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Dervirgué y le hice el culo a mi nieta
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Tiempo de lectura: 10 minutos

El dos jueves atrás fue el cumpleaños de mi nieta Eva.  Ella cumplió dieciocho años. Es una pendeja hermosa, cabellos negros, ojos grises increíble y un cuerpo, aún en desarrollo pero espectacular. Pechos y culo espectaculares, muy delgada y con unas piernas estilizadas como pocas vi.

Es la hija de mi hija Clara, que con 16 años la tuvo con un novio que hoy es su marido. Con mi mujer, también la habíamos tenido a los dieciocho años. La vida quiso que yo enviudara joven, a los 35 años y no volví a formar pareja.

El mismo jueves, hicieron un asado en su casa, ella invito a sus amigas y amigos. Me sorprendí mirándola bailar después de la cena, con una mini muy corta, una remera pegada al cuerpo y moviéndose sensual.

– Espero que no siga la tradición. Me dijo Clara sentada a mi lado.

– No por favor, me va a hacer bisabuelo a los 55… Dije.

– No te quejes, que con 52 te aseguro que más de una pendeja te llevaría a su cama. Estás muy apetecible viejo. Me dijo y me dio un beso en la mejilla.

– Me agarra una de estas… me destroza. Dije.

– Toni, una amiga que tenemos en común, de mi edad (sos un cerdo), me dijo que sos imparable. La hiciste mierda hace poco…

– Ella estaba cansada…

– A mi decime la verdad, sos mi viejo y sabes que me encanta que vivas la vida. ¿Tomas Viagra?

– No… por ahora. Dije.

– Hijo de puta…

Mi nieta vino corriendo y me saco a bailar. Yo todos los sábados salía con amigos, y aunque éramos de bailar mucho, sabía moverme.

– Este tipo es mi abuelo, ojito, no se toca. Dijo Eva riéndose.

– No seas así, préstalo. Dijeron varias riendo.

El sábado posterior, con un par de amigos y dos amigas de unos cuarenta años fuimos a cenar y después a un bar donde muchas noches, cuando la gente tenía onda, corrían las mesas y bailaban. Eran casi las dos de la mañana, estábamos los cinco charlando en la barra. A instancias de Juano, uno de mis amigos pedimos una botella de champagne y brindábamos y charlábamos. Yo estaba sentado dando la espalda a la puerta y escuche a una de mis amigas:

– Hijas de puta, mira a esas borregas, quien carajo nos va mirar a nosotras con esas pendejas acá.

– Tranquila, a nosotros no nos dan bola. Y yo te miro lo linda que estas. Dije.

– Porque pensas que no te dan bola…

– Hola Toni… que sorpresa encontrarte aquí.

De inmediato reconocí la voz de mi nieta Eva a mis espaldas. La cara de mi amiga, se puso roja de furia.

– Hola Eva, perdón pero con los amigos venimos seguido, vos sos la que no viene mucho.

– Ahora que sé que venís, me vas a ver seguido.

– Mmm, quizás sea yo el que cambie de lugar para salir.

– No me hagas eso, además, las chicas quieren conocerte… ¿estás con alguien? Dijo Eva ignorando por completo a mi amiga.

– Con una amiga… te la presento…

– No… ¿almorzamos juntos mañana?

– Sí, almorzamos juntos.

– Te dejo… si tu amiga no quiere marcha, acércate a nuestro grupo…

Me dio un beso en la mejilla y se fue. Tania, mi amiga estaba prendida fuego.

– Pendeja hija de puta, la voy a cagar a trompadas, me ignoro por completo. ¿Así que la conoces? ¿Y mañana van a almorzar juntos? Pensa que puede ser tu hija.

– Tania, es mi nieta. Es la hija de Clara.

– No puede ser la hija de Clara, la hija de Clara es una criatura, y esta es una pendeja infernal, mira como se viste, casi en bolas está.

– Es la hija de Clara.

– No te creo.

Hice una seña y Clara con una amiga vinieron.

– Eva, por favor, mostrale tu documento a mi amiga y decile quien es tu vieja.

– Mi vieja es Clara, soy la nieta de Toni.

