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Mamá y hermana traviesas (lll): La fiesta de Beatriz
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Tiempo de lectura: 25 minutos

Después de un largo tiempo de no compartir nada con ustedes por motivos personales, he regresado al foro para mantenerlos actualizados respecto a mis anteriores relatos.

Como ya saben, mi nombre es Carlos Daniel Jr. Actualmente tengo 23 años de edad y ahora radico en la Ciudad de Guadalajara, Jalisco, México.

Por motivos de trabajo he tenido que dejar la casa de mi madre Beatriz esa hermosa mujer de ahora 40 años que es la poseedora de aquel culo hermoso y descomunal que se convirtió en mi obsesión desde que yo era un adolecente.

Como recordaran lo narrado en mi primer relato, donde tuve esa maravillosa oportunidad de corroborar que mi madre Beatriz y mi hermana Fátima eran un hermoso par de putas. Debo confesarles que en los días, semanas y meses siguientes, realmente no pasó nada relevante, solo un poco de lo mismo, pude seguir admirando y acariciando el culo de las dos sin poder llegar a más, pero una confesión de mi tío Enrique desencadenó que salieran a la luz una serie de secretos que se tenían muy guardados en la familia y que hoy ustedes van a poder leer.

Como les comenté al principio, por motivos personales dejé de compartir mis historias, ya que debido a un gran error mío mi madre Beatriz descubrió la grabación en donde mi padre se follaba a mi tía Victoria y a raíz de eso se derivaron cientos de problemas que provocaron el divorcio de mis padres hace ya casi dos años.

Por esta razón, Beatriz, con mi ayuda y sin saber que era de mi conocimiento la existencia de aquel video de mi padre con Victoria decidió instalar en la casa un sistema de cámaras para poder obtener pruebas de la infidelidad y poder presentar con pruebas una demanda de divorcio que los dejara en las ruinas a ambos.

Después de todo el pleito legal que se generó cuando mi madre tuvo las pruebas suficientes para poder armar un caso de divorcio contundente contra mi padre a él no le quedó otra opción más que irse de la casa al igual que a mi tía Victoria por haber sido la tercera en discordia en la relación. Lo cual debo confesar que me puso triste porque me encantaba ver también ese delicioso culo paseando por la casa. Por otro lado y para ser honesto, el que mi padre se fuera me dio cierta alegría porque después de todo lo sucedido Betty se comportaba de una manera más sensual incluso conmigo, se vestía más puta que de costumbre, comenzó a usar vestidos aún más cortos y ceñidos cualquiera fuera la ocasión, no importaba si era para ir al centro comercial o simplemente pasear por la casa, a ella le encantaba ser el centro de atención y yo lo vi como una oportunidad para poder llegar más lejos con ella ya que me podía dar cuenta que ella disfrutaba el hecho de que todos la deseábamos y añorábamos tener la oportunidad de poder gozar algún día ese hermoso cuerpo de diosa que ella nos mostraba con orgullo. También comenzó a ser un poco más socialmente activa, comenzó a salir más con sus amigos, algo que normalmente no hacia mientras estaba casada con mi padre, comenzó también a hacer reuniones en la casa más seguido lo cual me daba gusto, hasta que caí en cuenta de que por lo general la mayoría de los invitados eran hombres que iban en busca de una oportunidad de follarse a Beatriz.

Meses después me enteré que varios de los hombres que asistieron a dichas reuniones tuvieron el placer de gozar de ese culo en más de una ocasión ya que Betty pasada de copas, tiene la fama de ser muy complaciente y liviana.

En marzo 20 de 2018 Betty festejaría su cumpleaños número 39. Dos días antes me anticipé a preguntarle si ella querría festejarlo en grande.

Recuerdo que era un domingo por la mañana y bajé de mi cuarto para desayunar algo, al entrar en la cocina ahí estaba ella, también buscando algo para desayunar, llevaba puesta una camiseta de tirantes de mi padre las cuales ella acostumbraba tomar en ocasiones para usarlas como prenda para dormir o a forma de vestido para andar por la casa, mis ojos se quedaron clavados inmediatamente en su culo, la prenda apenas podía tapar ese prodigioso par de carnosas nalgas y el borde dejaba escapar un poco de esa carne en cada movimiento que ella hacía; mientras mis ojos devoraban ese exquisito par de piernas y esas nalgas firmes que se movían al ritmo que Beatriz batía unos huevos. Me dispuse a guardar silencio recargado en el marco de la puerta para disfrutar ese hermoso espectáculo que Betty me brindaba sin darse cuenta, cuando al fin volteó no pudo evitar dar un salto de sorpresa.

-¡Ay tonto me asustaste¡ – Dijo mientras dejaba los platos sobre la mesa.

-¿Cuánto tiempo llevas ahí?

-Lo suficiente- Le contesté.

-¿Suficiente para qué? ¡Jajaja ah! ¡Ya vi!- Me contestó dirigiendo su mirada a mi miembro que se encontraba totalmente erguido y que no pude disimular debido al delgado short que llevaba puesto en ese momento.

-Ya deja de verme y ayúdame a poner estos platos ahí arriba.

A lo que conteste inmediatamente que sí, mientras me acerque aceleradamente hacia ella para colocarme por detrás de ella y replicar la misma jugada con la que había iniciado nuestros roces eróticos en aquella fiesta. Pero ella, anticipando mis intenciones se quitó inmediatamente y no pude lograr el objetivo.

-¡Jajajaja! ¿Qué intentas hacer?- Me dijo con un tono burlón, mientras esquivaba mi movimiento.

-Quedamos en que no volverías a hacer algo así, dejamos muy claro que el hecho de que me veas no me molesta, pero que intentes hacer este tipo de cosas otra cosa y no lo voy a permitir.

-Pero creí que te gustaba ¡además ya habíamos entrado a esta etapa! ¿No?- contesté.

-Jajaja ¡ah! ¿Vas por etapas? ¿Qué sigue? ¿Qué te dejé verme desnuda? ¿Qué te la chupe? No cariño estás muy mal, que te permita hacer ciertas cosas no quiere decir que eso me guste o que vaya a pasar algo más. Mejor ayúdame a preparar a lavar los platos y deja de pensar tonterías.

