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La mujer del pastor (Parte 4)
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Después de pasar la tarde y parte de la noche,  en casa de Alicia llegué a mi casa y durante el camino y esa noche pensaba en Alicia, Rocío y la chica que no sabía todavía quién era que nos observaba mientras Alicia y yo disfrutamos de un sexo de infidelidad.

Pasaron unos días y como todos los miércoles, día en que prácticamente soy el único que va a utilizar uno de los tres cubículos de estudio que hay para los feligreses, y estando concentrado leyendo la biblia, tocaron a la puerta, extraño yo era el único en el templo.

Abrí la puerta y oh sorpresa, era la chica que ya conocía mi verga, después se estar espiándonos en la casa de Alicia.

– Hola, soy Angélica, Alicia es mi madre y yo quiero lo que le dabas a ella.

– wow, eres bastante directa,

Angélica, un poco más alta que su madre, se acercó y se desnudó antes de que pudiera decirle, algo. Se sentó en el escritorio y me pidió le comiera su coño, el cual estaba cubierto de unos pocos bellos dorados. Quien soy para no hacerle caso a una mujer hermosa y llena de vida.

En ese cubículo del templo, me arrodille frente a ese joven altar del sexo, y probé de esa bendita y deliciosa cuca. Lamí su pepita, Mordí eso labios todavía rosados y metí mi lengua lo más profundo que pude. Angélica estaba extasiada y temblaba, metí un dedo en su coño, aunque no era virgen estaba muy apretada. Se vino rico, me encanta que mis mujeres se corran deliciosas y primeras que yo. La tome de la cintura y la senté en el sofá, saque mi verga y se la puse en los labios, saco su lengüita y lamio el falo en su cabecera, chupo y lamio como si fuera un cono de helado. Le tenía la cabeza entre mis manos, la tome con fuerza y me culee esa boquita, su saliva mojaba todo, le metí la totalidad del miembro hasta lo más profundo de su garganta donde me vine y le toco tragarse todo.

Me senté a su lado y me contó que le había tocado regresarse de donde iba a quedarse un par de días, y al entrar a casa escucho los ruidos que su madre y yo hacíamos y la curiosidad le hizo quedarse a ver. Se calentó y esa noche decidió que me tendría.

Me dijo que sabía que yo estaba en el templo los miércoles, y generalmente no había nadie más. Que si padre había llevado a su madre al CC y ella le dijo que iría al templo a estudiar un rato. El pastor la pasaría a buscar en unas horas.

La cogí de la mano, la levante del sillón y nos fuimos a la oficina del pastor, más cómoda, allí me desnude por completo y acostándola en el sofá como un sacrificio al dios del placer.

La bese, jugué con sus pezones jóvenes de chica de 21, le di dedo a sus clítoris mientras mi verga crecía en su boca. Ya lista me subí al escritorio y la penetre, se la metía y se la sacaba, despacio, y por momentos a toda velocidad, Angélica gemía y se movía como la serpiente del paraíso. Nos tocábamos y besábamos mientras disfrutábamos de este delicioso encuentro. Se corrió rico y yo me abstuve, tenía una idea loca en mi cabeza.

Todavía con mi erección a full, salimos de la oficina y fuimos al salón central del templo, subí al pulpito donde el pastor, padre de Angélica, marido de Alicia predicaba. Nos paramos detrás del mesón del pulpito y Angélica se dobló sobre él. Me corrí hacia atrás y la vista era magnifica, las bancas vacías, y el culo de la hija del pastor en mi visión, imagine el salón lleno, me acerque a su oído y le dije que se la metería por el culo, y sin pestañear escupí en su ano y metí la cabeza de mi verga. Espere unos segundos y empecé a bombear ese culo de proveniencia inocente y pastoral. Que delicia, esta chica aprendería y sería mía al igual que su madre por un buen tiempo.

Seguí dándole por el culo mientras me imaginaba ese templo quiero de feligreses y viendo la cara de placer y satisfacción de Angélica acelere mis movimientos y con un par de AMEN, le invadí el culo con mi perversa lechecilla.

