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Ella duerme y yo disfrutando de sus pies

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Eran las fiestas del pueblo donde nací, y toda la familia nos reuníamos en las casas de los familiares que vivían en el pueblo, literalmente toda la familia se reunía, familia que ni siquiera tenía idea de que tenía.

Las fiestas duraban un par de semanas pero nos reuníamos en la última ya que era la más importante, cuando me avisaron que iríamos este año preparé todo, en el camino pensaba en la esperanza de poder tener algunos pies de alguna prima o alguien más pero no sabría si tenía chances hasta llegar.

Cuando llegamos todavía faltaban unas horas para oscurecer, yo me reuní con unos primos que estaban por ahí también, cuando llegó la hora de acomodarse para dormir yo solo quería ver con quien me tocaba dormir ya que había muchas mujeres, me mandaron al último piso que solo era un cuarto, ni siquiera cerca de alguien.

Estaría una semana solo por las noches en ese último piso, pasaban los días y cada día llegaba más y más familias a la casa, hasta que un día dijeron que tendría que compartir cuarto ya que no cabían más abajo, al preguntar quién sería me presentaron a una chica llamada Alexa.

Era alta muy bella y llevaba puesto unos shorts y unos huaraches rojos puestos, no le preste atención a sus pies para que no me viera, se presentó al igual yo, llevaba una maleta, le ayudé a subirla.

Como solo había una cama, mi abuela me tendió unas cobijas en el suelo, ella al ver esto dijo que ella se quedaba en el suelo, pero obviamente no pude aceptar, estuvimos abajo platicando con la familia hasta llegar la hora de que todos se durmieran.

Al subir y acomodarnos los dos para dormir ella me saco platica para que no fuera tan incómodo el momento, y al hacer eso teníamos la luz del baño encendida y alumbraba el resto del cuarto, me enteré de que venía desde Culiacán y también de que ella no quería venir, para sacar más platica le dije que igual yo no quería venir.

Cuando acabamos de platicar y ahora si nos dormíamos ella tomó unas pastillas, le pregunté que para que eran y dijo que eran pastillas para dormir, yo al escuchar esto estaba convencido de que tendría sus pies una de esas noches, ella dijo que no acostumbraba tomar pastillas, pero que lo haría por el ruido.

Y es cierto algunos familiares abajo aún tenían música, dejamos la luz del baño encendida, pasaban los minutos que eran eternos, pero no había ningún sonido que me dijera que estaba dormida así que no hacía nada, así paso hasta muy tarde en la madrugada hasta que me decidí fingir ir al baño y ver cómo estaba.

Cuando regrese lento volteé a su cama y estaba dormida, pero sin hacer ningún ruido, iba seguro de tener sus pies, pero algo me decía que no era buena idea, sentía como si estuviera despierta, así que me decidí que no sería buena idea intentarlo.

Pasaba la semana y todas las noches eran iguales, tomaba pastillas, pero al dormir no hacía ningún ruido, hasta que se llegó los últimos dos días que estaríamos en esa habitación solos, sabía que tenía que hacerlo y esa noche iba decidido hacerlo.

Todo paso igual que en otras noches, ella tomó las pastillas y se llegó la madrugada, como todas las noches la luz del baño encendida alumbrando la habitación, me levanté y fui hacia sus pies, era tan bella que estaba tan nervioso que no podía dejar de temblar.

Me bajé mis boxers dejando al descubierto mi pene, ella tenía la mirada de lado, tanto así que si llegaba a abrir los ojos estaría yo desnudo sin tiempo a reaccionar, para asegurarme de que estuviera dormida toque sus pies con mis manos varias veces, en sus dedos todo el tiempo.

Al no ver movimiento, como aún tenía los pies debajo de la sabana, pase mi pene por encima de la sábana, recuerdo que aun así estaba caliente su planta y sentía que explotaría, al estar así por unos minutos, pensé que si ya estaba tomando el riesgo lo hiciera bien, saque su pie derecho de la sábana.

Sus uñas no tenían ningún color, lentamente puse mi pene en sus dedos sintiendo su calor, cada segundo apretaba más y más mi pene con sus pies, no hacía ninguna reacción y esto me animó a meter mi punta del pene entre sus dedos, nunca lo había hecho con alguien más.

Fue muy fácil por el líquido de mi pene, se sintió tan bien que lo repetía varias veces hacia delante y hacia atrás como si estuviera follando, esto hacía que mi excitación subiera y subiera, pero no quería aventar mi semen a sus pies ya que era mucho riesgo ya que aún no hacía ningún ruido.

Pensé en aventarlo a la sabana pero quería aprovechar sus pies, así que agarré un tacón que llevaba puesto en el día y lo puse adelante de su pie, volví a meter mi pene entre sus dedos y seguí follando.

No aguanté mucho la excitación al máximo y aventé toda mi carga hacía sus tacones y solo dejando poca en sus dedos, limpié su pie y puse la sábana en orden, agarré su zapato con la carga e igual lo limpié y fui a dormir.

Después me enteré de que no era familiar mío, solo que su familia era muy cercana a la mía.

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