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El hermano gemelo de mi padre (X)
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Tiempo de lectura: 7 minutos

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Al volver de la casa de la fiesta de mi tío donde me cogió con la máscara puesta sin saber que era yo, pasó una situación horrible con un taxista que me manosea toda y mete sus dedos en mi concha y mi culo, mientras se la chupo a cambio del viaje.

No pasa a mayores porque la policía llega y percibe que estábamos en la vía pública haciendo cosas non sanctas.

Termino en casa logrando que una mujer policía haga el papeleo sin decirle a mi madre de lo que había pasado.

Varios días pasaron y los recuerdos de la fiesta y hasta lo del taxi me causan morbo a tal punto que me masturbo todas las noches.

Eso me lleva a tentarme a subir historias en redes sociales filtradas de tal manera que solo la vea mi tío.

En ella jugaba con la seducción, con mi inocencia, con polleras cortitas, con minis en la que se veía mi ropa interior " sin querer", videos cortos, tik toks, y todo recurso virtual para poder ofrecerle al único espectador lo que yo quería que viera.

Todo siguió hasta la ropa interior, las fotos tomando sol, las poses que mostraban de más.

Hasta que mi tío pica y me responde las historias.

Charla va y charla viene termino pidiéndole de poder estar con él, a lo que accede, pero en un día en la que mi padre no estaría en su casa.

Eso sería un miércoles, día en que mi padre trabajaría hasta tarde.

Allí me recibe entonces el miércoles, tal cual lo acordado. En su cuarto me entrega la ropa que compro para mi, ropa interior rosa de encaje y un vestido blanco al cuerpo finísimo.

En el mismo cuarto me espera mi tío, nos besamos apasionadamente.

Con delicadeza, pero con fuerza toma mi cuello, su boca domina a la mía, su lengua juega con mi adolescente lengua. Mi suave piel comienza a sonrojarse ante su madura piel con varias pasadas de hojas de afeitar que sufrió durante décadas.

Su mano baja por mi hombro bajando mi bretel, acompaña la caída del mismo para llegar hasta mi pequeño pecho blanco de pezón rosado.

Juega con él, eso me enciende. Su mano es muy grande para tan pequeña teta, pero parece gustarle. No es como las tetas de Lorena, ni las de las otras putas de las amigas. Las cuales tenía unas tetas enormes y bronceadas porque se la pasaron haciendo topless para ellos.

Con su otra mano baja el otro bretel, y el vestido cae de par en par solo hasta mis caderas.

Con mis pequeñas manos de adolescente llego hasta la base de su chomba y le propongo sacársela. No se resiste.

Tengo ante mí a todo un hombre, musculoso, con piel dorada, con algunos pelos en el pecho y entre ellos algunos entrecano.

No quiero asustarlo así que procedo a besarle nuevamente, mis manos rodean su cuello. Mi cuerpo se pega al de mi tío.

Mis pequeñas tetas hacen contacto con la base de sus pectorales, yo estoy de punta de pie por el esfuerzo de besarlo.

Mi torso entra dos veces en el de mi tío, mi pequeña cintura parece ser 3 veces menos que la de mi tío.

Con sus dos manos cubre toda mi cintura.

Mis pezones se ponen erectos al tocar su pecho, al sentir su vello del pecho.

Sus manos en mi cintura bajan para hacer caer lo que queda del vestido blanco

Pocos minutos me duro puesto. Ahora solo quedaba la resistencia de una tanga rosada de encaje.

Sus manos grandes y calientes agarran mis nalgas y mientras me besa las masajea y las abre.

Siento su miembro a través de su bermuda.

Comienzo a bajar mis manos para desabotonar y bajarle el cierre.

Como una puta experta me separo solo un poco mientras lo miro a los ojos, pero mientras intento desabotonar se me ocurre arrodillarme, y en el camino paso mi lengua por sus pectorales y sus abdominales.

Arrodillada es más fácil desabotonar y bajar el cierre.

Empujo hacia abajo el pantalón y queda un bóxer blanco con todo el bulto acrecentado por la situación.

La situación es sensual, su sobrina de 18 años arrodillada solo con una microtanga con la cara frente al bóxer de su tío.

Paso mi lengua por encima del bóxer y siento el calor. Luego procedo a bajarlo con mis pequeños dedos y se despliega como un mástil la bestialidad de mi tío, más de 20 cm de carne apunta a mi cara, unas bolas que parecen huevos de gallina cuelgan y se bambolean de forma hipnótica.

Siento el calor que emana y hasta ese olor a sexo del líquido preseminal.

