Mi relación con Araceli seguía creciendo, teníamos más comunicación, nos contábamos nuestras situaciones cotidianas, las buenas y las malas, recordábamos pasajes de nuestra vida y los comentábamos de un modo constructivo lo cual hacia que no solo existiera sexo de por medio también empatía y amor. Lógico había momentos donde existía la sombra de uno que otro pretendiente de ella, lo cual en momentos generaba fricciones, curiosamente su esposo no entraba en estas crisis.
En las pláticas de nuestras fantasías tenía la muy básica de tomarnos fotos y/o video, la cual como la gran mayoría no le tenía muy convencida del todo, pero de cuando en cuando me decía que “si” y en esta hemos ido acrecentando nuestro acervo de fotos y videos.
En nuestro siguiente encuentro ella llevaba un vestido, pegado el cual resaltaba esas deliciosas nalgas, sus piernas bien torneadas y sus senos firmes, entramos al hotel con un poco más de naturalidad que en las veces anteriores y fueron varias mis sorpresas del día.
Primero llevaba un coordinado rojo debajo la cual con su piel blanca se veía muy sensual, al desnudarla aun sentía sus nervios y su ansiedad, mordiendo sus labios, a veces bajando la mirada, mordiendo sus labios, admirando cada poro de su piel, sus pezones rosas, su conchita húmeda y ese culo espectacular.
Había un espejo que recorría toda la pared de costado a la cama, lo cual nos permitía tener una perspectiva completa de lo que hacíamos ya que en habitaciones anteriores tenia espejos más pequeños o lejos de la cama entonces podíamos ver todo lo que hacíamos.
Al entrar desnudarla es una sensación de placer, orgullo y sensualidad, saber en dónde están sus lunares, sus estrías, sus cicatrices que se hizo de niña las marcas del sol sobre su piel es un manjar pero si bien disfruto desnudar a Araceli amo que ella me desnude, sentir sus manos entre la tela y mi piel, su mirada curiosa de cómo va quitándome las prendas de saber que cada movimiento que hace con su mano sobre mi cuerpo la excita, y por fin al estar completamente desnudos.
Lo más maravilloso es tenerla en cuatro sobre la cama, hincarme detrás de ella y abrir sus nalgas, admirándola, meter mi cara entre ellas, oler su conchita fresca, con carácter y mi lengua sintiendo la tibieza de su flujo, masajear su clítoris y subir mi lengua despacio hasta su culo que me vuelve loco meter mi lengua, mis dedos, con un olor fuerte pero no desagradable el cual me ínsita a devorármela.
Me recosté en la cama y empezó a mamar mi verga dura, el hecho de ver como desaparece en su boca, la presión de su lengua en mi tronco, sus manos sobre mi abdomen, de un salto me monto que es una de las posiciones que disfruta ya que así puedo abrir sus nalgas y entrar más profundo, amo apretárselas ya que son enormes, firmes, duras, bien paradas, puedo entrar y salir y aun así le da la movilidad a ella de mover sus caderas a placer, se recarga en la cabecera y tengo sus exquisitas tetas rosadas al alcance de mi boca las cuales por momento las junto y se las mamo al mismo tiempo y no puedo evitar morder, mamar y chupar mientras entro y salgo, pero como comente previamente estábamos al lado del espejo y pude ver como ella nos observaba en él, como movía su cabeza y su mirada recorría todo nuestro reflejo, como entrecerraba sus ojos y mordía sus labios y lo mejor de todo, movía sus caderas mucho más rápido, gemía más fuerte, gritaba, su respiración era mucho más rápida, sentía el sudor de su rostro caer sobre el mío, también veía nuestro reflejo, como contorsionaba su espalda, dándose sentones sobre mi verga dura y admirando a mi mujer tomar control de la situación en la cama terminando con un grito de ella y llenándole su conchita con mi leche sintiendo como aprieta mi verga con su conchita deliciosa.
Termino acostada sobre mí, se podía sentir como nuestros corazones latían al máximo, nos cubrimos con las cobijas y nos besamos bajo las sabanas, algo que tiene Araceli conmigo es que todo el tiempo me pone ansioso de tocarla, así que recorría su espalda hasta sus nalgas con mis manos, pasaba mis dedos en su conchita dejando en mis dedos la mezcla de mi semen, su flujo y sudor, ella me besaba y recorría mi pecho.
Le comenté que me había encantado como lo había hecho ya que en cada encuentro damos un paso más grande en cuanto al sexo se refiere y si ustedes siguen esta historia lo irán comprobando, me dijo que le había encantado el espejo ver nuestros cuerpos desnudos y así platicando me acomode entre sus piernas y dormite cabe señalar que soy fanático de usar sus nalgas como almohadas o dormirme entre sus piernas a lo cual ella no se siente cómoda porque piensa que estoy torcido a lo cual le recuerdo que estar con ella siempre me hace sentir mejor en la posición que sea.
Después de un rato nos acomodamos de nuevo y estando boca arriba tuvo la amabilidad de despertar mi verga con una excelente mamada pero como también dije, fue un día de sorpresas ya que si bien mama exquisita mi verga, chupa deliciosa mis huevos, mirando nuestro reflejo en el espejo levanto una de mis piernas y abriendo mis nalgas empezó a mamar mi culo.
Lógico que me tomo por sorpresa, Araceli y yo siempre tocamos temas, situaciones, fantasías hay unas que hemos hecho y otras que se quedan en el tintero y en esta ocasión fue algo que definitivamente no estaba planeado, por lo menos de mi parte.
Así que después del instante de sorpresa siguió el momento de disfrutarlo, que bien funciono el espejo en ese momento ya que ambos nos observábamos solo subía un poco para chupar mis huevos y lamer mi verga que definitivamente la ponía más dura, algo que empezábamos a tener era que ya no nos decíamos nada, sabíamos que queríamos y como lo queríamos, claro hay momentos donde nos pedimos cosas pero en ese momento fue el indicado donde me afirmo que éramos uno, ahora la puse en cuatro y le empecé a dar duro, abrirla ¡¡esas nalgas me encantan!! Que ella siempre dice que son sus ojos que, si son bellos, pero amo más sus nalgas.
Me dejo eyacular en su conchita deliciosa, nos metimos al baño el cual también es un rito mágico donde el agua nos une aún más, al salir ya no uso la ropa con la que entro para que no vieran como había salido en su casa y de ahí partimos a nuestras realidades, empezábamos a manejar nuevas fantasías o situaciones que quedamos que las comentaríamos y nos despedimos con nostalgia, pero con la emoción de volvernos a encontrar.
Por cierto, gran parte de la que hicimos quedo grabado en video, el cual de cuando en cuando vemos y nos masturbamos.