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Escapada a la montaña con mi madre (VIII)
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Tiempo de lectura: 15 minutos

El resto de la noche fue un infierno de incertidumbre en el que no paré de dar vueltas pensando qué había hecho a mi madre cortar de raíz el increíble momento que estábamos viviendo. A la mañana siguiente me levanté bastante pronto, a eso de las 8, ya que si yo no podía dormir supuse que mi madre tampoco, por lo que podría hablar con ella y saber qué había sucedido horas antes. Así que así hice, me levanté y fui directo su habitación. Entré despacio sin hacer mucho ruido por si aún seguía dormida, pero no la encontré ahí, por lo que supuse que estaría abajo desayunando. Baje las escaleras y pude verla en la terraza tomando una infusión, lo cual no me decía nada bueno, ya que mi madre sólo suele tomar esas cosas cuando anda nerviosa o disgustada por algo. En ese momento se me vino a la cabeza algo como la muerte de algún familiar o algo por el estilo, ya que de hecho mi abuela llevaba un tiempo algo delicada, por lo que decidí salir junto a ella y preguntárselo directamente.

-Hola mamá buenos días -dije dándole un beso en la mejilla-.

-Ay hola cielo no te había visto -sin duda no sonaba en su clásico tono animado, además por su cara se notaba que no había dormido apenas-.

-¿Estás bien mamá? Tienes cara de haber dormido mal. ¿Ha pasado algo?

-No cielo no te preocupes, todo bien -decía ella en un tono que más que tranquilizador sonaba a intentar esquivar el tema-.

-Oye y lo de ayer…

-Hijo mejor no hablemos de lo de ayer -me interrumpió ella rápido-. No pasa nada de verdad.

-¿Cómo que no pasa nada? Mamá mira que cara tienes por dios. Vamos habla conmigo. ¿Quién te llamo ayer?

-Hijo de verdad qu…

-Mamá -dije yo en un tono serio cogiéndola de la mano, lo cual hizo que por fin me mirara a los ojos con cara de empezar a hablar-.

-Tu padre hijo, ayer me llamó tu padre.

-¿Papá? ¿Está bien?

-Sí él está bien, solo me dijo que al final no llegaría el martes, de hecho que no podría venir en toda la semana.

-Joder mamá pensaba que le había pasado algo. Pero bueno no es la primera vez que por trabajo hace algo así ya sabes como es. Pero entonces, ¿por qué estás así?

-¿Que por qué estoy así? ¿Hace falta que te lo explique? -Dijo sin levantar la voz pero en un tono algo más mosqueado-

-Mamá no será por lo de anoche, ¿verdad?

-¿Lo de anoche? Cariño, le cogí el teléfono a mi marido mientras aún tenía la polla de mi hijo en mi coño. ¿Te parece ese buen motivo para sentirme mal?

-Perdona mamá tienes razón, es culpa mía…

-No cielo por dios nada de lo que ha pasado es culpa tuya, en todo caso la culpa es mía, por no comportarme como una buena madre.

-Bueno me has cuidado bastante estos días jaja -dije dándole un codazo para intentar destensar la situación-.

-Cielo esto ya es serio. Hace unos días todavía me hacía gracia bromear con el tema, pero ahora se ha vuelto algo tan real que da miedo.

-Mamá entiendo como te sientes, pero debes saber que no me arrepiento de nada. No hemos hecho nada por obligación o con lo que nos hayamos sentido mal.

-Ese precisamente es el problema, que no me he sentido mal en ningún momento, no me he parado a pensar en las barbaridades que estábamos haciendo. Nunca le he sido infiel a tu padre en más de treinta años de matrimonio y ahora me da por traicionarle con nuestro propio hijo…

-Mira mamá no quiero sonar injusto con papá, pero esta situación no se ha dado por casualidad. Tu llevas muchos años reprimida sexualmente, y en algún punto tenías que explotar. O me vas a decir que nunca has querido tener un amante.

