alguna que otra chica o chico, al igual que yo van a solas. A un costado de donde está mi mesa hay un grupo de cuatro chicas y dos chicos que casi todos bailan entre sí, excepto una chica de cabello castaño y un chico que intuyo son contemporáneos en sus treinta años más o menos. Una chica muy hermosa que viste más que sensual pues se atreve a mostrar una buena porción de sus llamativas tetas y que desde mi ángulo puedo ver en ocasiones la prenda más íntima que una mujer puede vestir pues su falda está diseñada para casi mostrarlo todo.

De repente veo al chico levantarse e ir al baño y donde esta bella mujer hace lo mismo, pero ella se une al resto del grupo a bailar. Todas las chicas vestían similar, pero esta mujer llevaba cierta vibra que te hacía quererla ver y disfrutar de lo bello de su rostro y cuerpo en ese movimiento tan sensual y armonioso con la música. Vi al tipo llegar de nuevo y esta chica se le unió después de algunos veinte minutos de baile. No miré que fuesen afectivos el uno con el otro e imaginé que eran algún grupo de amigos.

Llegaron las once y media y ya me había programado para abandonar el lugar a medianoche. Pedí mi último quisqui pues solo me permito tres, aunque mi casa solo está a 10 minutos del lugar en una ciudad que a esa hora están prácticamente las calles vacías.

De repente veo al mismo chico que estaba con esa bella chica y me aborda con una pregunta: -¿Puedo sentarme aquí? -Le dije que no había problema y quizá porque vio mi vaso solo con hielo pues mi último güisqui no había llegado este chico me estaba invitando a uno. Le expliqué que ya lo había ordenado, pero aquello me comenzó a dar mala espina pues asumí que el chico era homosexual y que yo era el objeto de su conquista. Luego vino con la pregunta que hizo me irritara un poco.

-¿Esperas a alguien?

Le dije que no esperaba a nadie, pero que estaba a punto de retirarme. Su voz era muy masculina y sus ademanes igual. Lo que me incomodaba era la forma de cómo me abordó y fue cuando le pregunté por la chica:

-¡Bonita tu novia!

-No… ella no es mi novia. Yoli no tiene novio… creo nunca ha tenido uno. A ella le gusta la aventura… ella no es de novios.

-Interesante. -le dije.

-Y… a propósito y es por eso por lo que me acerque a tu mesa. ¿Tú eres casado?

-Creo que eso no debería importarle a ti ni a nadie. -le dije algo molesto.

-¡Disculpa! No es mi intención molestarte. Es que te miras un hombre muy serio… hombre de hogar y me veo obligado a proponerte algo y no te conozco.

-No propongas nada entonces. Yo estoy tranquilo disfrutando la noche con un güisqui y si quieres proponerme lo que yo imagino te sugiero no lo hagas.

-No me mal entienda. Usted dice que le gusta Yoli. ¿Le gustaría cogérsela?

-¿Y a qué viene tu pregunta?

-Mire, por un buen tiempo yo me la he querido llevar a la cama y créame que he hecho todo lo posible y siempre me ha dado las largas. Hoy me ha dicho que solo cogería conmigo si consigo convencerle de que con usted hagamos un trío esta noche.

-¿Tú estás enamorado de esa chica? ¿Estás dispuesto en compartirla?

-Quizá estuve enamorado de ella y hasta pensé casarme con ella, pero con el tiempo he aprendido que Yoli solo mira a los hombres como objetos de aventuras. Hoy quizá solo sienta la obsesión de cogérmela.

-Lo siento por ti. Tú has caído en su juego. Escucha bien lo que te voy a decir: Aquí en estos momentos hay chicas tan lindas como tu amiga. No sigas sus pedidos o instrucciones… ese es su juego… deja de ser su juguete y quizá algún día menos pensado te llamara y te pedirá que te la cojas.

-Amigo, le doy $1000.00 para que me haga el paro.

-Yo te ofrezco lo mismo para que me dejes en paz.

