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Con una de las nuevas de la escuela

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Hola nuevamente, anteriormente subí un relato totalmente intenso llamado “Con mi nueva compañera de trabajo”, la cual estuvo súper candente y totalmente real, espero puedas leerla, en esta ocasión, les contaré otra gran anécdota que me sucedió a los 19 años, quédate para leerla completa, sé que te va a hacer sudar…

Esto sucedió cuando aún estaba en la licenciatura, para lo cual, se presenta lo que es el cambio de semestre, nuevos estudiantes ingresan a la escuela y, sobre todo, nuevas chicas a las cuales conocer… uy, quien ha pasado por estas etapas, sabemos lo tan impaciente que nos ponemos tanto chicos como chicas al conocer quizá un ligue nuevo.

Para entrar en contexto, pues no es por darme mis aires, pero pues tenía mi pegue con las mujeres, les comento, yo mido 1.78 m, pesaba 80 kg, de cuerpo fuerte, pues me gustaba ir al gimnasio y jugar deportes, tez moreno claro, frente amplia, cabello casquete corto, y bueno, a veces sin esperarlo, podía notar cómo las mujeres me observaban, en especial porque en la escuela eran mayoría.

Uno de esos primeros días estaba en clase, me gustaba sentarme cerca de la ventana que daba hacia el patio de la escuela, pronto pude percibir una mirada fija de una chica que estaba sentada en una de las jardineras de la escuela, quien me veía sin miedo a que yo me percatara, fue entonces que la vi, una mirada con unos lindos ojos grandes y color café oscuro, cabello negro largo pero recogido a manera de cola, piel clara, labios ligeramente carnosos, vestía el uniforme de la escuela, falda, saco, medias y zapatillas, ufff, se veía muy hermosa, entonces decidí mirarla también fijamente ella se sonrojaba, agachaba la mirada y hacía una sonrisita de pena, y volvía a mirarme, puede notar que sin querer también le estaba correspondiendo el jugueteo de las miradas, no podía concentrarme en la clase hasta que por fin ella entró a su aula. Pronto pasaron los minutos y sabía que debía hablar con ella y conocerla, coincidimos en un receso, ella pasaba en grupo con tres amigas, me miraba a lo lejos y volvía sonreír y agachar la mirada sonrojada, sabía que yo le causaba algo y, a su vez, ella también había logrado captar mi atención.

Ese mismo día saliendo de clases decidí seguirla sin que ella se diera cuenta, pronto abordó el transporte sola, ahí noté que era muy bella, delgada, de estatura media, cuerpo bien proporcionado, pronto subí con el pretexto de que también iba por el mismo rumbo, ella se puso muy nerviosa y tenía una cara muy apenada, su carita inocente mostraba que en realidad yo le gustaba y eso me dio mucha confianza para poder iniciarle una plática, le pregunté su nombre, para lo cual ella me responde que Jazmín, muy pronto nos agarramos confianza, y la acompañaba muy seguido hasta el poblado en donde vivía, sin embargo, pronto se mudó cerca de la escuela, lo cual me dio gusto, ya que pues ella rentaba con otras dos amigas y yo, pues entre semana vivía absolutamente solo en una casa de un tío, comenzamos a salir en las tardes, puesto que teníamos todo el tiempo para poder salir sin que nadie nos dijera algo, pero en la escuela tratamos de pasar desapercibido lo nuestro.

Una semana después la invité a casa con el pretexto que veríamos una película y pues para que conociera en dónde estaba viviendo, mi intensión desde el principio no fue llegar más allá, sé que todo llegará a su tiempo, primera quería probar esos bellos labios. Ella fue vestida con jeans, tenis negros, una blusa rosa sin mangas y el cabello recogido, ella estaba muy nerviosa, comenzamos a ver la película en la sala, le tocaba sus suaves manos, delicadas, su piel de sus brazos igual, olía muy rico, pronto me acerqué hacia ella, olí su cuello que desprendía un rico aroma a fragancia, la vi fijamente a los ojos, ella agachó la mirada, tomé sus manos y ella abrió ligeramente sus ricos labios y no pude resistirme a besarla, así que mojé mis labios y lentamente la besé y estaba disfrutando mucho de esos ricos besos, pronto la comencé a acariciar, la noche pronto se comenzaba a notar, mientras nosotros nos la pasábamos bien, besándonos, charlando y confesándonos que nos gustamos desde el primer día en que nos vimos, ella me decía que le encantaba sentir mis brazos, así que decidimos seguir saliendo en anonimato.

