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Mi amigo de la infancia

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Advertencia: está es una historia de infidelidad y fetichismo, si no es de tu agrado alguno de estos dos tópicos te recomiendo que no lo leas ya que se menciona la infidelidad y un poco fetichismo scat (orina, heces), una vez hecha la advertencia procedo con el relato.

Está historia sucedió hace poco, como es de costumbre para mí, visité a mi familia en España, usualmente voy cada 4 meses a visitar a mis familiares, yo tengo mi propia casa en Andalucía así que tengo donde quedarme y bastante privacidad, en fin quizá algunos no os sabéis, pero tengo novio, llevo un año con él y jamás le había sido infiel, siempre me comporte a la altura y me di a respetar, pero a veces la carne es débil, en fin no quiero adelantarme.

Era un día caluroso de primavera, en Cádiz los calores acostumbran posarse sobre los 30°así que a mis hermanas se les hizo buena idea que fuésemos a la playa un rato a divertirnos, ellas irían con sus novios y a mi me incomodaba la idea de ser mal tercia, así que decidí invitar a Miguel, un viejo amigo de la infancia que para mí era casi un hermano, Migue es de mi edad, 31 años, es soltero, hasta ahora no ha conseguido una buena mujer y siempre sintió algo por mi aunque el cree que no lo sé, es guapo, si, pero también de aspecto recio, es un hombre de campo, así que es muy tosco en su físico, es fuerte, alto, piel blanca pero bronceada, los ojos azules que recuerdan al mar, las manos grandes y ásperas dignas de un hombre trabajador.

El día seguía su curso eran casi las 2 pm y apenas estábamos comprando el arsenal de bebidas para la playa, pasamos a comprar cerveza, refrescos y ron para los cubatas en una tienda de gasolinera, mientras los chicos compraban el alcohol aproveche para poder pasar al baño de la estación, tenía muchas ganas así que corrí lo más pronto posible al baño, ya traía el bikini puesto así que solo debía bajas las bragas, pose mis nalgas sobre el wáter y puje para poder defecar, exhale ante tal relajante sensación de poder cagar después de tener un rato con ganas y mientras estaba ahí sentada revise mi celular para leer mis mensajes del teléfono, tenía mensajes de mi novio, lo extrañaba mucho, hace dos semanas que no tenía contacto con él, dos semanas sin actividad sexual alguna y eso me tenía loca, termine de cagar y me limpie el culo con el papel de la estación que para mí mala suerte era de ese papel barato que siempre hay en centros comerciales, limpie lo mejor que pude mi ano y me subí de nuevo el bikini.

Ya en la playa mis hermanas se perdieron en lo suyo con sus novios y yo me quedé sola con Miguel al borde de la arena.

Le pedí a Migue el favor de ponerme bloqueador solar en la espalda, ya sé lo que dirán que yo lo provoque, pero en ese momento no lo veía así, lo veía como un par de amigos, en fin, Migue paso sus manos recias y fuertes sobre mi espalda y con la ayuda del bloqueador resbalaban con gran facilidad, el masaje que recibí me estaba gustando bastante, me estaba relajando demasiado, pude sentir como las manos de Migue se dirigían más y más hacia mis caderas y la parte superior de mis nalgas hasta toparse con el calzón de mi bikini, sentí como cada vez sus manos amasaban más mi piel y lo hacía de forma más lasciva, así que me levanté y me agradecí por colocarme el bloqueador.

Nos sentamos en la arena bajo la sombra de una sombrilla y empezamos a destapar las primeras cervezas, nos estábamos divirtiendo , jugábamos verdad o reto a la par que bebíamos, debo confesar que algunas preguntas fueron bastante subidas de tono, preguntas sexuales e incómodas a decir verdad.

Migue y yo nos metimos un rato al mar para refrescarnos y en ese momento me traicionó el bikini, quizá sea el trasero grande o solo fue una ola, cuando volví a la playa sentí como el bikini se me había metido por completo a la raya como si de una tanga se tratase, lo peor que de la parte delantera también, dejando casi al descubierto mis labios mayores, que para mí desgracia miró Migue, trato de disimular y yo también, quise pensar que no había visto nada y preferí acomodarme el bikini.

El sol poco a poco caía, nos permitimos deleitarnos con aquella hermosa vista tumbados en la arena, con una cerveza en la mano, mientras hablábamos de nuestra infancia y lo mucho que había cambiado el paisaje.

