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Mi cuñada, mujer caliente si las hay...

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Entre a la cocina todo traspirado. Había corrido una hora por uno de los senderos de la chacra de mi hermano. En la cocina estaba Natalia, su mujer y Cande, hermana menor de Natalia. Durante todo el trayecto mi pensamiento era solo uno: cogerles el culo a las dos.

-Quiero tu culo Natalia. Dije.

-Pedro… no…

Me saque los short y el bóxer y la puse a chuparme la pija. Ella estaba con un vestido muy liviano, y debajo, solo la tanga. De inmediato se marcaros sus pezones duros. Chupaba como los dioses. Mire a Cande y se tocaba por sobre la malla que tenía puesta. Hice que se acercara y también me chupe. Las dos, de rodillas chupaban con ganas. En un momento, las tome de la cabeza e hice que se besaran.

No solamente se besaron. Natalia llevo su mano a la concha de Cande y la empezó a acariciar con todo por debajo de la malla. Les hice sacar el vestido y la malla. La noche anterior no había reparado en el culo de Cande. Era un durazno. Más ganas de cogerlo tenía.

Hice que Natalia se ponga apoyando el pecho sobre la mesa, tome el aceite de cocina y le puse en el culo a Natalia. Cuando metí un par de dedos, entraron con facilidad. Ella gemía como enloquecida. Cande chupaba mi pija sin perder detalle de lo que yo hacía en el culo de su hermana. Puse apenas aceite en mi pija y la dirigí al orto de Natalia.

-No Pedro por favor. Dijo Natalia.

No le hice caso y la fui enterrando lentamente. Y la actitud de Natalia cambió, de golpe se movió haciendo que mi pija desaparezca en su culo. Y se empezó a mover.

-Si, rompeme el culo, castígame por puta. Soy una puta infiel, castígame. Dijo.

La tome de la cintura y la bombeaba con todo. Ella gritaba que era una puta, que la castigue. Más fuerte me movía más gritaba.

-Cande, pégame, castígame. Le dijo Natalia.

-¿Qué? Pregunto Cande.

-Agarra esa palmeta y pégame.

Cande me miró, tomo la palmeta y le empezó a pegar en la espalda. Los gritos de Natalia eran tremendos, estaba gozando con todo.

-Castíguenme por puta. Gritó mirándome.

Le di un golpe en el culo y desato toda su locura. Puso las manos sobre su cabeza y gritaba de placer. La espalda se iba poniendo roja de los golpes de Cande, que excitada cada vez la golpeaba más fuerte. Ella se llevó una mano al culo y se metió dos dedos mientras la golpeaba.

-Somos dos putas, hermanita, y las dos merecemos castigo. Dijo Natalia.

Tome el aceite y le puse en el culo a Cande, con sus dedos lo fue metiendo en su culo. Natalia tuvo un tremendo orgasmo y me salí de su culo. Puse a la hermana sobre la mesa como estaba Natalia y apoye mi pija en su culo.

-No por favor, me vas a lastimar, la tenés muy grande. Dijo Cande.

-Callate y abrí el culo. Le gritó Natalia.

Lentamente fui metiéndola, Cande lloraba y pedía que la saque. Yo estaba súper caliente y no me detenía. Natalia fue a buscar sus juguetes y como si fuera tuviera una pija, le puso el consolador más grande en la boca a la hermana.

-Chupa putita, él te rompe el culo, yo la boca. Dijo Natalia

Cande fue dejando de llorar, y empezó a gemir mientras chupaba. Natalia estaba totalmente loca, le hacía chupar el consolador y se metía dedos en la concha a más no poder.

-Quiero que me la chupe. Me dijo Natalia.

-No, Nati, no, eso no. Dijo Cande.

-Subite a la mesa y dale nomas. Dije.

Natalia se subió a la mesa, se sentó con las piernas separadas frente a la cabeza de su hermana. La tomo de los cabellos, le dio una bofetada y la puso a chupar. La pendeja apenas la besaba la concha. Natalia vio que la palmeta estaba junto a Cande, la tomó y le empezó a pegar en la espalda sin piedad.

-Chupa hermanita, porque sigo con tu cara. Dijo Natalia.

Cande lloraba y chupaba la concha, ahora sí, con besos, lengua y succiones mientras yo le cogía el culo sin piedad. Estuve un rato, y el culo seguía apretado. La pendeja tuvo un orgasmo y yo la seguí acabando dentro de su culo, dando un grito de placer. Natalia salto de la mesa y se puso a chupármela para dejarla bien limpia. Luego le chupo todo el semen que caía del culo de Cande.