En ese entonces yo manejaba un Chevy negro, así que en él comenzamos a salir, ya sea en la tarde o en la noche, después de hacer nuestros deberes claro, un día salimos a comer a un poblado a un poblado a 15 minutos, después de cenar buscamos un lugar un poco más privado, así que recordé que en una orilla de aquel lugar había un lugar cerca de unos campos de maíz y con pocas casas, esa noche llevé pans, tenis y una playera, ella a su vez, una licra negra, una blusa delgada y tenis, íbamos cómodos, pues cada vez más la confianza crecía entre nosotros, una vez llegando a aquel lugar, precisamente estaba sólido, una lámpara pública a unos cuantos metros, nos comenzamos a besar ansiosamente, ella ya no parecía la chica tan penosa, estaba totalmente dispuesta a mi, al besarla, le acariciaba todo por encima de su ropa, por fin sentí sus nalgas, sus pechos, sabía que estábamos a punto de dar ese paso, yo estaba nervioso puesto que ya tenía mucho tiempo que no lo hacía, pronto nos pasamos a los asientos de atrás, ahí ella se me subió en mis piernas, veía como su lindo rostro se mostraba muy excitado, le dije que si ya estaba lista, ella solamente me vio a los ojos, me besa y mueve la cabeza en señal de que no era el momento indicado, puesto que me dijo que ya habían pasado dos personas viendo hacia el carro y si, ya todo estaba empañado, así que solamente nos reincorporamos y nos fuimos, la dejé en la casa en donde se quedaba, ella mostraba un rostro de que no podía creer lo que había pasado, yo estaba muy entrado también en que pronto podríamos estar juntos.

Al día siguiente, como eso de las 5 de la tarde, yo me disponía a ir a jugar fútbol, ya tenía la ropa puesta, el short, la playera, los botines, sin embargo, recibí un mensaje de ella que me decía que venía en camino a la casa, porque quería que le ayudara a hacer una tarea, para ello, me quedé algo sorprendido, pues regularmente yo era el de la iniciativa de salir, ya que ella era muy reservada para ello.