A esta altura, Beatriz y yo habíamos desarrollado una relación de mucha confianza y por eso en ocasiones me atrevía a ser más osado al elegir mis palabras hacia ella.

-Por ahí cuentan que ya estuviste con varios ¿por qué conmigo es diferente?- Contesté sin pudor alguno.

-¡Porque ellos no son mis hijos! ¿No te parece suficiente? Además ¿a ti qué te importa con quien yo haya estado? Fin del tema Carlos.

-El otro día te vi entrar de la casa del vecino de enfrente cuando viste que su esposa se había ido ¿Te parece correcto eso? Por eso no te bajan de puta aquí en la colonia, eso también me afecta a mí.

-¡Ya te dije que no es asunto tuyo! ¡Además! No te ha de afectar tanto, también te encanta que yo sea así, creo que más bien lo que te molesta es que no sea así contigo ¡vete de aquí!

-Perdóname mamá, no quise decir eso- Contesté para calmar la situación al ver que le había molestado mucho lo que le había dicho.

-¡Pero lo dijiste!

-Ya, perdóname, hay que cambiar de tema, ¡en dos días cumples años! ¿Qué quieres hacer? ¿Haremos fiesta en grande?

-No lo creo, será martes y no muchas personas están disponibles, lo único que quieren es llegar a su casa para descansar de su trabajo.

-Tienes razón ¿entonces qué haremos?

-Solo una pequeña reunión, nada comparado con lo que hacía tu papá cada año con muchísimas personas en la quinta familiar, quiero algo sencillo aquí en la casa para mis amigos más cercanos y familiares si es que quieren venir, avísale a tus tíos para que vengan a deleitarnos con sus historias, tú sabes que su don es hacernos reír.

-Ok, déjame llamar a mi tío Enrique para que me ayude con todo, él es muy bueno para organizar este tipo de eventos.

-¡Muy bien! Déjame hacer la lista de invitados para comenzar a llamarlos- Me dijo mientras se daba la media vuelta y salía de la cocina meneando el culo de forma exagerada como premio por mi ayuda. Supongo que se sintió también culpable por la pequeña discusión que habíamos tenido y esa fue su manera de ofrecerme disculpas, lo cual me encantó pero no me ayudó mucho ya que me dejó más cachondo de lo que ya estaba.

Al día siguiente todo fue normal, hice mi rutina de siempre, ir a la universidad y después al trabajo, en algún momento de la tarde en la que no estaba tan ocupado pude llamar a mi tío para que me ayudara con la cuestión de música y tragos que se servirían en la fiesta. Él tiene una pequeña empresa de organización de eventos y es experto en el tema, accedió a ayudarme sin reparo alguno, obviamente no se iba a perder el cumpleaños de su exquisita hermana a la que siempre había deseado pues ahora estaba soltera y dándole rienda suelta a sus deseos carnales, tal vez el también veía una oportunidad para poder convencerla de entregarse a él como siempre lo había deseado desde que eran jóvenes, o por lo menos vio la oportunidad de cachondear con ella una vez más como había pasado en la última fiesta en la que ambos coincidieron.

Así llegó el martes, desperté y me dirigí a la habitación de Beatriz para ser el primero en felicitarla y el día no pudo haber comenzado mejor, cuando entré a su habitación la vi recostada en su cama, boca abajo con el culo expuesto y apuntando hacia arriba, cubierto por una hermosa prenda de encaje color roja que resaltaba mucho más ese exquisito par de nalgas, me tomé unos minutos para observar de cerca aquella maravilla y tomar algunas imágenes mentales para masturbarme en la ducha, me acerqué despacio a su cama para despertarla y felicitarla, le di un abrazo, un beso y salí de la habitación rápidamente hacia la regadera para pajearme de una manera impresionante. Salí de la ducha, me vestí y me fui a la universidad, al terminar mis clases me dirigí hacia la oficina de mi papá para ayudarle con unas cuantas cosas del negocio familiar en el que hace tiempo ya ejerzo mis conocimientos en contaduría y administración de empresas. A las 6 de la tarde salí de la oficina y me dirigí hacia mi casa para acompañar a Beatriz en su festejo de cumpleaños ¡y cuando llegué! ahí estaba ella, se veía radiante y preciosa. Llevaba puesto un vestido color negro que la hacía lucir más provocativa de lo normal, lucía un pronunciado escote que dejaba ver su delicioso par de tetas que a pesar de no ser exuberantes mantenían una firmeza que las hacían lucir perfectas, pero sin duda, lo ceñido y corto que era ese vestido y el par de altos tacones que hacían juego con el hacían que el premio como siempre se lo llevara ese riquísimo par de nalgas que tantas veces me ha hecho matarme a pajas al punto de correrme en cantidades descomunales mientras imagino que la tomo por la cintura y la embisto con furia desenfrenada sin descanso mientras ella grita y gime de placer.

Eran las 8 en punto de la noche cuando llegué a casa y la verdad fue algo decepcionante y triste para mí ver tan poca asistencia. Betty tenía previsto que llegaran alrededor de unas 30 o 40 personas y solo llegaron alrededor de 15, incluso mi hermana Fátima prefirió irse con su novio al cine o algo así.

Beatriz ya algo entrada en copas debido a que había comenzado a beber desde temprano en la tarde platicaba, bailaba y se reía con sus amigas mientras el resto de los asistentes en su mayoría varones se deleitaban con el espectáculo que ella nos brindaba cada vez que movía el culo al ritmo de la música que sonaba en la fiesta.

En cierto punto de la fiesta me acerqué a la mesa donde estaban sentados mis tíos que para variar hacían lo mismo de siempre, tomar fotos de Betty y hacer comentarios en torno a ellas.

-¿Como la están pasando?- Les pregunté al acercarme.

-De maravilla, viendo el culo de tu mamá- Me contestó Luis a tono de broma envalentonado por el efecto del alcohol, a lo cual Enrique y Roberto reaccionaron con una carcajada.

-No lo dudo ni un momento- Respondí.

-Siempre hacen lo mismo y no logro comprender cómo pueden desear a su propia hermana- Una respuesta hipócrita de mi parte por qué en mi caso era aún peor ya que era mi madre y también la deseaba.

