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Carla: Con padre e hijo, revelación (2)

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Aclaración: En el relato anterior comienza diciendo “0 % real”, debí escribir: “100 % real”. Disculpas.

100 % real. El sábado, después de una de las mejores cogidas que hemos hecho, quizás la mejor y con mas consecuencias, nos despedimos con el abogado padre hasta el domingo, pues Ju el hijo tenía el día ocupado.

Pasamos la noche juntos con Carla, besos y caricias abundantes; aprovechando el último fin de semana que yo tenía libre por el viaje de mi señora y amigas al Sur Argentino… ya volvió y dijo que le hablan maravillas del Norte… y yo la motivo que si, que vaya con sus amigas je je.

Almorzamos muy liviano, Carla se hizo el tratamiento correspondiente segura de que habría anal, ducha y a las 14 y 30 ya teníamos mensaje de que en media hora llegaba Jo. Apareció tal como dicho, muy sport, bermudas y camisa, y muy distendido, el encuentro del sábado había sido excelente y estaba con ganas.

Carla, duchada de un rato antes, y al no haber dudas de para que nos reuníamos, se había vestido como para que la deseara (más aún si era posible).

Babydoll blanco, transparente, un poquito acampanado y terminado en puntilla con florcitas, “largo a medio culo”, para calentar. Debajo, para contrastar, un simple brassiere negro media copa, quizás, no le pregunté, XS en vez de S como usa siempre, con lo cual resaltaba sus hermosas tetas, de una de las medias copas, “como por descuido” se dejaba ver un pezón. En la concha, un precioso concherito negro con apliques de cristales que lo hacían muy llamativo. El tamaño del conchero dejaba, desde luego, a la vista, la hermosa tirita de pelos. En los pies, chinelas de acrílico con peluche y super taco, adecuadas al ambiente de dormitorio, digamos.

Llegó Jo, saludos, beso en la boca de Carla y exclamación de él: –Y me esperas así?

–Recién ,duchada fresquita, y con ganas, además ya sabemos a que venís verdad? Pero pasá, sentémonos a gusto… tomás algo?

–Cierto, sabemos a que vine, no saben, parecía que nunca llegaba! Tremendo deseo, y te encuentro así! No, no tomo nada ahora, estoy bien, gracias.

Casi que naturalmente nos fuimos los tres al sofá grande, cómodos, Carla al centro (ya lo imaginaban ja ja).

Par de minutos de charla circunstancial mas que nada acerca de lo ocurrido el sábado con padre e hijo. Pero las miradas de Jo iban de punta a punta del cuerpo de Carla.

Lentamente le fui acariciando un muslo, Jo se sumó a acariciar el otro. Lentamente subíamos, Jo fue metiendo la mano por debajo del babydoll. Acariciaba los pelitos, yo la besé con la lengua hasta la garganta, disculpen la hipérbole. Y un momento después ella giró la cara y se besó con él. Los dedos de él seguían en los pelitos, una vez a contrapelo y la siguiente los peinaba y mas y mas.

Entre beso y beso Carla dijo: mmmm me están calentando… y ahí directamente mientras nos seguíamos besando alternadamente le saque el conchero y le di un dedo a que me lo lamiera. Así mojado el dedo con nuestra mezcla de salivas la comencé a masturbar, primero por fuera rozando los labios, luego metiendo el dedo sin necesidad de lubricarlo mas. En cierto momento, nos paramos y nos dedicamos a acariciar aquel cuerpo precioso, solamente cubierto por el babydoll y el corpiño, que no cubría casi nada nada ja ja, ya también se había destapado el segundo pezón.

Pero lo mas hermoso era alternarnos a acariciar su culo, apenas cubierto por el babydoll, que metíamos y sacábamos de la raya al acariciarla.

De pronto bajé los breteles del babydoll, cayó al piso, le saqué el corpiño y solamente quedaban las hermosas chinelas de acrílico y plush en sus pies.

–Jo, viste que hermosos pies tiene Carla? Te gustaría verlos mejor? Desnudémonos!

–Con todo gusto.

Mientras nos desnudamos nosotros, Carla se quitó las chinelas y se sentó en el sofá, a lo largo, cabeza en uno de los posabrazos.

Como movido por un resorte, Jo fue directamente a los pies, y comenzó a acariciarlos, mientras yo atendía a Carla con besos y caricias de tetas y en los pelitos de la concha.

Pasaron segundos, y Jo estaba besando y lamiendo los pies de Carla, algo seguramente muy deseado o algo que deseaba probar y reprimía. Largo rato lamiéndola, que le encantó también a ella, y yo la besaba, le acariciaba las tetas y la masturbaba, con algunas excursiones hasta el ano.

Luego, inevitable, Carla se incorporó y le dijo sentate frente a mi, estiró sus largas piernas, y con los pies rodeo la verga de Jo. Un rato de foot job que hizo dar vuelta los ojos de Jo.

–Vamos la cama? Sugirió Carla. Y allá fuimos. –Quiero chupar esa cabezota! Fue lo siguiente que es oyó. Y se prendió a lamerla y chuparla junto con los huevos como tan bien sabe hacerlo, el ya conocido lengua y chupetazo a huevos, tronco y cabeza, tragándose luego toda la pija. De a poco fue bajando un poquito mas cada vez que iba a los huevos, hasta llegar a concentrarse en otra especialidad, el beso negro, que lisa y llanamente puso a quejarse y a hacer exclamaciones tipo Ah Ahhh a Jo.