Una vez salimos de ese pequeño transe nos decidimos a partir, tenía todas las piernas y el culo llenas de arena, no me alcanzaba muy bien así que decidí pedirle ayuda a Migue, sentí como me sacudía poco a poco las piernas pero cuando llegó al culo sentí como empezó a darme nalgadas para sacudirme , una más fuerte que la anterior, No pude contenerme y solté un pequeño grito de reclamo, Migue se asustó y tal fue su asombro y vergüenza que al retirar su mano de mis nalgas por error se atoro su pulgar con el bikini y lo jalo, ese tirón hizo desatar un lado de mi bikini, dejando mi culo al aire y parte de mi vulva por apenas unos escasos segundos, me puse muy nerviosa y roja, Miguel había visto mi culo al desnudo y peor aún, más personas en la playa lo veían con morbo, no pude evitar sentir miradas de muchos hombres al rededor, Miguel se disculpó y yo estaba muerta de pena así que le pedí que nos fuéramos a casa, tan pronto nos subimos al auto y emprendimos el viaje de regreso a mi casa que está a más o menos una hora y media.

Para mi infortunio sufro a causa de mi vejiga, a medio camino no pude evitar las ganas de querer orinar (culpa de beber tanta cerveza).

Le pedí a Miguel que se detuviera un momento para poder orinar, nos detuvimos en medio del campo y no había sitio para orinar, así que tuve que pedirle a Migue que abriera las puertas del auto para poder orinar en medio de las puertas, iba solo en el bikini así que no fue difícil solo me baje la braga a las rodillas y empecé a orinar, cuando de pronto, noto que Migue me está tratando de espiar por el retrovisor, me moría de vergüenza, Miguel viéndome en esa posición, con el culo al aire y la orina cayendo por mi vagina y mis nalgas, la mayor vergüenza, tal fue así que por error moje mis bragas de orina y tuve que quitármelas por completo, tuve que gritarle a Migue para que me pasará una toalla de la cajuela, trate de cubrirme la vagina con una mano para que no me viera, pero seguía con el culo al aire, tan pronto como me pasó la toalla me la enrede por la cintura y las bragas las eche a la cajuela, estaban mojadas de orina.

Todo el camino fue bastante incómodo, quería que me tragara la tierra, trate de poner música para hacer más ameno el viaje, solo veía a Migue conducir muy concentrado y como se abultaba el bañador de su entrepierna, nunca fue mi intención provocar a Migue o que me viera el culo desnudo, simplemente fueron accidentes que fueron sucediendo, en fin llegamos a mi casa cerca del anochecer y yo me sentía muy sucia, sentía el cuerpo sucio, sentía que apestaba a orina y sentía el culo sucio, por la arena, el sudor y la orina.

Invite a cenar a Migue para cerrar la velada, así que le ofrecí pasar a mi casa.

Antes debía tomar un baño para estar más presentable, no quise ser descortés así que también invite a Migue a tomar un baño en el baño de invitados.

Subí las escaleras y entre a mi cuarto, me desnude por completo y me paseaba por mi cuarto buscando una nueva esponja para el baño, mientras lo hacía Migue entro sin permiso a mi cuarto preguntándome por un jabón (había olvidado que jamás tengo visitas y por ende no hay jabón en el baño de invitados).

Yo estaba desnuda por completo, Miguel se paró en seco, se puso rojo y solo se movían sus ojos de arriba a abajo examinando cada parte de mi, fue un segundo y yo lo sentía eterno, sentía como sus pupilas recorrían la punta de mis dedos de los pies, mis piernas, mi depilada vulva y mis tetas que colgaban de mi libres sin brasier.

Yo de igual forma me puse muy roja y al mismo tiempo una parte de mi dijo que más da, ya te vio orinar y te vio el culo desnudo, aquí no hay gente estamos en casa.

Trate de actuar normal como si no pasara nada y busque el jabón, estaba en un cajón en la parte baja de mi ropero, ya os podéis imaginar la pose que tuve que hacer para alcanzarlo, cuando voltee a darle el jabón a Miguel note como su bañador estaba levantado culpa de una erección, no pude evitar lamer mis labios al ver su paquete erecto y todo por culpa de mi trasero, él lo noto enseguida y mientras yo lo veía empezó a acariciarse por encima del bañador mientras me decía "¿Te gusta ?".

No solté palabra alguna, pero creo que de alguna manera mis ojos asentaron a la pregunta, yo le dije que no podía hacerlo, que tenía novio, que era mejor olvidarlo, el no solo me ignoro, si no que se bajó el bañador para poder liberar aquella bestia, era una polla enorme, quedé atónita ante tal situación, le pedí a Miguel que se cubriera y solo siguió fanfarroneando, el sabía lo que tenía y abusaba de ello, no pare de ver aquel falo erecto digno de un trofeo, el sonrió y empezó a acariciar se la polla con una mano, de forma involuntaria me mordí los labios y yo ya no sabía que es lo que iba a pasar.

