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Mi prima Claudia (Parte 4)

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Sábado 2 de enero por la tarde. Ese día nos habíamos acostado a las 6 de la mañana, habíamos ido a bailar, cuando nos despertamos eran las trece horas, luego de una sesión de besos y arrumacos nos levantamos a almorzar. No teníamos mucha hambre así que preparamos unos sándwiches y ese fue nuestro almuerzo.

Claudia estaba muy provocativa, llevaba un pequeño y ajustado short de jean y una camisa ajustada, a cuadros rojos, blancos y gris oscuro, la camisa de mangas muy cortas, anudada por debajo de sus senos y con los botones desprendidos, ella se sentó sobre mí y nos besamos, acariciamos durante varios minutos, ambos estábamos muy excitados.

Esos días juntos y solos fue lo mejor que nos pudo haber pasado, nos dimos cuenta de lo mucho que nos amábamos y que lucharíamos por ese amor contra viento y marea, Claudia es hermosa, dulce, tierna, sexy.

Me había quedado sin cigarrillos así que fui a comprar, Claudia dijo, mientras tanto ella limpiaría la cocina, tuve que caminar unas 7 cuadras para conseguir un kiosco abierto, el calor era infernal.

Volví a casa y no encontré a Claudia en la cocina así que la busque en la habitación, tampoco estaba en ella, sentí música venir desde el jardín entonces vi a Claudia con una diminuta bikini de color rojo lavando el auto, me puse el short y fui en su búsqueda.

La bikini que llevaba puesta debía ser la que se había comprado y que no me había mostrado, le quedaba espectacular, rojo furioso y muy pequeña, su corpiño apenas si ocultaba sus senos, dos pequeños triangulitos ocultaban sus pezones, y una muy diminuta bombacha, por delante ocultaba su conchita, y por detrás una impresionante tanguita tipo cola less dejaba sus nalgas muy al descubierto, estaba excitantemente sensual y provocadora.

Llegué por detrás la miré unos segundos dándole el placer a mis ojos de ver su adorable y curvilíneo cuerpo y dije:

G- Lo más hermoso de este auto es la belleza que lo está lavando

Ella empezó un juego de seducción y provocación

Me acerque a ella, la tome por la cintura, sentí su piel estremecerse al contacto con la mía y mis manos comenzaron a deslizarse por su cola, enseguida ella estaba reclinada sobre el capot del auto y su cola se movía al compás de mis caricias.

Entonces ella empezó un pequeño juego haciendo el papel de sirvienta acosada

C- Basta señor… alguien puede vernos… y su esposa es muy celosa...y yo necesito este trabajo

G- Ella no está en casa, no nos puede ver, desde que llegaste a esta casa muero por vos te deseo, no te puedo sacar de mi mente es hora que aprovechemos este momento.

Claudia se movía provocadora, giró y se apoyó contra el capot del auto y me miro seductoramente.

G- Me encanta como te queda la bikini… pero más me encantaría que estés sin ella… no tenes calor belleza?

C- Si, bastante

El juego siguió y dije

G- Me encanta esa bikini, pero más me encanta todo lo que hay debajo.

C- Ya lo sé, veo como me mira… señor

Le di un beso en la boca y dije

G- Hagamos una cosa, mientras vos lavas el auto yo lavo tu carrocería…

C- Lo que usted quiera… para eso es mi patrón, usted manda y yo obedezco…

Empecé a mojar su cuerpo, al mismo tiempo que lo acariciaba por sobre la bikini, nos dimos un pequeño beso en la boca, mientras el agua corría por sus senos, ella los fue acariciando por sobre la bikini, sus pezones comenzaban a erguirse y sus manos en forma sensual y provocativa acariciaban sus senos por encima de la bikini, pasados unos segundos se quitó el corpiño, entonces sus manos empezaron a acariciar sus tetas y sus pezones súper erguidos, duros firmes y rosados.

Solté la manguera, la tomé en mis brazos, nos besamos apasionadamente en la boca, mientras mis manos acariciaban los cachetes de su adorable cola, que por el tamaño de la bombachita casi no ocultaba nada, entonces la quité dejando su cuerpo totalmente desnudo.

Comencé a bajar por su cuerpo, besando sus senos, deglutiendo sus pezones, luego su tórax, lo besé lo lamí, lo chuponee, en medio de un concierto de apasionados gemidos de su boca, así hasta llegar a su conchita se apoyó contra el auto abrió sus piernas y besé su concha apasionadamente, mientras un grito de pasión y placer surgió de su boca, la besé y la lengüetee durante varios segundos saboreando el néctar de su vagina; mientras tanto ella no paraba de gemir y gritar, luego me levante y ella se incorporó. Nos besamos y nos abrazamos con pasión jurándonos amor eterno.

Luego se invirtieron las posiciones, yo quede contra el auto y ella se arrodilló, acarició mi vientre y bajo mi traje de baño, y comenzó a lamer con su lengüita mi glande, durante varios segundos y luego lo absorbió por completo en su boca… succionaba mi pene con mucha pasión y extrema calentura, luego de varios minutos mi pene hacia demasiados esfuerzos por no acabar… entonces me miró a los ojos y dijo:

C- Dame toda tu leche… estoy muy caliente… la necesito… quiero sentirla dentro mío recorriendo mis entrañas.