– Pero yo no… y si queres, podemos irnos juntos Toni. Dijo la amiga de Eva.

– La hija de Clara, me acabo de deprimir mal.

– Listo Eva, vayan tranquilas. Ellas se fueron y Tania me dijo.

– Te juro que te estaba levantando la pendeja, y ahora su amiga.

– Dejate de joder Tania.

– No jodo.

– Bueno, ¿Marchamos o…?

– Hijo de puta, como te digo que no ahora…

Nos fuimos a mi departamento y ella estaba tan caliente por lo de las pendejas, que desato toda su calentura conmigo. Al día siguiente, toda la familia vino a almorzar a casa. En un momento Eva se me acerco mientras yo cocinaba y el resto estaba afuera.

– Marchaste con la veterana al final.

– Sos muy mala Eva…

– Toni, tenía muchas ganas de molestarla, y varias amigas de irse con vos.

– ¿Ya no me vas a decir abuelo? Pregunté.

– Mmm… tenes razón, pero solo en casa o aquí. Afuera no te digo ni loca abuelo. Te puedo espantar a tus amigas. Y no me interesa que sepan que el tremendo tipo con el que estoy es mi abuelo. Es un hombre, yo una mujer.

– Mujercita…

– Mujer, abuelo, no soy cero kilómetro. Dijo con malicia.

– Entonces cuidate… no me hagas bisabuelo.

– Ni loca.

El sábado siguiente, salimos con mis amigos solos, y volvimos al bar. Nuevamente a la barra, pero ahora, tomando whisky.

– Hola Toni. Me dijo Eva parada a mi lado.

Tenía una mini que era la nada misma. Y top de lycra que al no tener corpiño le marcaba de forma increíble los pechos. A su lado, la misma chica del sábado anterior. Rubia, muy delgada, con poco pecho, y una cola hermosa paro bastante chica.

– Hola Toni… soy Zoe. Amiguita de Eva

– Hola, ¿Cómo andan?

– Bien. ¿Solo, sin amigas? Me preguntó Eva.

– Por ahora.

– Nosotras también… ¿nos invitas a tomar algo?

– No hay problema, les pido dos jugos.

– No… dos Gin Tonic con limón.

– Conque Gin Tonic…

– Con limón.

Pedí los tragos y la amiga casa vez se ponía más pegada a mí. Me insistieron tanto, que cuando corrieron las mesas los tres fuimos a bailar. Ellas se movían seductoras, las dos bailando conmigo y por momentos entre ellas, y ahí muy sensuales, rozando sus cuerpos. No eran pocos y pocas las que nos miraban. Volvimos a la barra y yo me senté en una banqueta. La amiga de Eva, se puso a mi lado, tomo mi mano e hizo que rodee su cintura.

– Zoe, no te ofendas, pero así es como los hombres tomamos a las putas, por la cintura…

– ¿Entonces cómo?

Separe mis piernas, la hice poner entre ellas apoyada en una y la tome por el hombro.

– Wow… se siente distinto… uff.

– No jodas con Toni…

– Tiene otra pierna, proba. Dijo Zoe.

Y Eva se puso apoyada en mi otra pierna y me pidió que le ponga la mano en el hombro.

– Mmm, tenes razón, ves boluda, esto es un hombre. Dijo mi nieta.

– Te digo que me… Dijo con una sonrisa Zoe.

– Sos una puta… Dijo Eva y le dio un beso tremendo a Zoe, que se lo devolvió.

– A bueno… eso sí que no lo esperaba. Dije.

– Digamos que somos amigas… con derecho a roce. Dijo Zoe.

– Toni, no digas nada en casa, Clara se muere de un infarto.

– No es mi tema, lo que vos hagas o dejes de hacer es asunto tuyo. Como dijiste, sos una mujer. Dije sin darme cuenta que le estaba dando un pie tremendo.

– ¿En serio lo decís? Me preguntó.

– Por supuesto. Me conoces, no miento.

Las dos se volvieron a besar y después Zoe me miro y me dio un beso. Al principio no respondí por la sorpresa, pero después, lo respondí con placer.

