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Cuando empecé a sentirme mujer

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Mi nombre aquí será Sergio, pues no es mi nombre real, tengo 39 años estoy casado desde hace 17 años con... la llamaré Isabel, ella tiene ahora 37 años, debo decir que felizmente casado con ella, porqué la verdad que nos llevamos muy bien y somos buenos amigos, aunque con el paso de los años parece que todo ha cambiado de alguna manera, somos distintos a como nos conocimos creo que ambos sentimos de distintas cosas por lo que hace nuestra sexualidad a día de hoy.

Vivimos en una casa cerca de la costa catalana, ella natural de Andalucía y yo de Zaragoza, ella ha sido con la única mujer, persona, con la que he mantenido relaciones, con quien perdí mi virginidad en casa de sus padres, nos conocimos cuando yo tenía 21 años y ella 19, ella si había tenido un par de relaciones antes, conocerla fue tocar el cielo para mí.

No tenemos hijos, dado que ambos siempre hemos sabido que no querríamos tener ya que somos hijos únicos los dos y lo hemos tenido claro ese punto. Durante años, con nuestros más y nuestros menos como la mayoría de matrimonios supongo, nos ha ido bien, ella es comercial en seguros y yo trabajo como asesor de empresas.

Isabel es una mujer lista, educada, valiente y trabajadora, autosuficiente y con una voluntad de hierro, segura de sí misma y pone pasión en todo lo que hace, también en el sexo, siempre ha sido muy autónoma y a mí eso me encanta de ella, de físico es una mujer bien proporcionada, morena, ahora lleva media melena, tiene los ojos grandes marrones, piel blanca pero en verano se le queda un bronceado dorado muy bonito cuando toma el sol, mide 164 cm y de peso entre 58-60 kl creo, hace unos cuantos años que se hace depilación láser en todo el cuerpo, se cuida algo más que yo, le gusta el Yoga, salir andar, un poco de gim, manos y pies perfectos siempre, tiene un pecho grande, bonito y usa una 95b, por el contrario, yo soy una persona más pausada, tímida, que con el tiempo he ganado en confianza, pero cierto que siempre me ha costado mucho tener una visión de mí en seguridad, conocerme bien… como decir, en términos sexuales, poco varonil, de siempre me gustaron las mujeres siempre, aun ahora, pero de alguna manera me resultó violento, incomodo, mucha vergüenza el estar con alguien en plan íntimo y de joven aún más, en mi desnudez, bien frente a una mujer o bien en espacios con otros hombres ha sido a menudo una sensación… no sabría definir, pero incómoda y excitante a la vez para mí. Me considero una persona de buen ver, incluso diría que algo atractivo, me conservo bien, de complexión normal no muy marcado en músculos, pero conservo bien la línea, mido 177 cm y peso 72 k, castaño, ojos marrones, piel blanca, con poco vello corporal y francamente si ella me dejara, también me haría laser en todo, noto que mi sexualidad a lo largo de mi vida ha ido cambiando en diferentes momentos.

Una vez me casé, todo cambió para mí, un nuevo yo con una mujer estupenda y todo parecía ir de fábula. Al cabo del tiempo por eso, nuestras relaciones se volvieron monótonas, nos distanciamos tanto en el afecto como en la cama, empecé a sentir ese miedo que de joven tenía, el hecho de que ella me considerara poco… la veía que pedía más, más cariño, más sexo, más pasión y a mí me costaba cada vez más satisfacerla, veía como muchas de las veces lo teníamos que dejar estar, quedándonos mal los dos, eso se prolongó como 3 años o así, y fue entonces cuando yo, sin saber muy bien porqué, empecé a tener fantasías de ella estando con otros hombres, eso me hacía sentirme… buff una subida de adrenalina, excitación que con el paso del tiempo, mis momentos íntimos a solas imaginándola disfrutar con otro hombre pasaron a ser un poco obsesión, para sentirme capaz, fuerte cuando estábamos juntos al tener sexo, recurría a ello para estar erecto, ya que de otra forma, me costaba, no siempre era fiable, algunas veces seguía teniendo episodios de “flojera” por decir algo y la relación, pues no era fácil por momentos.

