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Lo que sucede en un taxi de CdMx

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Esta semana ha sido realmente intensa, excitante en muchas formas, lo cual me ha tenido inquieta todo el tiempo y mi Amo también está así lo cual me encanta, su requerimiento de la mañana me estreso y a la vez hizo que mi panochita se humedeciera y se contrajera emocionada.

Iba a irme vestida de otra forma, pero mejor me pondría el vestido de hombros descubiertos café, medias y zapatillas, con unas bragas rojas que pudieran verse a la menor provocación y el bra de encaje que con el vestido hacen que las nenas y los pezones se noten y resalten.

Salí a la avenida vestida así y espere a que pasara un taxi, me subí a uno en el que el conductor se veía de una edad madura, su pelo era ya cano, de tez blanca iba vestido con un pantalón café claro y un suéter azul marino con franjas de azul más claro, no se veía mal, intencionalmente me subí mostrando todavía más que lo que él vestido deja ver y crucé las piernas al sentarme.

Estoy segura que se veían la orilla de las medias y las bragas, las crucé y abrí en varias ocasiones y el señor se quedaba viendo por el retrovisor, de hecho desde que subí él se vio interesado, me empezó a preguntar cómo estaba y si iba a trabajar.

Yo le contesté que iba a trabajar y que si estaba bien, me dijo que en donde trabajaba, yo creo que se le hizo raro que fuera así, le dije que en unas oficinas, mientras preguntaba no dejaba de verme, manejaba bien, así que aunque se distraía no perdía el camino, me dijo que mi vestido estaba bonito y que si le permitía decirlo “resaltan muy bien sus encantos” “seguramente por ser viernes tendrá una reunión” le dije que en realidad estaba probando cómo me quedaba y que tenía que cumplir una tarea, que si podía ayudarme a hacerla, me miró extrañado y me dijo claro, “mi pareja me dijo que quería que me desvistiera en el transporte, es una situación difícil, pero con esto de no salir, nos tiene muy calientes haciendo cosas extremas, no sé si me explique, cree que pueda hacerlo en su auto y cambiarme de ropa para llegar buena mi oficina”.

Se tardó un poco en responder, me dijo “claro señorita” se fue buscando calles y se metió una que tenía un callejón, se ve que sabía bien el lugar, porque era muy discreto y apartado, “quiere pasar atrás para ver” “si”.

Me acomode en el asiento para quedar frente a él, y cuando estuvo sentado empecé a acariciando las piernas y a acariciarlo a él de forma alternada, le dije que si quería ayudarme a quitarlo, me puso las manos en las nenas y empezó a acariciarlas bajo una de ellas metiéndola abajo del vestido, busco nervioso mis bragas y comenzó a tocar mis labios.

Sus manos se sentían ásperas pero su toque era exacto, me recorrió primero con sus dedos sacándolos, se los acercó, los olió y los llevo a su boca, los humedeció con su saliva y los volvió a poner en mi sexo, me veía, diciendo “que rica está tu panocha, déjame sentirla, desde que te vi sabía que iba a ser divertido llevarte” los metió de un solo movimiento y los movía con un ritmo riquísimo, dejo de tocar mis nenas para morderlas sobre el vestido, sentía muy rico, sus dedos los movía genial, me movía al ritmo de él, hasta que sentí que me venía.

Entonces me coloqué sobre él, quería masturbarme sintiendo su verga, me subí y quite el vestido, mi bra rojo con mis nenas le encantaron, “divino” abierta entre sus piernas empecé a frotarme, se sentía como su verga crecía, quise sacársela, pero me detuvo, puso sus manos en mi cadera, metió nuevamente sus dedos y siguió atendiéndome, besando mis nenas y lamiéndolas, “estas por venirte, así más rápido, te sientes muy húmeda y caliente” su lengua húmeda empapaba mis pezones, dando mordiscos, no pude más que gemir delicioso cuando me invadió un orgasmo intenso, me quede un momento detenida, para disfrutarlo.

Busque nuevamente su verga y metí mi mano en ella, traía un bóxer negro, la sentí húmeda, pero no tan dura, quise sacarla y me detuvo nuevamente, “así, tócala” hice algunos movimientos con las manos, hasta que la sentí más dura y la saqué para mamársela, no se sentía tan bien, antes de seguir, la guardo y me beso las nenas, me incorporé para vestirme y cambiarme delante de él; le agradecí que me ayudara y me dijo que el agradecido era él. Que me llevaba a mi destino, se tardó un poco en pasarse adelante y siguió el camino, en el trayecto me dijo que le encantaron mis nenas y preparado no hubiera podido contenerse y me hubiera cogido.

Le dije que me corrí riquísimo.

El trayecto se me hizo corto. Aunque llegué tarde.

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