back to top
InicioAmor FilialEl hermano gemelo de mi padre (VIII)

El hermano gemelo de mi padre (VIII)
E

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.
Tiempo de lectura: 8 minutos

Anteriormente:

Descubro que mi tío hace fiestas en su casa quinta con Lorena y sus amigas, y mis enemigas.

Mi padre participa de esas fiestas, pues es el contacto con Lorena, a quien cogió y produjo la separación de mis padres.

Viendo historias de redes sociales me doy con que haría una nueva fiesta, a la cual decido ir mezclándome entre las chicas.

En el lugar nos reciben dos hombres, uno maduro como mi tío y otro más mayor.

Allí me meto a la pileta con mi ropa interior blanca, ya que no había traído bikini.

Tanto el hombre y el hombre mayor se disputan estar conmigo, dejando de lado el resto de las 12 chicas que están vestidas y con actitud de putas.

Mi salida de la pileta con mi bombacha de algodón blanco mojado que trasluce todo genera la mirada y aplauso de los dos hombres de la pileta.

Mi tío y mi padre no aparecen, mientras el efecto del alcohol me hace sentir mareada. El hombre más joven me da una pastilla y agua para que me haga sentir mejor.

No lo logra, me hace sentir más mareada y con mis reflejos fallando.

Cuando este hombre se ofrece a llevarme a mi casa, baja desde los cuartos mi tío, mi padre y Lorena.

Un comentario de uno de los hombres sugiere que estuvieron haciendo un trío.

El asco me revuelve el estómago, mi padre estaba metido en eso.

Ni mi padre ni mi tío ni Lorena me ven por el enjambre de chicas que van presurosas a saludar a los anfitriones de la fiesta.

Ya dentro de la casa, el hombre más joven me dice que lo espere que se viste para llevarme.

Mientras llega el hombre mayor y me sorprende pidiéndome que me vaya con él en lugar del otro.

La descripción de cómo me avanza y me besa y me toca y lo toco está en el relato anterior.

Término apretada contra la pared, con una mano suya tocando mi culo y un dedo acariciando mi ano, su otra mano sosteniendo el cuello. Su lengua metida hasta el fondo de mi boca ahorcando mi lengua.

Yo con una mano en su pecho y la otra sobre su maya rodeando una pija madura gorda, grande y caliente.

En eso interrumpe el otro hombre que ya está cambiado para llevarme.

Ambos me disputan y yo decido aprovechar la situación para zafarme del hombre mayor.

Les digo que voy a ir a cambiarme, ellos me preguntan con quien me iría y les contesto sin mirarlos

"con el mejor postor"

Esto generó risas entre ellos, pero me sirvió para ganar tiempo.

Subía las escaleras sin mirarlos, sentía su mirada en mi pequeño culito adolescente. Sentía que miraban cuanto se me transparentaba la bombachita blanca de algodón. Sabía que miraban lo corrida que estaba por la manipulación del hombre mayor.

Y hasta intentaban mirar por debajo cuando se acoplaban a la forma de mi vagina virginal.

Subo hasta el cuarto de mi tío, ya están habilitados los cuartos de servicio al parecer. Mi padre estaría usando uno.

En mi escapada por librarme de esos dos hombres no tome en cuenta que mi ropa quedó abajo.

No sabía qué hacer, cuánto tiempo esperar. Confiaba en que la calentura de los hombres y la promiscuidad de las otras chicas hicieran contacto y se satisfagan ambos llegando a olvidarse de mi.

Sigo sintiéndome muy mareada, me cuesta enfocar la vista. Las piernas me tiemblan un poco.

Voy a buscar ropa de la ex novia de mi tío, pero no hay casi nada. Es evidente que la puta de Lorena ya se hizo con todo.

Lo único que encuentro son disfraces, evidentemente la tenían como mascota para sus deseos.

Tenían uno de colegiala. Decidí ponerme ese.

Una falda escocesa cortita, una camisa al cuerpo que se transparentaba y se ata por debajo de las tetas.

Me hice unas colitas, una de cada lado

Y al encontrar un antifaz me lo puse para poder bajar y esquivar a los hombres.

Revisé los cajones de mi tío hasta encontrar algo de dinero para poder salir de la casa e irme en un taxi a casa.

Cuando bajo por las escaleras, ya no estaban ninguno de los hombres.

Bajo con miedo, mirando para todos lados.

Me cuesta bajar bien, sigo mareada, me sostengo de la pared. Y cuando estoy llegando al final, veo que entra mi tío.

Está todo mojado por la pileta, atrás de él entra Lorena también mojada a las carcajadas, con una copa de champagne en la mano.

La muy puta no le importaba estar con cualquiera.

Al verme mi tío me dice

"ah vos debes ser la que hablaban [los hombres], de donde saliste?, la trajiste vos Lore?"

Yo me quede helada, muda, no sabía qué decir o hacer.