-Te lo rompió bien roto hermanita, nos lo rompió bien roto. Se corrigió.

Me fui a dar una ducha y cuando bajé Cande seguía sobre la mesa, ahora boca arriba. Natalia le metía el consolador grande por la concha, y le besaba los pechos. La pendeja no paraba de gemir. Natalia sin sacar el consolador, le empezó a chupar la conchita y Cande gritaba como loca de placer. La hizo tener un orgasmo y la soltó.

Natalia le dio un terrible beso y le dijo:

-Hermanita, ahora somos las dos putas de Pedro.

La chica no dijo nada, solo sonrió. Se fueron a bañar y yo a tomar una cerveza al sillón de la galería. Al rato aparecieron las dos.

-Una sola vez me cogió el culo tu hermano, y me volví loca como hoy. Me gusta que me lo rompan, y que me traten como a una puta, porque soy muy puta cuando me lo rompen. Dijo Natalia.

-Sos muy puta y punto. Dije.

-Si… dijo ella riendo.

Cinco minutos después, llegó mi hermano. Tomo una cerveza y me contó que en la semana colocaban internet. Ellas entraron a la casa. Mi hermano quiso salir a caminar.

-Pedro, ¿Ya la cogiste?

-¿Qué? Pregunté fingiendo no saber de que hablaba.

-No te hagas el boludo.

-Si, esa pendeja tiene un culo tremendo. Dije.

-Te preguntaba por Natalia. Hace rato que no tiene esa cara de felicidad.

-No te puedo mentir. Si, perdoname. Pero no me pude resistir.

-Por eso te dije que vinieras. Conmigo en este estado, sin poder hacer nada… No quiero perderla, por lo menos como compañera. Es joven, hermosa y muy caliente. Vos podes trabajar desde acá ahora que tenemos internet. Necesito, quiero que te vengas a vivir. De esa forma ella se va a quedar, sino la pierdo en un par de meses.

-Hermano, es una locura lo que planteas.

-No… Compre los materiales para hacer otra cabaña, para vos. La chacra da para que vivamos todos muy bien, y a vos te va a quedar toda tu plata. Y seguro que la pendeja se va a querer quedar, con vos claro.

-Te repito, es una locura.

Volvimos a la casa y la llamó a Natalia. Los tres nos sentamos en la galería.

-Natalia, ya sé que tuviste sexo con Pedro. Y no me molesta. Le acabo de pedir que se venga a vivir a la chacra. Vos sos una mujer muy caliente, y no me vas a soportar mucho solo con un consolador. Quiero tenerte aunque sea por compañera, amiga. No quiero perderte.

-Pablo, vos estás loco.

-¿Gozaste mucho?

-Si, no puedo mentirte.

-Si Pedro se queda, ¿Vos no te irías?

-No…

-No se habla más entonces. Ahora queda en vos Pedro.

Me fui a caminar solo. La idea no me disgustaba para nada. Cambiar de lugar, a un lugar tranquilo, sin la locura de la ciudad, tener una mujer tan caliente como Natalia y otra igual como Cande. Terminé aceptando. Llamé a un conocido por la computadora para Pablo y al día siguiente me fui con la camioneta de él a buscar mis cosas y su computadora. Aproveche para comprar un par de cosas para divertirme con ellas. A los tres días estaba de vuelta en la chacra, era cerca del mediodía. Bajamos todo y yo baje la bolsa con lo que había comprado y la guarde en mi cuarto. A la tarde, mi hermano fue al pueblo a hacer compras.

-Traje unas cosas para Uds. Dije entrando a la cocina con la bolsa.

Saque todo y ellas miraban asombradas. Entre las cosas había dos juegos de esposas, un arnés con posibilidad de intercambiar consoladores y justamente tres consoladores, uno realmente grande y un látigo de cuero.

-Quiero ver como la coges a Cande. Le dije a Natalia.

-Pero… Dijo Cande.

Natalia le dio una bofetada y le saco la ropa. Ella hizo lo mismo. Se sentó en el borde de la mesa, con las piernas separadas.

-Chupame la concha Cande y hacelo bien. Dijo Natalia mostrándole el látigo.