Y su pedido fue una orden enseguida mi pene comenzó a lanzar torrentes de cálido semen dentro de su boca cuando todo llegó al final me incorporé, ambos seguíamos muy calientes, lo recién vivido era apenas un aperitivo.

La hice acostar en el piso en 4 patas, me coloque detrás de ella, acaricie su cola, ella abrió sus piernas y mi pene antes de penetrar su vagina jugueteo a las puertas de ella, luego la penetré, suave y delicadamente y comencé a bombear dentro de ella, su boca no paraba de gemir mientras la mía no paraba de jurarle amor eterno.

Así estuvimos varios minutos a pedido suyo nos acostamos sobre el césped solo que esta vez ella se ubicó sobre mí, tomó mi pene lo frotó en su vagina y lo introdujo, luego se echó sobre mí y nos dimos cientos de besos mientras el aire se llenó de “Te amo”, mientras nos besábamos ella cabalgaba suavemente sobre mí, haciendo que mi pene recorriese su vagina.

Yo la rodeaba con mis brazos, besaba su carita, su cuello, sus labios, una dulce pasión nos envolvía, ella suavemente seguía cabalgando y ella acurrucada sobre mí, besaba también mi cuello con pequeños chupones. Ella se incorporó un poco apoyo sus manos sobre el césped y siguió bombeando al tiempo que yo acariciaba su cola.

Después se sentó sobre mí y ambos bombeábamos con desesperación, el final se acercaba inexorablemente, mi pene no podía contenerse más, la pasión nos envolvía, y mientras pasaba mi mano por su vientre y su tórax, sentí su vagina contraerse, un gemido profundo nació de su boca al mismo tiempo que mi pene comenzó a darle el más bello final a esa pasión con un acabada profunda e interminable.

La calma se apoderó de nuestros cuerpos, pero seguimos besándonos y acariciándonos, durante largo tiempo, sentía que el amor había llegado a mi puerta, Claudia era la mujer ideal, la mujer de mis sueños, lo nuestro ya no tenía vuelta atrás, lucharíamos contra la oposición de nuestros padres pero nadie iba a impedir ese amor irrefrenable que surgió en nosotros.

Me dio un beso en la boca, se levantó y dijo, voy a servir helado, pero primero me voy a pegar una ducha. A los 15 minutos volvió con el helado y traía puesta mi salida de baño color blanca, se sentó en la silla tomamos el helado y nos pusimos a charlar, decidimos ir a caminar un poco.

Claudia se levantó de la silla diciendo:

C- Bueno me voy a cambiar… supongo que ahora que sos mi esposo, me vas a dejar seguir usando minifaldas y ropas ajustadas

G- Por supuesto… me encanta verte con esas ropas

Abrió la puerta balcón por la que se ingresaba desde el jardín a la habitación, y al entrar dijo:

C- Ah, me compre esto ¿Te gusta? (lo dijo y se mostró muy sexy al hacerlo)

Me di vuelta y ella abrió su salida de baño… creí morir al verla… Claudia debajo de esa salida, llevaba un body de encaje negro transparente, sujeto por el cuello, que ocultaba parte de sus senos con ese encaje bajando por los costados hasta formar una diminuta bombacha, yo al principio quede muy breves segundos impávido para luego correr tras ella.

Cuando reaccionó yo estaba casi a punto de sujetarla con mis brazos, ella grito levemente y caímos así entrelazados en la cama, nos arrodillamos en ella Claudia estaba con el body, yo la tome entre mis brazos y comencé a besarla en forma dulce como si su cuerpo fuera de porcelana. Luego nos desnudamos.

Ella se acostó sobre la cama y se abrió de piernas, yo empecé a besar su concha en medio de sus eróticos gemidos nos tomamos de la mano y la besaba más profundamente, para luego introducir mi lengua y saborear su vagina

Luego colocó sus piernas sobre su cuerpo, yo las sujete en esa posición por debajo de sus rodillas, cuando introduje mi pene en su vagina, ella gimió y gritó yo empecé a recorrer su vagina con mi pene, mientras su respiración era cada vez más agitada. Reclinado ella tomó mi cara entre sus manos y nos besábamos apasionadamente hasta acabar en intensos orgasmos.

Después ella tomó mi pene entre sus manos y lo comenzó a lamer manteniéndolo duro y tieso, segundos después se acostó y dijo:

C- Cógeme otra vez…

Y su pedido fue una orden para mi volví a penetrarla, volví a vivir lo más hermoso de un amor infinito, hasta que de nuevo mi pene volvió a eyacular sobre ella.

Luego salimos, abrazados, besándonos por la calle como adolescentes, fuimos a un boliche a escuchar música y cenar y luego nos acostamos, entrelazados y desnudos, besándonos hasta que el sueño nos venció.

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