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Educando a mi sobrina
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Tiempo de lectura: 8 minutos

Había quedado en:

“Fui al patio y vi a Mariel en una de las reposeras, puse otra al lado y me recosté.

Yo: Todo bien Mariel?

M: Si tío, todo bien

Me senté en la reposera mirándola, ella me miró y le pregunté:

Y: llegaste a gozar?

M: Me viste

Y: si no fuiste muy disimulada

M: si tío, tremenda paja me hice. Y a vos no te fue mal!”

Me volví a recostar en la reposera, y ella aprovechó para charlar conmigo cosas que con su madre no se atrevía

M: Tío, con cuantas mujeres te has acostado?

Y: No llevo la cuenta Mariel.

M: Más de 30?

Y: seguramente

M: Y de qué edad te gustan más?

Y: de 25 a 45, aunque reconozco que entre una de 25 y una de 40, me quedo con la de 40

M: Y las de mi edad no? Por qué?

Y: porque están mucho en el histeriqueo, piensan que porque tienen 18 años y un lindo cuerpo son las diosas del sexo. Además como todas sus experiencias son normalmente con jovencitos, no saben disfrutar el sexo.

M: y una veterana qué?

Yo: Mira, una “veterana” como le decís vos, comparada con vos, te lleva kilómetros de ventaja

M: a que si lo haces conmigo, cambias de opinión, no creo que una “vete!” sea mejor que yo.

Y: ya que estas desafiante, contesta vos: Con cuantos has estado?

M: 2

Y: y seguro que siempre 1 a 1, nunca con los dos?

M: no

Y: Con cuantas mujeres?

M: Ninguna

Y: sos multiorgásmica?

M: ehh

Y: Cuantas veces hiciste sexo anal?

M: Nunca tío!!!

Y: Sabes dónde tenés el punto G

M: si en la vagina

Y: pero te lo descubrieron o lo descubriste?

M: No

Yo: pues entonces olvídate que le llegues a los talones a “una vete”. Las mujeres que yo frecuento, son las que han aprendido a gozar, a buscar el placer, a pedirle al hombre, sin pudor, que es lo que quiere que le haga, o decirle lo que quiere hacerle.

M: entiendo

Y: y algunas no tienen problemas en compartir la cama con otra mujer, y otras, se llevan dos hombres a su cama. No todas las veces, solo cuando les pinta la situación

M: y por ejemplo con la chica que trajiste, hablaste que iban a hacer?

Y: No, vinimos porque teníamos ganas uno del otro.

Al rato se unió Lilian a la charla,

L: de que charlaban?

M: de las mujeres que se acuestan con el tío

Lilian se puso colorada instantáneamente carraspeo y dijo:

L: no me parece un tema para vos Mariel, y vos Martín, ojo con meterle cosas en la cabeza.

Y: Meterle que y en dónde? -dije mirándola a Mariel, y guiñando el ojo en complicidad.

L: Por favor, no empieces con tus dobles sentidos, eres terrible.

Y: es que no entendí bien.

Cuando Lilian fue a buscar para tomar algo, Mariel siguió.

M: pero nunca te acostaste con una chica de mi edad, siendo vos grande.

Y: si, alguna noche de necesidad, si

M: y?

Y: parecía su maestro de escuela. Después me llamó varias veces para vernos, pero cuando le dije de hacer un trio y hacerle la cola, salió corriendo.

M: a mí no me molestaría?

Y: que no te molestaría

M: hacer un trio y lo de la cola?

Y: huy, que lanzada. Por favor Mariel, te falta cama.

Lilian: supongo que no seguirán hablando de lo mismo

M: le decía al tío que me gustaría probar todo en el sexo, y a vos mamá?

Lilian: no son preguntas que se le hacen a una madre.

M: no se le hacían, ahora si

Lilian: me incomodan, y vos que tanta experiencia tenés para decir eso?

M: mamá, ya estuve con dos chicos. Hace dos años que no soy virgen?

Lilian: Qué? Cuando? Quién? Te cuidas?

M: muchas preguntas. Relajate y goza, sobre todo eso, goza.

Lilian: pero, pero.

M: me voy a la compu, me la prestas tío?

Y: Si, no hay problema. Y no vayas a abrir una pestaña que dice “oink”, porque son chanchadas, sitios porno

M: no tiito, eso no lo hace una niña buena!!! Tras lo cual salió corriendo

L: Martín, por favor, no la estimules

Y: sin embargo a vos te gusta que te estimulen

L: no empieces.

Acerqué mi reposera hasta que se chocaron, tomé su mano y la apoye sobre mi pija. Hizo una suave caricia y se quedó quieta, no la sacó

L: no, Martín basta, ya fue mucho lo que hicimos, aparte Mariel puede venir en cualquier momento

Y: no te preocupes, que no es ninguna boluda, si nos ve hacer algo ni se va a acercar. Te acordás como chupar una pija?