Lorena le responde que tal vez es amiga de alguna de las que está en la pileta. Que ella no me conoce. El antifaz y mi vestimenta disimulan quién soy.

En el fondo se ve a los hombres sentados en reposeras con chicas al lado hablándoles. Evidentemente la calentura fue mas fuerte y pasaron a otra caza.

Mi tío me pregunta si estoy bien, me ve mareada. Me dice que si quiero puedo recostarme en uno de los cuartos hasta sentirme mejor.

Lorena hace un gesto de capricho, no le gusta.

Mi tío le dice

"anda a buscar las botellas para las chicas y para los muchachos. Yo la acompaño al cuarto a ella."

Me toma de la cintura y me lleva escalón por escalón.

Pero esta vez no me lleva a su cuarto, sino a uno de los de huéspedes. Es obvio que no sabe quién soy.

Una vez dentro me dice que me acueste, que no me preocupe, si me siento mal que avise.

"te queda muy lindo esa ropita, cuantos años tenés?" me dice mi tío cuando parecía que se retiraba.

Le contesto que tengo 21 (cuando en realidad tengo 18, para no asustarlo). Me contesta que parezco más chica.

Me dice que deje muy caliente a sus amigos y que lo volvieron loco preguntando por mi para que le diera información.

Dice que me describieron como una chica que se hacía la tímida y recatada pero que sabía cómo calentar.

Me pide que me saque el antifaz, le digo que no, que soy tímida, eso parece calentarlo porque enseguida se le forma un bulto enorme en su maya.

"te dejo descansar, pero antes un beso de las buenas noches" dice mi tío como un viejo verde.

Me pide que me acerque y obedezco, voy paso a paso tratando de no perder el equilibrio.

Cuando llego a él, pongo una mano en su musculoso brazo y la otra mano se apoya en sus marcados abdominales.

Mi tío con una mano me acaricia el rostro, pasando su pulgar sobre mis labios rojos. Su otra mano va a mi cadera acompañando mi cuerpo a que se acerque al de él.

Todos los recuerdos con mi tío vienen a mi mente, las veces que le chupe la pija, las veces que me metió los dedos, cuando me comió la conchita y hasta ese momento final cuando se arrepintió de metérmela y solo pude disfrutar de su glande dentro de mis labios vaginales.

Su dedo pulgar hace presión en mi boca y se introduce entre mis dientes. Mi lengua le da la bienvenida mientras intento enfocar mi mirada a la suya.

Mi mano se pasea por sus bíceps hasta su hombro para sostenerme mejor. Mi otra mano juega con sus abdominales y se sostiene finalmente con el borde de la maya, metiéndose las falanges al interior de ella.

No lo hago a propósito, sino que intento sostenerme de algún lado.

Cierro los ojos porque se me cierran solos, no porque quiera mostrar que disfruto el momento, pero esa es la sensación que le da a mi Tío, hermano gemelo de mi padre.

Con tres dedos metidos dentro de su maya siento lo inevitable, el crecimiento exponencial de su miembro caliente y duro que toda la punta de mis dedos.

Con su mano inclina mi cuello siempre con su dedo pulgar en mi boca, mi tío pone sus labios en mi cuello, comienza a besarme con delicadeza y ternura.

Esto me pone como loca, la piel se me eriza, mis pezones se ponen duros.

Su otra mano comienza a bajar por mi falda escocesa, tratando de llegar a mis piernas adolescentes, cuando lo logra sube lentamente desde atrás, hasta tener contacto con mis nalgas.

Sigue en su exploración y se topa con mi bombacha de algodón mojada.

Eso parece excitarlo más porque siente que su miembro crece aún más, permitiendo que mis dedos jueguen con la cabeza de su glande que ya está emanando el líquido preseminal.

"llévame a la cama" le susurro aun con su dedo en mi boca

Mi tío obedece y me acompaña hasta esa cama.

Allí estando yo boca arriba me desabrocha la camisa y puede ver mi corpiño adolescente.

Mete su mano por detrás y lo desabrocha, me lo saca con delicadeza, deja frente a él esos pechos pequeños, de pezones rosados, unos pechos que no tienen cama solar, ni topless como las putas.

Se abalanza sobre ellos, los chupa con delicadeza pero en forma constante.

Mientras acaricio su cabeza y su espalda.

Se reincorpora, y va por mis partes bajas, me sube la falda sin sacármela, descubre mi bombacha blanca de algodón mojada. Lanza un suspiro sonoro.

Lo baja poco a poco, lo va deslizando por mis piernas disfrutando el momento.

"Este va a ser mi regalo" dice y guarda mi bombacha en un cajón.

Luego pasa a besarme los pies, los chupa, dedo por dedo, me hace sentir cosas en mi vagina.

Sigue por mis tobillos, mis pantorrillas, disfruta cada parte de mis piernas.

Prosigue por mis muslos, allí se queda mucho tiempo, hasta que llega a proximidad de mi vagina.

