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Mi ingenua Any (II): Primera vez

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Ya les hablé de ella anteriormente, ella no era mi novia, pero es mi funda desde hace casi 5 años y hoy recuerdo la primera vez con ella, como ya se los dije ella tiene ese no sé qué, que hace que te la quieras coger toda la noche, como también ya se los comenté en mi anterior relato siempre que nos vemos tenemos sexo.

Recuerdo que era sábado y estábamos en un bar ahí por la Plaza Central, ella lucia bien, un short azul, unas medias negras que dejaban ver su torneadas piernonas y una blusa escotada que me tuvo excitado todo el rato, ya teníamos unas copas de más, así que planeábamos irnos ya, ¡pero yo quería más!

Entre besos y fajé, me había deleitado toda la tarde con su hermoso cuerpo, estábamos besándonos cuando le dije que nos fuéramos a otro lado a seguir tomando.

L: Oye, ¿ya vámonos a otro lado no?

A: ¿Así? y adonde me vas a llevar nene?

L: Pues no sé, ¡se me ocurren muchos lugares!

A: ¡Pues yo voy contigo a donde sea jajá!

L: ¿segura? porque entonces te llevare y no te podrás quejar!

A: ¡sí, no me importa, vámonos!

¡Nos salimos del bar, pase por unas cervezas y la lleve al motel que estaba cerca, ella al principio estaba temerosa no quería entrar, entonces le dije que ella había aceptado, después de hacerse del rogar por un rato, entramos!

Finalmente, la tenía en una cama y es que desde que la conozco quería follarla con todo, finamente me vengaría de todas sus provocaciones.

A: ¡Oye es que tengo que decirte algo!

L: ¿Que pasa cariño, que tienes?

A: Es que yo quiero estar contigo, ¡pero soy virgen y tengo miedo!

L: ¡Tranquila, no pasa nada, déjame todo a mí!

Empecé a besarla con pasión y al mismo tiempo acariciaba su cuerpo, ella gemía en mi oído, eso me excitaba demasiado, comencé a desvestirla, primero la blusa, después le quite el short que traía y solo le deje sus medias ya que obviamente le llegaban a los muslos y verla así, me excitaba! la acosté y comencé a besarle sus pechos, ella se mordía el labio y gemía, mientras mi mano bajaba a su vagina!

L: ¡Any, no sabes cuánto te deseaba!

A: ¿Bebe, en serio?

L: Claro amor, ¡te quería tener así desde hace tiempo!

Se la comencé a acariciar mientras me desnudaba yo también, le levanté las piernas y comencé a chuparle su vagina que tenía un sabor exquisito, ella se retorcía y gemía demasiado, eso me excitaba, le abrí sus labios vaginales y comprobé que efectivamente era virgen, le seguí lamiendo su vaginita mientras mis manos apretaban sus tetas, ¡ella lamia mis dedos de una forma tan rica que me quedaba claro que oral si había hecho!

L: Que rica vagina amor, ¡nuevecita y exquisita!

A: ¡Que rico me lo haces nene, que bueno que mi primera vez es contigo!

Me puse de pie y le pedí sexo oral, ella decía que nunca lo había hecho, no le creí debido a que me lamio los dedos muy rico! pare mis 21 cm frente a su cara y ella comenzó a tragar mi cabeza, al principio como que le dio asco pero después se clavó, besaba y lamia mi verga como si fuera una paleta, introducía más de la mitad de mi verga en su boca, yo le acariciaba la frente, ella me miraba con unos ojos que me ponían a mil, me acosté en la cama y ella ya devoraba por completo mi verga, acariciaba mis bolas y las mordía, lamia todo mi pali, ya me lo había dejado todo babeado, al mismo tiempo yo jugaba sus ricas y firmes tetas, las apretaba y le pellizcaba los pezones con violencia, sus mamadas eran tan ricas, que la tome de la cabeza y empecé a meterla y sacarla de su boca,

L: Nena, ¡que rica boca tienes!

