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La manipulación de una madre
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Mi madre acababa de llegar de la piscina supuestamente, pero cuando la veo entrar por la puerta de casa me doy cuenta de que lleva dos bolsas colgadas del brazo, lo que me llevó a pensar: mi madre me ha mentido.

Nada más cerrar la puerta me levanto del sofá donde estaba sentado viendo la tele, no había terminado de cerrar la puerta de casa cuando se sorprendió al verme.

Sorprendida me dice "hijo, que susto me has dado" algo intrigante le pregunto “¿al final no fuiste a la piscina?”, ella muy tranquila me responde, “claro, pero a la vuelta pasé por algunas tiendas para ver que había y aunque no tenía la intención de comprar nada vi algunas cosillas que me gustaron y que además estaban de rebajas”. Entonces le pido que me deje la tarjeta de crédito ya que ella ya la había utilizado, pero se negó a dármela alegando que era suya y era su dinero.

La conversación desembocó en una discusión un poco fuerte, donde mi madre me decía que era su dinero y hacía con él lo que quería que para eso se lo estaba ganando, pero entonces alegando a sus reproches hacia mi le dije que el que estaba trabajando era yo y yo era el que metía dinero en su cuenta como agradecimiento por seguir viviendo en casa.

Nos sentamos en una butaca cada uno, algo más calmados los dos, aclaramos las cosas mientras mi madre me decía que cada uno podía cogerse lo que quisiera o pudiera con su dinero.

Entonces, mi madre, empieza a tocarme la rodilla de manera muy seductora diciéndome que no pasaba nada y que había sido una discusión sin sentido, entonces le digo que su cumpleaños estaba cerca y tenía pensado una sorpresa para ella, ella desconcertada se sorprende y me dice “¿cómo? ¿Para mí?”.

Ella me dice que no le tengo que regalar nada, que se conforma con mi cariño y mi compañía cada día tocándome nuevamente la rodilla mientras le cogía la mano acercándosela lentamente hacia mi polla, me la empezó a acariciar hasta que me la sacó del pantalón diciéndome "menudo secretito escondías", me pasó la lengua subiendo lentamente para metérsela en la boca, empezando así una mamada, entretanto, me decía lo rica que estaba.

Acto seguido, empecé a disfrutar placenteramente de la mamada que mi madre me estaba haciendo mientras me la frotaba, estaba viviendo un sueño; minutos más tarde continuando con la mamada espectacular que me estaba haciendo me pregunta "cariño ¿te está gustando como lo hago?" yo estaba sin palabras, era increíble lo bien que lo hacía y como la chupaba, no sabía ni cómo responderle, entonces entre tartamudeos y apenas sin que las palabras pudieran salir de mi boca le dije "estoy como en una nube mamá" ella me sonreía salivándome la polla mientras me la frotaba de nuevo.

Instantes después, me puse de pie mientras ella de rodillas continuaba chupándomela sujetándole la cabeza mientras la tenía dentro para que entrara hasta el fondo de su boca dándome cuenta en ese preciso momento que no era la primera vez que se metía la polla entera en la boca hasta que unos minutos más tarde y después de estar masturbándome a la vez que me hacía una mamada terminé corriéndome en su boca sorprendiéndola inesperadamente. Algo enfadada por la situación, se incorporó sentándose en el sofá mientras me decía que no podía creerse que no le hubiera avisado antes de correrme en su boca.

Más tarde, como a media tarde más o menos, mi madre estaba cómodamente estirada con el ordenador haciendo gestiones del trabajo cuando entré en la habitación, mientras me interesaba por como lo llevaba y si necesitaba ayuda, pero no la necesitaba por desgracia aun así me pidió que si me podía quedar con ella para hacerle compañía y como lo que quería era estar con ella pues gustosamente me senté en la cama con ella mientras ella continuaba con los asuntos del trabajo hasta que instantes más tarde le bajé la tapa del portátil, quedándose boquiabierta porque no sabía si lo había guardado o no en el ordenador, ella se acomodó en la cama mientras yo empezaba a ponerme cachondo al ver la postura que ella había tomado, con las piernas abiertas le enseñé el dron pequeñito que hacía un año me había regalado ella por navidad, mientras hablábamos de que ella estaba convencida de que no sabría utilizarlo.

