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Una joven muy colaboradora en una conferencia

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Me invitaron a participar en un Congreso en una ciudad vecina, eran por 3 días y yo era expositor en dos charlas, aparte de invitado a participar en todos los talleres, la maestra de ceremonias de la mañana me asignó a una joven asistente que me ayudara en lo que necesitara para realizar mi exposición, porque llevaba un equipo con el cual hacer una demostración. Se llamaba Gabriela y era una joven muy dinámica.

Tenía 20 años, 1.65 de alto, cabello castaño claro, rizado, ojos verdes, labios carnosos, cara y cuerpo delgado, caderas seductoras, piernas largas y torneadas, podría apostar que se formaba ese triangulito seductor entre sus piernas…

Ese día vestía como las demás Asistentes, falda oscura algo muy arriba de la rodilla, con un corte alto a la cintura, una blusa color claro, usaba un escote algo revelador, pero se cubría con una chaqueta de corte corto, por arriba de la cintura. Sus piernas en medias oscuras y esos zapatos de tacón alto, con un broche al tobillo, color rojo, sin duda despertaba deseos en muchos al verla.

Ella muy simpática y lista para asistirme, me ayudo a prepararme para mi charla, la quede viendo en un descuido que ella se agacho a recoger unos papeles, tenía una figura muy bonita, la falda a media pierna, tacones altos, con broche al tobillo, cabello largo rizado, alzo la cara y nos miramos un rato y se sonrió, le dije que era una chica muy activa y servicial.

Gabriela: Gracias!, me gusta ser útil...

Me recordó que ya antes la había conocido, que ella y un grupo de compañeros fueron a un taller que yo impartí, así que ella estudiaba en mi área de trabajo, dijo que les facilite mucha información y contactos. Le pregunte como le iba en la Universidad y dijo que trabajaba como edecán para seguir estudiando, pero que buscaba un mejor trabajo siempre, que a ella y otra amiga seguían intentando entrar a medio tiempo en otro trabajo que fuera más del área.

Gabriela: Usted es muy joven para todo el curriculum que tiene, me lo imagine mucho mayor!

Me sonreí cuando lo dijo y me fije que ella se sonrojaba, incluso que respiraba algo agitada, le dije que muchas gracias, que pues había tenido una meta clara desde que me gradué y que la había seguido. Me pregunto si eso no me había quitado tiempo para disfrutar de la vida y le dije en un tono algo atrevido que siempre disfrute de lo que se me presentaba de la vida, que ella podía sacar provecho de las oportunidades que se le dieran. Se sonrojo mucho y se quedó sin decir nada, pero cruzo las piernas de forma nerviosa… le pedí que me alcanzara unos folletos y se sereno un poco.

Siguió sonriéndome el resto del día, aunque con cierta turbación que no desapareció por la tarde. Después de la conferencia, al terminar varios se me acercaron a hacerme preguntas y darme felicitaciones, poco a poco se fueron retirando y comencé a guardar mi equipo, ella se acercó nuevamente y me ayudo a guardar todo. Le pregunte si ya había terminado su turno, me dijo que solo le faltaba reportarse con la Responsable del evento para retirarse.

Yo: Seguro ya estas cansada, agradezco todo tu tiempo

Gabriela: Fue un placer, me gusto ver cómo trabaja, me hubiera gustado saber más de su trabajo y de usted.

Yo: Cuando quieras me contactas y en lo que te pueda compartir te lo brindo.

Ella se sonrió y dijo que le gustaba la idea.