-Cielo eso no nos justifica y lo sabes. No te voy a negar que alguna vez he fantaseado con alguien que no fuera tu padre, pero cuando quieres una persona solo tienes ojos para ella. Además, tu padre me complacía lo justo y necesario.

-Mamá pero si nunca te había comido el coño por favor no digas tonterías.

-Ay cariño por dios no hables así.

-¿Ves? Ese es precisamente uno de los problemas.

-¿Uno de los problemas?

-Mamá tú siempre estás con el rollo este de que estás mayor, dices que estás cosas no son para ti y eres muy pudorosa hablando de todo lo relacionado. Eso sumado a que no satisfaces tus necesidades pues ha dado lugar a esto.

-Puedo reconocer que igual soy demasiado cortada en muchos temas, pero he sabido satisfacerme como para llevar una vida alejada de las tentaciones. De hecho te mentí, ese dildo no era el primer juguete que probaba, en casa ya tengo alguno desde hace unos años.

-Mamá pero no se trata de caer en tentaciones como tú dices. Si lo único que necesitases fueran un par de orgasmos esos juguetes ya te habrían cubierto las necesidades. Y en todo caso si de verdad tuvieras mucho deseo sexual sin atención, te hubieras buscado un amante hace tiempo, pero no lo has hecho porque amas a tu marido, al igual que yo amo a mi padre.

-Y entonces como explicas lo que hemos hecho.

-Lo nuestro no es simplemente sexo y lo sabes mamá. Nosotros nos queremos, pero no como se quieren en cualquier familia, nosotros hemos llegado al siguiente nivel.

-¿Cómo puedes llamar siguiente nivel a algo así? El amor entre madre e hijo es lo más puro que hay, y nosotros no hemos hecho más que destrozarlo.

-Pues yo no creo que sea así. En muchas civilizaciones antiguas se veía como lo más normal del mundo, de hecho muchos escritos y filósofos mantienen que entre una madre y un hijo hay algo más que simple amor familiar, hay una conexión que va más allá.

-Cielo pero hemos avanzado como sociedad y ahora sabemos diferenciar qué está bien de qué está mal. Precisamente porque hemos dejado de ser salvajes se han dejado de hacer ese tipo de cosas.

-Mira mamá sólo quiero que me respondas una cosa. Entiendo que lo que empezamos a hacer hace unos días lo puedas ver como un juego sexual depravado al tratarse de madre e hijo, entiendo que te chocara. Pero ayer todo cambió en el momento en que mi pene entró en…

-Hijo por favor no hablemos de eso.

-Mamá, anoche, cuando mi pene entró en tu vagina, sentí que nuestros cuerpos encajaban a la perfección. Cada uno rellenaba los huecos del otro, como dos piezas de un puzzle nunca antes completado, algo que no me había pasado con ninguna chica en toda mi vida. Y sé que tú también sentiste eso.

-Hombre mentiría si te dijera que no me gustó o que no se sentía bien pero…

-Mamá no estoy hablando del placer que te pueda dar un vibrador o incluso otro hombre, te estoy hablando de una sensación única -ella se quedó mirándome a los ojos con la cara toda sonrojada para seguidamente, asentir tímidamente con la cabeza-.

-Pero hijo qué vamos a hacer. ¿Pretendes que sigamos con esto como si nada?

-No mamá, quiero empezar de nuevo. Ayer me dijiste que había muchas cosas que nunca habías hecho, así que dejémonos llevar y empecemos a explorar. Ahora que hemos hablado las cosas podemos comunicarnos, despojarnos de tabúes e ir lento, como deberíamos haber hecho desde el principio.

-Cielo pero tu padre…

-Mamá, ¿tú amas a papá?

-Pues claro que lo amo.

-Entonces es sencillo. Tomémonos esta semana que queda como un reinicio de vida, como un retiro espiritual. Papá nunca se enterara de nada y a ti te servirá para volver con las pilas cargadas.