Cuando lo puse en funcionamiento le gané una apuesta que ella había hecho conmigo aunque ese tema enseguida lo dejamos a un lado, justo en el momento en el que mi madre me dijo que quería que le tocara las tetas para que viera de primera mano que me parecían, empezó desabrochándose un botón de la blusa apartándosela a los lados, observando que llevaba las tetas al aire sin sujetador.

Tímidamente acerqué la mano para tocarle las tetas, al tocarle los pezones se los apreté ligeramente diciéndole "están duros" ella me dijo en tono sarcástico “¿de verdad?”. Aunque en ese momento supe salir de un posible enfado por su parte conmigo diciéndole que estaban duros, pero que me gustaban mucho. A continuación me preguntó “¿qué quieres hacer?”.

Yo tenía ya en mente lo que quería, y se lo dije. Le pedí que si se quitaba las mallas para que estuviera más cómoda, y ella aceptó aunque al principio no estaba muy convencida, de echo era algo que ya intuía, mamá se puso de pie para quitarse las mallas yo intenté cambiar de tema diciéndole que los cuadros que tenía en el suelo los podría colgar en las paredes de la casa, para que no estuvieran estorbando mientras ella se quitaba las bragas, semidesnuda se sentó en la cama tocándose el chocho algo peludito he de decir. Me preparaba para meterle los dedos en el chocho, hasta que entonces, me dijo “espera cariño, no vayas tan rápido”, me cogió los dedos y se los metió en la boca posteriormente se los metí lentamente en el chocho jadeando de placer muy lentamente, mamá se estaba poniendo cada vez más cachonda hasta que entonces, la llamaron por teléfono para que hiciera una sustitución en el trabajo, mientras yo le decía que lo dejara y les dijera que no podías ella me pedía que no podía hacerlo.

Un par de días después, mamá estaba sentada en el sofá recién llegada de la calle con un vestido azul turquesa descalza por casa. Entré en el salón y al verla algo desanimada, le pregunté ¿qué te pasa? ella me explicó que estaba un agobiada por el trabajo, las reuniones con accionistas y todo se le estaba juntando, estaba siendo una mala semana para ella, me senté con ella en el sofá estábamos muy cerca el uno del otro mientras me explicaba lo que le pasaba me percaté en el escote que le hacía el vestido y en lo mucho que se le marcaban los pezones en ese vestido tan bonito. Le dije que lo que tenía que hacer era tranquilizarse y en pensar que el día siguiente iba a ser mejor que el anterior y que se olvidara del tema, ella aceptó enseguida, me di cuenta de que lo que quería era estar tranquila.

Se levantó del sofá para coger el mando de la tela, agachada y con el culo en pompa, no pude evitar quedarme fijo en él, sin apartar la mirada de él hasta que no me lo pensé dos veces y le di dos pequeños azotes inmediatamente dejó el mando en la mesa de nuevo y echándose a reír me preguntó “¿qué estás haciendo?”. Yo me puse colorado, no sabía que reaccionaría así y menos después de lo que había pasado unos días antes, ella me dice "estoy intentando poner la tele y tú de repente sin esperarlo me tocas el culo".

Yo le expliqué que es que me lo había puesto muy fácil echándose a reír, sin preguntarle ni nada le dije "quítate el vestido" ella sorprendida soltó una carcajada preguntándome “¿cómo la tienes así de dura?”. Mamá se llevó una grata sorpresa cuando me vio la polla así de dura y tan erecta, yo le dije que había sido ella la que me había provocado que la tuviera así.

Se puso de rodillas en el suelo para empezar a chupármela, en mitad de la felación, ella se empezó a quitar el vestido no llevaba sujetador como ya me esperaba entonces pero el tanga que llevaba puesto, era muy transparente y podía verle con facilidad los labios del clítoris, hasta que se lo quitó. Una vez desnuda me empezó a cabalgar follándola durante unos minutos algo rápido, hasta que me dijo que fuéramos a la habitación, en la habitación ella se tumbó en la cama mientras yo continuaba donde lo habíamos dejado, volví a penetrarla por el coño nuevamente mientras ella empezaba a jadear sin parar pidiéndome que no parara que lo estaba haciendo muy bien, ella se puso a cuatro patas mientras la follaba por el coño peludito mientras susurraba "no me puedo creer, mi amor" "sigue, no pares".

De nuevo mamá se puso encima por placer para cabalgarme mientras jadeaba "que placer me estás dando mi amor" hasta que finalmente estaba a punto de correrme ella se puso de rodillas en el suelo llenándole la boca de leche junto con sus tetas y su cara.

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