Todo andaba más o menos… pasando los días y lidiando cada uno con sus fantasías y/o necesidades, que de ella bien poco he sabido nunca yo, hasta que pasó, pasó que durante meses la relación fue muy distante y una noche, viendo que ella mostraba de hacía tiempo, poco interés por mi sabiendo que era muy fogosa y que siempre tenía ganas, le tomé el móvil de noche a escondidas, sé que no se hace, pero algo me dijo que no íbamos bien… el hecho fue que vi en sus chat de whatsapp una conversación con un hombre, el cual era o es cliente suyo, con el que hacía meses que se hablaban a diario, madrugada, noche, por la mañana, media tarde… comentarios, audios, alguna foto, así que empecé a leer desde que se empezaron hablar y al principio todo por su trabajo, papeles documentación que hacía falta, pero en el tiempo y por insistencia más de él que de ella, se tornó sexual todas las charlas que se tenían y aunque no vi o no leí nada que me hizo pensar que habían llegado a quedar o hacer algo real..., todo lo que se decían y mandaban daba a entender que había mucho deseo entre ellos, hasta que se lo pillé llevaban haciéndolo unos 7 meses, ya se habían mandado fotos íntimas, él más que ella, este completamente desnudo en algunas otras posando, ella sin estar nunca desnuda del todo, pero si en ropa interior y muy insinuantes donde se le podía apreciar todo. Se mandaban audios de madrugada y se tocaban juntos según las conversaciones, como si lo estuvieran haciendo de verdad, como hacerlo, donde... todo tipo de detalles, así como conversaciones que para mí estaban fuera de lugar, pues eran o creía yo que eran cosas intimas, como las ganas que ella tenía de sexo y lo insatisfecha que se sentía conmigo, el que hacía mucho tiempo que tenía fantasías y apetitos que antes no.

Leí todo a escondidas varias noches, hasta que no pude más y se lo dije, fue un desastre, lo pase muy mal durante tiempo, los dos, pues ella se vino abajo y me pidió perdón, que nunca había llegado a pasar nada, que solo era un juego una tontería… pero me mató, me sentí mal como nunca, yo tenía fantasías así de ella sí, pero no pensé que hiciera nunca algo así a escondidas, la cosa fue que la quería, la quiero e intenté perdonar, cosa no tan fácil, me di cuenta que hace falta mucho valor y tiempo para ello… pero poco a poco creía ir superando lo pasado.

Parecía volver la normalidad, intentaba estar bien con ella… pero algo pasó en mi interior, algo noté distinto con el paso del tiempo, cuando me excitaba, mi mente volaba hacía lugares que antes jamás pensé, me costaba sentirme cómodo cuando me sucedía pero me fue gustando, cada vez más, empecé a notar una sensibilidad especial algo que jamás pensé, empecé a depilarme el cuerpo, primero el pubis luego toda la zona genital y anal, cada vez más y cuando estaba depilado por completo me sentía genial, solo que a ella no le gustaba que me lo quitara todo, según ella no me favorecía, no me quedaba bien y está claro que el aspecto no era muy varonil que digamos, más bien al contrario, pero las sensaciones eran muy fuertes cuando podía quitármelo todo.

De ahí, a un día por curiosidad al principio, le cogí de sus cajones la lencería y me la ponía, verme con ella puesta, ese fue el máximo exponente en cuanto a excitación para mi hasta ese momento, no podía contarle algo así… me moría de la vergüenza de hacerlo, me sentía fatal por hacerlo, pero no podía dejar de usarla a escondidas, muy de vez en cuando al principio, pero con el tiempo, con más frecuencia y la imaginaba con otros hombres mientras me miraba y me tocaba con su ropa, deseoso de verla disfrutar.

Empecé a sentirme cada vez más cómodo con eso, realmente disfrutaba de mis momentos a solas y notaba que era algo que quizás no fuera solo una fantasía, ya que me vi preparando, planificando esos momentos cada vez más intensos. Cuando por trabajo me encontraba fuera de casa, hacía lo posible para comprarme ropa para esos momentos, ya que la suya no me podía llevar, me compraba la ropa que previamente había visto por internet en tiendas de lencería y cuando llegaba al pueblo o ciudad donde tenía que pasar la noche, iba a comprarlo “como para regalo”, al poco pasé de lencería a vestidos, peluca, maquillaje, zapatos altos. Era una locura, pero una locura que me hacía sentir genial, como nunca me sentí y poco a poco sentí el deseo… la necesidad, mi cuerpo notaba sensaciones completamente nuevas para mí, me veía así y me gustaba, me gusta actualmente mucho más así que de hombre, me recreo cuando puedo hacerlo, en una buena depilación total, perfume, cremas, algunas veces me dejo un poco de vello en el pubis haciendo dibujos sexys.

