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Ama busca juguete para usar conjuntamente con mi sumiso
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Siempre he creído en el poder de las letras. Soy de las que opina que hablando se entiende la gente. Y me gusta hablar. Y sí, no puedo negar que cuando hablo con mi sumiso analizo cada una de sus palabras, sus reacciones y sus potenciales debilidades para apretar sobre ellas y abalanzarme cual leona hambrienta sobre mi presa a la mínima oportunidad. Pero sobre esto podemos hablar en otro momento.

Lo que os quiero contar hoy es que siempre he creído que me expreso correctamente y que cuando digo algo, asumo que mi interlocutor o interlocutores entienden lo que estoy diciendo. A pesar de que amo hablar, creo en el poder de las letras, y más todavía si se plasman con suficiente claridad. Esto ocurre en los chat, en cualquier tipo de mensajería “directa”… Y vía e-mail. Es por eso que he elegido ese medio. Por dar a la gente la oportunidad de pensar, leer y asimilar lo que está escribiendo (antes de enviarlo).

Pero se ve que no, así que para aclarar un poco más las cosas, he decidido escribir esta reflexión/relato que intenta aclarar de una vez por todas mi situación y lo que realmente estoy buscando.

Por favor, absténganse los sensibles y aquellos que se puedan sentir ofendidos (aunque nada os obliga a escribirme). Voy a destacar aquello que considero esencial, para los que me estáis dedicando un pequeño espacio en vuestro cerebro, y para evitar hacerte perder el tiempo si tienes la polla en la mano te diré que con esto no creo que puedas correrte.

Soy dominante desde hace más de 10 años, y tengo sumiso estable (pedro1974madrid). Eso significa que estoy servida. Tengo a la persona perfecta a mi lado y a mis pies. Él es lo que siempre he buscado. Su sumisión, su entrega, su inteligencia, su orgullo, su seguridad y muchas otras cosas que tampoco viene al caso enumerar en esta reflexión, hacen que Pedro sea la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida a pesar de que apenas hace 6 meses que “el tren nos atropelló”. Por suerte ambos tenemos la suficiente experiencia como para distinguir el diamante “a kilómetros”.

¿Qué significa que tengo sumiso estable? Que será a él a quien utilice, humille, fuerce y eduque a mi antojo todos los días de mi vida. En cualquier momento. En cualquier lugar. En cualquier situación. Es mi puta. Y él será quien lo sienta a cada instante. Se sentirá mi puta a cada instante. Llenaré todos sus agujeros siempre que quiera y moldearé su mente para que sea lo que yo quiera que sea. Disfrutaré del hombre y de la zorra constantemente, y no hay nada que desee más en este mundo.

Pero precisamente por eso, y tras hablarlo con él (ya he dicho en otras ocasiones que no soy un ama que imponga las cosas de forma unilateral, sino que busco (y consigo) que sea mi sumiso quién me las entregue voluntariamente) hemos decidido que buscaremos un hombre sumiso con quién jugar puntualmente. En su momento escribí un relato en el que describo uno de esos días en los que uso a otro sumiso conjuntamente con mi zorra particular.

Si queréis leer a qué tipo de cosas me refiero (y es una de las 1.000 opciones existentes), este es el link:

Humillando a mi sumiso con un invitado

Lo relaté para que quedara claro mi llamamiento. Mi deseo es buscar a un sumiso que será un juguete (una especie de consolador humano) que incorporaré a nuestra relación de forma puntual. No pretendo educarle. No quiero moldear su personalidad, ni conseguir su sumisión absoluta. Simplemente quiero usarle y hacerle interactuar con mi sumiso, que -por cierto- es heterosexual, y por ello cumplir determinadas órdenes, le va a humillar y a hacer sentir una auténtica zorra. Busco nuestro placer.

Como quizás no fui suficientemente clara en el relato que os he dejado anteriormente, voy a intentar hacerlo mejor esta vez. Voy a enumerar algunas cosas que podrían pasar en esos juegos en los que ese juguete participará con Pedro y conmigo. Con los dos. Porque somos un pack indivisible, y ni siquiera estaremos en habitaciones diferentes cuando se den lugar estas situaciones. Algunas prácticas que ocurrirán durante esas x horas, son las siguientes (por favor, ahora piensa que tú eres ese juguete/consolador humano):

Voy a tontear contigo para que mi sumiso se sienta una mierda y le queme fuego por dentro viendo como me ofrezco a otro.

Voy a masturbarte, y te ordenaré masturbarme a mí las veces que quiera.

Voy a ordenar a mi sumiso que te enseñe cómo hacerlo, igual que te enseñará a comerme el coño a mi gusto.

Ordenaré a mi sumiso que te masturbe y te prepare para mí. Es más que probable que también te coloque el condón y te haga una felación para que se te ponga bien dura. Descuida, no muerde.

Cuando la tengas dura voy a follar contigo para humillar a mi sumiso viendo cómo me monto sobre una polla que no es la suya.

Voy a querer que sodomices a mi sumiso mientras yo me centro en él.

¿Qué implica lo que acabas de leer? Déjalo, ya te respondo yo: vas a interactuar con Pedro. No es negociable, nada te obliga a hacerlo (simplemente acéptalo y no participes), pero no esperes que él esté sentadito en una silla mientras observa como un “machito” como tú me folla. Que a veces parece que los términos se confunden, y que la humillación es únicamente ser un “cornudo inmóvil e inútil”. A Pedro no le humilla ser un cornudo porque no lo es, de hecho, tú estás aquí porque él así lo quiere también (para mi placer), no estará inmóvil porque sirves para el disfrutes de ambos (y no me gustan los “muebles”), y no se sentirá inútil porque él puede hacer perfectamente lo que haces tú… pero ahí está la humillación, no es él el que lo está haciendo, sino otro, el que temporalmente está ocupando su puesto.

Y qué daño hacen los clichés… él te enseñará lo que yo considere sobre cómo tratarme. No te enfades, ni ofendas, si ves un trato distintivo y favorable hacia él, porque es más importante que tú. Al margen de la humillación, de lo que le pueda o podamos hacer, de cómo se sienta y de lo que le fuerce en esa situación, tú eres el que se va.

Aprovecho este pequeño momento para adelantar algún detalle extra…

No besos en la boca. Ni lo esperes ni lo intentes. Ni conmigo ni con él. (obviamente no esperes que entre él y yo no los haya).

Siempre con condón. En ningún caso habrá penetración en ningún orificio sin él.

Tranquilo, Pedro me pertenece. En ningún caso tendrás siquiera que rozar su polla ni hará nada con ella en ti.

Él responde ante mí. Hará lo que yo le ordene, y si quieres un poquito de “cancha” con él, estará muy consensuada conmigo antes.

Hasta ahora me he encontrado con aspirantes que en su mayoría no se han parado a leer lo que busco. Que piensan que podrán follar mientras él nos observa, sin más. Que creen que van a ser mis sumisos, mis putas, mis zorras. Que piensan que les controlaré diariamente, que les permitiré o no correrse. Equívocamente, están seguros de que serán objeto de mis deseos, de mis caprichos. Quieren un ama, un castigo, una dedicación continua… y yo quiero un juguete.

Si has llegado hasta aquí, escríbeme ([email protected]).

Aprovecha la oportunidad, ¡podemos pasarlo fantásticamente bien! Háblame de tus gustos, de tus límites. Dime qué te gustaría más, qué te gustaría menos. Todo se puede hablar, debatir, pensar. Quiero convertir a Pedro en la mejor y más puta, y puedes colaborar, de hecho, nos encantaría.

Anímate!

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