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Joven, casada, hermosa, puta y morbosa

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Fermín había ido a Londres a una boda que se celebraba entre una hija de su hermano Miguel y un inglés. Su esposa no pudo ir por problemas laborales. La verdad, según me contó, es que no pensaba liarse con nadie, pero le tocó sentarse junto a pared y al lado de su sobrina Eli, que era hermana de la novia y que había venido sin su marido.

Eli estaba para comerla, era morena, su cabello trigueño le llegaba a la cintura, sus ojos eran negros y sus labios carnosos, unos labios a la Jolie pintados de rojo carmín que hacían juego con las uñas de sus manos... Estaba muy, pero que muy rica.

A Eli después de haber comido bien y bebido algo de más, se le soltó la lengua. Tomaban café y miraban cómo bailaban el vals los novios cuando le dijo a Fermín:

-Con el novio ya bailé yo unas cuantas veces.

-No me extraña, baila bien.

-No me refiero a esa clase de baile.

Eleanor, Leonor, Eli, para los amigos, llevaba puesto un vestido de color azul que le daba por encima de las rodillas y que tenía un escote que dejaba ver el largo canalillo de sus grandes tetas. Mirando para sus tetas le preguntó:

-¿Te acostaste con él?

-¿Qué te llevó a pensar eso?

-Yo solo conozco dos clases de bailes, los que se bailan con música y lo que la música está en el baile.

Eli, que llevaba en el cuello una gargantilla, en las orejas unos pendientes con forma de aro, en las muñecas un reloj y una pulsera y en los dedos un anillo de casada y un solitario, todo ello de oro, comenzó a coquetear con su tío.

-¿Te interesa saber si me acosté con él? ¿Acaso me quieres hacer una proposición indecente?

Fermín le entró a su sobrina.

-Sí, soy muy cabrón, y el cabrón al igual que la cabra, tira al monte.

-¿A qué monte?

-Al de venus, ese monte con una pequeña cueva debajo donde se esconde el caudal más preciado.

Se inclinó hacia él, le enseñó parte de sus grandes tetas, y le preguntó:

-¿Qué caudal es ese?

-El de los jugos de una corrida. ¿Te acostaste con tu nuevo cuñado?

-No, no me acosté con él, follamos.

Al confesarse así con su tío era porque buscaba polla, otra cosa no podía ser. Le preguntó:

-¿De soltera o de casada?

Eli tomó un sorbo de café negro si azúcar y después le dijo:

-De casada, follamos de diez modos diferentes.

Eli fue directa y Fermín también lo fue.

-¿Te corriste bien?

-Me corrí tres veces.

-¿Qué modos fueron esas?

-¿Quieres saber todas las posturas?

-Sí, no dejes una atrás.

-Lo follé en la posición del Lotus (loto), o sea, el sentado sobre la cama y yo sentada sobre su polla con mis brazos alrededor de su cuello. Es una posición en la que los besos acaban por hacerse lujuriosos. Así me corrí por primera vez.

Eli ya se desmadró. Echó la mano a la entrepierna de su tío por debajo del mantel, acarició su polla y siguió hablando.

-Después lo follé en la posición del Crab (cangrejo). Subí encima y echada hacía atrás con las manos apoyadas sobre sus piernas le di cera, lo puse a punto, pero no dejé que se corriera.

Fermín bajó la cremallera y sacó la polla morcillona, Eli la cogió con la mano y masturbándolo siguió dándole a la sin hueso.

-Pasé a la posición del Hook up (enganche). Le puse las piernas en los hombros y me folló duro. Yo acaricié el clítoris y cuando se corrió dentro de mí me corrí con él.

-Me gusta esa posición.

-Y a mí me gusta que te guste, luego pasamos a la posición de la Fushion (fusión), o sea, él sentado apoyado con las manos en el colchón de la cama. Yo también apoyada con las manos en el colchón... Lo follé con ganas. De esa posición me pasó él a la de la Butterfly (mariposa). Puse los pies en su pecho y él con sus manos en mis rodillas fue metiendo y sacando en mi coño al tiempo que abría y cerraba mis piernas. De esa posición me puso en la de Wheelbarrow, o sea la carretilla.

Fermín le echó la mano al coño por debajo del mantel y por encima del vestido, y le dijo:

-Esa sé cómo se hace, y lo que te voy a hacer también sé hacerlo.