Aquel chico se levantó disculpándose y regresó a la mesa donde estaba su grupo y esa chica que lo tenía como títere. Ya me había tomado el último güisqui y tomé la vertical y me fui donde estaba la cantina y saldar mi cuenta y como en muchas ocasiones era de solo darles la propina. Yo que volteo hacia la puerta y allí estaba ella. Me saludó con un “hola” y me dio su nombre. Me extiende la mano y le doy mi nombre.

Ella comienza a caminar junto a mí y es donde le hago saber que me estoy retirando. Me dice que deseaba tomarse un cóctel conmigo y es donde le aclaro que, si se trata de la propuesta de su amigo, yo no estaba interesado.

-¿Cuál fue su propuesta? -me preguntó.

-Me habló que viene deseando coger contigo y que tu sólo le permitirías cogerte si me convencía en hacer un trío. Incluso me ofreció dinero.

-¡¡Ah… que Omar!! ¿No sé por qué tiene siempre que inventar?

-¿Era una farsa su propuesta?

-¿Cómo le explico? El trío yo le dije que yo me encargaría de convencerlo a usted. Lo único que le pedí a Omar es que lo invitara a nuestra mesa. Y siendo honesta usted es un hombre que me parece muy interesante y además muy guapo. La verdad me gustaría coger con usted.

Así de claro y frío me lo decía. Quizá en otras circunstancias la hubiese dejado hablando a solas, pero de su cuerpo emanaba un perfume tan sensual que sabía mi verga comenzaba a gotear, aunque no la tenía parada. Ella salía caminando conmigo y llegábamos al estacionamiento del lugar. Y ella me preguntó:

-¿Qué no le provoco, aunque sea un poquito?

-Yoli, eres una mujer muy hermosa pero solo tengo sexo con chicas de mi confianza, que saben que esperar de mi, pues mis amigas saben que no me gusta preguntar, no me gusta rogar y hago con ellas todo lo que se me viene en gana.

-Entiendo señor Zena… es por eso por lo que usted me atrae… se mira muy confiado de sí mismo y estoy muy segura de que siempre obtiene lo que quiere. Lo supe desde que lo vi por primera vez, sé que usted sabe lo que quiere.

-¿Dime… es Omar solo tu amigo?

-No sé qué más le haya dicho. Omar y yo vivimos como pareja, aunque no somos casados. Tenemos una relación abierta y uno de nuestros acuerdos es que nos tenemos que decir con quién queremos coger y hoy le dije que usted me atraía y que se me antojaba y que lo convenciera a venir a nuestra mesa. El junto a sus padres tienen muchos negocios y poder adquisitivo y es por eso por lo que lo quiso comprar ofreciéndole dinero.

Ella vio que abrí la puerta de mi coche y en esta ocasión llevaba mi camioneta Escalade la cual es muy espaciosa. La tengo frente a mi y veo ese bello rostro con esa sonrisa coqueta, le doy una mirada descarada a sus tetas que parecen son arregladas y a esa cintura donde aparece esa curvatura de sus llamativas nalgas. Como dije, vestía una cosa que solo le podría llamar microfalda y una especie de mini corse que le subía y comprimía sus dos enormes tetas y te dejaba ver ese abdomen muy sensual donde una piedra brillaba en su ombligo.

Sus zapatos tacón alto la ponía al nivel de mi mentón y yo mido un metro ochenta y seis. Yoli tiene un hermoso cuerpo llamativo, cualquier chico voltea a verla y cualquiera y sin pensarlo dos veces se la llevaría a la cama. Y antes que le dijera que le deseaba una buena noche me lo dijo de esta manera:

-Antonio, déjame probar, aunque sea un par de minutos su verga. Me tiene tan caliente que por lo menos me gustaría chupársela por unos minutos.

-Sube. -le dije. – Voy a dejar que me la mames, pero recuerda lo que te dije antes: Yo hago lo que yo quiero.