-Esto que voy a decir es una locura pero, creo que tienes razón. Eso sí, debemos establecer unas normas. La más importante la digo yo ya, y es que cuando volvamos a casa haremos como si nada de esto hubiera pasado, volveremos a tener una relación corriente madre e hijo.

-No sabes lo que me va a costar eso, pero todo sea por disfrutar sanamente de los que nos queda de vacaciones -dije yo haciendo gesto de brindar con una taza imaginaria, a lo que mi madre respondió un una tímida risa haciendo lo mismo con su taza de infusión-.

Tras esto la mañana transcurrió sin mayor interés, cada uno hizo un poco lo que le apeteció, leer tomar el sol, etc. Y ya sé lo que todos estaréis pensando, que después de esa conversación cómo no me lancé sobre ella a hacerle de todo. Pues la verdad es que, aunque no me creáis, yo no quería. Así es, no quería que el resto de vacaciones con mi madre en convirtiera en puro desenfreno, todo el día haciéndolo sin control. A ver que no se me malinterprete, obviamente eso hubiera sido un sueño, pero también quería disfrutar de otras cosas junto a ella. Habíamos dado un paso en nuestra relación, ya no había prisa, ya no tenía que inventarme tácticas para conseguir llevarme a mi madre a la cama, por lo que preferí relajarme y dejar que las oportunidades se fueran presentando. Además sabía que si le dejaba espacio ella estaría mucho más relajada y su deseo sexual iría creciendo, ¿o nunca habéis oído eso de crear tensión sexual?

A eso de las dos de la tarde hicimos algo sencillo de almuerzo y comimos en la cocina para no manchar mucho mientras charlábamos. Más tarde decidimos salir a tomar el sol y a bañarnos. Yo no tenía pensado bañarme, así que salí directamente al jardín con mis shorts y sin camiseta, echándome algo de crema y tumbándome sobre el césped. Mi madre por su parte subió a ponerse el bañador, por lo que tardó unos minutos más. Cuando por fin salió al jardín estaba preciosa, de nuevo deslumbrándome con otro nuevo bikini el cual nunca antes le había visto. En la parte de arriba llevaba un sostén bastante normalito de color blanco, el cual no era excesivamente pequeño, pero que para nada conseguía abarcar sus gloriosas y enormes tetas. La parte de abajo sí que era algo más atrevida, un tanga de hilo que dejaba bien al aire su gordo pero firme culo. Esto me hizo pararme unos segundos a apreciar esa masa de carne, ya que yo siempre he sido más de tetas que de culos, y nunca me había fijado del todo bien en el tremendo culazo que tenía mi madre. No sería realista decir que era igual que por ejemplo el de Kim Kardashian, pero sí que puedo decir que era una versión al natural, con alguna imperfección pero manteniendo la esencia.

Yo le pregunté si quería que le echara crema, pero ella me respondió que no, que primero se daría un baño para refrescarse. La verdad es que me apetecía echarle crema solo por el hecho de tocar de nuevo ese cuerpazo, pero en cuanto la vi sumergirse en el agua me quedé embobado mirándola. No os podéis hacer una idea de lo guapa que estaba. Su pelo mojado al sol, sus mejillas sonrojadas por la temperatura… Pero lo mejor claro, sus pezones bien marcados, los cuales podía ver a través de la mojada tela del bikini que, al ser blanca, transparentaba perfectamente.

-Vamos cielo metete un rato, que el agua está buenísima -decía ella apoyada en el borde de la piscina-

-Igual más tarde mamá, que ahora no me he bajado el bañador. Además sabes que yo no soy mucho de bañarme.

-Vaa no seas tonto hombre, que desde que hemos llegado no has metido ni un pie en el agua. No todos los días tiene uno una piscina privada a pie de casa, hay que aprovechar.

-Pero es que me da pereza subir a por el bañador. Luego si eso cuando salgas te echo crema y subo a cambiarme.

-Pero para qué quieres ir a por el bañador si aquí no hay nadie, métete en bolas hijo por dios jajaja.