En el transcurso de estos años que siento así, no hace falta que diga que miraba muchas cosas por la red, cosas que me creaban dudas, que me excitaban y otras con las que me identificaba, todo lo relacionado con Cornudos, Cornudos Bi, Femboy, Sissy, Trap, Trap hormonadas… me gusta, me veo y me siento así, hasta el punto que empecé a chatear con otros hombres para saber, conocer que era realmente lo que sentía con ello y lo cierto es que se me abrió un mundo nuevo de sensaciones donde me sentía perfectamente, aun así intento cumplir en casa, pero noto que empieza a influirme demasiado todo lo que me pasa y lo que realmente siento y deseo.

No pienso para nada en este tío en cuestión, con quien estuvo chateando ella, con quien ella habló, para nada, es una persona que no me merece ningún tipo de atracción, siempre he pensado que de haber pasado con un desconocido, quizás hubiera reunido el suficiente coraje como para plantearle algo, pero con alguien como este y encima de nuestro pueblo, ni de coña, así que mi nuevo yo, tenía que conformarse con mis momentos a solas y fantasear con otros hombres.

Este otro hombre, al poco tiempo, en mi cabeza pasó a ser mi mejor amigo, amigo de los dos y aunque de hacer algo así real sé que es muuuy complicado, difícil e imposible, pero me excita enormemente fantasear que este amigo entrara en nuestra intimidad, como amante de ella y descubrir poco a poco en la intimidad de los dos como me siento y lo que deseo de él, hace que la excitación se multiplique, por la implicación emocional que tendría si a él le llegara a gustar.

Pasé de tocarme como lo había hecho siempre, a excitarme mucho cuando me preparo para mis momentos a solas, pensar que él me quisiera así, y que ella, pues podría incluso aceptarlo solo como fantasía pues no seré capaz de decirle nunca eso. Con él me recreo, dejo que entre en mi mente y en mi cuerpo, me acaricio y hago como si tuviéramos sexo los dos, pienso a veces en otros hombres también, en situaciones que puedo ser para ellos toda una mujer, aunque con pito sí, pero eso hace que me siente fabulosamente bien, libre y más segura que antes. La sensibilidad de mi cuerpo en esos momentos íntimos, hacen que sienta un calor y dureza en mis pezones, también un cosquilleo por abajo, un calor interno que antes no sentía…

La primera vez que probé de recrear el tener sexo con un hombre, fue estando en casa sola unos días , ya que ella se bajó a Salou a ver a sus padres, ahí me dejé ir, me había preparado ya todo y tanto fue el morbo que sentí que después de estar toda una mañana por casa vestida con su lencería, zapatos, camisones y vestidos, me dio por tocarme el ano en el comedor, delante de un espejo grande que tenemos apoyado en el suelo, primero usando gel y mis dedos pero cuando noté que el cuerpo me pedía algo más, fui al cajón suyo de la cama donde cogí los juguetes que tiene, en frente del espejo me entregué por completo, el clic fue que después de verme y estar un rato masturbándome el ano con ellos, pegué al suelo el que ventosa y me senté mientras me miraba de frente en el espejo, con sus zapatos puestos, medias negras, liguero, sin braguitas y sujetador, noté algo que creo que no se puede describir, tardé poco y nada en correrme, estando en cuclillas, viéndome mover arriba y abajo, viendo como ese pene de goma me hacía retorcerme de placer, eyaculé en el suelo, frente al espejo y sin tocarme, ese fue el clic que noté en mi interior,  en mi cabeza y el cuerpo me dio un vuelco, creo que después de eso, no he vuelto a ser la misma ya.