-Son cosas que aunque ya estás listo para saber, Betty no ha querido que sepas, ella tendrá sus razones pero cuando lo sepas todo va a cobrar mucho sentido para ti.

-Además tú caso es peor ¿crees que Beatriz no me ha contado todo lo que ha pasado entre ustedes o lo que has tratado de pedirle? Claro que me cuenta y créeme que tú caso es peor- Me dijo mientras yo carcomido por la vergüenza solo agachaba la mirada.

-¡Si Carlos!- Replicaron mis otros dos tíos mientras se reían a carcajadas.

-¡Bueno ya estuvo bueno! díganme porque es así la relación de ustedes ¿Cómo lo lograron? siempre me ha intrigado saber cómo es que tienen esa relación con ella.

-Aún recuerdo la última vez cuando te quedaste en mi cuarto y le pedías a mi mamá que follara contigo- Le dije a Enrique ya sin pudor por el calor de la plática que se había generado.

-También escuché que habías estado a punto de follartela pero que ella se había arrepentido y no te dejó continuar.

-JAJAJA ¿escuchaste todo? La verdad no recuerdo muy bien que es lo que platicamos esa noche ella y yo ya que estaba muy ebrio para serte sincero.

-¡Si! Y también vi todo- Contesté.

-Entonces creo que ya estás algo mayorcito como para darte cuenta de que Betty es una puta de pies a cabeza.

Que se expresara así de ella me molestó un poco pero me contuve ya que yo también la tenía en el mismo concepto y eso me provocaba sentimientos encontrados.

-¿Qué es lo que vio?- Pregunto mi tío Luis a Enrique.

-La tradición de buenas noches ¿te acuerdas? ¡Jajaja! ¿Te acuerdas cuando la convenciste de darnos las buenas noches así todos los días?

-¿En serio aceptó esa noche? ¿Quién lo imaginaria? Después de tantos años ¿qué opción elegiste? que suertudo, daría mi riñón por volver a experimentar eso aunque sea una vez, pero si tenemos suerte hoy la convencemos de hacer lo mismo o algo mejor.

En este punto al calor de las copas después de escucharlos expresarse así de ella en lugar de molestarme me empezó a calentar de una manera increíble y comencé a escuchar las anécdotas que contaban sobre ella.

Me contaron que desde muy joven Beatriz ya contaba con un cuerpo exquisito que se acentuaba aún más con su corto y entallado uniforme escolar y que por esta razón más de un hombre en el barrio trató de conquistarla, incluso hubo una ocasión en la que un tipo no pudo resistir la tentación después de verla pasar por la acera de su casa cuando ella se dirigía a la escuela, uno de esos tantos días se aproximó a ella por sorpresa y la dirigió hacia un terreno baldío donde casi logra abusar de ella, de no ser porque una vecina del lugar se percató de los gritos y llegó en su auxilio el tipo hubiera logrado el objetivo.

-Todo este tipo de situaciones que comenzaron a pasarle desde muy joven la marcaron y la convirtieron en lo que es ahora ¿Me vas a negar que te has dado cuenta de que le encanta llamar la atención de todos los hombres?- Me comentó el tío Roberto mientras Enrique seguía contándome todas las anécdotas.

También me contaron que desde muy joven se ganó el mote de “la devoradora”, ya que la habían descubierto haciéndole una mamada a dos de sus compañeros en los baños de la escuela preparatoria. Por lo cual había sido expulsada de esa y una institución más en la que la cual fue descubierta junto a otros tres compañeros en una situación igual que la anterior en un aula de dicha escuela.

Así comenzó la obsesión de ellos hacia su Betty. Aunque fuera su hermana, el hecho de que era tan poca la diferencia de edad entre los hermanos exceptuando a mi tía Victoria que era mucho menor que ellos cuatro, aunado de todas las experiencias que se comentaban alrededor de Beatriz entre vecinos y compañeros de escuela, fue que se encendió una chispa de erotismo en ellos que aún no podían apagar.

Mientras me contaban todas aquellas anécdotas no podía dejar de ver a Beatriz que se encontraba compartiendo con todos los demás invitados. No paraba de imaginarla en todas aquellas situaciones que salían a montones de los recuerdos de mis tíos y que me relataban con mucha emoción al recordar lo excitantes que habían sido.

Como aquella donde me contaron que después de una fiesta cuando aún vivían juntos, terminaron tan ebrios que mientras regresaban a su casa casi la convencen de darle una mamada a los tres en el auto en el que viajaban, me dijeron que el hecho de que fuera un auto tan pequeño obligaba a que ella tuviera que ir sentada en las piernas de uno de los demás pasajeros, en esa ocasión el afortunado fue Luis, el cual aprovecho a la situación para comenzar a acariciar las piernas de Beatriz, acto seguido Roberto también comenzó a tocarla, Enrique al ver la potencial situación se detuvo en un lugar tranquilo para participar en el manoseo. Me comentó que en cierto momento no pudo soportar más y sacó su miembro para que Beatriz lo viera, Luis y Roberto replicaron la maniobra para dejar expuestos su miembros también y que Betty sintiera la misma tentación y deseo que la habían hecho ganarse el apodo de la devoradora, Beatriz vio aquellas vergas totalmente erguidas y sus ojos se iluminaron, paso su lengua por su labio inferior demostrando su antojo de carne y se aproximó a devorar la verga de Enrique el cual debido a su poca experiencia terminó por dejarle la boca llena de semen a los pocos segundos de que Betty había comenzado a chupar ese trozo de carne arruinando así las posibilidades de los otros dos ya que Beatriz a pesar de estar muy desinhibida por los tragos entró en razón al ver lo que había hecho y se negó a continuar. Al ver la cara de decepción de sus hermanos al llegar a casa les propuso otro tipo de arreglo como compensación por dejarlos con las ganas, de ahí surgió la “tradición de buenas noches” que consistía en una petición especial para cada uno de ellos donde ella tenía que obedecer a cualquiera de las dos opciones que le presentaran siempre y cuando no desembocaran en sexo.

-¿Cuáles eran las opciones?-Pregunté.