– ¿Para mí no hay? Pregunto Eva.

– No soy uno de tus amiguitos Eva, ni un boludo que se babea por dos pendejas. Zoe me beso, le respondí el beso. Si sigue, jodiendo, en vez de apoyarse en mi pierna… no jodo.

– ¿Y si te digo que las dos queremos acostarnos con vos?

– Pago y salgo a buscar mi auto. Uds. sabrán que hacer.

– Queremos acostarnos con vos, las dos.

Pague y fui para mi auto. Ellas me siguieron y Zoe se sentó adelante, Eva atrás. Puse en marcha el auto y partimos rumbo a mi departamento. Las dos estaban inquietas, Zoe giraba y la miraba a Eva.

– ¿Arrepentidas? Pregunté.

– Calientes. Dijo Eva.

Hice que Zoe separe las piernas y mientras manejaba lleve mi mano a su concha. Ya al rozar su tanga, la note empapada. Metí un dedo en su concha, ella gimió como una gata en celo.

– Ponete de costado, mirando a la puerta. Dije.

Zoe lo hizo de inmediato, y más cómodo y a la vista de Eva, seguí jugando con mis dedos en su concha. Mire por el espejo y Eva se apretaba las tetas y mordía sus labios.

En un semáforo en rojo, separe bien sus cachetes y le empecé a meter un dedo en su culo.

– Toni… Dijo Zoe.

– Tienen tiempo hasta que lleguemos al departamento. Después…

Por suerte mi auto es de caja automática, y no saque el dedo hasta que llegamos a mi departamento. Antes de activar el portón de la cochera, lo enterré hasta el fondo, provocándole un orgasmo a Zoe.

– ¿Se bajan? Pregunte.

– No. Dijeron las dos a dúo.

Estacione el auto y subimos al ascensor. Los tres abrazados y yo besándome con Zoe. Entramos a mi departamento y fuimos derecho a mi dormitorio.

Entre las dos se ocuparon que en minutos estuviéramos los tres desnudos y en la cama. Las dos se pusieron a chuparme la pija, bastante torpemente, pero era un espectáculo ver a las dos pendejas hacerlo y besarse cada tanto.

En minutos mi pija estaba bien dura, es de unos 20cm. y relativamente gruesa.

– Dale vos… Dijo Eva

Y Zoe me monto. Puse mi pija entre sus labios vaginales y fue bajando en medio de gemidos. Era bastante estrecha, podía sentir como su vagina apretaba mi pija. De inmediato ella empezó a gemir y a acariciarse las tetas.

Eva, se acostó a mi lado y por primera vez, nos empezamos a besar. Por momentos Eva la miraba y llevo su mano al clítoris de Zoe para acariciarlo, besarme el pecho y en la boca.

– Ponela loca. Le dije.

– ¿Cómo? Me pregunto con vergüenza.

– Chupale las tetas y juga con su culo, con los dedos y tu lengua.

– Toni…

– Uds. quisieron venir.

Eva se puso a besarle los pechos y a acariciarle el culo. Zoe se movía lentamente disfrutando tanto de mi pija como de la boca de Eva. De pronto arqueo la espalda y tuvo un orgasmo.

– No te detengas Zoe, quiero que sigas gozando preciosa. Me encanta ver tu cara de placer. Le dije.

– Dios… Dijo Zoe y se siguió moviendo despacio.

Eva se puso a sus espaldas y se la empezó a besar, bajando hasta el culo, hizo que Zoe se separe los cachetes y haciéndola inclinar sobre mi pecho, fue bajando hasta ponerse a jugar en el orto de Zoe con su lengua.

Zoe me miro sonriendo y mordiéndose el labio. Yo le acariciaba las tetitas y ella gemía sin parar. Dio un respingo cuando Eva le metió un dedo.

– ¿Alguna vez? Le pregunté.

– Nunca, pero me encanta… Dijo Zoe.