Se subió a los asientos traseros que son bastante cómodos pues se pueden reclinar prácticamente a noventa grados y le pedí que se acostara a la inversa en uno de los asientos, lo que significa que su cabeza me quedaría donde uno regularmente se sienta y su torso por sobre el espaldar y parte de sus piernas reposarían sobre la tercera línea de asientos. No le quité nada de su ropa, pues con lo que vestía no era necesario quitarle nada para penetrarla. Yo solo me quité la chaqueta, encendí el vehículo para poner el aire acondicionado, me desabrocho el pantalón y le dejo caer la verga por sobre su rostro. Yoli solo exclamó: -¡Que hermosa verga tienes!

Regularmente muestro cierta delicadeza cuando una chica me va a hacer sexo oral y regularmente esto nunca pasa si yo no me siento lo mas limpio posible. Aquí había pasado tres horas en este lugar y había ido a orinar en un par de ocasiones, no me sentía lo más higiénico posible, pero también sabía que esta chica estaba más que cachonda, que se había tomado algunos tragos y eso mitigaría ese olor a orín, aunque a muchas chicas les gusta ese olor rezagado.

Comencé a literalmente a cogerme su boca y ella me atrapaba mis nalgas con sus manos. No le dejaba mucho a hablar, pues mi verga entraba y salía lo más que podía que quizá era solo la mitad, pero tan pronto le di un respiro ella me decía: ¡Que pito más hermoso tienes!

De la manera que Yoli hablaba descubría que era mexicana. Ella me mamaba el falo y ella misma comenzó a masturbarse haciendo su tanga a un lado. Un panochón con un clítoris grande y bien depilado. Miraba lo rojizo y brillante de sus labios y su vulva comenzó a chapotear con esa fricción de sus dedos. Con los minutos decidí asistirla con la chaqueteada y comencé a rozarle con mis dedos ese clítoris y hurgar mis dedos en su cueva donde se podía sentir ese calor y la vibración de las paredes vaginales y podía sentir su apretón. Ella en una pausa en su mamada me decía: -Méteme los dedos papito… si así cariño… que delicioso.

Ella por su juventud y creo que las mujeres son mas flexibles que nosotros los hombres, cuando le dije que se pusiera en cuatro entre medio de los dos asientos de la segunda fila me elevó sus nalgas para acomodarme en ese espacio, pues por mi altura eso se dificulta mucho. La tanga estaba super mojada y solo la hice de un lado para clavarle mi pito como ella le llamaba. Esta chica a pesar de su panochón el cual se miraba de un exterior muy amplio, en realidad en su entrada y hueco vaginal era bastante reducida que se podía sentir esos apretones de las compresiones de su vulva.

Yoli comenzó a moverse golpeando mi verga en retroceso y yo la impactaba haciendo sonar sus nalgas. Aquel vehículo se movía al compás de ese ritmo que ya parecía terremoto y esta mujer seguía con ese chaqueteo a su panocha mientras recibía los impactos profundos de mi verga y me comenzó a decir: -Así papito, si así así…que rico está tu pito mi amor… dame, dame dame.

Yoli jadeaba, gemía y le salía una voz chillona alabando mi verga. Seis minutos quizá habían pasado dándole en cuatro cuando sentí ese apretón de su vagina y como esos espasmos interiores masajeaban mi verga muy delicioso y me la comenzó a pedir con estocadas más fuertes: -Dame mi amor, rómpeme la panocha, dale, dale, dale… no pares que me vengo, dale, dale, dale… uff me vengo, me vengo, me vengo. Sus caderas temblaban sin control y esta mujer gritaba y quizá por eso no me corrí junto a ella, me tenía en tensión pensando que alguien alrededor nos podría escuchar, pues ver era casi imposible, esta camioneta tiene los vidrios traseros polarizados.