Gabriela: Si gracias, me gusta eso, le voy a ayudar a llevar sus cosas…

Caminamos hacia el estacionamiento en el sótano, bajamos por una rampa y ella se apoyó en mi para no caer, pase mi brazo por su cintura so pretexto de que no perdiera el equilibrio y ella no dijo nada, sentí que se pegó a mi aún más, estacione en una parte algo oscura, llegamos al auto, que era una camioneta alta, le dije que la llevaba hasta la entrada para que no tuviera que volver a oscuras por el sótano, ella asintió y le abrí la puerta, la ayude a subir, le costó levantar la pierna, prácticamente la senté en el asiento, tenía mis manos sobre sus piernas y ella estaba con su cara muy sonrosada y una mirada lasciva, le sonreí y le acaricie la barbilla. Subí al carro y la quede mirando, ella puso su mano casi en mi entrepierna, su pecho subía y bajaba y se quitó la chaqueta, le acaricie la pierna y la fui subiendo a su entrepierna, ella se inclinó hacia mí y me beso el cuello, sus manos se dirigieron a mi pantalón, se apoyó en mi pierna y sus manos fueron bajándome la cremallera, sentí sus dedos finos meterse bajo mi pantalón y comenzar a tantear, la verga se me paró y ella la soltó por impulso, dio una rápida risita –uyyy, me asusto! Como se mueve… y que caliente está!-

Volví a tomar su barbilla y le di un beso, pase mi mano por su cintura y toque su cadera, ella se estremeció y se inclinó hacia mi entrepierna. Su culito quedo en alto, inclinada sobre el asiento, pase la mano por su espalda, siguiendo la curva que hacia abajo, baje por la forma de sus caderas y fui deslizándola hasta llegar al borde de su falda y sentir la piel cálida de sus piernas, se las frote y acaricie, mi mano bajo la falda y comencé a subir nuevamente, sentí como se hacía más pequeño el espacio entre sus piernas y como aumentaba el calor, hasta que roce el borde de su prenda y se lo fui jalando hacia abajo, frote sus nalgas y la apreté, ella soltó un ligero bufido, apretó mi verga con sus manos y comenzó a chupar con más fuerza, mis dedos se fueron frotando poco a poco más los pliegues de su chochito, haciendo círculos, metiendo cada vez más adentro, sentía sus nalgas duras, su ano estaba también a mi alcance, fui frotando ese espacio chiquito que tenía por separación, frotando el bordecito del ano con mi pulgar, soltó un gritito apagado.

Comencé a mover la mano al ritmo de que ella me chupaba la verga, ella se excito aún más y sus mamadas eran cortas y muy seguidas. Le dije que ya reventaba y abrió la boca y recibió la leche parte en la boca, parte en la cara, siguió jalándomela y la segunda andanada quedo en su mano, sentí como empezaba a escurrirme por la verga el semen y ella se tragó lo que tenía en la boca y comenzó a lamerse la mano y mi verga, sentí como la pasaba por mis huevos, como chupeteaba, yo la tenía ya algo flácida, pero ella comenzó a ponérmela dura nuevamente, seguí metiendo mano entre sus hoyitos, estaban calientes y muy mojados por sus piernas empezó a escurrirse la humedad, yo se las frotaba, que corrida tan deliciosa había tenido!

Cuando ella al final quedo exhausta, alcance una toalla de mano que siempre andaba en la guantera, comencé a limpiarle las piernas con suavidad, ella seguía sobre mi verga ahora ya flácida y bien limpia gracias a sus lengüeteos, su cara mostraba relajación completa, aun con los restos de semen pegados en sus mejillas, seguí paseando mis dedos por su coño, humedecí un pañuelo con un poco de agua que andaba en una botella, se lo di para que se pasara por la cara, ella se acomodó en el asiento y se fue ajustando el vestido, sus lindas piernas y la forma seductora de sus caderas, su cara roja aun por la agitación, se arregló el cabello y el chaleco, salimos del estacionamiento y por la ventanilla le pase una propina al guardia… ella se tendió casi acostada en el asiento, con pena de que la vieran salir, le dije que no se miraba nada desde afuera, así que se relajó,

Yo: Te paso dejando a donde vayas, ella se serio y dijo que la esperaba otra compañera que también estaba trabajando en el evento, le dije si creía que todavía la estaba esperando y se sonrojo, dijo que sabía que la esperaría, además de que no podía llegar sola a la casa; así que por lo menos di una vuelta saliendo del hotel, volviendo para que ella pudiera bajarse en otro lado y no la vieran volver del estacionamiento, así que se bajó y me sonrió, le dije que me diera un beso de despedida al menos y me beso la mejilla de manera tímida (después de una gran mamada, que gracioso), casi salto del auto al salir y entro al hotel otra vez.

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