A lo que me respondieron que la primera consistía en recibir un beso de buenas noches en el miembro cada noche antes de dormir.

O la segunda en la que podían pedirle que posara de manera sugestiva con ropa sexy en alguna posición en específico para que ellos pudieran masturbarse frente a ella, esta opción según me dijeron era la que más le pedían cada noche, aunque dicen que recibir aquel famoso beso también era riquísimo, no era una mamada, pero era mejor que nada.

El hecho de que habían crecido de manera muy humilde los obligaba a dormir a los 4 en la misma habitación, cosa que facilitaba todos los juegos sin que mis abuelos sospecharan algo, en fin, eran hermanos ¿qué de malo había en que durmieran en la misma habitación?

Comenzaron a relatarme aquellas deliciosas noches en las que elegían la segunda opción de dicho juego, por lo general le pedían que se pusiera en posición de perrito con el culo apuntando hacia ellos. Imagínense esa hermosa imagen en esa deliciosa situación, mientras se masturbaban ella movía las nalgas de un lado a otro para facilitarles la eyaculación y que ellos gozarán aún más también emitía gemidos para que la experiencia fuera más placentera para ellos, incluso en ocasiones cuando ella también estaba muy cachonda les permitía tocarla para que se corrieran de una manera más intensa.

Otra de las posiciones que le pedían a menudo era que se pusiera de rodillas frente a ellos mientras abría la boca simulando esperar la descarga de leche para después tragarla. Cosa que me aseguraron que desafortunadamente para ellos, jamás sucedió, pues tenían la regla de avisarle cuando iban a terminar para que ella pudiera quitarse inmediatamente y así no recibir los chorros de leche de sus hermanos. Aunque entre risas me dijeron que en más de una ocasión no le avisaban y uno que otro chisguete fue a parar su carita hermosa cosa que le según ella le “molestaba” pero que nunca le impidió seguir con el juego, o sea era puta y le gustaba jugar, pero jamás lograron convencerla de hacer nada más, tenía sus límites y ellos tenían que respetarlos.

Estaba anonadado y extremadamente cachondo en este punto de la plática, tan solo de imaginar que yo pudiera estar en la misma situación con ella me tenía a punto de correrme sin siquiera haberme tocado el miembro.

Otra de las anécdotas que me platicaron fue cuando cambió su mote de “la devoradora” a “la putilla internacional” sobrenombre que yo ya había escuchado en una ocasión mientras estábamos en una reunión familiar en la que una prima de mi madre con la que tiene una relación muy cercana y de confianza la llamo así, “la putilla internacional” a lo que mi madre replicó soltando una carcajada

-¡No señorita! seré la putilla pero de Torreón, lo de internacional ya pasó- mientras soltaba una carcajada.

Cosa que no comprendí hasta que me contaron que cuando cumplió 18 años se fue a pasar las vacaciones de primavera a USA con su tía que vivía en Chicago, en esa casa vivían su tía y sus dos primos ya veinteañeros, que no desperdiciaron la oportunidad y se dieron gusto con su cuerpo a diestra y siniestra durante toda su estancia ahí, cada vez que surgía la oportunidad de estar solos en casa aprovechaban para follarsela ambos al mismo tiempo.

Así fue como la mencionada tía encontró a Beatriz en su ya tan tradicional y favorita posición a cuatro patas recibiendo las embestidas furiosas por parte de uno de los primos mientras al mismo tiempo devoraba la verga del otro primo con una sincronía casi profesional. Así que no le quedó de otra más que regresar a México con la reprimenda de su tía y de mis abuelos por haber sucumbido ante las intenciones de sus dos primos.

Inmediatamente después de ese acontecimiento conoció a mi padre de entonces 23 años y el resultado fue un embarazo donde el producto fui yo y por consiguiente una boda.

Así terminaron las aventuras de mis tíos con Beatriz cosa que los dejó muy dolidos por así decirlo ya que nunca lograron su objetivo con mi madre.

La fiesta siguió su curso y pasada la media noche la única amiga de Betty que quedaba en la casa decidió marcharse. Me dispuse a acompañarla a su auto y cuando regresé estaba Betty sentada en las piernas de Enrique rodeada por los otros dos que acariciaban sus piernas mientras reían y platicaban.

Me percaté de que mi hermana no había llegado a la casa y supuse que como era costumbre pasaría la noche follando en algún motel con su novio.

Darme cuenta de la situación género en mí una descarga de adrenalina inmensa que no podía controlar al punto que comencé a temblar, sentí la misma sensación de miedo y emoción que sentí la primera vez que follé con una chica.

Estaba todo puesto a la perfección y Betty estaba puesta en bandeja de plata, ya muy pasada de copas adoptó una actitud de puta que no se pueden imaginar. Y también estábamos nosotros; cuatro varones con un instinto casi animal dispuestos a obtener lo que queríamos a cómo de lugar.

Me acerqué a ellos y voltearon a verme con una cara que jamás olvidaré, pude ver en su mirada que tenían la misma idea enfermiza que yo, pero no me importó, estábamos todos en sintonía y juntos íbamos a lograr cumplir nuestra más grande fantasía.

Me acerqué por detrás de mi madre mientras ella seguía sentada en la piernas de mi tío y tapé sus ojos con mis manos, replicando el mismo truco que había utilizado Enrique en aquella fiesta; a lo que Beatriz reaccionó dando unos pequeños saltos en la piernas de mi tío que supongo lo llevaron a la gloria por la expresión que se dibujó en su cara.

-¿Quién soy?-Le dije. Mientras tapaba sus ojos, Roberto comenzó a acariciar la pierna de Beatriz subiendo lentamente hasta llegar a su entrepierna a lo que ella reaccionó dando un pequeño manotazo juguetón.

-¡Suéltame tonto!- Exclamó Beatriz al mismo tiempo que le daba el manotazo a Roberto. El tono en que lo dijo, con esa voz de niña mimada que tanto me excitaba confirmó que ella también había entrado al juego.

-¿Quién soy?- Pregunté de nuevo.

