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Esperanza (2)

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Después del primer encuentro, seguía excitándome igual cada vez que nos besábamos, llevaba en mi boca de su vagina.  Lo llevaba por un par de semanas, era delicioso. No pasó mucho, tal vez 3 semanas del primer encuentro cuando volvimos al mismo hotel. Entramos y subimos para que ella pasara al baño, mientras ella orinaba yo comencé a desnudarme.

Cuando salió se inclinó para lavarse las manos mientras yo estaba desnudo detrás de ella y con el pene erecto llegue por detrás a rozar su pantalón. Mi pene mojo un poco su trasero mientras ella se giró y comencé a desnudarla. Besé sus pequeños pechos mientras se quitaba el pantalón para después colocarla en el lavamanos y penetrarla. Estaba húmeda así que no me costó trabajo entrar. Cogimos un poco, veía por el espejo del lavamanos su marca en la espalda y decidí que pasáramos a la cama. Al llegar a la cama comencé a besarla mientras ella apretaba mi pene con sus manos frías. Eso me excitaba tanto y comenzó a masturbarme mientras yo seguía besando su cuello, sus orejas y mamando sus pequeños pechos. Bajé poco a poco hasta llegar a su estómago, su vientre plano y después su vagina. Comencé a hacerle un oral, lamiendo sus labios vaginales y retirando la humedad, la deliciosa humedad de ellos. Es un sabor único, mas cuando acababa de orinar. Cambiamos de posición para hacer un 69.

Es muy buena haciendo orales, pero me gusta mas lamer su vagina, mi lengua recorría el clítoris y entraba por su vagina. Lamia y metía mi lengua, la metía tanto que sentía como apretaba cuando iba entrando, la sacaba y lamia su ano, después mi lengua rozaba su ano hasta le la puse en línea recta con la espalda. Su culo en mi boca y yo penetrándole el ano con la lengua. Metía la lengua tan profundo que sentía como iba abriendo el ano y la movía cuando estaba dentro. Ese sabor y esa sensación.

Ella gemía y se retorcía mientras yo la movía para que se cogiera con mi lengua. Sentía como mi barbilla se mojaba de lo excitada que estaba así que sacaba mi lengua de su ano para lamer su vagina, desayune mucho ese día. Estaba tan excitada que cambió de posición y se dispuso a cogerme. Tenía aún restos de su miel en la boca cuando comenzó a besarme. Es un sabor indescriptible entre su ano, su vagina y su boca. Yo estaba sumamente excitado y comencé a penetrarla. Ella estaba a punto de venirse, sus piernas temblaban y las apretaba como para no terminar pero le suplique que lo hiciera. Así lo hizo hasta que sentí como mi pene dentro de ella fue rociado por su corrida.

Estaba cansada, sudando, y con el pelo enmarañado. Se salió de mi pene y sentí como sus fluidos recorrían mi pene hasta bajar por los testículos y llegar a mi ano. Si hubiera habido otra chica allí en ese momento, le hubiera pedido que me limpiara el ano con su lengua para después besarla. Pero, no era así. Así que solo nos recostamos y charlamos un poco mientras ella me masturbaba un poco para después hacerme un oral.

La puse contra el colchón y puse una almohada en su estómago para levantar su culo y comenzarlo a lamer. Nuevamente lamia y deje un poco de saliva para comenzar a penetrarlo. Parece que había tenido sexo la noche anterior porque estaba dilatado así que no me costó trabajo penetrarla. Entré despacio y sin prisa hasta que por fin llego hasta el final y comencé a cogerla. Ella Gemía y se retorcía apretaba su recto como rogando que me viniera. Metí mi pene hasta el fondo un par de veces y después lo saque, salió limpio. Su Ano estaba abierto y metí mi lengua de nuevo. El sabor cambió por un momento pero no fue en absoluto desagradable. Por el contrario quería probar mas.

Saqué mi lengua y metí de nuevo mi pene, ella se retorció un poco y comencé a cogerla muy muy duro. Hasta que sentí como estaba a punto de venirme. Metí lo mas que pude el pene, hasta el fondo, hasta adentro. Sentí y escuche como gimió de dolor pero abrió sus pequeñas nalgas para que entrara lo mas profundo posible y entonces me vine, salieron cuatro disparos cargados de semen cada uno, uno detrás de otro hasta que por fin, el ultimo disparo me hizo sacudirme y bufar un poco.

Mi sudor resbalaba por su cuerpo y no me salí, simplemente me recosté en su espalda. Ella me intentó abrazar y me beso. Aun con el sabor de su ano en mi boca la bese y fue una mezcla de sabores maravillosos. Comencé a retirar mi pene poco a poco para sacarlo por completo. Aún estaba muy duro y erecto y ella gimió cuando al fin salió.

Se levantó y fue al baño para asearse un poco. Yo miraba mi pene esperando encontrar fragmentos de mierda pero no, nuevamente estaba limpio.

Descansé un poco, había sido bastante el esfuerzo y tomé agua cuando salió del baño para dirigirse directo a mi pene.

-Me gusta, me encanta.

Fueron sus palabras antes de meterlo a su boca. Aún no me recuperaba del asalto pero estaba listo para cogerla de nuevo. La puse en posición de misionero y sus piernas en mis hombros y comencé a cogerla. Sus pequeños pechos rebotaban mientras me la cogía, besaba sus piernas delgadas y mi pene entraba y salía, sentí su humedad y su color rojizo me hizo saber que estaba a punto de venirse. Comencé con movimientos mas duros y fuertes hasta que por fin terminamos juntos de nuevo yo dentro de ella. Esta vez solo fueron dos disparos y muy poca leche.

Nos recostamos uno al lado del otro para descansar un poco. Charlamos de lo mucho que extrañaríamos estar así de nuevo.

Fuimos a bañarnos juntos, abrimos la regadera y entramos, nos besábamos como verdaderos novios. Me excité de nuevo y le pedí que me orinara. Abrió las piernas y se retiró del agua para dejar caer la orina sobre mi pene, tome mis manos para masturbarme y tomar un poco de orina en ellas mientras veía como caía y resbalaba tanto por mis piernas como por las de ella. Bebí un poco y la bese. Era la primera vez que probaba orina fresca de alguien. Le encanto y le dije es mi turno.

Coloqué mi pene un poco elevado hacia arriba y comencé a orinar su vagina. Veía como escurría por sus piernas y con su mano le pedí que comenzara a masturbarse. Se Metía mi orina en la vagina mientras seguía orinando hasta que por fin terminé. Estaba sumamente excitado. Ella dejo de masturbarse y me hizo lamer sus dedos. Los lamí y la incline para lamerle todo. La penetré primero por la vagina y después por el ano, resbalo un par de veces pero estábamos tan excitados que no nos importó. La cogía por el ano cuando estaba a punto de venirme, entonces me salí para terminar dentro de su vagina. La penetré tan adentro que grito y gimió hasta sentir que terminaba.

Me salí y terminamos de bañarnos. Ella pudo ser la mejor esclava sexual de la Historia, lástima que ese día todo termino. Aunque en el fondo a mi me queda la Esperanza de Volverla a ver.

(8,00)