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Como fue que mi esposa se convirtió en mi ama (Capítulo 2)

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Después de esa noche, le pedía a mi esposo que llevara juguetes nuevos para mí, eso me gusta mucho y le sugería que debería comprar algún juguetito para que lo pudiera usar con su ano, para estimularlo poco a poco, obviamente mi idea era irlo preparando para más adelante poder follarle el culo a quien ya pensaba en que iba convertir en mi puta sumisa… él no lo sabía aun, pero se dejaba llevar por el juego, al principio era un no rotundo, pero me daba cuenta que se quedaba pensando…

Poco a poco fuimos cada vez más sumergiéndonos en nuestros juego de bondage, seguíamos practicándolo, pero era ahora siempre yo la que lo ataba a él y jugaba con él, siempre le ataba los testículos, siempre jugaba con su ano, le mamaba la polla y al final lo desataba y terminábamos follando de lo más delicioso, pero siempre en el juego yo era su Ama y el mi puta (como yo le decía, no sé por qué me calentaba tratarlo así y él no decía nada, por lo que asumía que le gustaba que lo tratara así), entonces un día le dije “pero si eres mi puta, debes vestirte como tal”, el me miro y se quedó pensando y me dijo “si, tienes razón”.

A partir de ese momento fui cambiando las cuerdas por mis tangas; ya le decía oficialmente “mi puta” y mi puta empezó a usar mis tangas, lo mandaba a su trabajo usando mis tangas, mientras él tomaba la ducha le decía “las putas solo usan tangas, te dejo allí la que debes usar hoy” y se marcaba con su traje de trabajo pero con mis tangas debajo de él, eso me calentaba todo el día, imaginarlo a él dando órdenes en su trabajo y si supieran que debajo llevaba puesta una tanga metida entre el culo…

Así paso el tiempo hasta que se acostumbró a usar mis tangas, cacheteros, biquinis, etc., de hecho separe los que más me gustaba que usara y los puse su gaveta de ropa interior y retire todos sus bóxer, ahora era ya el quien seleccionaba cual usaría, si era tanga o cualquier otro de los modelos que deje en su gaveta.

Cuando llegaba a casa, yo ya estaba preparada, me vestía de negro y usaba las tangas que más le gustaban a él, pasaba todo el día con la tanga metida entre mis labios vaginales, mojándola con mis flujos y cuando iba a hacer piss, no me limpiaba las gotas de piss que quedaban en mi vagina, me subía la tanga así para que se impregnara ese olor, sé que a él le gusta mucho el aroma de mi vagina, así que iba a chantajearlo con eso.

Le mostraba la tanga y lo dejaba acercarse para olerla, eso lo prendía y quería empezar a oler y lamer mi vagina, pero no lo dejaba, allí fue que use eso como arma y le pedí que me dejara ponerle unas medias con liguero y sujetador, si se dejaba, lo dejaría comerme la concha todo el tiempo que él quisiera, pero tenía que estar con esa lencería, si no, no lo dejaría comerme la concha y lógicamente la calentura que tenía podía más y aceptaba dejar que le pusiera esa ropa interior a mi gusto y antojo.

Así lo fui llevando y ya después solo le dejaba la ropa sobre la cama o en el baño y le decía “allí está la ropa que debes usar puta” y el sin decir nada se desnudaba y se ponía las medias, las ligas, hasta le ponía mis corses y no decía que o a nada, me iba gustando como se desarrollaba el tema y sabía cuál era mi próximo objetivo, era desvirgar su ano, pero tenía que ir paso a paso, para que no se negara.

Una noche cuando llegaos al cuarto lo vestí como me gustaba, como mi puta, luego le ate las manos y le puse una venda en sus ojos, así no podría saber que iba a hacer con ella… le dije que tenía que dejarme hacer lo que yo quería, que no se podía negar a menos que el dolor fuera muy fuerte y le di una palabra clave que podía decir para que me detuviera si el dolor superaba su límite.

Empecé a besarlo en el cuello, bajaba por su pecho hasta llegar a sus pezones, ponía mis labios sobre ellos y luego con los dientes los mordía con suavidad y también pellizcaba para ponerlos duros como ya tenía los míos, mi tanga estaba ya empapada y era parte del juego seguirla mojando, bajaca una de mis manos y acariciaba sus testículos, los apretaba luego y sentía como su polla se iba poniendo cada vez más dura… dentro de mi pensaba “como me gusta mamar esa polla, meterla toda en mi boca y jugar con mi lengua sobre ella” ufff yo estaba muy caliente y cada vez mojaba más mi tanga…

El seguía con los ojos vendados, no veía lo que hacía, así que me quite mi tanga, revise y estaba bastante mojada, luego la puse sobre su cara, cuidando que la parte más húmeda, la que estuvo todo el día en contacto con mi vagina, quedara sobre su nariz, allí la ajuste bien, para que pudiera sentir el olor de la prenda que había llevado todo el día puesta y pegada a mi vagina, por ratos incluso la hale con fuerza para que se metiera entre mis labios y quedara metida en mi vagina y pudiera impregnar más mis flujos, casi se viene al sentir ese olor...

Lo ayude a que se pusiera en cuatro sobre la cama, el seguía extasiado con el olor de mi tanga, los ojos vendados y las manos atadas al frente, me fui atrás de él y con un pequeño látigo le empecé a azotar el trasero, no recuerdo cuantos azotes le di, pero ya se empezaba a poner rojo y allí me detuve y me acerque a él y empecé a lamer su ano al mismo tiempo que acariciaba sus nalgas con una pluma, vaya si mi puta no estaba excitando…

Entre lamidas de ano y caricias, empecé a pasar mi dedo índice en su ano, al principio tuvo una pequeña reacción como de sorpresa, pero no dijo que no… así que continúe frotando su ano con mi dedo índice y mi lengua (no se daba cuenta que lo estaba empezando a lubricar) y con la otra mano acariciaba sus testículos y frotaba su polla.

Esa puta no daba más de placer, lo tenía en el punto exacto, cuando me di cuenta de eso, le di un beso fuerte en su ano, pase mi lengua fuerte sobre el e hice la mayor presión que pude con mi lengua, luego use mi dedo índice sobre su ano y empuje hasta que entro la mitad, allí aprete sus testículos y le dije “te gusta puta”, pensé que iba a decir la palabra calve o que me pediría que lo sacara, pero para mi sorpresa me dijo “sí, me gusta”…

Eso me volvió loca a mí también, sentí que me venía en ese momento y ya no podía más, así que saque mi dedo de su ano, lo desate y le dije que tenía que follarme ya mismo, lo quería fuerte y duro, que quería sentir su leche dentro de mi vagina y así fue, se puso sobre mí y me hundió de un solo movimiento toda la polla, lleno me vagina con esa polla tan rica y empezó a darme duro, estábamos tan calientes que ninguno de los dos aguanto mucho tiempo y finalmente nos corrimos, primero fui yo y cuando el sintió que me estaba corriendo, acelero sus movimientos y me lleno le vagina con su corrida…

Así nació la puta sexy que dejó que le desvirgara su culo metiendo mi dedo índice en él y lejos de protestar… gemía de placer…

Este relato es totalmente verídico y si algún lector tiene algo que sugerirme para hacerle a mi puta, bienvenidas las sugerencias.

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