-¡Ay no sé! Estoy sentada en Enrique, Luis y Roberto están enfrente de mí, creo que no queda nadie más. Déjame ver, mmmmm ¿quién será?- Dijo mientras llevaba su mano derecha hacia atrás para alcanzar mi miembro y así poder adivinar quién era quien le tapaba los ojos. Me sentí en la gloria cuando su mano llegó hasta mi paquete y comenzó a palpar de arriba abajo suavemente apretando y acariciando mi verga totalmente erecta y a punto de estallar.

-¡No se quien eres! ¡Ya dime tonto!

-¡Soy yo Bety!- Le dije mientras quitaba mis manos de sus ojos.

-¡Carlos! ¡Ehmmm! ¿Por qué no me dijeron idiotas?- Dijo mientras se le escapaba una risa nerviosa al ver que era el miembro de su hijo el que acababa de palpar.

-Tengo que ir al baño- Se paró y se dio la media vuelta para dirigirse a la planta alta.

Nos quedamos los cuatro viéndonos mutuamente como esperando a que alguien organizara el primer paso de la estrategia de nuestro plan. Pero todos parecíamos tener un poco de duda al respecto. Hasta que tuve el valor y lo dije.

-¿Vamos a hacer lo que pienso?

-¡No lo sé! ¿Qué estás pensando?

-Ustedes saben de qué hablo- Conteste con tono molesto.

-Nosotros estamos seguros de lo que haremos hoy desde hace un par de horas, pero estábamos pensando qué tal vez tú tendrías algún inconveniente, si no lo tiene y quieres ser partícipe no hay marcha atrás- Contestó Enrique muy decidió.

Comenzamos a discutir qué haríamos y cómo lo haríamos. Concluimos que deberíamos darle más alcohol a Betty para que fuera un poco más desinhibida, ya que al darse cuenta que yo también estaba excitado con ella había reaccionado de manera un tanto negativa. También concordamos en que deberíamos refrescarle un poco la memoria en cuanto a las experiencias que me habían contado mis tíos para que sintiera el deseo de replicarlas una vez más. Por último Luis sugirió que usáramos la reciente experiencia del divorcio para que Betty se sintiera con la necesidad de una venganza hacia mi padre. Todos estuvimos de acuerdo y pusimos en marcha el plan.

Beatriz bajó 20 minutos después y para nuestra sorpresa estaba recién duchada y con un vestido exactamente igual al que tenía puesto pero en un color rojo que la hacía lucir aún más deseable que la prenda anterior.

-Disculpen que me haya demorado tanto, me sentía un poco mareada y acalorada y decidí tomar una ducha, creo que el alcohol me estaba empezando a afectar.

-No te preocupes Beatriz- Contestó Luis- En ese caso, ya que te sientes mejor ¡ten! Otro tequilita.

-¡No! Ya no quiero beber más.

Me acerque por detrás de ella la tomé por las caderas, coloqué estratégicamente mi miembro entre sus nalgas y comencé a empujarla en dirección a Luis.

-¡Vamos mamá! Brindemos juntos, no todos los días se festejan 39 años- Le dije siguiendo la estrategia acordada.

-Tienes razón, solo porque tú me lo pides brindemos- Mientras se tomaba el trago de tequila nosotros simulamos tomarlo y así continuamos hasta que una hora después, 6 tragos de tequila y unas cuantas cervezas la tuvimos en la condición que queríamos.

Seguimos conversando mientras Enrique la convenció de bailar un poco para nosotros, formamos un círculo con sillas y ella no dudo en pasar al centro para deleitarnos con sus ricos movimientos al compás de la música, mientras nos deleitaba con sus movimientos Enrique extendió su mano y levantó parte del vestido de mi madre dejando expuesto ese carnoso culo que devoraba una exquisita tanga negra que lucía maravillosa en ella, acción a la que Beatriz reaccionó riéndose y bajando su vestido para continuar deleitándonos con su sensual danza, una vez más Enrique extendió su brazo para levantar el vestido de Betty, luego de este movimiento Beatriz no dudó en comenzar a hacer un lap-dance a cada uno de los que disfrutábamos el espectáculo comenzado por Enrique que fue el que encendió la llama, así sin arrepentimiento alguno comenzó a restregar su celestial par de nalgas en la pelvis de Enrique, al terminar con él se dispuso a menearse en el regazo de Luis y luego de Roberto. Mientras, yo esperaba con ansias mi turno de sentir ese culo restregarse en mi verga que ya desde hacía un par de horas se encontraba completamente erecta.

Beatriz dejó de bailar sobre Roberto pero en lugar de dirigirse a hacia mí para darme mi baile, se dirigió hacia la barra de bebidas para servirse otro trago.

-¿Qué pasó con el baile de Carlos?- Le preguntó Enrique.

-¡Claro que no! ¿Qué te pasa?- Como les comenté, era puta pero tenía sus límites y no podíamos forzarla, lo único que podíamos hacer era seguir con lo acordado hasta lograr el objetivo.

Se dirigió hacia la estancia donde estábamos sentados y comenzamos a platicar.

-Oye Betty, te ves riquísima con ese vestido- Dijo uno de mis tíos. En este punto creo que ya no es importante quien dijo que cosa.

-¡Gracias! ¿Les gusta cómo me veo?

-Sí, te ves preciosa, luces idéntica a cuando usabas tu uniforme escolar ¿Te acuerdas “devoradora”?

-Jajajaja ¡Cállate! No me recuerdes eso, además aquí está Carlos, mejor no hablemos de eso.

-¿Devoradora?- Le pregunté cómo si no supiera a qué se referían.

-Nada olvídalo.

-Cuéntale, ya es un adulto, no creo que se moleste por cosas que pasaron hace años.

-¡Que no! Jajajaja entiendan por favor.

-Cuéntame- Insistí.

-Vamos ¡cuéntale!

-Bueno está bien, pero promete no juzgarme o reírte ¿ok? Cuando tenía un cuerpo muy bonito, no como ahora, no quiero sonar presumida pero tenía una cintura diminuta, hermosas piernas y unas nalgas preciosas, tus tíos no me dejaran mentir.

-Aún las tienes- La interrumpí.