Durante tiempo he estado así, llevándolo a escondidas y tomando toda precaución para que mi mujer, Isabel, no sospechara nada, pero el cuerpo me pedía algo más y pensé mucho, mucho, a base de ir hablando con otros hombres en todo esto e intentando normalizar lo que siento, durante tiempo pensé en dar el paso a probar en real si era realmente eso lo que deseaba, si realmente me siento feliz y a gusto conmigo misma. Muchas noches perdidas mirando contactos cercanos, en BCN o así, desconocía por completo todo este mundo de los cuernos, de feminización, sissy, buscaba en contactos donde el punto de feminización estuviera en sus preferencias, pero me asustaba mucho estar con alguien real… después de mucho mirar y buscar, encontré a un chico, 34 años vasco, en una página de contactos, scorts en BCN, donde uno de ellos ponía que iniciaba a CD o Sissy, le di mil vueltas, hasta que mandé un mail al contacto, contándole mi situación y que quería consejo antes de tomar una decisión así, el me respondió a los pocos días, diciéndome que estuviera completamente tranquilo ya que era algo muy habitual y fácil de llevar, solo le pedí ser educado y mucha discreción si al final diera este paso.

No hace falta decir que el chico se veía guapo y de físico estaba genial, también todo depilado él, pero muy marcado, un poco más joven que yo… nos mandamos algunos mails donde el me preguntaba cosas de cómo estaba y como me sentía y que sentía, a lo que me iba diciendo que debía hacer, pero sin forzarme a nada en ningún momento, el que él se prestara a ello así me dio mucha tranquilidad y confianza, eso me llevó a que quería si mas no, tener una experiencia y contarle a alguien real lo que me pasaba pero sin saber a qué llegaría eso, él me hizo estar tranquila, planifiqué un poco cuando seria la próxima vez que tendría que bajar a Barcelona y se lo dije, me dio unas pautas para el día de la cita, pero me dejó claro que si me hacia atrás en algún momento que no habría problema.

Así pues, el día marcado era el 23 de octubre a las 18 h de la tarde, la sesión tenía que ser de 1,30 h y el coste eran 250€, me daba más seguridad con alguien así, de pago, profesional, que hacerlo o probar con un desconocido, pues hablando por chat muchas veces encontraba gente poco educada o con quien no me gustaría tener nada… con él por lo menos me aseguraba que él sabía de mí, tenía experiencia, se dedicaba a ello. En el último mail que nos mandamos el 18 de octubre él me dijo “debes traer la ropa que a ti te gusta, que si no tenía él me la podía prestar, que no la llevara puesta, a parte en una bolsa y venir limpio, como lo solía hacer yo cuando estaba a solas y también que pensara en un nombre de chica que me gustase, cosa que no se me había pasado por la cabeza hasta que él lo mencionó”, así que el día 19 de octubre por la tarde, en el hotel que estaba, me llené la bañera, me depile toda y me dejé un triángulo en el pubis de vello muy cortito, el resto del cuerpo depilado, me puse crema hidratante, un poco de perfume de una muestra que tenía de Chanel en el cuello, muñecas, pecho, pubis… horas antes de la cita, me duché, me limpié bien por fuera y por dentro a las 17:15 llamé al taxi que me dejó a pocos metros de donde era la dirección que me había dado, lo pensé hasta último momento de irme de nuevo al hotel y pasar de todo, estaba temblando, nerviosa a más no poder… me dolía esconderle esto a Isabel, pero por otra parte ella hizo en su momento cosas malas hacia mí y ahora mi cuerpo y mis necesidades me pedían esto desde hace tiempo, pues ya no podía más, mi cabeza no paraba de insistirme con ello y mi cuerpo pedía respuestas sentir eso y no haber experimentado. Llamé, 8º 2º, escala A, abrieron y subí por el ascensor que casi no podía andar de los nervios que tenía, iba normal pero arreglado, tejanos, camisa americana y botines marrones, cuando salí del ascensor ya vi que una de las puertas de esa planta era distinta, era más grande y de color negro brillante con una placa dorada a un lado, donde ponía el nombre grabado de la compañía de contactos donde le había conocido.

