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Mi cuñada Carmen
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Tiempo de lectura: 6 minutos

El siguiente relato sucedió tiempo después de los 15 años de mi sobrina Angy, quien es la hija de mi cuñada Carmen, al ser de escasos recursos y madre soltera, ya que el padre de su hija no se hizo responsable dejándole esta responsabilidad.

Carmen junto con su hija viven en la casa de mi suegra. Por azares del destino su vida amorosa no ha sido muy buena ya que ha tenido novios que nada más buscan de ella el placer sexual.

La describo para que se den una idea de cómo es mi sabrosa cuñadita. Es bajita mide como 1.51 cm. Es delgada pero con un cuerpo muy bien formado de carita bonita donde resaltan más sus ojos negros grandes una nariz pequeña al igual que su boca con unos labios carnosos sin llegar a ser grotescos más bien son apetecibles. Tiene pechos regulares firmes con bonitos pezones los cuales resaltan en temporada de frio o cuando se excita tiene cinturita de colegiala. Tiene unas caderas de buen tamaño acompañada de unas nalgas bien paraditas firmes y unas piernas bien torneadas firmes también.

Carmen tenía en ese entonces 29 añitos pero por su físico aparentaba una mujer de 20 o mucho 25 años. A pesar de haber tenido a Angy a los 14 años. A raíz de ese suceso su vida ha sido difícil dejó la escuela para trabajar, por lo que fue juzgada duramente por su familia. Con el pasar de los años me cuenta mi esposa se ha atrevido a tener un novio que otro, los cuales no la han tomado en serio por lo cual sigue soltera.

Un día que fuimos a visitar a mi suegra la que nos recibió fue Angy nos saludó y ayudó a meter todas las cosas que le llevamos hasta la cocina en un momento que me quede a solas con Angy pude observar el gran parecido con su madre y que se estaba convirtiendo en una mujer hermosa cabe señalar que fuimos nosotros quienes dimos a nuestra sobrina la fiesta de 15 años de sus sueños por lo que estaba muy agradecida.

La observaba cuando se retiraba para salir a hacer un mandado pensando en si mi cuñadita sería así cuando tenía esa edad. Estaba absorto en mis pensamientos hasta que mi esposa me llamó, fui a la habitación de mi suegra la cual se encontraba enferma la saludé deseándole pronto alivio.

Mi esposa me comentó que Carmen necesitaba hacer unas compras incluidos los medicamentos de mi suegra por lo que me pidió que la acompañara, accedí con gusto la esperé y en cuanto estuvo lista salimos de la casa. Cuando llegamos al coche le abrí la puerta y eso hizo que se sonrojara, la verdad siempre me ha gustado ser caballeroso y darme ese gusto de atender a las mujeres y a mi cuñadita que siempre me ha gustado lo haría con más placer.

Desde que la conocí me gustó pero terminé casándome con su hermana aunque eso no hizo que dejara de gustarme y desearla. Mientras subía al coche sin querer rocé una pompa y ella solo me sonrió por mi mente pasó el deseo de poseerla de hacerla mía, quería besarla y abrazarla y aunque siempre se vestía de manera recatada y esta no fue la excepción la imaginaba con un vestido corto tallado. Subí al coche para ir a la farmacia al llegar nos atendió una mujer muy coqueta a lo cual correspondí con miradas risas y un guiño eso parecía molestar a mi cuñada. Eso me gustaba así que lo hice con más descaro.

Una vez que salimos la noté seria así que le pregunté y solo se limitó a contestar que si hacía lo mismo cuando estaba con su hermana le dije que no ya que la que me coqueteaba era mi esposa y no necesitaba nada más. Carmen no sabía que decir así que le dije de manera tajante si tú me coquetearas solo te miraría a tú. Pude notar en su rostro el rubor característico de la pena así que me decidí a tomarla de la mano y le dije actúa como si fueras mi esposa y vamos por un café. Me obedeció. Llegamos a la cafetería la senté frente a mí, Carmen ya más tranquila me dijo que se había creído lo que le dije. Me limité a decirle que era cierto así que volvió a ponerse muy nerviosa la tome de las manos y le dije que lo único que quería era que fuera feliz al igual que su hija. Que eran muy importantes para mí eso abrió camino a que ella me agradeciera por todo lo que hicimos de los 15 años y que me pagaría hasta el último centavo.

Le dije que fue un regalo que no se preocupara. Con voz baja y entrecortada me dijo quiero pagarte de alguna forma dime que quieres y lo haré. Al escuchar eso me prendí tanto que cancelé lo que habíamos pedido. La tomé de la mano y rápidamente nos fuimos hacia el coche una vez dentro le dije que quería hacerle el amor, bajó su mirada y me dijo bueno pero que vas a decirle a tu esposa. Tome el celular y le marqué a mi esposa le dije que se me había descompuesto el auto y estábamos esperando el mecánico que le avisaba más tarde a qué hora llegábamos. Lo creyó así que encendí el coche rumbo a mi casa ya que estábamos cerca, una vez que llegamos la lleve a la parte de atrás en una cabaña que tenemos, una vez dentro la miré y me pareció hermosa la abracé y noté que estaba temblando así que la besé.

