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Cómo descubrí a mi hija con su papá (2)

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Gracias a todos los que leyeron mi relato anterior. Qué bueno que les haya gustado. Aquí les comparto la segunda parte.

Después de lo sucedido esa noche, mi esposo, estuvo muy confundido, no sabía bien a bien que había pasado, no sabía que iba a decirme y como decirme que se había cogido a su hija. Pasaron algunas semanas, yo sabía que algo andaba mal, ya que nuestra vida sexual decayó mucho, hasta que se animó a contarme lo todo.

Fue una tarde en la que ambos llegamos de trabajar temprano, estábamos solos, ya que mis hijos habían decidido pasar la tarde-noche fuera de casa. Él me dijo que tenía algo muy delicado que contarme, que esperaba mi comprensión y mi apoyo, yo le dije que siempre había sido así, que lo que hubiese pasado, lo solucionaríamos juntos como siempre.

Mi corazón estaba a mil, sabía de qué me iba a hablar, pero jamás pensé que las cosas estuvieran tan adelantadas, como después me enteré.

Comenzó diciéndome: me he cogido a Fernanda y no una sino varias veces; al principio me dio mucho coraje y frustración conmigo misma, ya que como les comenté, no quería que lo que me pasó a mí, se repitiera con mis hijos, le dije: ok no te preocupes, tranquilízate, cuéntamelo todo y veremos qué decisión tomamos.

Me platico, lo que les relate anteriormente; él estaba muy arrepentido de no poder haber aguantado la tentación; me dijo que esa fue la primera vez que se la cogía, pero que después de esa siguieron varias más: de la misma manera, mi hija lo había convencido de que se acostaran todas las noches, totalmente desnudos y lógicamente terminaban cogiendo, el ya comenzaba a gozar del cuerpo de mi hija, las primeras veces fue nada más, que el metía la verga en el culo a mi hija, se movía y le llenaba de leche el culo; ya con más tranquilidad, me dijo que al principio nada más era uno o dos "disparos" de leche que le echaba, pero ya después la bombeaba tanto, que se vaciaba totalmente en su culo.

Él se sentía culpable, pero ya no podía detenerse, así que decidió tomar la iniciativa.

Un día que se acostaron de la misma manera que lo habían hecho, mi esposo le dijo a mi hija que si quería probar otras cosas ya que estaban haciendo eso, mi hija le pregunto: que se te ocurre papá, él le pidió que se volteara, quedando boca arriba, mi esposo empezó a chuparle las tetas, ella solo gemía, al tiempo le acarició la panocha, le abrió los labios y encontró su clítoris hinchado de la excitación, lo manipuló un rato, hasta que logro que mi hija se viniera abundantemente, como viejo lobo, mi esposo la fue llevando por el camino del deseo, cuando terminó, él se subió en ella y le chupo todo el cuerpo, hasta llegar a su panocha, la cual estaba totalmente mojada, se metió entre las piernas y le mamo de una manera que ella tuvo varias venidas, mi hija estaba tan excitada, que le dijo que necesitaba si verga dentro de ella.

Él se subió poco a poco, sin dejar de besar su cuerpo, hasta que su verga quedó a la entrada de la panocha, él tomó su verga y la restregó por fuera de los labios, con algunos piquetes al clítoris de mi hija, hasta que la acomodó en la entrada y poco a poco fue metiéndola, para ese momento, mi hija era un volcán en plena erupción, así que nada más sintió como iba avanzando la verga de su papá dentro de ella, se vino nuevamente.

La verga de mi esposo estaba totalmente adentro de la panocha de mi hija, el empezó a meterla y sacarla lentamente por algunos minutos, hasta que empezó a aumentar el ritmo, la fuerza y la profundidad de su embestidas, logrando con ello, sacarle unos gritos a mi hija, lo mismo que varios orgasmos más.

Mi esposo estaba totalmente excitado y no dejaba de bombear la panocha de mi hija. Después de un buen rato de hacerlo, sintió que llegaba el momento de venirse, afortunadamente, en ese momento, la cordura triunfó sobre la excitación, le saco la verga y le arrojó los mocos sobre el vientre, estómago y tetas.

Mi hija le dijo que porque no se los había echado dentro, que ella siempre había querido sentir la leche de su papá dentro de ella, él se sacó de onda, como que siempre, le preguntó; si papá, tú crees que soy de palo y no siento nada cuando, desde que me acuerdo, escucho como te coges a mi mamá, no sabes cuánto deseaba sentir lo que le hacías a ella, ya veo porque siempre está con una sonrisa de oreja a oreja (no todo era él, también mis amantes, me dejaban con esa sonrisa).

Mi esposo le dijo que se fuera a bañar y que después hablarían de lo que había pasado.

No podía procesar bien lo que había escuchado, tenía una mezcla de sentimientos terrible, pero lo que más me sorprendió es que estaba excitada, muy excitada, mi panocha estaba totalmente mojada, pudo más mi calentura que la razón y le dije a mi esposo que me cogiera, nos subimos al cuarto y tuvimos la cogida más rica que en mucho tiempo había tenido con él.

Al terminar, me preguntó cuál era mi opinión de lo que había pasado con Fernanda, yo estaba todavía muy confundida y no sabía que decir, le dije que me diera un poco de tiempo para ordenar mis pensamientos y mis sentimientos; sabía que algo había cambiado dentro de mí; mis recuerdos volaron a los tiempos en los que cogía con mi papá y mis hermanos; le pregunte que el que pensaba, que iba a hacer, no sé porque no me sorprendió su respuesta, me dijo: pues si tú no te opones, me gustaría seguir cogiendo con Fernanda.

Pensé muy bien que contestar, ya que todavía no procesaba bien lo que había pasado y que también tendría que platicar con Fernanda.

Le hice una serie de preguntas: cuántas veces más había cogido con ella, que si influía en al algo saber que Fernanda no era su hija, si le gustaba coger con ella y otras más referentes al tema.

Me contestó que en el último mes casi diario cogían, cuando ella llegaba de la universidad, hasta se bañaban juntos; disfrutaba mucho de meterle la verga a su hija y que no había pensado nunca el que ella no era su hija, me confesó que, a raíz, de que le conté lo que hacía con mi papá y mis hermanos, él había tenido la curiosidad de saber que se sentía coger a alguien tan cercano, pero que nunca se había enfocado a cumplir esa fantasía, se dio la situación simplemente.

Mi mente era un caos total, pero decidí disfrutar de lo que estaba pasando, le dije que si él quería y Fernanda también, podían seguir cogiendo, pero que antes me dejara hablar con ella y que la llevaría a que le pusieran un método anticonceptivo, para evitar cualquier cosa, el asunto era gozar no sufrir.

Él me dijo que estaba bien, me dio las gracias por mi comprensión y la confianza.

Sabía que había pasado una situación complicada, pero también, sabía que algo muy rico saldría de todo esto, para empezar nuestra vida sexual, volvió a ser lo de antes, entre él y yo, también deje que más hombres gozarán con la calentura que desde ese día aumentó dentro de mí.

Pero eso se los platicaré en mi próximo relato, porque esto aún no acaba.

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