-Anda mira quien habla. ¿Entonces qué haces tú en bikini si tampoco importa eh?

-Oye pues también tienes razón, mira yo que problema tengo.

Tras esto se quitó tanto el sostén como el tanga y los tiró hacia su tumbona, haciendo que una vez más mi pene diera un salto de la impresión. Por desgracia como estaba pegada al borde no pude verle ni un triste pezón, por lo que ya tenía un motivo para meterme en el agua de cabeza. Y así lo hice, nos intercambiamos un par de bromas y de vaciles mientras me quitaba el pantalón, dejando al aire mi polla la cual no estaba empalmada, pero sí algo más dura que en reposo. Una vez dentro hicimos lo típico, nadar, jugar a salpicarnos y esas cosas, pero poco a poco fuimos acercándonos más, comenzando a rozarnos de forma inocente, pero con el factor de que los dos estábamos desnudos claro. Tras un rato así yo comencé a irme hacia la zona profunda, zona que no cubría mucho ya que yo conseguía hacer pie, pero mi madre ni de puntillas llegaba.

-Venga mami vamos un rato para aquí.

-Hijo sabes que no me gusta no hacer pie, vente para aquí mejor anda.

-Ven no seas tonta que te cojo la mano -dije tendiéndole el brazo, a lo que ella respondió agarrándose y nadando junto a mi-. Bueno mamá yo creo que es hora de que superes tus miedos eh.

-Ni se te ocurra soltarme eh.

-¿Oye no habíamos dicho que esta semana iba a servir para probar cosas nuevas? Mira pues esta es una de ellas -dije mientras la soltaba y me alejaba lentamente-.

A esto ella no tardó ni un segundo en reaccionar y se abalanzó sobre mí, rodeándome con los brazos el cuello y pegando por completo su cuerpo contra el mío, por lo que pude notar como sus gordas tetas se aplastaban contra mi pecho. En ese momento nos miramos a los ojos y ambos sabíamos lo que venía. Efectivamente yo di el primer paso y me abalancé sobre ella plantándole un cálido y húmedo beso. No hacía ni medio día que no sentía la lengua de mi madre, pero ese beso se sintió como el de dos enamorados que se reencuentran después de años sin verse. Duramos así varios minutos, dando rienda suelta a un deseo que seguramente ambos nos habríamos estado aguantando durante todo el día. Yo le agarraba el culo y le acariciaba la espalda bajo el agua mientras ella con sus finas manos me agarraba del cuello y me envolvía la cintura con sus piernas. Tras un rato de caricias y con nuestras lenguas danzando, saboreando bien la saliva el uno del otro, mi polla comenzó a estar en ese estado de súper erección, algo que sólo me pasaba con mi ella. Debido a esto mi pene se posicionó en la entrada de su vagina, comenzando a abrir hueco entre sus labios superiores.

-Mmm… -suspiraba ella echando la cabeza hacia atrás-.

-Dios mamá… Hasta debajo del agua siento lo caliente que lo tienes…

-Es que tú me pones así amor… Dios no sé qué hacer para controlarme… Ufff…

-Pues entonces no te controles -dije empujando muy suavemente, introduciendo apenas un centímetro de mi glande-.

-Ahh… Espera… Quiero hacer una cosa antes…

-Mmm… ¿Si? ¿Y qué quieres hacer?

-Quiero… quiero chupártela hijo… -me dijo susurrando al oído para después darme un suave mordisco en la oreja-

Yo me moría de ganas por follármela ahí mismo, pero me era imposible decir que no a una de las mamadas de mi madre, y más aún cuando era ella misma la que me lo pedía. Así que no esperé ni un segundo y salimos del agua para ponernos más cómodos. Yo me senté en una de las tumbonas con las piernas abiertas, dejando a su disposición mi húmedo y duro miembro. Ella por su parte se arrodilló frente a mi y, tras darme un último beso con bien de lengua, procedió a meterse toda mi polla en la boca hasta la garganta y sin previo aviso. Esto me sorprendió e hizo que me recorriera un escalofrío de placer por todo el cuerpo.

