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Madura y sabrosa

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Cuando yo tenía 28 años, hice amistad con una señora de 40, estaba casada con un taxista mucho mayor que ella. Platicábamos todos los días por Messenger y a veces me marcaba por las noches a mí celular, durábamos horas platicando ya que su esposo trabajaba por las noches. Nos hicimos buenos amigos, a veces cachondeábamos por teléfono, me decía que con su marido ya no pasaba nada y que ya no había amor, que eran puros problemas con él.

Era una señora muy interesante, tenía buena plática, se desahogaba Conmigo pero era muy difícil vernos por que el señor estaba todo el día en casa, y aun que dormía casi todo el día el nomás sentía que ella saldría a cualquier mandado y rápido se levantaba para acompañarla.

Así pasaron meses, no había la oportunidad de vernos, yo le decía que me la quería coger y ella decía que quería estar conmigo pero que era muy difícil.

A veces ponía su cámara y me gustaba, se notaban sus buenas tetas.

Ya había demasiada confianza, una vez por MSN le insistí que me enseñara las tetas, se desabrochó su blusa, se la quitó, también el brasier y me las mostró.

Eran grandes, hermosas. Me gustaba su cuerpo, era algo llenita, no mucho.

Tenía buenas piernas y nalgas.

Se presentó la oportunidad de que tendría que ir a una clínica a visitar a un familiar y nos pusimos de acuerdo.

Ella me dijo que si por suerte su esposo no se despertaba para acompañarla me marcaría a mí celular para vernos allá.

Yo esperé y ella me habló, tomé el camión y me fui a la clínica a encontrarla, estando ahí le marqué a su celular para avisarle que ya había llegado.

Me dijo en que pasillo se encontraba, fui a buscarla, me senté a su lado y conversamos un rato. Nos salimos de la clínica para tomar el camión hacía el centro de Monterrey.

Antes de tomar el camión llamó a su casa para saber si su esposo aún dormía y no había venido a buscarla. Contestó su hija y dijo que estaba bien dormido.

Le dijo a su hija que tardaría un buen rato por aun no pasaba a ver a su familiar.

Subimos al camión y bajamos en el centro, llegamos al hotel, nos besamos, ella estaba sentada en un costado de la cama. Me saqué la verga para que me la chupara mientras desabrochaba su blusa y quitaba su brasier. Después la recosté en la cama, quité su pantalón pesquero y sus calzones y le di una lengüeteadas en la vagina, mamé sus tetotas, me puse el condón y se montó en m mientras yo sobaba sus tetas.

Después la puse piernas al hombro y así me la cogí.

Ella estaba nerviosa porque tenía miedo que alguien la hubiera visto entrar al hotel o que de repente llegará el marido. Quizá eso me excitaba más, estarme comiendo algo ajeno.

Después de eso me seguía marcando por teléfono en las noches, platicábamos de ese momento que pasamos aunque nunca fue posible volvernos a ver. Con el tiempo dejamos de tener contacto y ya no supe más de ella.

Pero a pesar de los años lo recuerdo como si fuera ayer.

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