Miguel se acercó a mi, yo daba un paso atrás y se acercaba a más y más hasta que por fin me tomo por la cintura y comenzó a besarme de forma muy brusca, sentía como buscaba mi lengua con su lengua y sus manos amasaban mis nalgas de forma estrepitosa, como si jamás hubiese tenido un culo entre sus manos, yo como pude correspondía al beso que iba a un ritmo mucho mayor al que acostumbro, Miguel sin esfuerzo me tumbo contra la cama, con sus fuertes brazos me sometió y me mantuvo contra la cama mientras seguía besándome y poco a poco sentía su boca recorrer mi cuerpo, primero el cuello, con gran lascivia y desespero lamía todo mi cuello hasta llegar a mis tetas, dónde se tomó su tiempo, me lamió y succionó las tetas con gran fuerza a la par que las apretaba con sus fuertes y ásperas manos, no puede evitar los jadeos.

Miguel estaba desperado por mi sexo, no es un hombre que se toma su tiempo, poco a poco sentía sus labios deslizarse por mi abdomen hasta llegar a mi vulva, dónde comenzó con gran fuerza, en un agasajo y feroz movimiento comenzó a succionar mi clítoris, y lamer mi vagina que para este punto ya estaba bastante mojada, mordía en ocasiones mis labios e intentaba meter su lengua en lo más profundo de mi coño, a la par me sometía, con sus fuertes brazos para que no me moviera tanto, continuo succionando mi clítoris, para este momento ya me había corrido al menos una vez solo con el brusco movimiento de su lengua, pensé que iba a proceder a la penetración pero de repente paro y en un solo movimiento voraz me dio la vuelta, tomo una almohada de mi cama la metió bajo mi pelvis, me levanto el culo y con sus brazos me sometió contra el colchón, pude sentir como sus fuertes manos abrían mis nalgas para dejar al descubierto mi culito, sumergió su cara contra mi culo yo no sabía cómo sentirme al respecto, me daba un poco de vergüenza, me sentía sucia, literalmente, sentía que mi culo no debía tener buen aroma.

Antes de ir a la playa había pasado a defecar en la estación, en la playa el sudor me bañaba todo el cuerpo, el agua de mar, la arena entre la nalgas y la orina de camino a casa, no sabía cómo decirle que no hurgara ahí, porque me daba vergüenza, al instante que iba intentar formular una palabra siento como hundió su cara contra mi ano y empezó a lamerlo vorazmente, me perdí al instante en las mareas del placer, lamía mis pliegues anales con su lengua de forma brusca pero placentera y sentía como su lengua quería hundirse mi culo sin lograrlo, era una danza de su lengua desde mi culo hasta el coño, danzaba de ida y vuelta por toda mi raja, tales movimientos me pusieron muy mojada a la par que sentía como mis músculos se contraían uno a uno sentía mis nalgas contraerse y mi vagina palpitar, una sensación me recorría desde el vientre hasta el coño, un extraño cosquilleo, el solo lo hacía más duro, molía su lengua contra mi clítoris y la entrada de mi coño, metiendo su lengua en mi cueva, y acariciando mi ano con su dedo anular, hasta que sentí como esa sensación baja más y más, sentía que me iba a orinar , me aferre contra las sábanas, mi cuerpo se contrajo y sentí como mi vagina expulsaba un líquido que para mí incertidumbre no sabía si se trataba de un orgasmo o si me había orinado sobre su cara, estaba muy agotada, me caí rendida por completo al colchón solo porque la almohada me levantaba el culo estaba medio empinada, estaba exhausta, cansada como si hubiera hecho bastante ejercicio y aún ni siquiera habíamos follado.

Pensé que quizá con eso se conformaría y trate de levantarme con la poca fuerza que me quedaba y volví a sentir sus brazos contra mi espalda ordenando me bajar de nuevo contra el colchón, una nueva sensación recorría mi espalda y mi ser, sentía como frotaba su enorme polla contra la entrada de mi coño, honestamente jamás había tenido sexo un pene de esas dimensiones, yo creo que a simple calculo debía medirle unos 18 o 19 cm la polla y tenía el grueso de un gran salami, jamás me imaginé que Migue tuviera semejante herramienta, sentía como rozaba su glande contra mi clítoris y la entrada de mi coño, debido a los anteriores orgasmos yo estaba bastante mojada, esperaba una sutileza y romance de novios y me dieron todo lo contrario.

Migue me embistió en un solo movimiento y de forma brusca, con fuerza dejo caer todo su peso contra mi, sentí esa enorme polla abrirme por completo, mi cerebro no sabía si procesarlo como dolor o como placer, clavo las yemas de sus dedos sobre la carne de mis caderas a la par que el movía las suyas con gran fuerza contra mi, el cuarto se inundaba por el sonido de mis nalgas rebotando contra su pelvis, no podía evitar entonar gritos, gemidos y jadeos mientras sentía como esa enorme polla destruía mi coño, era tal la longitud de esa polla que sentía en cada embestida una extraña sensación en mi vientre, una sensación similar a hacer mucho ejercicio o estar ovulando.