En mi pija sentía como Eva le masturbaba el culo sin parar… fueron minutos y minutos, hasta que tuvo otro orgasmo. La hice levantar y poner en cuatro patas. Me puse detrás y despacio se la metí en la concha. La tome firme de la cintura y comencé con mis embestidas, cada vez más rápido y más profundas. Eva a nuestro lado, se masturbaba mirando a su amiga gozar. Ahora Zoe era una máquina de gemir, le di un chirlo en el culo y tuvo un orgasmo tremendo.

– Eva… es la gloria… Dijo Zoe

– Veo…. Dijo Eva sin dejar de masturbarse y apretarse las tetas.

Sin dejar de bombearle la concha, escupí su orto y le metí un dedo con facilidad. Luego otro… Ella mordía la almohada de placer.

– No te voy a forzar, ¿Queres que te la meta por el culo?

– Sí… despacio por favor.

– Si no lo aguantas, me decís.

– Bueno.

Fui al baño y agarre una crema que había dejado una amiga. Puse crema en su orto y en mi pija. La apoye, y fui metiéndola lentamente.

– Dios, es tremendo… Dijo Zoe.

– ¿Duele?

– Poco, no pares. Me dijo.

La penetre totalmente y por la crema entraba y salía con facilidad. Poco a poco, aumentaba la velocidad. Eva tomo la crema y se puso en su propio orto y se masturbaba con dos dedos en el culo y dos en la concha, todos de la misma mano, mientras se apretaba las tetas o chupaba los dedos.

– Sos un genio Toni, que genio que sos cogiéndome. Dijo Zoe.

Mis movimientos se aceleraron y termine llenando el culo de ella de leche. Me quedé unos segundos, saque mi pija y me acosté.

Zoe se tiró encima de mí, me dio un tremendo beso y me limpio la pija con su boca. Mientras lo hacía Eva tuvo un orgasmo brutal masturbándose. Zoe fue al baño, y cuando volvió me dio otro tremendo beso.

– Voy a buscar un whisky, es lo único que tengo para ofrecerles en alcohol. Dije.

– Compartimos una medida. dijo Zoe.

Unos minutos después volvía a la habitación, y ellas charlaban. Me vieron y se quedaron en silencio.

– ¿Qué pasa que se quedaron calladas?

– Nada… dijo Zoe.

– Decile boluda, habla tranquila.

– ¿Qué pasa Zoe?

– Es que… me da vergüenza Toni. Gracias… sos un tipo tremendo… solo estuve con dos chicos y… Dios, que diferencia… un mundo de diferencia… vos te ocupaste de hacerme gozar, es la primera vez que tengo más de un orgasmo, y fue maravilloso. Hasta cuando me dabas con todo, eras cuidadoso. Cuando te monte, no estabas a los gritos pidiendo que me mueva, me dejaste gozar… Por eso te deje que me hagas el culo, porque sentía que ibas a ser como fuiste.

– No te ofendas, pero es la diferencia entre acostarse con un pendejo y con un veterano maduro. A mí me gusta gozar a la mujer, que como vos, disfrute, goce todo lo que quiera gozar.

– Te adoro. Dijo Zoe y me dio otro tremendo beso.

– Hace poco escuche como una amiga le contaba a la vieja que había estado con vos, le decía lo que había gozado, una mina que según contó, se tiraba pendejos a pesar de tener la edad de Clara. Pero como se volvió loca con vos!!! Que la hiciste mierda, pero muy como hiciste con Zoe.

– Como dije, es como me gusta hacerlo. Dije.

– Toni… mi caso es peor… yo estuve con un solo chico… y solo una vez… Dijo Eva.

– ¿No queres hacerlo? Pregunté.

– Si… quiero. Solo que… ni sé que hacer…

– Zoe, viste como es… ¿me ayudas a darle placer?

– Por supuesto.

Nos acostamos y Eva quedo entre Zoe y yo. Yo la besaba y acariciaba despacio, Zoe hacía lo mismo. Entre los dos, besamos y chupamos sus tetas, lenta y tiernamente. Yo, le mordisqueaba suavemente los pezones y ella empezó a gemir, mientras nos acariciaba la cabeza. Deje a Zoe con sus pechos y fui bajando a su concha, separe sus piernas y me puse a chuparla.

