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Mi esposo toma leche
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Hace unos meses mi esposo me comentó que se reencontraría con amigos de su colegio. Luego de la Pandemia habían organizado una parrillada en casa de uno de ellos y, conociéndolos, se iban a emborrachar. Le dije que vaya y que se cuide. Que vaya en taxi y regrese en taxi. Con esas condiciones mínimas se fue a su reunión.

Mientras el coordinaba con sus amigos, yo coordiné con mi primo. Aprovecharía la salida de mi esposo para vernos. Estaba segura que mi esposo llegaría muy ebrio y tenía una fantasía que cumplir. Era el momento perfecto.

Ese viernes, mi esposo salió a las 7 pm a la parrillada con sus amigos. A las 8 pm yo salí a encontrarme con mi primo. Fuimos a cenar a un sitio lindo y discreto y a las 10 pm me llevó a un hotel muy elegante. Tuvimos dos horas de puro placer. Llegó tres veces, en mi boca, en mi coñito y en mi culito. Yo llegué algunas veces más, pues cuando estoy muy excitada suelo ser multiorgásmica. No lo esperaba así pero así se dio, tenía leche en todos los sitios necesarios. Hacia las 12 pm decidí volver a casa. De mi esposo no sabía nada desde que salió, pero sospechaba se acercaba la hora de su llegada.

Mi primo se lavó del cuello hacia abajo y se sorprendió que yo no lo hiciera. Le dije que no se preocupara, que mi esposo llegaría ebrio y que no importaba. No preguntó más, supongo que no le dio importancia ni imaginó lo que pasaba por mi mente. Salimos del hotel, me embarcó en un taxi y volví a casa.

No me lavé los dientes y seguro tenía el sabor de semen en los labios. Menos me limpié abajo, pero me di cuenta que algo había chorreado en la tanga. Fui prudente y me puse una tanga nueva que tenía, justo mi esposo me había regalado un juego unas semanas atrás. Me puse el pijama y me acosté. Debajo del mismo, sólo la tanga nueva. Oliendo a mi primo sin dudarlo, pero segura que estando borracho, mi esposo no se daría cuenta. Estaba excitada, emociona y nerviosa a la vez durante la espera.

Poco antes de la 1 am sentí que abren la puerta y sentí los pasos tambaleantes de mi esposo entrando a la habitación. Estaba evidentemente muy borracho.

Me levanté y lo abracé, lo besé apasionadamente. El sabor y olor de parrilla y cerveza superaba el olor a semen que seguro tenía en los labios. Como había previsto, no se dio cuenta. Ebrio como estaba, que lo recibiera así, como mujer sumisa esperando ser cogida, le dio mucha satisfacción.

Estaba muy excitada y se lo hice saber. Se desnudó y me desnude. Su pene no se erectaba, supongo por el exceso de alcohol. Le pedí que me lamiera abajo. Eso le encanta y de hecho, a mí también.

Pero esa noche era especial, mi vagina tenía semen de mi primo y sabía yo que mi esposo no se daría cuenta. Y no se dio. Sentí su lengua recorrer mis labios, sus labios en mi clítoris y sentí poco a poco como su lengua se introducía en mí. El momento y el morbo me hicieron volar. Llegué gimiendo y diciendo que era su puta, su perra y que lo amaba. Se puso muy feliz en su borrachera.

Mi venida seguro llegó con algo de semen y se tomó todo. Se sentía muy macho y yo muy puta. Fue una llegada genial, quizás por el morbo de tenerlo así sumiso a mí y también por lo que hizo con su lengua, pues debo reconocerlo, en el oral mi esposo es un genio.

Seguía muy caliente y me di vuelta y le pedí “que me bese la espalda”. Eso hizo y pronto estuvo besando mis nalgas y en un instante más ya tenía su lengua rozando los pliegues de mi culito. Mi culito había sido penetrado quizás un par de horas antes y sentir su lengua allí me volvió a poner en modo perra total. Gemí y grité. Dije todas las groserías que pude. Volví a llegar. Mi excitación lo terminó de excitar y sentí como se subió sobre mí y sentí su pene pequeñito entrar en mi cola.

En ese momento estaba tan excitada que su pene insuficiente era suficiente. Mientras me culeaba le decía que lo amaba, que era su perra, que era su puta y él me decía que sí, que era su puta y su perra. Cuando volví a llegar él llego también.

Se tiró al lado mío y se quedó dormido. Lo abracé y me dormí a su lado. Tuve una noche perfecta y una fantasía cumplida.

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