Llamé a la puerta y en seguida me abrió, le reconocí por las fotos que había en la web, moreno un poco más alto y corpulento que yo, bien vestido, daba la impresión de todo muy discreto y limpio, se me presentó: ‘buenas tardes pasa por favor, soy Jorge’, yo entré, no sabía que hacer donde ir… madre mía. Tenía la cabeza completamente loca y el cuerpo tembloroso. El piso parecía muy preparado para la ocasión así que le pregunté si él vivía ahí o era solamente el lugar de trabajo, y si resulto ser el lugar de trabajo, un piso muy elegante donde se citan ellos y ellas y que la empresa les proporciona ese espació, así como el mantenimiento y limpieza, me pareció perfecto, era algo que me tenía preocupado por si era cutre, pero para nada, al contrario.

Me hizo dejar la bolsa en la mesa del comedor y nos sentamos los dos en un sofá muy grande negro así como de cuero que había, con una mesita baja enfrente con una cubitera y una botella de cava (supuse que en el precio iba eso incluido), el me ofreció una copa otra para él, me hizo preguntas de cómo había llegado a sentirme así, que estaba experimentando ahora, que era con lo que más fantaseaba, así que le conté todo esto a él. No me fue nada fácil, estaba muy nervioso, así que él me iba cortando y me preguntaba cosas concretas, como si había tenido experiencias, cosas sobre mi mujer, sobre este amigo con quien tanto fantaseo, cosas así, en un momento dado me pidió si quería ir baño y ponerme lo que había traído, así que fui me desnudé y me puse el liguero, medias negras, con unas sandalias altas, un conjunto de tanga pequeñito, fino y algo transparente con el sujetador negro elegante a juego, había comprado el conjunto en el Women Secret de Ramblas, una peluca morena media melena que ya tenía de cuando carnaval y me pinte un poco, con una bata negra también de tul transparente del Women también y volví junto a él, cuando llegué al comedor, le vi a él con solo unos slips blancos, con el pecho desnudo muy fibrado, me quería morir… que estaba haciendo?? Él no me dejó ni pensar, me hizo pasarme por el comedor delante de él mostrando y caminando delante de él, me decía que era muy guapa, que lo que sentía era muy normal el sentir mi sexualidad así que es algo muy bonito, que no tengo porque sentirme mal, al contrario, que lo disfrutara plenamente.

Me indicó con la mano que me sentara en el sofá junto a él, me preguntó si había tocado a un hombre alguna vez, le dije que no, se ofreció a que le acariciara el paquete por encima de los calzoncillos estando el de rodillas a mi lado en el sofá, me preguntaba cosas, me hacía hablar todo el rato de lo que notaba, lo que sentía, en lo que pensaba y le bajé mientras los calzoncillos y tenía una polla bastante grande y gorda un poco oscura, muy bonita, tenía el glande muy grande y descubierto, me preguntó si me gustaba, le dije que sí y se la toqué un buen rato, él con una mano me tocó a mí por encima de la tanguita primero y luego apartándola haciendo que me saliera el pene empinado, todo el rato me decía que era muy guapa y que tenía un cuerpo muy femenino, que le parecía una buena mujer, que me tomaba mi tiempo para los detalles y eso era lo principal, que me sintiera cómoda cuando estuviera así, que era muy sexy, que le gustaba mucho, me preguntó si quería probar de chupársela, le dije que sí, él se puso un condón de sabores, de fresa que tenía en la mesita y yo vi como lo hacía a escasos centímetros de mi cara, hizo bajarme un poco la espalda en el sofá quedando un poco más acostada, me la acercó para que se la sujetara completamente erecta y se la empecé a chupar, un buen rato se lo hice, despacio, tranquila, poco a poco con mis labios y lengua notaba toda la forma y volumen de su glande, polla, le miraba y parecía que le gustaba, así me lo decía y mientras él, con dos dedos me pajeaba, me preguntaba si deseaba a mi amigo como a él en ese momento, le dije que sí, me hizo quitarme la tanguita y separar las piernas un poco mientras seguía chupándosela, diciéndome lo buena nena que era, vi cómo se ponía un guante de látex y me tocaba por la zona del ano poniéndome un gel frio, él no paraba de hablarme como susurros siempre, que me relajara que estuviera tranquila y disfrutara, que me dejara llevar, notaba como me iba introduciendo los dedos despacio, moviéndolos dentro de mí, siempre me preguntaba si me sentía cómoda, si me gustaba, la verdad si, se quitó el guante y cogió de la mesita que había un consolador azul, un vibrador porqué lo enchufó para que lo viera yo mientras se la chupaba, me preguntó si quería y asentí con la cabeza, le puso un preservativo y con algo de gel fue metiéndomelo despacio, lo hacía vibrar dentro de mí… te gustaría que tu mujer estuviera aquí con nosotros ahora? Me pregunto mientras notaba eso moverse rápido en mi culo, al tiempo de responderle que SI, eyaculé, me vino solo, por el placer que sentía en esos momentos mientras se la chupaba fuerte, me dijo que eso era lo mejor, saber disfrutar con la condición de mujer, entregarme a un macho como él y dejarme llevar, me encantó, me fui al baño a limpiarme, él se quedó en el sofá, me dijo que me esperaba ahí.