En ese lugar juega con besos, lamidas y mordiditas.

Me vuelve loca. Su lengua se introduce en el interior y me hace gritar, no me importa nada, quiero desahogarme. No me importa que esté mi papá en la misma casa, si me escucha que se entere, que mi tío me está haciendo gozar.

Que le explote en la cara su perversión y haber roto la familia por pajero y calentón.

"metemela" le ruego a los gritos.

Mi tío inmediatamente se saca la maya y me pone la pija en la boca.

Yo quería que me cogiera, pero evidentemente antes él quería que se la mamara.

Lo hago lo mejor que puedo, hasta donde me da arcadas, mi lengua hace de todo para que disfrute, no me importa el fuerte olor a bolas que tiene.

Me excita.

Y por eso voy a comérselas, meto cada bola enorme en mi boca, siento ese olor de macho penetrante y quiero sentir más. Hasta me siento rugir como una leona tratando de mostrar lo ruda que soy cuando quiero una pija.

Mi saliva está en todo su miembro, chorrea en sus bolas, y vuelvo a chupársela mirándolo a los ojos, sin quitarme el antifaz.

Tras varios minutos saca su pija de mi boca ante mi rezongo y va hacia abajo.

Abro mis piernas y ubica su miembro en la entrada de mi mojada vagina.

Comienza a jugar, haciéndome desear. Me cuelgo de su cuello y lo beso y le paso la lengua hasta la oreja y por dentro para que no me haga sufrir mas y me la meta.

Lo hace, entra su cabeza, me hace gritar, siente la resistencia de mi tela virginal.

Abre los ojos como platos, pero esta vez no lo dejaría irse.

Yo misma lo aprisiono con mis piernas y hago fuerza hasta que lo rompe.

"no se asuste profe, no sea puto" le susurro al oído mientras le muerdo el cuello.

Él se queda inmóvil, yo sigo subiendo y bajando mi pelvis, lo hago una y otra vez, él intenta mirar hacia su miembro pero tomo su cara y meto mi lengua dentro de su boca.

Lo beso con pasión y poco a poco se olvida de que acaba de sacarme la virginidad.

Entra y sale con delicadeza, está asustado aun, pero no para, sigue metiéndomela. Yo lo toco por todos lados para evitar que se arrepienta.

"me encanta tu pija madura profe" le digo para seguir calentándolo con mi pollera de colegiala que está en mi cintura.

Entonces me levanta como una pluma, y me pone contra el respaldo de la cama. Allí me empieza a embestir con una fuerza bestial, no podría sacármelo de encima si quisiera.

Está poseso, ambos estamos transpirados, siento su sudor mezclado con el mío.

Se escucha como retumba el respaldo con la pared.

El olor a sexo en la habitación es terrible, inevitable ante tanto deseo y pasión.

Veo en un espejo sus maduras nalgas bambolearse en cada embestida, me calienta más.

Me da vuelta de repente y me pone en cuatro, me deja mirando el espejo mientras me la pone desde atrás. Veo si figura madura en el espejo, su cuerpo grande, musculoso, dominado por una adolescente que pesa 40 kg menos que él.

Se escucha el aplauso de mis pequeñas nalgas blancas contra su abdomen y sus bolas.

Me la mete de tal manera que parece que quiere partirme en dos.

Me arde todo pero estoy disfrutándolo.

Se sienta y me pide que lo cabalgue.

Eso hago, me pongo con una pierna a cada lado y lo cabalgo suavemente, quiero sentir como disfruta, no quiero parar.

Mientras él chupaba mis tetitas yo lo cabalgaba, sus manos medían mi cintura, casi podía tocar sus dedos entre sus manos de lo pequeña que era.

En esa posición siento el chorro de leche caliente que explota dentro de mí.

Son varios golpes de chorros de leche, evidentemente estaba caliente mi tío.

Sigo cabalgando bajando de ritmo pero aun sintiendo como la leche lubrica más todo.

Mi tío está exhausto, pero yo sigo cabalgando, cada vez a menos ritmo.

Hasta que me detengo totalmente. Nos deslizamos en la cama y quedo encima de él, con su enorme pija dentro mío perdiendo fuerza.

Yo no había acabado, pero en un movimiento de acomodo de mi tío tocándome la entrada de mi ano con su dedo índice, hace que explote.

Ahora hay más líquido cayendo dentro de mí bajando por su miembro.

Mi tío se da cuenta de cómo arqueo mi espalda y pego un grito de desahogo.

Vuelvo a subir y caer en su pija ya con menos vigor y termino apoyada en su pecho buscando aire.

Cada tanto sigo moviendo mi pelvis buscando algo de placer pero no tengo más fuerzas.

Me quedo dormida con la pija de mi tío dentro de mí y la leche de él y mis flujos mezclados cayendo.

Continuará.

Compartir relato
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.