Miguel dejaba hundir su polla hasta lo más profundo de mi ser, cada embestida más y más fuerte, estaba tan exhausta, la penetración furtiva de Miguel provocaron varios orgasmos seguidos en mi, sentía que iba a desmayarme, empecé a sentir como Migue me penetraban más fuerte y sentí esa enorme polla hincharse dentro de mi, pensé que iba a correrse al fin, el coño ya lo sentía bastante irritado y enrojecido debido a tal ataque feroz.

Miguel saco su enorme polla de mi coño, lo cual me hizo sentir algo frustrada ya que deseaba que se corriera dentro de mi.

Pude aprovechar los pocos segundos de tranquilidad para tomar aire, apaciguar mi respiración y corazón, Miguel también tomo un poco de aire, no pude voltear a verle, seguía tumbada con el culo apenas levantado por la almohada.

De pronto comienzo a sentir la hábil lengua de Miguel de nuevo, está vez se enfocó más a mi culo, lo lamía con fuerza, sentía como su lengua luchaba contra los pliegues de mi ano para poder colarse en mi ojete, cada vez intentaba meterla más y más y en ese punto ya me daba igual si mi culo estaba sucio o no, la sensación era increíble, con las pocas fuerzas que tenía jadeaba o gemía en respuesta al movimiento.

La lengua de Miguel logro dilatar un poco mi culo, sentí como Migue se levantó un instante de la cama y se dirigió a mi costado en la cómoda que estaba junto a mi cama, tomo el aceite de bebé que en ocasiones uso para la piel, volvió a introducir su lengua en mi ojete está vez con más calma, lo estaba disfrutando, puede escuchar el sonido de la botella al abrirse y sentí como su dedo anular intentaba entrar mi culo, sus manos eran tan grandes y rasposas, las manos de un hombre recio y trabajador, mi culo respondió por reflejo y se apretó en respuesta recibí una nalgada muy fuerte y palabras vulgares que jamás me habían dicho durante el sexo, escuché con voz de mando un "abre el culo puta".

Jamás me habían dicho eso durante el sexo pero por alguna razón me excito bastante, Miguel no es precisamente muy paciente como notaron, sentí nuevamente esa enorme polla, está vez contra mi ano, sentí cómo empujaba contra el para intentar colarse en mis entrañas, yo gritaba de dolor, soy una amante del sexo anal, pero jamás me habían intentado meter la polla de una forma tan brusca y menos de ese tamaño, le pedí que parará un poco y en respuesta tuve las misma palabras "abre el culo putita", siguió forzando la penetración hasta que finalmente logro meter la cabeza de su pene, solté un grito sollozo y una nalgada muy fuerte de el en respuesta, una vez la cabeza dentro de mi culo, empezó a balancear su cadera de forma fuerte y brusca, al igual que con mi coño Miguel quería romperme por completo el culo, una sensación empezó a recorrer mi cuerpo desde el culo, el estómago y me provocaba escalofríos, sentía como si me fuera a cagar.

Le dije a Miguel que parará y no lo hizo, sentía como las paredes de mi ano se contraían y mis músculos también, mis nalgas se apretaban y unos segundos después sentía mi vagina demasiado húmeda, jamás había tenido un orgasmo anal así, mi cerebro estaba muy confundido, el culo lo tenía adolorido y aun así estaba excitada y estaba disfrutando aquella tortura anal, Miguel clavaba sus dedos en mis nalgas, las estrujaba a la par de las penetraciones, me daba nalgadas muy fuertes y cada vez me decía más elogios vulgares "que rico culito tienes" "quien es mi putita" "te encanta la verga puta".

Jamás me habían tratado como a una cualquiera, era la primera vez y lo estaba disfrutando, las embestidas anales de Miguel aceleraron su ritmo, sentí como su polla nuevamente se estaba hinchando y está vez no se detuvo, continuo hasta que sentí como se corrió dentro de mi culo, nuevamente la sensación de querer cagar me estaba invadiendo, Miguel retiro su polla y se dirigió al baño por papel higiénico para poder limpiar su miembro de algunos residuos de mis entrañas, yo corrí detrás de el al baño y pose mis nalgas sobre el baño, pensé que me cagaria, y cague literalmente semen, ya veo porque Miguel estaba así de brusco tenía mucho tiempo sin tener sexo, a tal grado de llenar mis tripas de semen, cague todo el semen de Miguel, me levanté del baño, como pude abrí la ducha y con las pocas fuerzas que tenía me di un baño, para después caer en cama rendida y quedarme profundamente dormida, después desperté en la madrugada con una sorpresa de Miguel, pero esa ya será otra historia...

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