Tuvo un orgasmo muy intenso y luego yo me acomodé y me senté arrecostado en el asiento. Recliné el asiento del conductor hacia adelante para crearle más espacio y le pedí que se sentara en mi verga. Ella lo hizo con una flexibilidad felina y desamarré ese corse y liberé esas enormes tetas y estaba en lo cierto, eran unas tetas arregladas. Comencé a chuparle las tetas mientras mi verga gozaba de la humedad y calor de su vagina, pero luego le dije de esta manera: -Metete mi verga en tu culo… quiero correrme en tu culo.

Se volvía a acomodar y con la punta de mi verga llena de sus jugos vaginales y los preseminales míos lubricó su ano y sin pensarlo mucho, ella tomando mi verga comenzó con la tarea de hacer mi verga desaparecer en su culo. Al principio fue algo incómodo para ambos, pues era de hacer algunos movimientos en un espacio reducido y, mientras ella hacía la tarea, yo seguía chupando esos duros y enormes pezones. Sentí cuando su ojete cedió y mi verga se hundió poco a poco en su ano hasta que Yoli estaba completamente sentada en mis piernas viéndome a los ojos y me dijo:

-¡Eres un hombre maravilloso!

-Y tú una puta bien puta.

-Por hombres como tú hay putas como yo.

-¿Y eso qué quiere decir?

-Que por un hombre tan guapo como tú, uno se vuelve una puta. Tony, yo quiero ser tu puta… ese pitote que tienes lo quiero sentir en todos mis huecos mi amor… cógeme como tu quieras… me encanta sentir tu pitote.

Le mamaba las tetas y el cuello y Yoli hacía ese vaivén sobre mis piernas. Su culo me transmitía ese mismo vibrar, esa misma compresión muscular que su vagina y todo se mantenía con ese movimiento placentero de sentir los movimientos de Yoli masajeando con su culo mi verga y de repente me comenzó a besar la boca, primera vez que lo hacía y me decía cosas como: -Estás tan rico papasito y ese pitote que tienes está divino. – Ella movía su pelvis con desesperación y supe que se le acercaba el orgasmo.

Ella seguía buscando mi boca y sentí como su ano se contrajo y gemía con esa voz chillona de nuevo: -Uff… cariño me vengo, me estás haciendo correr otra vez… eres un cabrón para coger… me hiciste acabar por el culo cabrón. – Yo escuchaba su letanía y ya me tenía a mil que con unos pocos movimientos le descargué mi corrida en su culo. Aceleré mi embate con estocadas fuertes y profundas hasta sentir que salía la última gota de esperma.

Veinticinco minutos había pasado y le había sacado dos ricos orgasmos y me había entregado cada orificio cogible. Obviamente la camioneta estaba impregnada con ese olor del sexo y Yoli volvía a maquillarse haciéndose retoques en su rostro y cepillar su cabello castaño y largo. Tomó un bolígrafo de un estante de mi coche y escribió su número de teléfono y me lo entregaba diciendo: -Espero que no sea la única vez que cojamos… Tienes una pitote muy hermoso que me encanta y quiero cogérmelo otra vez.

De su cartera sacó otra tanga blanca y me dejó la mojada de una manera muy descarada en el compartimiento delantero. Me dio otro beso de lengua en el cual volvía a descubrir el olor de mi verga y con una sonrisa muy coqueta y relajada me deseó las buenas noches con un ademan de su mano que me indicaba le llamara.

Sali del estacionamiento rumbo a mi casa donde me fui a dar un baño caliente para hundirme en el yacusi y tenía esa tanga blanca entre mis manos y oliendo el sexo de Yoli y recordando lo que acababa de pasar. La verdad que he encontrado a chicas bastante atrevidas pero la mayoría lo hace sutilmente con insinuaciones o en forma de broma, pero esta chica fue directa a pedírmelo sin pudor alguno.

Pensando en Yoli y oliendo su tanga mi verga se volvió a poner dura y decidí enviarle un texto diciendo sin saludo alguno:

-Me gustaría comerte la panocha y ese culito. ¿Me lo darías otra vez?

-Cuando quiera y las veces que quieras. Tienes un hermoso pito que esta noche me voy a masturbar pensando que me coges.

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