Cansados y pendientes del tiempo, notamos que faltaba bastante para que vinieran por ella. Decidió que se iría a su casa y estando en casa le avisaría a su padre el pastor, que no pasara por ella.

Me ofrecí a llevarla, y salimos para la residencia. En el camino Angélica insaciable me mamaba mientras conducía y mis dedos jugaban con su coño y culo.

Llegamos y Angélica me dice parece no hay nadie en casa, papa parque afuera y no está su auto. Y Piadosa debe estar donde alguna amiga vecina su ventana está cerrada. Me ofreció una rápida bebida, riesgoso pero ni modo, asentí y caminamos hacia la puerta, abrió con su llave, y entramos en silencio, la bese en el cuello y escuche un gemido delicioso, pero no era de Angélica.

Nos miramos y caminamos hacia el ruido, llegamos a las alcobas y el sonido crecía, una chica gemía, pareciera se estuviera masturbando, nos fuimos acercando y al mirar por la puerta abierta, oh sorpresa.

El pastor estaba con su verga al fondo del coño de Piadosa.

Parte 2

Angélica y yo retrocedimos, nos miramos y volvimos a asomarnos con cuidado, el papa de Angélica seguía bombeando a su hija menor, ella gemía y pedía le dieran más duro, yo ya tenía una erección nuevamente, me puse detrás de Angélica, y subiéndole la falda, corriendo de lado su panti, la penetre, y culeamos mientras su hermana disfrutaba de su viejo, el pastor.

El pastor se corrió en su hija, ella se sentó y limpio con su boquita el miembro de su papa. El pastor le dijo que debía salir a buscar a Alicia.

Piadosa se quedó acostada y nosotros nos escondimos, Angélica le mando un mensaje a su padre diciéndole que ella había terminado y que salía para la casa.

El pastor, abrió el garaje, saco el auto y se fue.

Angélica, y yo decidimos ir a terminar nuestra arrechera donde Piadosa. Entro solo Angie, yo me quede espiando, Angélica se desnudó y entro despacio, Piadosa, dormitaba boca arriba con su coño, sin un solo vello, el semen del pastor goteaba, y Angie, se arrodilló y lamio suavemente el bello coño de su hermana la lengua hacia figuritas entre los labios jóvenes de Piadosa.

Una disfrutaba dando lengua y la otra recibiendo lo que probablemente pensaba era su padre comiéndosela. Piadosa se dejó llevar y recibió un orgasmo delicioso, se movía y gemía ya ruidosamente. Abrió sus ojos y vio a su hermana, sonriente entre sus piernas, se sobresaltó y sentó rápidamente, no tenía palabras. Angélica se levantó y puso su coño frente a Piadosa, y le dijo:

– cómeme, hacerme venir como tú lo acabas de hacer…

Tentativamente, Piadosa extendió su lengua y lamio el coño de hermana. A medida que pasaban los minutos, y aprendía, se susto se fue perdiendo y su entusiasmo creciendo.

Angélica le tenía la cabeza y la presionaba contra sus labios vaginales. Yo tenía una erección de tracamandaca, y la mantenía húmeda y excitada con mi mano, entre despacio y poniéndome detrás de Angélica la agarre se loa senos y le metí mi falo en su coño, despacio , para cuando Piadosa se percató, ya estaba su lengua lamiéndome a medida que entraba y salía.

Era mucha la arrechera, Angélica y yo nos corrimos, y caímos sobre Piadosa, la cual ya más tranquila nos contó de su relación con el pastor, el cual se la estaba papeado desde que cumplió 18 años, que le había gustado comerse a su hermana y a la vez le contamos de la relación entre Angélica y yo. Dejamos por fuera a Alicia. (Por ahora).

Decidimos planear para lograr que el pastor se uniera y así mejorar su sexo con Alicia Solo buenas intenciones haha).

Continuará.

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