-Aaaghhh joder mamá si que tenías ganas de tragártela… Ufff…

-Gggaahhh -ella hacía lo imposible por mamar mientras de vez en cuando se la sacaba de la boca para pajearme con su propia saliva- Dios hijo es que la tienes tan rica… Ayer de noche probé hasta a meterme mi polla de goma en la boca, pero necesitaba tragarme la tuya amor… -dijo para seguir chupando-

-Pues chupa… Aaghhh sí dios chupa todo lo que quieras preciosa…

-Mmm… ¿Y tú qué cielo? ¿No tienes ganas de chuparle algo a mami? -dijo ella poniendo morritos con esa voz de niña que a mí tan cachondo me ponía-

-Pensé que nunca me lo pedirías… Ven aquí amor que te lo voy a comer bien comido.

Tras esto ella se puso de pie para después sentarse en mi cara en posición de 69, de forma que pudiera seguir con su mamada. Yo por mi parte tampoco tardé en ponerme manos a la obra. Conforme su culo se acercaba a mi cara pude sentir el calor que emanaba del coño de mi madre. Estaba tan apetecible como de costumbre, gordo e hinchado y con ese precioso color rosadito que se le ponía cuando estaba cachonda a más no poder. Ahí fue y empecé a chupar su pequeño clítoris con todas mis ganas, a lo que ella contestó comenzando a gemir y frotándose contra mi cara mientras tragaba polla con más y más energía. En ese momento se me ocurrió algo que sabía que la excitaría, algo que seguramente nunca le hubieran hecho. Me chupé un par de dedos y con bastante saliva comencé a frotárselos por la zona exterior de ano introduciendo muy suavemente la falange del dedo índice, todo esto mientras continuaba con mis lamidas. Esto hizo que de primeras pegara un leve salto de la impresión, soltando incluso brevemente mi polla. Pero no pasaron ni dos segundos cuando retomó su mamada y comenzó de nuevo a disfrutar, esta vez incluso apretando más su coño contra mi boca.

Tras unos buenos minutos de los dos disfrutando tanto lamiendo como siendo lamidos, acabamos explotando en un orgasmo casi compenetrado a la perfección. Yo comencé a eyacular primero, a lo que ella respondió metiéndose mi polla en la boca para poder tragar tanta lefa como fuera posible. Apenas un par de segundos después y conmigo todavía expulsando semen, ella comenzó a correrse también gimiendo tanto como podía, ya que todavía tenía la boca ocupada. Con un dedo casi entero metido en su culo y su hijo con la boca abierta lamiendo todo su coño, de su interior comenzaron a brotar a toda potencia chorros y chorros de corrida los cuales me supieron a elixir divino.

Mantuvimos la posición unos minutos para terminar de saborear los fluidos el uno de otro. De hecho mi madre le puso tanto empeño que mi polla no dejó de estar empalmada en ningún momento pese a haberme corrido, algo que no me había pasado casi nunca. Finalmente nos desenganchamos y ella se acostó encima de mí con las piernas abiertas, restregando su todavía palpitante coño contra mi abdomen mientras nos besábamos como dos buenos amantes que, al fin y al cabo, era en lo que nos habíamos convertido.

-Dios hijo… No sabes lo mucho que me gusta eso que me haces ahí abajo…

-¿El qué? ¿Qué te coma el coñito? -le dije susurrando cerca de su boca para seguido darle un seco beso con lengua-

-Mmm… Sí… Me encanta como me comes el coñito… Pero más me encanta meterme tu polla en la boca -esta vez fue ella la que me susurraba para coronar su frase con otro corto morreo-

-Mami pues ya sabes que yo te doy polla todo lo que quieras, ya te he dicho que en estas vacaciones solo estamos tú y yo.

-Ya lo sé cariño. Ahora ya me da igual todo, pienso disfrutar todo lo que pueda.