¡Ella no podía ni hablar, apenas si podía respiras, pero el cómo me la raspaba con sus dientitos, me la ponía súper dura!

¡Me prepare para penetrarla, ya que ambos estábamos mutuamente estimulados y listos para la copulación! yo quería estrenarla sin tapujos así que no use condón, obviamente ella ya estaba excitadísima y no se negó, le abrí las piernas y lentamente le metí mi verga, ella gemía y me pedía que lo hiciera despacio!

A: ¡Luis, despacito, dios que rico!

L: Déjate llevar, ¡déjame quitarte lo virgen!

Mi verga comenzó a perforar su himen, poco a poco se abría para recibir mi durísimo palo, ella me apretaba y me arañaba, gemía fuertísimo, yo era tierno con su conchita, no se la deje ir toda, le metí solo la puntita y agarrándomela empecé a jugar en su concha, la cabeza de mi verga jugaba su clítoris, esto la ponía más cachonda, me miraba y se mordía los labios, ¡se apretaba sus tetas y soltaba ricos gemidos!

A: ¿Me la vas a dejar ir toda?

L: ¡Solo si me la pides!

A: Dámela, ¡méteme tu verga papi!

L: ¡Pídela mejor!

A: ¡Por favor, hazme tuya, penétrame, hazme mujer!

La empecé a penetrar más fuerte, mi verga entraba en su húmeda vagina virgen, ella me abrazaba con sus piernas, yo acariciaba sus muslos que tanto me encantaban, le levante las piernas, se lo hacía lento hasta que sentí un chorro en mi verga, ya estaba toda mojada, comencé con movimientos lentos mientras acariciaba y besaba sus tetas, la agarre de patitas al hombro para penetrarla más a fondo ya que mi verga entraba solo a la mitad, sentía como mordía mi pene tan fuerte que me ponía más loco, la puses encima de mí, la cargaba y dejaba caer para que le entrara toda y así fue, ella gritaba y comenzó a mover su cadera con movimientos riquísimos que me hacían enloquecer.

A: ¡Así, que rico, así Luis, dámela, así!

L: ¡Que rico aprieta tu vagina, mamacita me encantas!

A: ¡Tienes una verga que me encanta!

L: ¡Tómala es tuya, devórala con tu concha!

Cabalgaba delicioso, mis manos apretaban sus ricas piernas, mordía sus tetas, nos besábamos muy apasionadamente, de repente ella se vino y tuvo su primer orgasmo, estaba casi desmayada, la puse de perrito comencé con el mete y saca, ahora más rápido, ella se movía mientras yo le apretaba su clítoris y sus tetas. ¡Le daba de nalgadas y le jalaba el cabello, con la fuerza que desbordábamos nos caímos de la cama, ahí seguí cogiéndola con fuerza!

A: ¡No pares, que rico se siente!

L: ¡Aprietas bien rico, si muévete!

A: ¡Sácamela cuando te vayas a venir, no lo hagas adentro!

L: ¡Lo intentare nena, es que se siente riquísimo y no sé si pueda controlarme!

Seguí metiéndole mi verga y estábamos totalmente excitados, ella me pedía que los echara afuera, pero esas palabras me excitaban y entonces más duro me ponía y más rápido se lo hacía, la puse de cucharita y seguía yo a mi ritmo hasta que ya no aguante más y me vine a dentro, ella también se vino por segunda vez, ¡ambos gritamos de placer!

A: ¡Sácalos afuera, dios mío!

L: ¡Any, que rico, toma todo mi semen!

A: ¡Me vas a embarazar!

L: ¡Te tomas la pastilla, que rico me mojas y aprietas mi verga!

Nos quedamos abrazados un buen rato y aunque tuve temor de que haya quedado embarazada, no fue así, ¡desde ese día se volvió mi amante!

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