L: algo, necesitaría practicar

Saque mi pija fuera del short, puse su mano y le dije: “Acá tenés un voluntario”

L: pero, acá? Ahora?

Y: como vos me pediste que te diga hace un rato: “Chupa PUTA”

Lentamente se fue acercando, fueron besitos en la cabeza primero, luego empezó a sacar la lengua y pasarla por el tronco, cuando tuvo más confianza fue metiéndola y sacándola de la boca.

L: está bien así?

Y: si, disfruta vos chuparla, mámamela con ganas de gozar vos

Sus movimientos cada vez eran mejores. Sentí como se comenzaba a agitar

Y: Estas caliente, ya te estas mojando?

L: sí, estoy mojada.

Y: bueno, tocate, excitate y date placer mientras le chupas la pija a un macho.

L: pero

Y: tocate las tetas, el clítoris, metete dedos, demostrale al hombre cuanto te excita estar con él, cuanto te excita hacerlo gozar.

L: si me encanta ver esta pija dura por mi, me hace bien

Y: pues entonces dame y date placer

Fueron casi veinte minutos que estuvo mando, pajeando y al mismo tiempo se tocaba.

Cuando estaba por acabar, la tomé de los cabellos de la nuca con las dos manos hice que me miraba y le dije:

Y: ahora vas a saber que es que te cojan la boca

Me paré, dejé su cabeza quieta y empecé a bombear, entrando y saliendo a fondo. Por momentos le daba arcadas, pero también casa ves se excitaba más. Cuando sentí que me venía, la enterré hasta el fondo de su garganta y acabe en ella. Al mismo tiempo llegó a un orgasmo que hizo templar todo su cuerpo.

Y me volví a sentar, ella se acomodó la malla, pasó su mano por su cara limpiando un poco los restos de semen, y al ver que venía Mariel, se tiró a la pileta. Como quien no quiere la cosa, le limpio la cara y los pechos, y Salió sonriendo del agua.

L: ahora vengo, voy a buscar una toalla

Y: bueno

Cuando entró a la casa, la miré a Mariel

Y: otra vez espiando?

M: si tío, y me calenté otra vez.

Y: me parece que te tenés que calmar un poco y sacarte el sexo de la cabeza.

M: no puedo “Martín”, desde antes de venir ya estaba así. Y recién vi dos videos y me puse loca. Justo bajé a tomar algo a la cocina y la vi a Mamá y fue para peor, para colmo no me dio tiempo a meterme mano.

Justo volvía Lilian por lo que se cortó la charla. Y no siguió por el resto del día. Al atardecer pasó un amigo a saludar, y ver si iba a salir esa noche. Le dije que no, que no salía, cuando justo entró Lilian a la cocina

A: Ahora entiendo por qué no salís.

L: Perdón no sabía que estabas con gente.

Y: No es gente, es un amigo. Juan, ella es mi hermana Lilian, que está de visita, buscando trabajo porque se quiere venir a vivir con la “nena” a Capital

A: Un gusto Lilian, no sabía que Martín tuviera una hermana, sobre todo, tan joven y hermosa.

Yo: Lilian, te están tirando los perros, ojo?

L: Gracias, pero ni tan joven ni tan hermosa. Y si Martín, escucho los ladridos, jajajaja

A: perdóname, pero me vas a decir que a los 30-32 que tenés no sos joven?

Yo: Ves lo que te digo, boluda!!!

A: Cuantos años tenés Lilian?

L: 44 no tengo problemas en decirlo

A: Por Dios, en serio que no te daba más de 32.

L: Gracias, sos muy amable.

Y: Juan, me haces un favor: La podes invitar a tomar algo, no conoce la zona, porque no salen. Eso sí, metes una mano y te cago a trompadas, es MI HERMANA.

A: Con todo gusto. Lilian, si querés paseamos un poco y te invito a cenar. Prometo comportarme.

L: Martín, en el pueblo eso se llama “entregarla atada” y Juan, te agradezco pero no quiero interrumpir tus planes.

A: No, va a ser un gusto y sobre todo encantado de tener tiempo para charlar y conocerte más.

L: Bueno acepto, si me esperas ya bajo.

A: por supuesto

Al rato bajó, con un lindo vestido, entallado que realzaba su figura. Cuando se fueron, me fui a mirar televisión al living. Al rato escucho que Mariel pregunta:

M: Mamá ya salió? A qué hora vuelve?

Y: si hace un ratito. Y creo que vuelven tipo 1 o 2, no sé. Por?

No contestó, y al ratito bajó, se sentó al lado mío y vi que seguía con la malla y una remera.

M: este es un Smart TV, no?

Y: si

M: Me prestas el control remoto?

Y: si busca algo, yo recién lo prendo.

Con una habilidad asombrosa en dos segundos había puesto una página de videos porno.

Y: que haces pendeja?

M: quiero mirar porno en pantalla grande.