-Jajaja gracias hijo, veo que tú también eres igual que estos tres, no tienes limites, bueno en fin, yo era la envidia de muchas y el deseo de muchos y pues siempre me llovían las propuestas para hacer todo tipo de cosas, incluso uno de mis tíos me ofreció dinero para que me acostara con él ¿puedes creerlo?

-Si te creo, si dices que estabas mejor que ahora entonces eras una gran tentación.

-¡Si! Incluso recibí propuestas de quien ni siquiera te imaginas- Me dijo refiriéndose obviamente a mis tíos.

-¡Me imagino! Pero no has contestado ¿porque la devoradora?

-¡Ay que muchachito tan metiche! Bueno te voy a contar- Me contestó mientras volteaba a ver a mis tíos con una mirada de complicidad y risa nerviosa.

-Un día recibí una de estas propuestas por parte de dos de mis amigos de grupo, no sé realmente por qué accedí, supongo que fue por las hormonas derivadas de la edad que tenía y acepté. Me metí al baño con ellos, me arrodillé y comencé a darles besitos ahí.

-¿Solo eso? Pensé que sería algo más rico lo que me contarías- Le dije para que se comenzara a soltar un poco más.

-¡Ay bueno! Uno de ellos comenzó a bajarse sus pantalones y pues fue así que les hice su primera mamada, debo confesar que realmente es fue la primera experiencia sexual que tuve. Desde ese momento me llamaron la “devoradora” y estos imbéciles se la pasan molestándome con eso- Refiriéndose a mis tíos.

Seguimos bebiendo y conversando, mientras la plática se tornaba más erótica mis tíos comenzaron a acercarse cada vez más a Betty para acariciarla, no de forma brusca o agresiva, más bien pasaban sus manos por sus piernas o su cabello de una forma gentil; como acariciando a una perrita que sabían ya estaba domesticada.

En este punto mi madre ya no se inmutaba a sentir las manos encima de su cuerpo y decidí preguntarle.

-¿Y la putilla internacional? ¿Por qué te dice así tu prima Silvia?

Me contestó con una carcajada

-¿Con quién has estado hablando eh? ¿De verdad quieres que te cuente eso?

-¡Si! Siempre tuve la duda.

-Jajaja antes de conocer a tu papá hice un viaje en el que me quedé en la casa de una tía y mis dos primos. ¿Se acuerdan?-Les preguntó a mis tíos a lo que Luis reaccionó estirando su brazo derecho por detrás de la cintura de Betty y tomando entre su mano una de sus maravillosas nalgas.

-Como no me voy a acordar ¡PUTA!- A lo que Betty solo soltó una carcajada y continuó contando la historia

-¡Puedo explicarlo! Desde que llegué, al momento de cruzar esa puerta pude notar que los dos me miraban con unos ojos de lujuria que apenas podían controlar, eso la verdad me encantó, el primero con el que estuve fue Rodrigo, fue después de una fiesta. No sé por qué motivo terminamos hablando de su verga de regresó a casa y al estacionar el auto me devoré todo ese pedazo de carne.

No podía creer lo que salía de la boca de Betty. Ya sin pudor alguno me contaba con lujo de detalles lo que había hecho a diario tras más de tres semanas en la casa con sus primos. Me contó que con ellos fue la primera vez en la que participo en un trío y que le había encantado.

No pude evitar llevarme la mano hacia el miembro y empezar a acariciarme por encima del pantalón, me paré violentamente del sofá en el que estaba sentando y me dirigí a hacia donde estaba sentada Beatriz quedando yo frente a ella, y su rostro hermoso a unos cuantos centímetros de mi verga. Mientras ella sorprendida por mi reacción miraba con incertidumbre y sorpresa hacia arriba en dirección a mis ojos tratando de descifrar que pasaba, no pude evitar nuevamente dirigir mi mano derecha para acariciar mi miembro por encima del pantalón mientras mi brazo izquierdo se estiró para tomar sus mejillas por debajo de su quijada, e instintivamente acerqué su rostro un poco más hacia mi paquete, esa imagen quedara por siempre en mi memoria, su hermosa boquita entre abierta por la presión que ejercían mis manos en sus mejilla a escasos centímetros de mi totalmente erguido miembro viril que estaba a punto de salir expulsado de mi pantalón y su mirada confundida clavada fijamente en mis ojos.

Después de unos gloriosos segundos que parecieron eternos Betty se hizo para atrás con un movimiento brusco pero riéndose nerviosamente. Solo atino en desviar la plática hacia otra cosa mientras Roberto la tomaba de la mano para levantarla del sofá y lograr hacer que se sentara en su regazo.

-No sé cómo papá pudo dejarte ir, estás riquísima y eres más puta que cualquier mujer que haya conocido antes- Le dije en un tono de mucha seriedad.

-No me recuerdes a ese idiota- Me contestó con un tono de molestia.

Sin darme cuenta habíamos entrado a la última parte de nuestro plan. Encausar su enojó hacia mi padre en beneficio de nuestro plan.

-Engañarme con mi propia hermana en mi propia casa, me rompió el corazón pero ahora solo me gustaría que el supiera lo que se siente ver cómo tu pareja goza con alguien más en la cama.

-¿Y por qué no lo haces? Igual ya te has follado a medio vecindario desde que se separaron y todo el mundo lo sabe créeme, pero igual, mientras él no lo vea no va a sentir molestia alguna- Contestó Enrique.

-Siendo honesta si he pensado grabarme teniendo sexo con alguno de ellos para hacérselo llegar y que se muera del coraje, pero no me quiero meter en problemas, la mayoría de los hombres con los que he follado son casados y eso implicaría meterme en problemas de nuevo.

-¿Y si nosotros te ayudamos?- Dijo Roberto.

-¡Jajaja claro que no! ¡Sabía que tratarían de aprovechar esta situación! Ustedes no tienen remedio la verdad.

-No, te lo digo enserio Betty podemos hacerlo creer, no precisamente tiene que ser un video, pueden ser fotografías donde aparentes que estás follando con alguien más.

-¿Y cómo pretendes que no los reconozca idiota? Siempre ha convivido con ustedes.

-No tiene que salir nuestro rostro Beatriz, basta y sobra con qué salga tu cara y alguna verga en la misma fotografía para que él se muera del coraje.