Eli subió el vestido y se abrió de piernas. La mano de Fermín entró dentro de sus bragas y se encontró con un coño acolchado y mojado. La gente bailaba y hablaba ajena a lo que Eli y su tío se traían entre manos.

Los recién casados haciendo un recorrido por todas las mesas llegaron a la de Eli y Fermín. Le preguntó la novia a su hermana:

-¿Todo bien, Eli?

Eli sintiendo cómo dos dedos entraban en su coño, le respondió:

-Genial, Eva, genial.

-¿Y usted qué dice, tío?

-Mejor imposible.

El novio, que no entendiera lo que hablaran, sonrió cómo un tonto y después se fueron. Eli masturbando a su tío le dijo:

-¡Que morbo tiene lo que estamos haciendo!

-Tiene, sigue contando.

Eli siguió con la historia.

-Luego hicimos la posición de la cuchara...

Masturbándola la interrumpió.

-Esa también sé cómo se hace.

-En ese caso te lo seguiré diciendo en español. De la cuchara pasamos a la posición del cruzado...

Con los dedos mojados acariciando su clítoris le preguntó:

-¿Y el cruzado qué es?

La polla de Fermín ya estaba dura. La mano de Eli subía y bajaba por ella cada vez más aprisa, le respondió:

-Con las piernas cruzadas las pondría sobre tu hombro y me follarías a tu aire.

Ya lo había puesto en lugar del novio. Fermín le dijo:

-A romper te follaría.

-A romper quisiera que me follaras.

-Eso tiene fácil solución.

Eli siguió hablando.

-Luego sería el Dancer. Tú me cogerías una pierna, la levantarías y me follarías a la pata coja mientras yo te comía a besos, y por último el Pretzel, o lo que es lo mismo, la galleta salada... Tú detrás de mí con tus piernas cruzadas con las mías y los dos de lado...

Fermín ya no aguantaba más y se lo dijo.

-O paras o me corro, Eli.

No paró, al contrario, lo masturbó a toda hostia. Fermín se corrió en su mano.

Al acabar de correrse los dedos de Fermín volaron sobre su clítoris y Eli se corrió cómo una loba. Para disimular apoyó la cara sobre la mesa y comenzó a reírse cómo si le hubiese contado un chiste muy gracioso.

Al acabar de gozar bajó la falda, luego cogió una servilleta y limpió la leche de su mano. Fermín le preguntó:

-¿De verdad que hiciste todo eso con el novio?

-En una paja antes de venir a la boda.

Fermín no salía de su asombro.

-¡¿Pensaste todo eso en una paja?!

Eli echó el resto.

-No, pero fantaseo con esas posiciones y cómo dices que eres muy cabrón…

Al oír aquellas palabras a Fermín ya no le quedo ninguna duda de que iba a mojar, le dijo:

-¿Follas tan bien cómo haces pajas?

-Follo aún mejor. ¿Y tú follas bien?

-Eso dicen, pero a mí no me van las florituras, me gusta hacerlo arriba, abajo, de lado, a cuatro patas..., me gusta hacer un griego, una cubana, el cunnilingus normal, el cunnilingus cerdo...

Lo miró con cara de curiosidad.

-¿Qué es el cunnilingus cerdo?

-Es correrme dentro de una mujer y después saliendo mi leche del coño comérselo hasta que me da su corrida en la boca.

-Eso no es un cunnilingus cerdo, es un cunnilingus delicioso para quien lo recibe. ¿A dónde vas al salir de aquí?

-No salgo, tengo una habitación en este hotel restaurante.

-¿Qué número?

-El 69. ¿Te animas?

-¿El número de tu habitación es el 69?

-Es.

-Ese número me trae muy buenos recuerdos. No bebas más.

Sus palabras se lo había dicho todo sin decir nada. Ya no tomó ni la copa de whisky que tenía delante. Esa noche se iba a cansar de follar.

Llevaba media hora en la habitación del hotel restaurante cuando llamaron a la puerta, abrió y era Eli. La hizo pasar, cerró la puerta, le echó las manos a las tetas y se las amasó mientras arrimaba cebolleta a su culo. Eli, que se había hecho una coleta, le preguntó:

-¿Tienes prisa, tío?

La besó en el cuello y le respondió:

-No hay que perder el tiempo, el tiempo es oro.

-¿Y mis tetas qué son?

-Tus tetas son gloria bendita, espero que me sepan a galletas de coco.

Eli le echó una mano a la nuca al tiempo que giraba la cabeza, lo besaba y después le preguntaba:

-¿A qué sabe mi boca?