-Di que si mamá. Ya verás, voy a hacer que te corras tanto que vas a quedar seca…

-Ufff… -se mordía el labio mientras intercalaba miradas entre mis ojos y mi boca- Pues como siga echando esos chorros que me haces echar sí que me voy a deshidratar sí…

-Bueno tu tranquila que yo ya te doy de beber lechita cariño.

-Mmm sí cielo por favor, estos días sólo me voy a alimentar de tu rica polla…

-Pues todavía sigue juguetona, tendremos que pasar al plato fuerte, ¿no?

-Vaya… No me digas que el nene quiere follarse a su mami… -su voz comenzaba de nuevo a soñar juguetona-

-¿Y la mami? ¿Mami no quiere que su hijito se la folle?

-Si cariño… Mami quiere que la follen bien rico… -dijo para seguidamente darme un profundo morreo en el cual su lengua recorrió cada rincón de mi boca-.

-Mmm… Oye mamá una pregunta…

-Dime amor.

-¿Alguna vez te han follado a cuatro?

-Mmm… ¿En perrito dices? Te vas a reír de mí pero supongo que ya sabrás la respuesta…

-Pues ven aquí cariño, que ya va siendo hora de que le claven una buena polla a esta mami tan cachonda…

Tras unos leves morreos yo me levanté poniéndome detrás de ella, mientras ella se colocó sobre la tumbona a cuatro patas, dejando sus gordas tetas colgando y su culazo bien abierto a la altura de mi cara. Comencé metiendo la cabeza entre ese rosado majar, lamiendo bien su húmedo coño para dejarlo blandito y dispuesto a ser embestido. Debido a la buena acogida de antes también decidí abalanzarme a comerle el culo, ya que es algo que me gusta bastante y que sabía que a ella también le encantaría. Y así fue, comenzó a gemir de una manera ya menos tímida mientras con una de sus manos se frotaba el clítoris. Pude apreciar como su ano se ablandó con bastante facilidad, abriéndose incluso un poco, lo cual me dio ideas para más adelante. De momento no quería pasarme y me volví a centrar en su coño, el cual después de unos minutos estaba ya chorreante y listo para ser follado.

De esta manera agarré mi polla, la cual no se había desinflado ni un poco desde mi primera corrida, y comencé a pasársela por toda la zona, rozando sus labios y su clítoris, haciendo que los dos nos derritiéramos del gusto. Tras esto decidí meterla poco a poco, llegando a estar aproximadamente la mitad dentro.

-Aaaghhh… Dios amor que bien se siente tu polla entera dentro…

-¿Entera? No está entera mami. Esto, es entera.

Era normal que si mi madre nunca había hecho esa postura no fuera consciente de lo hondo que puede llegar una polla en esa posición. Por lo que reculé un poco y le ensarté esta vez hasta el fondo todo mi miembro, haciendo que ella soltara un grito propio de escena porno, comenzando así nuestra follada.

-Aaaggghhh por dios cariño… Nunca había sentido algo tan profundo… Ufff…

-¿Te gusta mami? ¿Te gusta que te follen bien hondo verdad?

-Dios si me encanta…. Aaghhh no pares… No pares…

-Sabía que te morías porque tu hijo te volviera a follar…

-Sí cielo… llevo todo el día pensando en que me follaras… Mmm… ¿Tú también tenías ganas de volver a probar mi coño verdad?

– Es lo que más quería preciosa… joder que bien se siente mamá…

-¿si? ¿Te gusta cómo se siente mi conejito amor? Pues rómpeme lo bien… Aaahh rómpeme el coñito amor mío…

-jo-der… ¿Quieres que te rompa el coño preciosa? Mmm pues vamos a romperle el coño a esta mami tan cerdita…

En ese momento la agarré por los brazos, poniéndoselos a la espalda como si estuviera esposada. Comencé también a acelerar mis embestidas, haciendo que mis huevos chocaran contra su sensible clítoris mientras sus tetas botaban suspendidas en el aire totalmente descontroladas.