Mis pequeñas manos juegan en sus muslos hasta tomar el tronco y los huevos y comenzar a sentir su textura.

Abro mi boca y mis labios y mi lengua reciben el enorme glande de mi tío.

Allí arrodillada comienzo a tragarme lo más que puedo de esa pija que tanto me apetecía.

Miro a los ojos a mi tío, el hermano gemelo de mi padre.

Mientras lo hago noto el parecido con mi padre, eso me asusta, pero ya estoy haciéndolo, sus gestos incluso de la cara me suenan tan familiares.

Cierro los ojos pero mi tío me agarra de los pelos y me dice

"abrí los ojos putita, querías cogerte a tu tío, ahora miralo"

Miro sus abdominales y sus pectorales, pero me vuelve a decir que lo mire a los ojos.

Cuando lo veo, veo a mi padre. No estoy disfrutándolo tanto. Pero sigo chupando.

En un momento él mismo hace que la saque de mi boca, parece que estaba a punto de terminar pero todavía no me había cogido. Así que me levanta de los hombros y me besa con fuerza.

Me da vuelta y me dice que camine a la cama, al darme vuelta me da un sonoro cachetazo en las nalgas que me deja ardiendo.

Me doy vuelta y sonrío nerviosa.

Me dice que me ponga en cuatro. En esa posición me saca la tanga rosa, de un solo tirón.

Inmediatamente pone su cara entre mis nalgas. Siento como su lengua pasa por todos lados.

Me come el culo, mete su lengua dentro de mi ano. Siento su saliva por mis nalgas.

Aprieta mis nalgas con sus manos, cada tanto lanza una cachetada, quedan marcadas sus manos.

Mete su lengua entre mis labios vaginales, me hace arquear la espalda de placer. Su lengua madura sabe como hacerme gozar.

Mientras lo hace me dice que soy una puta, una pendeja puta, una sobrina que va a aprender que no se juega con el tío, de que voy a terminar pidiendo más pija por todos lados todos los días. Que voy a ser su esclava sexual, y otras cosas.

Mis piernas tiemblan de placer y de nervios, mi tío esta como poseído, también parece estar nervioso por estar haciendo eso con su sobrina.

Sabe que está prohibido, sabe que si alguien se entera puede ser un caos. Sabe que si mi padre llega antes del trabajo sería una catástrofe.

Quiere disfrutar bien pero está aterrado.

Su lengua sube a mi culo, muerde mis nalgas, siento más nalgadas que arden, mi culo ya está rojo.

Siento sus manos en mis caderas y la punta de su glande en la entrada de mi conchita rosa.

Unos segundos después siento como se abre paso, como me parte en dos, como entra sin contemplaciones. Me siento completamente llena, completa, no entra nada más sin embargo sigue empujando.

Parece interminable pero sigue y sigue entrando hasta que llega al tope de su panza contra mi cola, si no fuera por ese límite físico seguiría empujando.

La saca y vuelve a entrar, así lo hace y comienzo a jadear de placer.

En cuatro me está cogiendo mi tío, está castigando mi adolescente y suave piel con sexo, la está dejando irritada, roja, ardiendo.

Se escucha como aplauden mis nalgas contra su panza, se escucha como aplauden sus huevos contra mis muslos y los labios vaginales.

Es un toro desaforado, siento su fuerza de macho maduro sacudiéndose. Mis pelos dan cuenta de ello, por eso los junta con una mano y me tira como si fueran los crines de una yegua a la cual está domando.

Mis pequeñas tetas se bambolean por el movimiento y él aprovecha para pellizcarlas. Mientras se abalanza sobre mí y me mete la lengua dentro de mi boca.

En el cuello me besa y me da unos chupones de esos que te quedan marcados.

Luego se repone y se sale dentro de mi, se para al borde de la cama y me toma de la mano para que lo acompañe.

"vamos a continuar donde quedamos la otra vez" me dice

Así que me hace subir de manera que queden mis piernas alrededor de su cintura.

Sus manos sostienen mi culo, mis tetas a la altura de su cara, lo cual aprovecha para besarlas y chuparlas.

No pasa mucho tiempo más hasta que empieza a dejarme caer, hasta donde quedamos esa vez que se arrepintió.

Entonces siento nuevamente ese glande ahora abriéndome por la fuerza de gravedad.

Me dejo caer completamente, y comenzó a hacerme subir y bajar, fue tan erótico, recordar ese momento del arrepentimiento que ya no era tal que gozábamos mucho más ahora.

Mis jugos caían alrededor de su falo, el olor a sexo en la habitación era insoportable, nadie podía suponer que no pasó nada si entraba.