En todo ese tiempo, ella había estado con el culo levantado, lo que aproveché para primero lamérselo a gusto, junto a su hermosa concha, para empezar a meter un dedo cuando vi que Jo ya estaba muy muy caliente.

Sabedor del gran tamaño de la cabeza de verga de Jo, decidí abrir camino, y sin avisarle apoyé la mía en el orificio sagrado de Carla y la metí toda, de una y a fondo.

–Ayyy sííí gracias amor! Dijo ella.

Unos cuantos bombazos se lo dilataron lo suficiente para que la experiencia con Jo no fuera ni difícil ni dolorosa.

–Jo, querés hacerle la cola? Está prontita y dilatada le dije.

–Síí, y de inmediato ella dejó de chuparle el culo y le ofreció el de ella. Al igual que el día anterior, fue espectacular, menos dificultoso, pero igual de inolvidable. Apoyó la punta del glande en el orificio, ya cerradito pero flojo. Comenzó a empujar despacio y Carla lo alentaba, –Sí, sí, sí…

Y se fue de golpe hasta los huevos. Seguro no pasaba una hoja de papel entre ambos cuerpos. Entró en un vaivén de buen ritmo, y entre gemidos, Carla le dijo: Por favor hoy quiero sentirlo bien adentro! Acabame adentro!!!

Fue oír eso y Jo se puso mas frenético, se la sacó y la clavó un par de veces, yo como podía le acariciaba las tetas y le besaba la nuca.

Un Ahhh de Jo me hizo saber que estaba acabando… Carla solamente decía sí, sí!

Al sacarla, aún salió la verga bien dura mientras Carla decía: que placer! Ojalá no se baje, dejame chuparla.

–Bajarse? Con lo que te deseo?

–En la concha por favor papi, en la concha! Dámela en cucharita.

En un par de minutos estuvo duro de nuevo. Y verlos en cucharita era hermoso, además de que me permitía besarme con Carla, disfrutar sus senos y hasta acariciarle las gloriosas nalgas.

La veía sonreír y hasta me hizo un guiño de complicidad.

Me pasé a ver como le daba, hasta le acaricié los pelitos y el clítoris, y llegó el momento en que le acabó y quedó de costado, quieto, agotado.

Fue el momento de Carla darse vuelta frente a él para que me viera a mi darle en cucharita, mientras ella lo acariciaba. Cuando acabé, quedamos los tres tirados, acariciando a Carla y Carla a nosotros.

Recuperados, Carla insistió en ducharnos los tres juntos, jugando de nuevo, caricias, besos.

Ya vestidos, charlita de despedida, y al despedirlo en la puerta, Carla le entregó a Jo un sobre cerrado.

–No sé si volveremos a vernos, pero leelo antes de que mañana venga Ju.

Gran beso de lengua y Jo se fue, ciertamente desconcertado pensando en el contenido del sobre.

Lo vimos salir a la calle rumbo a su coche.

En el sobre había una nota de Carla:

“Jo: Sé que esta nota te va a extrañar y a llenar de sorpresa. Ante todo no te preocupes, nada malo resultará.

Cuando fui al estudio a hacerte esas consultas, te relaté la verdad acerca del abandono de mi padre a mi madre embarazada y acerca de mi necesidad de conocerlo para cerrar esa parte de mi vida. Mi madre nunca me quiso decir nada, mis tíos tampoco.

Hasta que, ablandado por nuestra relación actual, mi tío y un amigo accedieron a tratar de conseguirme datos en el pueblo. La historia tan vieja como mi edad aún es recordada por muchos y solamente mis tíos la ignoraban pues al ser familia nadie les hablaba de eso.

Con los datos que me trajeron y la ayuda de un investigador, enseguida supe todo, y fui a hacerte esas dos consultas, cuya respuesta en realidad ya sabía.

Pero me presenté con apellido cambiado y hablándote de otro pueblo.

En realidad mi apellido, el de mi madre, que por nada cambiaré, no es el X que te dije, sino Y. Y el pueblo no es QQ sino RR.

Saca las cuentas con mi edad y verás todo clarísimo!!!

Por qué hice rstos días de sexo? Porque quería sentir si realmente te sentía como mío, y resulta que apareció mi (ahora puedo decirlo) medio hermano Ju.

A ambos los sentí míos, tenerlos adentro es algo tremendo, y quiero repetir y repetir.

Reitero lo ya varias veces dicho, no quiero juicio de paternidad ni filiación reconocida.

No quiero dinero al que ya ni tengo derecho ni ningún otro.

No hay rencor, solamente la alegría de que he terminado de saber quien soy. Nada temas, nadie lo sabrá salvo Sergio. Nada tengo que pedir. Me alcanza con amar a mi madre y con pensar que, ojalá, la dejaste por miedo de juventud o presión de tus padres.

Respecto a Ju, si por mi fuera lo espero mañana. No sé si le contarás o no, y si le cuentas no se si vendrá o no. Disfrutaremos si viene, y si alguien saca a relucir el tema será él y no yo.

Al fin y al cabo tu actual familia, él y tu señora, no existían para ti cuando aquello sucedió.

No diré que seas, al menos todavía, un padre querido, pero eres mi padre, lo acepto y me encanta sentirte adentro como te he sentido. El tiempo irá sanando cada vez mas una herida que yo he decidido cerrar.

Ojalá vuelva a saber de ti (o de ustedes).

Sin rencor ninguno, con mucho deseo.

Carla y que siempre seguirá siendo Carla.

Como se imaginan el impacto fue enorme. En la parte 3, la reacción.

(9,00)