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Con mi suegra y sus sobrinas, ahora mi cuñada también
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Tiempo de lectura: 4 minutos

El regreso a la casa de la suegra fue rápido y entretenido, ella no paró de hablar de lo rico que habíamos cogido junto a sus sobrinas, incluso hasta acordaron la manera más segura para repetir tal experiencia, de cómo harían para que mi esposa no sospechara, propusieron la compra de viagra o algo así para que yo estuviera a tono por si acaso me llegara a faltar fuerza, debido a la gran exigencia que tenía que afrontar, me causó gracia, pero al final no me pareció tan descabellado.

Por último mi suegra me dijo que debemos aprovechar hasta la más mínima oportunidad que se nos presente porque después que me regrese a mi casa se acabaría el encanto por mucho tiempo, ya que sólo nos veríamos por mucho dos o tres veces por año. También dijo que su culo era sólo para mi, que su esposo no la tocaba ni la tocaría, que sería plenamente mi perra.

El resto de la tarde transcurrió con total normalidad, cenamos en familia, durante la comía mi suegro nos dijo que en la mañana mi señora, él y mi cuñado con su esposa e hijos, irían a visitar a un hermano de él, con el cual yo no me la llevaba bien, debido a que tiene dinero y le gusta humillar, aquella noticia le elevó el ánimo a mi suegra y andaba más contenta que borracho con botella de licor regalada.

La noche pasó rápido, dormí como un bebé, al levantarme de la cama lo primero que hice fue irme a echar una ducha, de seguro mi suegra ya había hecho lo mismo y estaba anhelando que su esposo e hijos partieran rápido.

Al dirigirme a la cocina ellos ya estaban terminando su desayuno, mi esposa le sugiere a su mamá el ir a visitar a mi cuñada para conocer al nuevo integrante de la familia, sólo tardaron menos de veinte minutos para partir a la casa de su tío, mi suegra apenas notó que habían abandonado la casa, se asomó por la ventana verificando si era seguro empezar otra sesión de sexo desenfrenado, ella se levantaba la bata, dejándome ver que no cargaba puesta nada de ropa interior, yo admiraba sus nalgas blancas y apetecibles, tenía una buena erección.

Ella al percatarse que era seguro inicial, dejó caer la bata y con pasos apresurados se me acercó, sacó mi miembro de su encierro y sin perder tiempo mamó con glotonería, saboreaba como si se tratase de una golosina, en eso estuvo durante diez minutos, ella quería que le acabara en la boca, pero primero yo deseaba penetrarla por sus dos orificios, la hice incorporar, la senté en el mesón del comedor y la penetré con fuerza, ella gimió duro, estaba bastante lubricada, las estocadas eran muy violentas, en cada movimiento ella jadeaba como una perra, en lo que ella estaba a punto de correrse, cambiamos de posición.

La coloqué en cuatro y a cada embestida gemía de placer, yo iba aumentando el ritmo hasta que explotó en un gran orgasmo, quedó tendida, sin perder tiempo la levanté, nos fuimos a la ducha, ya dentro del baño le dije que se abriera las nalgas para facilitar la entrada de mi pene en su culo, la sujeté con una mano por la cintura mientras que con la otra dirigía mi falo al anillo rosado de su ano, el esfínter no presentó mucha resistencia y la fui clavando con facilidad, ya estaba acostumbrándose a ser sodomizada y les juro que era lo que más le gustaba.

Al estar empalada apoyó las manos en la pared para proceder a iniciar el movimiento que aumentaba el ritmo en el que cada embestida, así la penetraba al compás del movimiento de ella también, al estar a punto de correrme ella alcanzó otro orgasmo, le retiré el pene de su culo, le dije que se arrodillara en esa posición comenzó a chupar hasta que le acabe, al sentir mi suegra que me estaba comiendo aceleró la mamada y fue una acabada excelente, ella tragó todo sin desperdiciar nada.

Nos duchamos y partimos a la casa de mi cuñada. Era más cerca que la vivienda de sus sobrinas. El trayecto fue rápido y sin contratiempo. Al llegar donde la hermana de mi esposa, nos saludamos, conocí al bebé nuevo, la hija mayor de mi cuñada estaba en donde sus suegros que no tenían mucho tiempo de haberse ido. Sólo estaba ella y su esposo, el cual el susodicho nos dijo que aprovecharía la presencia de nosotros para él poder ir a hacer unos trámites y mi cuñada quedara en cuidado de mi suegra.

Sin más pérdida de tiempo se fue. Nos pusimos al día, justamente ese día a mi cuñada le había revisado el médico alegando que había evolucionado su salud, la inflamación había bajado bastante y cosas así.

Sólo escuchaba a ella hablar con su mamá hasta que me dijo si habíamos tenido oportunidad de coger, a lo que mi suegra le relata las dos encuentros, ella con ganas pero sentía miedo por su estado de salud, su progenitora le propone que pruebe que si le dolía nos lo hiciera saber y yo parara, que su esposo tardaría en llegar, mi cuñada se queda pensativa y después de un momento acepta, pero me dice que su vagina aún está sensible, sería mejor por detrás, ya que le habían recetado unos supositorios, en principio le molestaba y los últimos no. Le dije que lo intentáramos y ella aceptó.

Mi suegra le ayudó a subirle la bata y yo le bajé los pantys, le abrí las nalgas, se notaba que estaba recién bañada, emanaba un agradable olor, empecé a lubricarle el ano con mi lengua, la mamá de mi esposa aprovechando el momento empezó a darme sexo oral hasta lograr en mí una erección de caballo, yo le metía un dedo, luego dos por el culo a mi cuñada y le preguntaba si le dolía, ella bastante caliente y gimiendo me dijo que la penetrara poco a poco…

Como ella no podía estar parada nos colocamos de cucharita, con una mano le abrí las nalgas y con la otra la apunté a su orificio, estaba como lleno de aceite, tal vez sería por los supositorios. La fui penetrando lentamente, al estar todo dentro, ella estaba jadeando y la fui embistiendo con suavidad así estuve en esa posición cerca de media hora, la suegra con cara de puta viendo a su hija cogida por el culo, mi cuñada pudo acabar bien y yo me le corrí en el culo, nos limpiamos y como si no fuese pasado nada esperamos a que llegara el yerno de mis suegros.

Pasó una semana cuando ocurrió el segundo encuentro con las primas de mi esposa, con mi suegra sucedía cada vez que se presenta una oportunidad.

Todavía no han levantado la cuarentena, ojalá dure un año.

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