Al llegar a su lado, el completamente desnudo con la polla aun morcillona pero no erecta, me preguntó si me había gustado, si me había sentido cómoda, le dije que si, al momento me dijo si quería probar de ir a más y probar de hacerlo con él, que no tenía por qué pasar, pero sí que me veía que me gustaba y se sentía también cómodo para poder probarlo, así que le dije que sí, me tomó de la mano y me llevó a una habitación que tenía al lado del baño, con las paredes todas de espejos, un futón en el suelo, velas y la música puesta bajita así como relajante, estaba muy nerviosa de nuevo, me hizo tumbarme boca arriba, me quitó casi todo, me dejo los zapatos de tacón con las medias nada más, se puso a un lado de mí y me dio un masaje con un aceite por todo el cuerpo por delante hasta llegar a los muslos, me fue frotando y acariciando todo, cuando me tuvo bien bien manoseada, me hizo relajarme aun boca arriba y con las piernas un poco recogidas, él se sentó delante de mí se puso de nuevo un guante de látex y me puso un condón en el pene, de esos de sabor a fresa que tenía y me empezó a chupar el pene, con cuidado porqué se salía un poco el preservativo al estar aún un poco flojito, pero le dije que me daba mucho placer igualmente, él mientras seguía suavemente y con la mano me acariciaba el ano y los testículos, me ponía el gel por toda la zona, notaba como él me iba introduciendo algún dedo mientras yo me dejaba hacer, sin moverme solo sintiéndole ahí a él hacerme, paró de tocarme el pene me quitó el preservativo y noté ( aún sin mirar yo, con los ojos cerrados ) como se ponía de rodillas delante de mí, supe que no eran los dedos lo que notaba ahí abajo, me masturbaba con los dedos mientras metía su polla despacio dentro de mí, me decía en todo momento lo buena que estaba y lo mucho que le ponía y se lo notaba, pues él estaba duro duro, eso me hacía sentirme bien, al poco de sentirlo, abrí los ojos y le vi entregado y disfrutando por la cara que ponía mientras me follaba cada vez más rápido, podía ver cómo me penetraba, estuvimos un buen rato así, me sentía genial, notaba mucho placer recorrerme el cuerpo por dentro, por todas partes, sentía cosquillas en las puntas de los pies, él me pidió que me girara y antes de darme cuenta, se sentó encima de mi culo el desnudo a lo que notaba en mi espalda lo duro que estaba y empezó a ponerme aceite por todo, lentamente de nuevo del cuello y bajando hasta mis muslos, no hay que decir que se entretuvo un buen rato en mi culo que me lo dejó muy aceitoso, estaba fuera de mí no me movía para nada, me había entregado a él visto que todo era muy calmado y con cariño, me arqueó un poco la espalda para ponerme una de las almohadas debajo la barriga y que me quedara así en 4 pero con la cara de lado, el pecho apoyados en el futón y el culo levantado por la almohada, lo veía moverse por el espejo, me veía a mi tumbado y él encima de mi como me follaba sin parar, me gustó mucho me dio mucho morbo vernos así, notaba todo, veía todo… jamás pensé que disfrutaría tanto de sentir así, estábamos los dos muy calientes muy entregados, me hizo poner de pie frente a él, estaba empalmadísimo con el condón rojo puesto, yo solo un poquito “tócame” me dijo, yo le toqué le masturbaba despacio, él también me tocaba.