En esa posición subiendo y bajando me pone contra la pared y empuja como un toro, la mete y saca como un taladro, mis gritos seguro se escuchan afuera de la casa.

No importaba si llegaba mi padre, estaba disfrutando.

Estábamos ambos transpirados, nuestra transpiración se mezclaba con los líquidos sexuales.

Mi maquillaje corrido, mi pelo mojado y despeinado pegado a mi cara y cuello.

Contra la pared abrazada a mi tío por brazos y piernas, mientras él me bombeaba sin parar.

Lo miro y veo el increíble parecido a mi padre, es igual, ya no puedo parar, lo veo y la culpa desaparece, hasta incluso pienso que es mi padre.

Una electricidad surge desde lo más profundo de mi interior, me recorre todo el cuerpo, tengo un orgasmo único en la vida y suspiro un

"ay papaaa"

Mi tío al escuchar eso, pone una cara extraña pero no se detiene, inmediatamente su cara de extrañez se transforma en placer.

Siento la tensión muscular de todo su cuerpo, propia del momento previo al orgasmo masculino.

Explota dentro de mí y siento los chorros dentro de mi cuerpo, siento el calor de la leche madura de mi tío.

Poco a poco vamos deteniendo los movimientos. Me lleva hasta la cama y me deposita ahí con delicadeza.

Me mira aun tratando de recuperar el aire, estoy desnuda en su cama, toda transpirada, con su leche saliendo de mi pequeña conchita rosa.

Él está con su miembro aun duro pero fatigado de toda su tarea, con la punta aun chorreando algo de leche y mezclado con mis líquidos.

De repente me dice:

"bueno cambiate y anda para tu casa, antes de que vuelva tu papa"

Y él se encamina hacia su baño para darse una ducha.

Yo estaba hecha un desastre y mi tío me pidió que me cambiara y me vaya como una de sus putas.

Desconcertada por la situación voy a buscar mi ropa, con la que llegue a la casa, me tiemblan las piernas mientras me cambio, tengo moretones en mis muslos, tengo marcada las manos de mi tío en mis nalgas, tengo chupones en el cuello, moretones en mis tetas, producto de mordiditas de mi tío.

De la bronca me secó la transpiración con el vestido blanco que me regaló mi tío y se lo dejo en la cama.

Me acomodo un poco el cabello y salgo del cuarto para irme y no volver nunca más.

Cuando estoy bajando las escaleras la puerta principal se abre y es mi padre.

Con todo el sexo que tuvimos no me di cuenta de la hora y ya estaba atardeciendo. Igualmente mi padre llegó antes de lo esperado.

Cuando me ve en las escaleras, sale mi tío por detrás con una toalla en la cintura.

La situación no podía ser peor. A pesar de estar vestida, se notaba que estaba sucia y transpirada. Mi tío no tenía porque estar con una toalla en su cintura, y ambos viniendo desde los cuartos.

"qué haces acá?" pregunta mi papa

Mi tío se adelanta y responde

"vino a buscarte para que vuelvas a intentar arreglar las cosas con tu esposa, estuvo esperándote en tu cuarto, yo le dije que venías tarde pero se quedó igual."

Mi padre se larga a llorar creyendo la historia de mi tío. Bajo corriendo a abrazarlo y lloramos juntos, yo más por nervios y miedo pero lloramos juntos.

Mi tío dice que nos va a dejar solos para que hablemos, había salvado su vida.

Mi papá me lleva a su cuarto para hablar.

Allí hablamos de mama, de lo que hay que hacer para pedir perdón, de la vida, de cuanto nos quiere.

Lagrima va y lagrima viene termina diciendo que se va a dar una ducha y sale para casa para intentar hablar con mi madre, animado por mi.

Ahora yo había salvado mi vida.

Espero en su cuarto mientras él se ducha.

El cuarto me resulta familiar, es el cuarto donde cogí con mi tío el día de la fiesta disfrazada de colegiala y con antifaz.

Empiezo a revisar si quedaban cosas de la puta de Lorena, se le acabaría la buena vida.

Revisando su mesita de luz, en uno de los cajones, encuentro mi bombacha de algodón blanca, la que mi tío se guardó como trofeo.

El miedo me invadió nuevamente, pensaba si mi papa reconocía mi bombacha, pero eso era algo imposible, así que con la bombacha en la mano respiro aliviada.

En eso sale mi padre del baño y me ve con la prenda íntima.

"perdón hija, ya que estamos en plan de ser sinceros, esa es una estupidez que hice con una de las chicas que traía tu tío a la casa. Te juro que nunca más voy a hacer nada que no sea con tu madre".

Fin

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