Por fin pude saborear esos labios excitantes aún seguía nerviosa por lo que fui por una botella de vino y le serví un trago. Se lo tomó de prisa así que le serví otro y este si lo tomamos con calma. La llevé hacia la sala una vez sentados me dijo que no quería que pensara que era una puta que lo hacía en agradecimiento no dije nada y la volví a besar esta vez de manera apasionada mientras que mis manos comenzaban a recorrer su cuerpo. Su ropa me estorbaba así que quité cada una de sus prendas dejándola solamente con sus pataletas. Carmen se dejaba hacer lo que quería eso me excitaba aún más. Una vez que la tuve así, comencé a besar el cuello la espalda cuando le da la vuelta tomé sus pechos y los saboree hasta ese momento pude escuchar un pequeño gemido supe que esa era la parte más sensible así que no los solté por un buen rato, la senté en mis piernas para seguir saboreando sus pechos mientras con mis manos tocaba sus nalgas y piernas.

La cargué para llevarla a la cama la acosté me quité la ropa y me acosté a su lado mientras besaba su espalda. Le dije que se dejara llevar que podía hacer lo que quería entre gemidos y suspiros, me pregunto si yo la deseaba le dije que sí que quería cogérmela desde hacía tiempo se volteo y me dijo yo también papi te traigo ganas desde hace mucho. Me masturbo pensando en tú, me gustaste desde el primer día que te vi y envidio a mi hermana por tenerte. Quiero ser tuya hazme tu mujer, tu esclava pídeme lo que quieras y lo haré. Eso me excitó aún más, así que le dije mámamela y sin más obedeció bajo y comenzó a mamármela se metía mi pene en su boca al verla me encantaba es genial haciéndolo ver que su boquita me comía por completo el pene sus labios lo recorrían todo de arriba abajo hasta mis bolas.

Estaba a punto de venirme así que le dije que viniera sobre mí y me pusiera los pechos en mi boca me obedeció son hermosos con sus areolas rosadas y su pezón firme los apretaba y daba pequeños mordiscos mientras que Carmen gemía y con una mano me tocaba el pene la subí un poco más para poder comer su vagina así que arranque sus pantaletas mientras se sentaba en mi cara estaba húmeda sus jugos sabían riquísimos me estorbaban un poco los bellos pero no importaba le daba lengüetazos mientras ella gemía y me pedía más, mientras sentía que su vagina se contraía pude ver y sentir un orgasmo a la par de un pequeño grito. La baje y puse en cuatro detrás de ella frotaba mi pene en su vagina no aguanté mucho así que sin aviso previo lo metí es una sensación diferente apretaba pero no tanto solo sentía el calor de su vagina la bombee por un rato sin piedad con fuerza mientras le daba nalgadas fuertes y en cada una de ella apretaba la vagina por lo que continué por un rato más, acaricié el orificio del ano y con pena me dijo que no.

Le contesté que era lo que quería hacer y que era mi esclava me respondió como quiera mi amo estoy para complacerlo, eso me lleno de excitación así que mojé mi dedo con sus jugos y poco a poco lo introduje en su ano le pregunté si alguien había usado esa parte me dijo que no. Seré el primero entonces le contesté ella se limitó a gemir y decir como desees amo así estuve un rato con mi pene en su vagina y mi dedo en el ano. Nunca había experimentado algo así el poder tenerla a mis deseos me prendía le ordené que se hincara y me hiciera una mamada lo hizo le después le ordené que se pusiera en cuatro porque le daría por el ano así que se volteo.

Puse la cabeza del pene en el orificio del ano y poco a poco lo fui metiendo hasta tenerlo todo dentro mientras que veía la cara de sufrimiento de Carmen en el espejo, momentos después comencé a meter y sacar mientras gemía como loca pidiéndome más así que aumente la velocidad hasta que no pude más y me vine dentro de su culito eso me dejó satisfecho al igual que ella nos acostamos y me dijo que era su primera vez por el culo y que le había encantado. Le dije que quería seguir cogiéndomela a lo que me contesto que cuando yo quisiera que era mi esclava y podía hacer con ella lo que quisiera. Eso me gustó y mucho, le dije vístete que nos vamos.

En el camino hacia la casa la hice llevar los pechos por fuera y que se levantara el vestido enseñándome la vagina mientras que en los semáforos la traía hacia mi pene para que me lo mamara eso la excitaba y a mi también. Al llegar a la casa le da una nalgada y le dije al oído pronto te daré otra cogida fenomenal, me sonrió y dijo eso espero mi amo.

Mi esposa me preguntó qué había sucedido y solo le dije que era algo relacionado con una parte de atrás y que necesitaba mantenimiento en mis pensamientos me refería a mi cuñada.

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