-Aaahhh… Joder cariño pero qué me haces… Ufff me estás destrozando…

-¿Querías que te rompieran el coño verdad? ¿O quieres que pare?

-Nooo… no pares por dios… ¡No pares!…

-Sí… Córrete mientras tu hijo la clava bien profundo… Aahhh…

-Joder amor me estás matando… Creo… creo que no aguanto mucho más…

-Aguanta un poco mami… aguanta y nos vamos a la vez cariño… Ufff…

-Aaahh por favor haz que me corra hijo… Mmm… Haz que mami se corra mi amor…

-Estoy a punto mamá… joder… ¿Quieres correrte mientras tu hijo te llena de lechita?

-Asiii por favor… Ufff córrete dentro de mí y hazme acabar… Joder cógeme del cuello cariño… Mmmm… Quiero correrme mientras me agarras del cuello…

Así lo hice, solté una de las manos con la que le iba amasando las tetas para agarrarla por el cuello y ahogarla muy suavemente. Con la otra mano seguí sujetándole los brazos, quedando totalmente inmovilizada ante las embestidas de su hijo mientras sus tetas botaban totalmente descontroladas chocando contra su cuerpo.

-Aaahhh dios que rico nene… Me estás haciendo acabar amor… joder siii… sigue… ¡Sigue!

-Vamos córrete preciosa… joder córrete con la polla de tu hijito…

-Joder… Joder que me voy hijo… Aahhh joder que me voy…

-Yo también mamá… mierda estoy a punto…. ¿Quiere mi cerdita leche? Uffff…

-Siii… Relléname con tu lechita cariño… ¡Relléname como la putita que soy amor!

-Ya estoy… Me voy… ¡Me voy joder me voy! ¡Aaahhh joder! ¡TOMA MI LEFADA AMOR!

-Yo también me corro hijo… Mierda que rico… ¡Que rico! Me voy… ¡Me voy! ¡ME VOY, ME VOY, ME VOYY!

De nuevo casi al mismo tiempo ambos estallamos en un orgasmo de película. Yo empecé a vaciar todo cuanto pude dentro de su coño sin parar en ningún momento los movimientos de penetración. Ella por su parte se corrió también recibiendo mis embestidas, por lo que nuestros fluidos comenzaron a salirse salpicando por todos lados como si se tratara de un aspersor. Después de habernos vaciado bien, ella cayó rendida sobre la tumbona con el culo todavía en pompa, dejando a mi vista su roja y goteante vagina bañada por completo en semen y corrida mientras sus piernas abiertas sufrían todavía leves espasmos. Yo también necesitaba un descanso, por lo que me tumbé a su lado mientras le acariciaba el pelo y la espalda.

-Madre mía cariño… No me habían… No me habían follado así nunca… -se notaba que le costaba recobrar el aire.

-Ha sido increíble mamá… -yo estaba también exhausto, sin palabras-

-Al final ibas a tener razón en eso de que nuestros cuerpos encajan a la perfección…

-Te lo dije jajaja.

-Dios cuando me has agarrado del cuello… No sé ni cómo explicarlo con palabras hijo, creía que me iba a desmayar del gusto.

-A mi también me ha encantado mamá. Y ver tus tetazas botando ya ni te imaginas.

-No me digas esas cosas que me da vergüenza…

-¿No será más bien que te ponen cachonda?

-Mmm bueno… Jajaja.

-Vaya vaya… Ya estás lista para que te de un segundo asalto o qué jajaja.

-Anda y por qué tienes que ser tú el que me dé un segundo asalto si se puede saber.

-Mamá, todavía te tiemblan las piernas.

-Pues como para que no me tiemblen cabrón, con la follada que me has pegado.

-Pues cuando quieras te vuelvo a meter una follada de esas mami jajaja.

-No te preocupes no. Ahora voy a ser yo la que te folle bien follado.

