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Karina (Parte 3)

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Hola continuo con la tercera y última parte de una reunión que por momentos llegué a pensar que sería igual a las demás y terminaría haciéndome una paja o follando a mi esposa, pero pasó todo lo contario, fue una noche llena de lujuria con un par desconocidos muy masculinos que me estaban haciendo sentir todo una hembra.

Claudia mi esposa al verme tomada por dos desconocidos, sé que muy dentro le causó impresión, pero como ella misma lo indicó sabía de mis andanzas y de cómo me probaba sus ropas cuando ella salía para el trabajo y que la intensión de ella aquella noche era de cumplir mi fantasía de salir vestida a la calle como una chica acompañada por ella, pero lo que no sabía era que su esposo además de tener el gusto por la ropa femenina también le encantaba la verga.

Volviendo al relato, Claudia se acercó me miró fijamente y me dijo: apestas a verga, hueles a sudor y a semen, eres una maldita puta ahora tienes que obedecerme… Te ordeno que sigas en la fiestecita que tenías con estos caballeros, Antonio el guarda más maduro le dijo: señora le ofrecemos disculpas por lo sucedido la verdad pensábamos que lo que nos decía su esposo era mentira. Claudia lo interrumpió y le dijo: No se preocupen ahora lo que quiero es que sigan en lo que estaban, si esta pequeña perra quiere sentirse femenina quiero que le partan el culo a punta de verga.

Ella me miró y dijo: cuando te hayan follado vendré por ti y después hablaremos de nuestro futuro, no me sigas, si amas dejarás que ellos te follen y se fue retirando lentamente, la verdad no sabía si salir detrás de mi esposa o quedarme y cumplir lo que siempre había querido, bajé mi mirada y vi mis piernas enfundadas en esas deliciosas medias de nylon y esos tacones que torneaban las piernas, me encendí nuevamente y decidí quedarme con ese par de machos, Oscar al verme con ansias de pene me miró se sonrió y me dijo: ya que tienes el permiso de tu esposa de voy a clavar como nunca.

Con su mano derecha se frotó la verga por encima de su pantalón y vi como en cuestión de segundos aquel pedazo de carne quería salirse de su pantalón, no aguanté me acerqué a Oscar él me tomó con sus brazos musculosos, con un abrazo fuerte me pegó a su cuerpo acercó su boca a mi cuello y empezó a lamerme, el pasar de su lengua por mi cuello puso a temblar mis piernas, jamás había tenido una erección tan fuerte sentía como mi verga palpitaba de excitación, el solo roce de su verga con la mía la cual estaba sujeta por mis pequeñas bragas color rosa me puso a mil, Oscar arremetía con su boca buscando la mía hasta que nos fundimos en un beso demasiado cachondo, metió su lengua hasta lo más profundo de mi boca.

Me sentía en el cielo, miré a un lado y Antonio estaba mirándonos fijamente, se tocaba por encima de su pantalón, con mi mano lo invité a que se uniera, el de un solo salto se incorporó a esa mini orgia puso sus manos en mis tetillas y las apretó tan duro que sentí un dolor intenso, pero que con los segundos me fue gustando pidiéndole que apretara mis tetillas más y más.

Oscar me tomó del cuello y bajó mi cabeza en señal que era hora de chuparles las hermosas herramientas de carne que tenían entre las piernas, sin pensarlo dos veces me arrodillé el piso estaba muy frio pero no fue problema me metí primero la de Antonio el maduro, la verga de este guarda era como de 18 cm con una cabeza espectacular lamerla y pasar la lengua por sus bolas era un espectáculo, ya que sentía como palpitaba, Oscar se unió a la juerga y se puso del otro lado sacó su verga del pantalón y en voz baja dijo: ahora chupa la mía perra, la de Oscar no era tan grande media unos 16 cm pero era muy gruesa, me dolía la quijada ya que el esfuerzo para tragarla era mayor por lo gruesa que la tenía, me tomó por la nuca y la metió toda y empezó un mete y saca muy delicioso, al estar mamando la verga de Oscar sentí como Antonio empezó a jugar con su dedo en mi ano y de un solo empujón lo metió todo,, sentí un poco de dolor pero con el paso de los segundos ese dolor se convirtió en puro placer.

Oscar seguía con su mete y saca el cual iba a acabar con mi garganta, por momentos sentía que me ahogaba, pero los dedos juguetones de Antonio en mi ano hacían que me esforzara mucho más para tragar la verga de Oscar y hacer mi trabajo como toda una puta.

Volví a ver a Claudia, me sorprendió al verla con un compañero de la oficina llamado Esteban, era un hombre que siempre le había tenido ganas a mi esposa, ella siempre me decía que él le hacía propuestas y ella nunca accedió, quedé frio ya que sentí que por venganza había traído a aquel hombre para que se burlara de mí y me viera vestido de puta.