-Será como cuando jugábamos en nuestra juventud ¿Recuerdas? Cuando los cuatro la pasábamos muy bien en nuestra habitación- Dijo Enrique mientras la tomaba con ambas manos por las nalgas y la acercaba hacia su cuerpo para después restregar su verga en la entrepierna de mi madre.

Mi madre pareció convencida con la idea pero volteó a verme con una cara como pensando, “vete de aquí tú no puedes ver esto”.

Betty aceptó pero con la condición de que no harían nada más que simular la situación y de que yo me retirara de la habitación.

Al ver mi cara de decepción mis tíos intervinieron para ayudarme a participar.

-Pero ¿quién va a tomar las fotografías?- Replicó Roberto.

-¿Como que quien? Cualquiera de los otros dos, solo necesita salir uno de ustedes en las imágenes.

-¿No crees que le daría más coraje a tu exesposo ver que te estás comiendo tres vergas en la misma fotografía?-Dijo Luis.

-¡Ay no! ¡Imagínate! ¡se muere!

-¡Exacto Betty!

Beatriz dudo un poco pero parecía muy entusiasmada al poder vengarse de mi padre.

-Esto no puede salir de aquí hijo, puedes quedarte para ayudarme como antes cuando te pedí ayuda para poder demandar a tu papá pero solo vas a tomar las fotos, unas cuantas y nada más, sé que esta situación te está afectando más de la cuenta- Dijo mientras que con su mano derecha comenzó a acariciar mi paquete- Y no quiero que te hagas falsas ilusiones de que tienes alguna posibilidad de lograr algo conmigo esta noche.

Entusiasmado por dentro pensando qué tal vez si tendría una oportunidad le contesté con un tono de seriedad absoluta que estaba bien que no se preocupara.

-Bueno, está bien, pero antes necesito sentirme con más valor para continuar con esto- Dijo mientras caminaba hacia la barra y tomaba en sus manos una botella de tequila para dirigirla hacia sus labios y darle un buen trago que la hiciera sentirse más segura para continuar con lo que haríamos.

Al darse la media vuelta para regresar hacia donde estábamos sentados, Beatriz se dio cuenta que sus hermanos ya tenían la verga de fuera y se masturbaban buscando que su miembro luciera más grande para ella, el objetivo era hacerla sucumbir ante la tentación. Se dirigió hacia ellos y yo saqué mi teléfono móvil para comenzar a tomar las fotografías, ella se puso de rodillas frente a los tres con una sonrisa de oreja a oreja y un brillo en sus ojos muy peculiar, mientras ellos continuaban con ese movimiento de arriba hacia abajo a un ritmo frenético.

Comencé a tomar las fotografías. Beatriz se veía algo dudosa al principio pero se empezó a soltar poco a poco. Comenzó a hacer gestos totalmente lascivos abriendo la boca y sacando la lengua como si se dispusiera a devorar esos tres pedazos de carne disponibles para ella pero en todo momento guardo una distancia prudente. Algo que a Luis no le estaba agradando mucho y le comentó que pensaba que esas imágenes no funcionarían, la tomó por el cabello diciéndole que se acercara un poco más para que las fotos se vieran más creíbles a lo que Betty ya poseída por la calentura del momento accedió con una sonrisa en su rostro acercándose de rodillas hacia ellos y quedando a escaso centímetro de las tres vergas que mis tíos seguían estrujando con una furia sorprendente, Betty volteo hacia mí y me dijo que tomara las fotografías de nuevo, yo accedí y ella comenzó a hacer lo mismo, abrir la boca simulando que iba a tragarse todo lo que descargaran en ella. Mientras acercaba la cámara de mi móvil a su rostro para capturar mejor la imagen pude notar que la lengua de Beatriz alcanzaba a rozar en más de una ocasión la verga de mi tíos debido a la corta distancia que se mantenía entre ellos y el movimiento que ellos hacían al masturbarse. Esto fue la gota que derramó el vaso, puse el celular en modo video y les comenté a todos que no hablaran para que no se escucharan las voces de los que participaban, comencé a grabar con una mano mientras con la otra desabrochaba mi pantalón para sacar mi verga y poder masturbarme con tan excitante imagen, Beatriz volteó a verme algo sorprendida pero ya en este momento le importo muy poco, solo me sonrío y me dijo, que siguiera grabando mientras comenzó a desabrochar la parte de arriba de su vestido, al no poder desabrocharlo se dio la media vuelta aun estando de rodillas para pedirle ayuda a Enrique y así poder dejar sus deliciosas tetas expuestas, al lograr quitarse la parte superior de la prenda Beatriz volteó de una manera tan acelerada que la verga de Enrique quedó totalmente pegada a su mejilla a lo que Beatriz reaccionó abriendo su deliciosa boca y engullendo ese trozo de carne al que tantas veces le había negado el placer. Enrique poseído por el momento tomó por el cabello a mi madre y empezó a follarle la boca de una manera violenta mientras ella se dispuso a tomar con ambas manos las dos vergas que se encontraban a sus costados para estrujarlas de una manera deliciosa, se convirtió en otra persona completamente diferente, sacaba una verga de su boca para pasar a devorar la siguiente y así sucesivamente una y otra vez, trate de acercarme para aprovechar el momento, acerqué mi miembro por detrás de ella, Roberto la tomó por el cabello para girarla hacia mí pero ella se resistió. Una vez más Roberto trató de girarla hacia mí tomándola por el cabello pero ella se resistió una vez más, yo deseoso de que me mamara la verga, la tomé por la quijada una vez más pero ahora con más fuerza para que su boca se abriera por completo, y una vez más trate de introducir mi verga a su boca a toda velocidad y por fin lo logre pude sentir como mi verga era abrazada por una boca totalmente cálida y húmeda mientras mi glande chocaba con la garganta de Beatriz y me sentí totalmente en el cielo, pero esa sensación duro muy poco ya que una vez más Beatriz retrocedió y me dijo que me alejara que yo no participaría. Se levantó molesta y nos dijo que todo había terminado que ella no seguiría más. A lo que Luis reaccionó tomándola por la espalda y dirigiendo su mano hacia su vagina mientras hacía a un lado la hermosa parte delantera de la tanga que llevaba puesta, acto seguido introdujo sus dedos dentro de la intimidad de mi madre.