Tras esto me sorprendió levantándose y colocándose de piernas abiertas sobre mí. Empezamos a besarnos de una manera más tierna a lo habitual, de forma más lenta y parando para mirarnos a los ojos. Una vez mi polla se puso dura del todo, no tardó ni dos segundos y se la metió entera hasta el fondo, comenzando a cabalgarme con una técnica brutal. Sin duda mi madre habría hecho pocas cosas en la cama, pero las que sabía hacer las dominaba a la perfección. Sus tetas estaban a la altura de mi boca, por lo que no tardé en lanzarme a comérselas mientras ella tomaba el control. Estaban preciosas, con los pezones bien rosados por la excitación, algo lubricadas en una mezcla de agua, sudor y corrida, y con varias venas marcadas. Ahí estuve un buen rato, sometido a la cabalgada de mi progenitora mientras ella disfrutaba viéndome derretirme del gusto.

-Aaghh joder mamá… Me estás reventando…

-Pensabas que tú madre no podría follarte eh… Mmmm pues voy a hacer que te corras para mi cielo… Ahhh… -obviamente ella también estaba disfrutando, pero quiso jugar a dominarme, juego que yo acepté sin rechistar claro-.

-Dios mamá no voy a aguantar mucho más…. mierda ya estoy a punto…

-Sabía que podía hacerte acabar… vamos cariño… Córrete en mí…

-No… Quiero correrme contigo…

-Pues a mí todavía me queda… Mmmm… ¿Qué pasa? ¿Qué el nene no sabe cómo hacer que su madre se corra?

Esto lo dijo entre risas y jadeos buscando provocarme, lo cual obviamente consiguió. Reprimí todas las ganas que tenía de explotar y decidí darle su merecido. En ese momento le agarré con mis brazos la cintura, flexioné mis rodillas y comencé a tomar el control de la situación, penetrándola con todas mis fuerzas. Esto hizo que su expresión cambiara drásticamente, comenzando ya a gemir en serio mientras sus tetas subían y bajaban debido a las embestidas, excepto cuando con seguía atrapar alguna con la boca y chuparte el pezón como quién come un helado, lo cual hacía que ella se derritiera de placer.

-Cabrón pero qué me haces… Aaahhh…

-¿No querías que te follara? Pues te vas a enterar…

-Por favor para cielo… Para qué vas a hacer que me corra otra vez… Ufff…

-Eso es lo que quiero cariño… Aahhhh vamos córrete para mí…

-Cielo no puedo más… Para… Para por dios…

-Mmm… No voy a parar hasta que te corras… Vamos cariño sé que quieres…

-N… No… Aaahhhh… -en ese momento acelere aún más las embestidas mientras con las manos y la boca le pellizcaba y chupaba los pezones- Hijo me voy… me corro…

-¿Te gusta verdad? Yo también estoy a punto…

-Mierda me estoy corriendo otra vez… Que rico por favor…. Que rico… ¡QUE RICO, QUE RICO!

-Me corro mamá… ¡joder me corro!

-Noo espera correrte en mi boca amor… quiero que me des de tu lechita…

Rápidamente y con mi semen ya expulsando algún chorro, cambiamos posiciones y hundí mi polla en la boca de mi madre, soltando tantos chorros como pude de espesa lefa inundando por completo su boca y empapándole tanto la cara como las tetas. Era increíble como aun siendo la tercera vez que me corría en tan poco tiempo todavía tenía reservas. Esto también pasó con mi madre, la cual en medio de la acrobacia para poder tragarse mi polla seguía eyaculando sin parar mientras con la mano se palmeaba su encharcado y palpitante coño.

Tras esto ambos nos quedamos al sol charlando en las tumbonas, abrazados, con nuestros cuerpos llenos de saliva, corridas y sudor. Las caricias y los besos duraron bastante tiempo, al fin y al cabo no éramos mandriles salidos de deseo, también disfrutábamos de darnos cariño de una forma más romántica, como dos amantes en su luna de miel.

Continuará…

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