Ni bien comencé, ella tuvo un orgasmo que la tomo totalmente de sorpresa.

– No puede ser, un orgasmo tuve. Dijo Eva.

– Tranquila, ya vas a tener más mi amor. Le dijo Zoe

Yo en su concha, Zoe en sus pechos. Separaba sus labios vaginales y le metía la lengua, ella no paraba de gemir. Tuvo un orgasmo y le dije a Zoe.

– Tengo ganas de hacer maldades. Ayudala a ponerse de rodillas.

Con Eva de rodillas, me puse debajo de su concha y la hice sentar sobre mi boca. Ya la posición y sentir mi boca le provocó otro orgasmo. Zoe chupaba sus tetas y poniéndose crema en las manos, le acariciaba todo el cuerpo, Eva era una máquina de gemir, y de tener orgasmos.

– No puede ser cierto, esto es una locura maravillosa. Dijo Eva.

Yo seguí chupando y Zoe, poniendo crema en el orto y sus dedos, le fue enterrando los dedos poco a poco. Después de un orgasmo, me empecé a correr, pero sin dejar que Zoe saque los dedos del culo de Eva. Eran tres dedos y el orto estaba perfectamente dilatado.

– Está a punto, ¿Te animas?

– Sí, dale por favor. Necesito sentirte dentro mio.

Me puse detrás de ella, puse crema en mi pija y lentamente se la fui metiendo. Zoe se puso por debajo de Eva y le dijo:

– Ni me toques, es todo para vos.

Yo en el culo de Eva y Zoe chupándole la concha, la fuimos llevando a un nivel de excitación tremendo. En cada orgasmo Eva arqueaba la espalda y mordía las sabanas.

Saque la pija de su culo y se la di a Zoe que la chupe un poco. La chupaba hermoso, entendiendo como dar placer. Hice que Eva se acueste boca arriba, y puse sus piernas en mis hombros. Lentamente la fui penetrando en la concha. Ella gemía y se quejaba de dolor. Y solo había entrado apenas parte del capullo de mi pija. De pronto sentí que algo impedía que siga entrando.

– Eva, ¿En serio estuviste con un chico? ¿No me estas mintiendo?

– No Toni, no te miento. Te lo juro. Y fue un desastre, apenas me la metió acabo. Ni goce.

– ¿Y si te digo que sos virgen?

– ¿Queeee? ¿Cómo que virgen? Si el me la metió.

– ¿Sentiste algo de dolor, aunque sea un poco?

– No, nada, me sorprendió…

– Sos virgen… ¿Qué queres hacer?

– Quiero que sigas, que me quites la virginidad Toni.

Lentamente fui empujando, sacando y empujando, haciendo que vaya cediendo, hasta que termine empujando y ella solo se quejó un poco. Me fui moviendo tranquilo, disfrutando esa virgen que se había entregado a mí. Su vagina apretada, sus uñas arañándome por excitación en mi espalda, su sonrisa, su mirada de placer era tremendamente excitante. Fui acelerando y ella gemía con todo.

– Por favor, esto es una locura. Dijo Eva.

Di un par de embestidas y ella tuvo un tremendo orgasmo, saque mi pija de su concha y me masturbe hasta acabar entre sus pechos. Ella me pidió chuparla y la limpio por completo. Zoe, de rodillas a nuestro lado nos miraba sin tocarse.

Mientras Eva iba al baño, Zoe me dio un tremendo beso y se quedó tomada de mi mano mirándome.

– Toni, te amo, que hombre por favor. Te aseguro que fue maravilloso, casi sin dolor y con todo el placer…

– Me alegro Eva, no hay nada más frustrante para una mujer que unas primeras relaciones malas.

– Mi primera fue horrible, te lo aseguro. ¿Cómo puede ser que haya sido virgen hasta ahora?

– ¿Sabes lo que es un eyaculador precoz?

– Sí, claro.

– Bueno, quizás que para el chico era su primera vez también, o la presión de estar con una chica virgen, hizo que apenas sintió que te penetraba, eyaculo.

– O sea, me desvirgaste, y me diste un placer inigualable en mi primera vez real… Te amo.

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