-¡Hoy no me vas a dejar con las ganas perra! ¡Hoy no!- Le gritó mientras introducía los dedos más profundamente en su sexo.

-¡Suéltame Luis! Lo que hizo Carlos no está bien y esto tampoco.- Replicó mi madre.

Roberto poseído por la excitación la tomó por el cabello y dirigió la cabeza de Beatriz hacia su verga para que ella continuara mamando, una vez más ella quiso resistirse pero Luis le tomó por los brazos y logró controlar sus movimientos, así ella no tuvo otra opción más que adoptar una actitud sumisa y siguió devorando la verga de Roberto.

Enrique sugirió llevarla a la habitación para poder follarsela en la cama, ya que el sofá no le parecía muy cómodo.

Los tres la tomaron para levantarla y llevarla a la habitación, donde la destrozarían a embestidas por todos lados.

Betty lejos de protestar se tiró a la cama boca abajo y adoptó la posición en la que yo siempre la había soñado con el culo apuntando hacia arriba mientras toda la parte superior de su torso se mantenía pegados a la cama.

-¿Esto es lo que quieren? Adelante soy suya, háganme su puta, sé que lo desean desde que éramos jóvenes.- Les gritó de forma retadora.- ¡Tú! Haz que valga la pena y graba todo porque es la primera y última vez que me verás así, y te repito tú no me vas a hacer nada ¡tú no!- Me gritó mientras Roberto se colocaba detrás de ella para cumplir su sueño de follarsela.

Roberto la tomó con fuerza por las nalgas y comenzó a penetrarla a un ritmo vertiginoso, mientras que Enrique la tomó por el cabello y le levantó la cabeza para que devorara una vez más su verga y la de Luis. Cada vez que se sacaba una verga de la boca para pasar a devorar la siguiente ambos la abofeteaban y le gritaban que era una perra y que siempre iba a ser una perra.

Trate de acercarme una vez más y esta vez no hubo protesta alguna, pero no hubo interés de parte de ella de hacer algo conmigo. Enrique por su parte cambió lugar con Roberto y se colocó por detrás de Beatriz. Sin vacilar, al ver ese pequeño orificio color café claro, con toda la decisión del mundo, no dudó en escupir directo al ano de Beatriz, cosa que al percatase mi madre trató de oponer resistencia pero las manos de Luis y Roberto se lo impidieron, así Enrique insertó su verga en el culo de Betty mientras ella solo pudo soltar un leve gemido debido al dolor que le provocaba dicha embestida, sus ojos se tornaron blancos y así Enrique sin ninguna misericordia cumplió su sueño de follar ese culo tan legendario de mi madre.

Enrique siguió embistiendo el culo de Betty mientras ella pasaba de tener una expresión de dolor a una de placer, aún con los ojos en blanco sus dientes comenzaron a morder su labio inferior y eso me volvió loco, me acerqué nuevamente la tomé por el cabello una vez más y sin oponer resistencia ella sola se dispuso a abrir su boquita para recibir con deseo mi verga, comencé a follarmela por la boca lo cual no duró ni 30 segundos ya que era demasiada mi excitación y estuve a punto de correrme pero ella me sorprendió una vez más al percatarse de que estaba a punto de correrme en su boca me empujó para que no lo hiciera. Supongo que recobró el juicio y me dijo que me retirara, que ya era suficiente y que siguiera observando mientras grababa, tomé el móvil de nuevo y los tres se propusieron llenar cada uno de sus huecos corporales, ahora Enrique se recostó en la cama y ella se montó encima de él para insertar esa verga en su vagina, Luis la tomó por la retaguardia y comenzó a perforarle el culo mientras que Roberto una vez más la tomaba por el cabello para que le mamara la verga, así comenzó ese vaivén de embestidas que parecían sacadas de un filme porno ya que lo hacían de la manera más sincronizada que podía existir.

Comencé a masturbarme como un loco viendo esa deliciosa imagen que me regalaban los cuatro cuando de pronto una voz me sacó del shock en el que me encontraba.

-¡Ven Carlos, sigues tú!-Gritó Luis.

Me acerqué inmediatamente al escuchar esa orden, me coloqué por detrás de ella y apunte mi verga en dirección a su culo. Betty trató una vez más de resistirse pero estaba tan debilitada por la faena que me fue fácil controlar sus movimientos y logré introducirle toda mi virilidad por el ano. Años acumulados de deseo y lujuria comenzaron a ser mis cómplices en aquel violento vaivén en el que sacaba y metía mi verga dentro de Beatriz. Extendí mi brazo para alcanzar la cola de caballo con la que iba peinada aquel día y comencé a tirar de ella al ritmo que la penetraba. Mi maniobra hizo que su cara quedara en una inclinación hacia arriba con su boca abierta debido a los gritos que emitía, la imagen era tan excitante que mis tíos se apresuraron a plantarse frente a ella y descargaron toda su leche en el rostro y la boca de mi madre mientras yo seguía profanando su culo con mi miembro, al terminar de recibir las descargas Betty giró su rostro hacia mí y pude ver como se dibujaba una sonrisa en su bella carita llena de leche, esa imagen hizo que yo también explotara dentro de ella.

Fue la corrida más grandiosa de mi vida, sentí un escalofrío recorrer mi medula espinal y me deje caer sobre mi espalda en la cama exhausto por la tremenda follada que le acababa de darle a la puta de Beatriz, me quedé recostado unos cuantos segundos pero de pronto un escalofrió aún más intenso volvió a recorrer todo mi cuerpo, Beatriz se había aproximado a mí para limpiar los restos de semen de mi miembro, tomó una vez más mi verga con sus manos, acerco su bello rostro y comenzó a limpiar con su lengua desde la base hasta la punta, luego la introdujo en su boca y comenzó a succionar hasta la última gota que salía de mi ser, gire mi cabeza en dirección a donde estaban mis tíos y los vi ahí, satisfechos, viéndome con una mirada de orgullo y contentos por lo que habíamos logrado, la devoradora estaba de vuelta.

 

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