Pasaron 10 minutos, yo estaba sentado en el sillón de la sala, viendo la TV, pronto ella bajó de un taxi, acudí a la puerta para abrirle, al verla, lo primero que noté es que ella estaba muy sonriente, las chapas de sus mejillas se veían más rojitas, a la vez nerviosa, luego, vi que venía vestida con un short muy corto de una mano arriba de la rodilla, que dejaba verle sus lindas piernas blancas, brillosas y suaves, unas sandalias cafés que dejaban ver sus lindos pies, una blusa blanca un poco pegada que dejaba ver el verdadero tamaño de sus senos que los noté más grandes de lo que yo recordaba, hacía calor, puesto que este lugar siempre se encuentra arriba de 28 a 36 C°, su cuerpo resaltaba esos atributos que tenía ocultos, mi corazón palpitaba muy rápido, verla, percibir su aroma, pronto ella sacó su computadora, me quité los zapatos de fútbol poniéndome cómodo me puse también unas sandalias, comencé a ayudarle, mientras trabajábamos ella pasaba su pie sobre el mío, luego sentía como sus dedos rozaban los vellos de mis grandes piernas marcadas y brillosas por el calor que estaba sintiendo, se sentía súper sexy, por ratos le tocaba sus piernas mientras le daba besos, hasta que por fin, al cabo de 40 minutos acabamos la tarea con todo y el jugueteo de por medio, pronto la tomé de la mano y la lleva arriba en la habitación, ella sonrió y mostró mucho nerviosismo, ya estando allá, me recuesto en la cama, la subo encima de mí, mientras la sigo besando, me quito la playera, me besa el pecho, yo tocando sus piernas y la puesta de sol se ponía poco a poco, siento como mi pene se lubrica poco a poco con cada roce, pasaba mi mano encima de su short y siento como ella se está también humedeciendo, estamos poniéndonos muy calientes, le quiero alzar la blusa, pero ella me detiene, noto su inseguridad y nerviosismo, sin embargo, seguimos con el cachondeo por más minutos, pronto noto cómo su respiración se acelera, sus ojos los cerraba cuando siente mayor placer en cada caricia, meto mi mano por debajo de su sostén, sus senos están calientitos y suaves, apenas cabe mi mano a cubrirlos (y eso que tengo manos grandes) de pronto ella se mueve más y más encima de mí como si ya la estuviese penetrando, se nota visiblemente que ya estaba muy húmeda, de pronto la cargué de las piernas dándole la vuelta quedando encima de ella, le beso el cuello, aprovecho para quitarle la blusa que, la sigo besando pasando mi lengua cerca de sus senos, por su abdomen, le beso las piernas poco a poco de manera alternada hasta los pies, ella está super excitada, bajo sus piernas quedando en medio de ellas, me bajo a besarle el cuello y siento su rica piel sobre la mía, aprovecho para desabrocharle el short, se lo quito de manera rápida que se sorprendió cerrando las piernas de manera inmediata, su pecho está rojo de tan caliente que está, me bajo el short y quedo en puro boxer, me vuelvo a meter entre sus piernas y noto que su calzoncito, blanco y con encajes está muy mojado, vuelvo a besarle los labios, ella me responde con besos muy mojados, dirijo mis manos a su espalda y ante su débil resistencia logro desabrocharle el sostén, se los tapa con las manos pero está tan perdida y excitada que logro quitárselas y veo los grandes que son sus senos y sobre todo sus pezones con aureola grande, son cafecitos color canela, no dudo en probarlos y pasar mi lengua en repetidas ocasiones, esto le prende aún más, se los sigo mamando y dando pequeñas mordidas, ella le encanta, me incorporo, me quito en boxer que ya tan empapado está de lo lubricado que me puse, me quedo totalmente desnudo frente a ella, tomo una de sus manos y la dirijo a mi pene muy erecto, ella lo acaricia lento mientras mis manos recorren sus senos, ella comienza a masturbarme y comienza a sonar muy mojado cada que lo hace de manera acelerada, admira mi pene, pronto le quito su calzón, quiere poner resistencia, pero cede ante el momento y la excitación que la han dominado, veo su vagina tan linda, sin rasurar pero dejando ver lo jugosa y rosadita que estaba, tomo mi pene con mis dedos descubriendo más el glande, se pone más rígido y grueso, me siento tan nervioso que tiemblo un poco, mi respiración se acelera, mi corazón palpita cada vez más rápido, tengo cierto temor de terminar pronto antes de disfrutar este momento tan esperado, la veo a ella y noto que lo mismo le ha de suceder, mantiene cerrando sus ojos esperando a ser penetrada, lentamente se lo acerco, siento cómo sus vellos rosan mi glande, luego siento sus suaves labios viscosos, ella se aferra a las sábanas, al fin, está totalmente entregada a mí, se muerde los labios, continúa cerrando los ojos, siento cómo mi pene va ingresando, se siente muy bien, está muy estrecho y húmedo su interior, ella al sentirlo totalmente dentro, abre los ojos de dolor y placer, y da gemidos, diciendo –¡Ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡qué rico se siente!, ¿qué grande!, ¡¿no te pusiste preservativo?!, yo solo me agache hacia ella, dándole un largo beso, mi pene seguía dentro, ella me susurra que solamente no me venga adentro, pronto volví a la posición dominándola, tomándola de ambas piernas, mientas poco a poco la iba penetrando, veía cómo mi pene salía cada vez más empapado por sus fluidos, y ese rico sonido jugoso al sacárselo y volverlo a meter así sin meter las manos, solo aprovechando lo bien erecto que estoy para poder ingresarla.

Pongo sus suaves pies en mi pecho y sigo penetrando, ella me dice -¡Ay, que rico, está grande!, ¡Despacio, que está muy duro!, (sus pupilas se voltean de tanto placer), me detengo un poco y veo sus vagina muy hinchadita, sus piernas siguen arriba, las hago hacia el mismo lado, aprieto mis nalgas y acelero el ritmo, estoy tan concentrado y disfrutando, luego cambiamos de posición, me acuesto en la cama y ella sin pensarlo mucho se sube en mí, colocando mi pene en su vagina y se va dejando caer sobre él poco a poco, una vez todo dentro, ella pone sus manos en mi pecho, sé que en esa posición me está sintiendo muy dentro en su interior, le duele, pero le excita y le encanta, aprieta mi pecho muy fuerte y ella comienza a cabalgarme muy rápido, no tarda mucho y ella mira hacia el techo gritando y gimiendo, su cuerpo temblando, yo me sorprendo pues ella está teniendo un rico orgasmo diciendo ¡Ahhh, ahhh, uuuyy, que rico!, de manera inmediata, la abrazo de la espalda trayéndola hacia mí, y la comienzo a penetrar muy duro, ella sigue perdida gritando, siento como sus fluidos se derraman sobre mis testículos y piernas, el sonido mojado de cada penetración es muy fuerte, con mis dos manos aprieto sus nalgas controlando el ritmo acelerado, le doy una nalgada y veo cómo ella grita de excitación, sé que le gustó, así que le doy más y más, se las dejo rojas, seguimos así por cinco minutos más, nuestros cuerpos están sudando, yo estoy que me reviento, no puedo más con tanto placer, detenemos el ritmo y ella poniendo sus manos en mi abdomen da brincos en mí, ella grita cada vez que baja al sentirme muy dentro, ella nota mis ganas de que estoy a punto de eyacular, ella se sorprende se me quita de encima, ella no sabía que hacer, solo se me ocurrió ponerla hincada, agito mi pene apuntando a su cara, ella demuestra también inexperiencia y está nerviosa pero excitada, solo intenta abrir la boca, sonríe, su carita de cansancio me excita, sus orejas rojitas, pronto le eyaculo toda su cara, fueron muchos, tanto que invadí, sus ojos, nariz, orejas y bueno, su lengua, me desahogo, pronto corremos al baño a enjuagarnos, estando ahí desnudos por primera vez, nos reímos, a pesar de lo que habíamos hecho, nos sentíamos nerviosos pues la calentura se nos había pasado y no parábamos de reír.