-A fresas.

Le cogió una mano, se la llevó al coño, lo volvió a besar y le preguntó:

-¿Y mi coño a qué esperas que te sepa?

-A pastelito de crema.

-¿Y mi culo?

-A chocolate.

Se dio la vuelta, le echó los brazos al cuello y le metió un morreo que le puso la polla dura y latiendo. Al acabar de besarse Fermín la empujó encima de la cama. Vio cómo flexionaba las piernas, cómo levantaba el vestido y cómo lo quitaba por la cabeza. No paró, al vestido siguieron las bragas y después los zapatos azules con tacón de aguja. Quedó cubierta solo con las joyas. ¡Qué polvazo tenía! Sus tetas eran grandes, lo mismo que sus areolas oscuras y sus pezones, y el coño, el coño tenía una mata de pelo tan espesa que escondía el corte. Fermín tampoco esperó, se desnudó y con la polla apuntando al frente se metió en cama y se abalanzó con su boca hacia sus tetas. Se las empezó a devorar, Eli le dijo:

-Despacio, tío, despacio que pareces un adolescente comiendo sus primeras tetas.

Tenía razón, por un momento Fermín había perdido los papeles, pero fuera porque Eli estaba tremendamente buena.

-Despacio lo quieres, despacio lo tendrás.

Lentamente le dio un repaso a las tetas que no dejó un poro de ellas sin besar, lamer, chupar y magrear. Al acabar con ella tenía los pezones de punta y duros cómo el granito. Eli le dijo:

-Siéntate en la cama, tío.

Se sentó, Eli rodeó su cuello con los brazos, se sentó sobre la polla empalmada, la metió hasta el fondo y moviendo su culo de atrás hacia delante, de delante hacia atrás y comiéndole la boca lo folló largo rato, lo folló hasta que a punto de correrse, le dijo:

-Te voy a bañar la polla cómo nunca te la bañaron.

No le dio tiempo. La puso en posición, metió la cabeza entre sus piernas, enterró su lengua en el coño, lamió con lujuria de abajo a arriba, y Eli se corrió en su boca haciendo un arco con su cuerpo y jadeando cómo una perra.

Al recuperar el habla, le dijo:

-Me corrí cómo una perra.

-¿Qué tocaba ahora?

-¿No decías que no te gustaban las florituras?

-Las florituras, no, pero la mariposa...

Puso sus pies en el pecho de su tío. Fermín le abrió las piernas y se la clavó a tope. Después la folló cómo le había dicho, poniendo las manos sobre sus rodillas y abriendo y cerrando sus piernas al tiempo que se la metía y se la sacaba. A Fermín le gustó, le gustó tanto que cuando los gemidos de su sobrina le dijeron que se iba a correr le llenó el coño de leche. Eli sintiendo la leche calentita dentro de su coño, dijo:

-¡Dios, cómo me gusta que me llenen!

Al acabar de correrme Fermín sintió cómo el coño de su sobrina apretaba su polla. Se iba a correr. Se la quitó, le levantó las nalgas y le comió el coño mientras su leche salía de él. No debieran comerle el coño de aquella manera, ya que se corrió cómo un río cuando desemboca en la mar, aunque en este caso la mar era la boca de su tío.

Al terminar de correrse estaba exultante. Se echó la coleta hacia delante, y le dijo:

-Van a caer muchas pajas recordando este momento.

-Por mi parte, cantidad.

-¡Anda que por la mía...!

Vio la polla morcillona. Se incorporó, la cogió, la puso vertical, le lamió y le chupó los huevos, se la mamó con maestría hasta ponerla dura, y después le preguntó:

-¿Te gustaría hacerlo en la posición del cangrejo, tío?

Fermín estaba a su disposición para lo que fuera.

-Sube.

Eli subió, cogió la polla y la frotó en el ojete. Fermín le dijo:

-No me hagas la boca agua.

-En la boca lo que te voy a hacer es otra cosa.-le puso el culo en la nariz- Huele.