-me gusta mucho tu pollita -me dijo él, masajeándomela y también los huevos, me los apretaba yo estaba muy sensible, solo me salió decirle que a mí me gustaba lo suyo mucho, -ven, me dijo y me pidió que pusiera las dos manos apoyadas en la pared de espejos, me separó un poco las piernas, ni dije nada, intenté salir del futón con los tacones sin caerme y me puse como me había dicho, con los tacones ahí de pie con las medias, una se me había bajado un poco... pero ni me la subí, en una mirada al frente me vi desnuda, excitadísima por la cara q tenía con el maquillaje, toda depilada y el cuerpo brillante por el aceite que me había puesto, veía el triangulito que me había dejado en el pubis de vello cortito, completamente acalorada, roja y algo sudada y vi, como él se ponía detrás de mi sin decir nada, sin mediar palabra y con una mano me hizo arquearme un poco más la espalda sacando un poco más el culo hacia fuera, -ábrete, me dijo solo, así que apoyándome con una sola mano en el espejo y la otra en una de mis nalgas me intenté abrir un poco el culo notando como el despacio me la volvía a meter, dura a más no poder, en seguida me estaba empujando hasta el fondo, solo veía como el pelo de la peluca me temblaba a sus empujones así como mi pene se movía en todas direcciones por sus embestidas y empezaba a soltar un poco de líquido cuando noté como un escalofrío dentro de mí, vi que se me empinaba y teniendo que poner las dos manos en la pared para sujetarme y no caer, empecé a correrme manchando el espejo sin dejar que él parara de follarme, iba saliendo semen a ratos más, a ratos menos, se me quedaba como un hilillo que se me iba para las medías y zapatos, me lo hacía muy rápido, fuerte, noté un gusto enorme dentro de mí y me salió un chorro más de semen, me temblaban las piernas y no podía soltar las manos de la pared de espejo cuando noté que él me follaba con fuerza y con una mano me cogía el pene para pajearme y me dijo -Venga putita dámelo todo, yo estaba fuera de mí, noté muy caliente en mi culo y se salió rápido, se corrió en mis nalgas y espalda, un chorro de semen caliente y abundante mientras gemía, no sabía bien todo lo que había hecho o pasado en esas 2 horas, algo más de tiempo de lo previsto que durara la cita, en seguida me acerco una toalla pequeña que había doblada en una caja en el suelo y nos fuimos al baño los dos.

En el baño, me hizo quitarme las medias y los zapatos y entrar en la ducha con él, nos duchamos juntos, yo a él y el a mí, fue un poco rara la situación no contaba con ello, pero morboso enjabonarlo por todo y él a mí, nos secamos, salimos y nos fuimos al comedor de nuevo, guarde todo la ropa en la bolsa y nos tomamos el champán que quedaba en la botella mientras hablamos, me hizo sentirme en todo momento muy cómoda y así se lo dije, me recomendó que si realmente era así que me sentía a menudo y era algo que notaba que condicionaba con mi mujer, que se lo contara, que no tenía porqué ir mal o ser malo comentarlo con ella, no hacía falta decirle que había pasado esto, pero que seguramente notaria que algún momento tendría que sincerarme con ella, también me comentó que si tomaba la decisión de volver a tener una experiencia así, que me planteara que fuera con una mujer con la que me pudiera abrir igual que hice con él, que por el hecho de estar casado, me podría decir mejor o ayudar en cómo me sentía con esto en casa. Que a él le tenía para cuando quisiera, que vigilara mucho en tener relaciones así pues no siempre las personas u otros hombres eran como él de comprensivos y educados o limpios, que tenía sus riesgos, solo que fuera cauto, nos despedimos y aún no sé cómo volví al hotel, solo sé que al llegar me tuve que tocar otra vez por todo lo que tenía aún de excitación dentro del cuerpo.

De eso ha pasado ya algún tiempo, reconozco que echo de menos ese día, pero hasta la fecha no he vuelto a contactar con él ni con nadie, no he vuelto a tener una experiencia real con nadie así y en casa, bueno, sigo, seguimos igual, no he sido capaz hasta hoy de contarle o ni siquiera insinuarle nada a Isabel, aún no sé por dónde empezar.

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