La pendeja se puso a chupar con todo, Natalia gemía y le daba suaves latigazos en la espalda, no tardaron mucho en estar las dos a mil. La pendeja chupaba y se masturbaba la concha sin parar. Natalia gemía y se apretaba los pechos. Un par de orgasmos después, se paró y se puso el arnés y el consolador mediano. Fueron a la galería y la hizo poner en cuatro patas. Le enterró hasta el fondo el consolador y Cande solo gimió fuerte. Natalia bombeaba y le daba golpes en el culo. La hermana gemía y se apretaba las tetas sin parar. Yo estaba con mi pija al máximo, busque el látigo y le di varios latigazos en el culo a Natalia, que no paraba de pedir más y gemir. Hice que Natalia se acueste y Cande la monte. La pendeja se movía con ganas.

Ahora los latigazos los recibía Cande, que cada vez se movía con más fuerza y gritaba como loca de placer. Me puse atrás y le fui metiendo mi pija en el orto, ahora sin aceite, solo con un poco de saliva.

-Me estás haciendo mierda Pedro. Gritó cuando sintió mi pija entrando en su culo.

-Goza pendeja, goza como te cogemos. Dijo Natalia.

Los dos le dábamos con todo. Yo vi que cuando sacaba mi pija de su culo, tenía sangre. Cande gemía sin parar, pedía más y más. Acabe en su culo y puse mi pija en su boca para que la limpie. Natalia no paraba de cogerle la concha, buscaba su propio orgasmo. Cande la limpió y siguió chupando sin parar. La dejé hacer y con el látigo le daba en la espalda y el culo, más chupaba y más gemía. Mi pija seguía dura, tome su cabeza con una mano y le empecé a coger la boca.

-Hija de puta, lo tenés loco para vos, quiero que me cojas así a mí también. Dijo Natalia.

-Seguí con lo tuyo. Dije y le pegue en los pechos con el látigo.

Natalia se puso más caliente aún, bombeaba con todo a la hermana por la concha. Yo no paraba de coger su boca y ahora repartía latigazos entre las dos hasta que sentí que acababa nuevamente y le enterré con todo la pija en su boca. Cande trataba de separarse pero no la dejaba tomando su cabeza con mis dos manos. Acabe en su boca, o en su garganta mejor dicho. Ella no tuvo opción de tragar todo. En ese momento Natalia tuvo un orgasmo y metió con todo el consolador en Cande, arqueando su espalda. Cande tuvo un orgasmo mientras me limpiaba nuevamente mi pija.

Los tres nos sentamos en los sillones.

-Eso fue brutal, me volví muy loca cogiendo a mi hermanita. Dijo Natalia.

-Ya me di cuenta, me hicieron mierda entre los dos, mira mis piernas. Dijo Cande y mostro como le caía semen, flujos y algo de sangre.

-Sos un macho terrible y nosotras tus dos putas.

Un rato después, llego Pablo. Me mostraba los planos de lo que sería mi cabaña, y fuimos a buscar el lugar donde construirla, no lejos de la suya. Estuvimos un rato, y elegimos un lugar a unos 20 metros de la suya. Cuando íbamos a entrar a la cocina escuchamos gemidos. Pablo me miró sorprendido. Por una ventana miramos y las dos se estaban besando con todo. Natalia morreaba las tetas de Cande con una mano y con la otra, metía dos dedos en la concha.

-Entremos. Dijo Pablo.

Entramos y las dos se sorprendieron al vernos.

-Sigan. Dijo Pablo.

Las dos dudaron pero Natalia de inmediato siguió con lo suyo. Estuvieron unos minutos hasta que Natalia se puso de rodillas frente a Pablo, abrió su bragueta y saco su pija para chuparla. Cande hizo lo mismo conmigo. Enseguida tuve la pija al máximo, Pablo no, pero gozaba igual. Su cara lo demostraba. Natalia estaba excitada y chupaba con todas sus ganas. Estuvimos un rato así hasta que de pronto Pablo acabó la boca de Natalia. Los dos se sorprendieron, Natalia, con los ojos llorosos trago todo y limpio la verga de él. Se lavó la boca en la bacha y le dio un terrible beso.

-Te amo Pablo, te amo. ¿Ves que podes gozar mi amor? Le dijo.

-Parece. Te amo.

Yo acabe en la boca de Cande, que trago todo. La cara de mi hermano lo decía todo. No tenía erecciones, pero increíblemente, eyaculaba.

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