Olió, pensó que le iba a oler a lo que acostumbra a oler un ojete, pero le olió a colonia. Le lamió y le folló el ojete con la punta de la lengua, luego Eli se puso en la posición del cangrejo y con las manos apoyadas sobre a cama acercó su ojete a la polla y empujó hasta meter la cabeza dentro, después fue moviéndose de atrás hacia delante y de delante hacia atrás para meter y sacar la polla de su culo. Fermín reclinado y con los codos apoyados en el colchón veía cómo sus bellas tetas iban y venían. Eli disfrutaba sintiendo la polla entrar y salir de su culo. Cada vez fue entrando y saliendo mejor, ya que el coño no paraba de soltar flujos y la engrasaba. Al rato ya sus gemidos anunciaban que se iba a correr. Fermín cerró los ojos. Iba a correrse dentro de su culo, pero cuando estaba en lo mejor Eli sacó la polla del culo, le puso el coño en la boca, y le dijo:

-¡Saca la lengua!

Fermín sacó la lengua, Eli frotó el coño contra ella y le volvió a llenar la boca con los jugos de su corrida.

Al acabar, boca arriba sobre la cama y abanicándose con una mano, le dijo:

-Tiempo muerto, pido tiempo muerto.

Fermín estaba empalmado cómo un burro. Así no podía quedar. Le metió la polla entre las tetas, las apretó una contra la otra y las folló hasta que las soltó, al soltarlas se corrió sobre sus pezones y sus areolas.

Al acabar de correrse le dijo:

-Ahora el que pide tiempo muerto soy yo.

Fermín salió de la cama, abrió el cajón de la mesita de noche y quitó media docena de barritas de double Decker y una cantimplora con vino tinto, que si le pillan en la aduana se había visto en un apuro. Eli, sonrió, se limpió la leche de las tetas con una sábana, y después le dijo:

-¿Pensabas que no te iban a dar bien de comer en la boda?

-No es eso, es que cuando estoy solo me gusta disfrutar de unas jolichadas acompañadas de vino tinto.

A Eli se le puso cara de tonta.

-¿Joli qué?

-Lambetadas, dulces.

-¿A los dulces les llamáis en Galicia jolichadas y lambetadas?

-Sí.

-Dime más palabras en gallego.

Se las dijo mientras comían las barritas y bebían vino tinto. Al acabar de comer y beber, Eli le dijo:

-¿Nos hacemos unas pajas mirando el uno para el otro?

-¿Quieres correrte así?

-Sí, bueno, no. ¿Me la vuelves a comer cuando esté llegando?

-Le cogiste el gusto a la cosa.

-Cogí.

Metió la cabeza entre sus piernas, Elí flexionó las rodillas y le dijo:

-Me lees el pensamiento.

No hacía falta ser muy listo para darse de cuenta que quería que le comiera el coño. Le levantó el culo con las dos manos y le lamió el ojete y el periné, después le metió y le sacó la lengua de él. A continuación le clavó la lengua en el coño. Al sacarla apretó la lengua contra el coño hasta llegar al clítoris, lo lamió de abajo a arriba, transversalmente y alrededor. Después hizo un camino con su lengua entre su ojete y su clítoris, camino en el que su lengua hacía paradas para enterrarse en el ojete, enterrarse en el coño y lamer el clítoris de las tres maneras que ya he dicho. Pasado un tiempo, le dijo:

-Si sigues me corro en tu boca.

No siguió, se levantó de la cama, la cogió en alto en peso y la arrimó a la pared. Eli rodeó con sus brazos el cuello de su tío y lo besó mientras la polla entraba en su coño. No aguantó nada, ya venía demasiado excitada cómo para durar. Cuando le vino echó la cabeza hacia atrás y exclamo:

-¡¡ I cum!!

Se corrió temblando y gimiendo cómo una loca, Fermín al ver cómo se corría le llenó el coño de leche.

Al acabar de correrse se siguieron besando. Por el interior de los muslos de Eli bajaban jugos y leche de las corridas. Sintiendo bajar la mezcla, le dijo a su tío:

-Vamos para cama que quiero follarte.

La echó sobre la cama sin quitarse de encima. Eli no dejó que se le bajara la polla. Se puso encima de su tío y le dio las tetas a mamar... Lo folló moviendo el culo de atrás hacia delante y de delante hacia atrás, alrededor..., aprisa, lento, aprisa... Lo folló a su aire. Al final, cuando notó que se iba a correr se quedó quieta con la polla enterrada en el fondo de su coño. Sintió cómo su tío le llenaba el coño de leche y dijo:

-¡Ay que me voy!

Se corrió gimiendo en bajito, se corrió cómo un pajarito.

A Fermín se le encharcaran los huevos con los jugos de la corrida de Eli y con parte de su leche. Eli quitó la polla engrasada de su vagina. Y... ¿Y a qué no sabéis donde le puso el coño?

Quique.

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