Claudia y Esteban venían hacia mí, el no pronunció palabra alguna, Claudia ya se veía un poco entrada en tragos y dijo: mi querido esposo ya que he descubierto tu secreto debes saber los míos, debo confesarte que soy más puta que tú, que me he acostado con media empresa y que cada vez que sales de viaje aprovecho para meter un hombre a la casa y hacer de todo y que Esteban es uno de los que me falta por probar. Y que el verte con esas vergas en la boca me he calentado y quiero que mientras te penetran estos caballeros, tener sexo con Esteban frente tuyo, seremos unas perras hoy tu y yo.

La verdad lo que dijo me dejó frio, pero yo sabía que en aquel momento estábamos en igualdad de condiciones y no podía hacerle una escena de celos.

Claudia se acercó me besó y me dijo aprovechemos esta noche esto quedará entre tu yo y Esteban, Claudia estaba tan caliente que tomó la verga de Oscar le pegó una mamada y volvió a besarme, saco una botella de vodka de su bolso bañó las vergas de los tres hombres en vodka y dijo: a disfrutar perra, se sonrió tomó a Esteban de la mano lo acercó a donde yo estaba con los dos guardas se arrodilló y empezó a pegarle una mamada a Esteban.

Al ver aquella escena mis dos hombres me tomaron de los hombros, Antonio me puso su caliente vergota en mis nalgas, mientras Oscar se metió mi verga en la boca, la sensación me tenía al borde de la locura pasaba su lengua por mi pene de una forma magistral ni Claudia me la había chupado tan rico, sentí la mano de Esteban en mis tetas, mientras Claudia le mamaba su pedazo de carne este me acariciaba las tetas, oh Dios pensé ahora tengo tres machos que debo satisfacer.

Antonio escupió mi ano y muy delicadamente empezó a meter su miembro en mi estrecho culo, lo tenía tan dilatado que empecé a tragarlo centímetro a centímetro, la sensación de esa verga en mi culo era indescriptible, mis piernas temblaban sentía que me iba a venir, al notar esto Oscar se levantó y dijo: no te vas a venir todavía perra debes gozar al máximo.

Antonio aumento su penetrada y sentía como sus bolas se golpeaban con las mías, Oscar me besaba en la boca y Antonio aumentaba su mete y saca, por un momento pensé que Antonio terminaría en mi culo, pero se detuvo sacó su verga de mi dilatado culo y le dijo a Oscar es tu turno, Oscar puso la punta de su verga en mi ano y sin decir nada la metió toda el dolor fue intenso ya que la de este chico no era larga pero si muy gruesa, el dolor no paraba pero fue desvaneciendo hasta que dejó de doler para generar el mejor placer de toda mi vida yo pedía más, al voltear a mirar a Claudia estaba mamando la verga de Esteban pero mi sorpresa es que Antonio la estaba follando los gemidos de Claudia eran intensos, Antonio le estaba dando una follada increíble, Claudia me miró y dijo: que delicia de ahora en adelante nos follaran a las dos como las putas que somos.

Esteban se acercó y metió su verga en mi boca, la verdad me dolía la quijada, pero debía esforzarme para tener a mis machos felices y satisfechos.

Ver a Claudia siendo penetrada por un desconocido me gustó mucho, Antonio la tenía clavada y su mete y saca era cada vez más fuerte, sentía que el clímax estaba a punto de estallar en nuestros cuerpos, Oscar me tenía en cuatro en el piso y Esteban la tenía en mi boca.

Antonio grito no puedo más esta perra me va a hacer estallar. Claudia se acercó a mí de rodillas y dijo: ahora quiero que nos bañen en semen a las dos somos las putas de la noche.

Oscar me sacó su deliciosa polla dejando mi ano abierto, Esteban no dudo y me la metió bombeando unas dos veces y lo escuche jadear y gritar de éxtasis, lo único que le entendí fue: me vengo.

Sentí un chorro llenar mis entrañas, me estaban preñando por primera vez Esteban seguía penetrándome y fue cuando sentí que su semen había llenado mi ano y este empezaba a salirse derramándose por mis piernas, sentí como su pene se iba volviendo más pequeño hasta salirse de mi culo.

Claudia me miro y dijo: ¿ahora sabes lo rico que siento cuando me llenan la vagina de leche?

Antonio no aguantó más se acercó y volvió a explotar en litros de leche salpicando la cara de Claudia y la mía, que delicia sentir la leche en la cara, Claudia que es una tragona de leche me beso y lamió los restos de leche que yo tenía en la cara.

Oscar haciéndose una paja se acercó a la boca de Claudia y le descargó cualquier cantidad de leche, a lo que ella como buena puta que era solo saco su lengua y la recibió toda sin derramar ni una gota, se volteó y me escupió en la boca con todo el semen de Oscar el cual tragué, sin mediar palabra, me iba a masturbar para terminar la faena y Claudia hizo una señal de desaprobación, diciendo: tú no te vas a venir quiero que quedes cachonda toda la noche.

Es posible que mañana lo volvamos a repetir.

Después de aquella noche, Claudia me trata como a otra chica, me lleva de compras y me regala ropa de mujer, ahora tenemos cada una nuestra ropa y nuestro maquillaje, lo único que si compartimos son los hombres que nos visitan.

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