Y: no jodas, no empieces un juego que no sabes cómo puede terminar

M: si, se

Y puso un video de un trio de dos mujeres y un hombre. En cuestión de segundos sus manos buscaban sus pechos y su vagina, su respiración se agitaba. Ver el video y a mi sobrina excitada y metiéndose mano hizo que empezara a excitarme.

Ella, sin ponerse de pie se sacó la remera. Sus pechos eran apenas más pequeños que los de su madre, pero sus pezones mucho más grandes. Solo pasó un par de minutos hasta que de un salto se saque la parte de debajo de la malla, para quedar completamente desnuda, se sentó de costado, abrió las piernas y me mostraba como sus dedos entraban y salían.

Y: Mariel, es hora que pares. Podes terminar llorando.

M: Me la tendré que bancar.

Y: pues chuparme la pija pendeja, y sin chistar.

Con la misma velocidad que se sacó la ropa estaba prendida a mi pija. Evidentemente tenía más entrenamiento que la madre. Le sobaba la vagina, jugaba con el clítoris. Y apretaba suavemente su ano. Me paré, la hice acostar con la cabeza de lado mientras le metía mi pija en la boca. Le metí dos dedos en la vagina y dio un salto. Busque su punto G y los estimulé.

M: Por Dios, que me haces, que placer, voy a acabar, gritaba

Así acabó 3 o cuatro veces. Su boca se separaba unos segundos de mi pija para buscar aire.

Me prendí a sus pezones y los besaba y mordía, mis dedos seguían excitando su punto G, y otro de mis dedos, aprovechando que su concha choreaba y mojaba el ano, fue abriéndolo y dilatándolo, hasta que entro por completo. Marial estaba totalmente desquiciada me apretaba la cabeza contra sus tetas, metía dos dedos en su boca como si fuera otro pene.

Así llegó a un súper orgasmo. Cuando vi que dejaba de temblar, la tome, la puse de rodillas frente al sillón, tomé una de sus manos y dos dedos de esa mano los introduje en la concha.

Y: te gusta pajearte, pues pajearte para mí.

Mariel: No doy más, déjame descansar un poco.

Y: te lo previne, ahora báncatela. Pajeate.

Lentamente comenzó a hacerlo cuando volteó la cabeza me vio como me masturbaba, la miré y le pregunté:

Y: te gustaría tenerla adentro?

M: si, pero es grande.

U: Vos dijiste que te la bancabas. Pues báncatelas.

Luego de un rato, hice que uno de los dedos siguiera y el otro lo meta en su ano. Se negaba por lo que le dije: es preferible que te lo metas vos y no yo.

Se lo fue metiendo de a poco, entrando y saliendo. “Otro” le dije

M: No, por favor

Y: Otro

Y casi sin meterlos fueron entrando dos. La dejé así y fui hasta la cocina y traje aceite de cocina.

Fui poniendo gotitas para que vayan lubricando los dedos. Esto facilitó la entrada. Cada vez lo hacía más rápido, le hice meter un tercero. También entraban y salían, la acosté en el suelo, hice la puse de costado y le empuje la rodilla de la pierna de arriba hasta que toco su pecho. Todo sin sacar los dedos.

Y: así que te la bancas, que le pasas el trapo a una “vete”

Y de un golpe le enterré la pija en la vagina, quiso sacar los dedos del culo y no la dejé: Entraba y salía con todas mis fuerzas. Empezó a llorar de dolor, pedía que pare.

Y: bancatela putita, te haces como todas las de tu edad que se la saben todas, pues esto es apenas una muestra de lo que se banca una vete. Y encima lo disfruta, y pide más.

Seguía llorando, yo estaba sobre ella bufando como un toro furioso. Ver que lloraba me excitó aún más. La saque, y acabe en su cara.

Me senté en el sillón, cambié y puse una película y me puse a verla, así desnudo como estaba, como si nada hubiera pasado.

Quedó acostada unos segundos y se levantó y salió corriendo al dormitorio. Con un trapo limpié el living, fui a mi cuarto y me cambié. Cuando pase por su cuarto escuche que se estaba bañando.

Bajó, se sentó en un sillón frente a mí

M: sos una bestia, me hiciste mierda.

Y: Mariel, vos me desafiaste, yo te advertí dos veces y te di la oportunidad de parar. No quisiste.

Como te dije, eso para una vete no es nada. Solo fueron 30 minutos. A veces podemos estar una hora y media dándonos.

M: nunca pensé que era así. Yo cuando lo hice, los flacos no duraban 15 minutos. Y yo si no me tocaba no llegaba.

Y: por eso te dije. Uds. se la creen y no saben nada.

M: sé que vas a pensar que estoy loca, pero quiero más, que me enseñes más.

Y: hoy me olvidé que sos mi sobrina, pero no me busques.

M: no soy tan boluda para volver a decir que me la banco, pero por lo menos quiero intentarlo…

Y: veremos.

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