Seguimos charlando, pasándola bien, nos seguimos divirtiendo sobre lo que hicimos, y hasta salió la plática sobre nuestra poca experiencia, ella menciona que jamás había recibido sexo oral y si, yo tampoco lo había recibido, entonces, no dudé en decirle que lo intentáramos, ella se sonríe y me pregunta cuando, yo la veo fijamente y le digo, pues ahora, ya estamos aquí, desnudos que más da, pronto hago que se hinque, pronto me puse erecto, puesto que eso me daba mucha excitación, ella lo comienza a lamer, me mira, se lo comienza a meter lentamente, su boca es estrecha que siento sus dientes y me causa algo de dolor, pero me sigue gustando, ella lo sigue haciendo cada vez mejor, lo toma con una mano y me sigue chupando y lamiendo, me pongo de pie, la recuesto en la cama, abro sus piernas y noto como ella está muy nerviosa, paso mi lengua lentamente, saboreo sus labios, meto cada vez más mi lengua, wow, me encanta, que placer tan rico me he estado perdiendo, ella está muy excitada, me subo a la cama y nos ponemos en 69, ambos nos estamos comiendo, al paso de unos minutos estamos muy calientes, la oigo cómo gime y gime, yo no aguanto más, así como está de espaldas la recorro hasta mi pene, se lo meto y veo cómo la estoy penetrando en POV, ella reclinándose hacia mis piernas y veo cómo sus nalgas ricamente chocan en mí, los labios de su vagina abrazando mi pene, pronto siento como nos volvemos a humedecer, así tardamos por vario minutos más, solo la luz de la lámpara de afuera nos ilumina, las ventanas abiertas, el calor sigue, la luna a lo lejos brindando un ambiente pasional, yo la acaricio, me reincorporo y la pongo en 4, veo, su vagina ya muy estimulada e hinchadita, tomo mi pene y se lo introduzco rápidamente, la comienzo a penetrar primero lentamente, agarrando su cabello, se lo suelto, la tomo con una mano de los cabellos y acelero el ritmo, yo también ya estoy gimiendo, la sensibilidad en mi pene es cada vez más notorio, pronto ella grita, ¡Ahhh, si, si, si, dame así…! ¡¡¡más duro, más duro, no pares!!! Noto cómo ella se humedece demasiado, en estos momentos cada penetración suena demasiado rápido y duro, mis testículos chocan contra sus nalgas, después de varios minutos estamos cansados, pero saciando nuestras ganas, la acuesto en la cama, pongo una pierna en mi hombro de misionero y la penetro muy duro, ella gime y gime, no puedo más y le digo ¡Ay que rico, me vengo, me vengo, ella diciendo ¿¡¡Si, sí, sí así, los quiero en mis pechos!!, entonces paro, la orillo a la cama y se los dejo caer en sus pechos, mientras le doy golpecitos en sus ricos pezones que tanto me encantan, ahora están embarrado de mi semen, nos paramos, y nos seguimos besando, le agarro las nalgas mientras nos decimos que hoy fue gran día lleno se mucho sexo inesperado, y que pronto lo volveríamos a repetir. Y así pasaron los días y seguíamos viéndonos cada semana con nuevas locuras, aunque, nunca hubiera esperado que tan pronto, otra compañera suya andaba tras de mí, pero bueno, jejeje, esa ya es otra anécdota que contaré pronto.

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