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Mi marido me deja probar una verga que no es la de él

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Hola amigos me llamo Yesica y los que han leído nuestros relatos ya me han de ubicar, soy la esposa de Gery y fue él quien insistió en que yo escribiera este relato y espero que les guste. Tengo 41 años, mido 1.60 y mis medidas son de busto 95, de cintura 70 y de cadera 94. Sí, reconozco que estoy muy buena, pero de joven estaba mucho mejor, mis pechos eran más firmes y tenía menos cintura, pero ya saben que el tiempo no pasa en vano.

Este relato es precisamente en esos años de juventud, teníamos alrededor de 20 años y fue una ocasión que nuestros amigo Alex nos invitó a un evento de strippers para hombres, ya que él como les habíamos contado es gay. De nuestro grupo de amigos solo pudimos asistir Alex, Maribel y su novio Arturo, Yajaira, Gery y yo. El evento era en una casa particular, pues en aquellos años no había antros en los que se presentaran esos eventos, era más bien algo clandestino. Quedamos en rentar algún cuarto de un motel cercano a donde era el evento, pues íbamos a salir con algunos tragos encima y no nos queríamos exponer manejando de regreso.

El lugar era una quinta ubicada a una hora de distancia del lugar donde vivíamos. Había poca gente, hombres de todas las edades, en mayor cantidad jóvenes como nosotros, curiosos, algunos cuántos mayores de 30 y contados con los dedos de la mano algunos de 50 más o menos. Llegamos algo temprano, nos sentamos en una mesa al frente de lo que pusieron para ser la pista. Estuvimos tomando unas cervezas y platicando, bailamos en pareja y también en grupo. Hasta que después de más o menos una hora apagaron las luces y anunciaron al primer stripper, un joven musculoso, de buenas piernas y pectorales, después que se quitó la ropa, nos mostró una verga larga, un poco gruesa, sin nada de pelo, la sacudía al ritmo de la música frente a los asistentes. Cuando pasó por nuestra mesa, Alex, nuestro amigo, se atrevió a tomarla entre sus manos y jalársela, el joven se dejó hacer mientras los demás nos reíamos y lo animábamos a que le diera un beso. Igual que los demás asistentes nos siguieron en coro, a lo cual el chico detuvo su movimiento y esperó a que nuestro amigo le diera un beso, lo cual hizo sobre la cabeza de su verga. Todos aplaudimos y felicitamos a Alex, mientras el chico siguió su rutina en otra mesa. Recibiendo caricias y besos en la verga por algunos otros asistentes.

Prendieron las luces y Gery y yo nos paramos a bailar, estaba un poco excitada. Si bien ya había tenido entre mis manos algunas vergas de amigos y conocidos, antes de ser novia de Gery, había visto la verga de mi papá cuando lo encontré cogiendo a mi mamá y en algunas ocasiones había chupado la pequeña verga de nuestro amigo Arturo, ver de cerca una verga balanceándose frente a mi cara, sin pelo púbico, me había excitado mucho, la vi hermosa y faltaba ver algunas más, pues venían más strippers. Gery sabía que estaba caliente, mientras bailábamos, me dijo que yo podía hacer lo mismo que había hecho Alex si yo quería, él no se molestaría ni me lo tomaría a mal. En modo de agradecimiento lo atraje a mis labios y lo besé enamorada y cachonda. Nos sentamos y tomamos otra cerveza, era la tercera llamada para el siguiente stripper.

El siguiente en salir era un hombre, de unos 30 años o más, su rutina fue parecida al anterior y yo ansiosa por ver su verga. Me pareció guapo ese señor, era muy atractivo. Cuando le tocó pasar a nuestra mesa a sacudir su verga frente a nosotras, Yajaira se me adelantó y con su mano acarició su verga, menos larga que el del anterior pero ésta se veía más gruesa, con la cabeza más grande. Tenerla tan cerca me humedeció más la panocha y sentí deseos de llevármela a la boca. Yajaira se la jaló dos o tres veces pero no le dio beso, cuando la soltó, él me la puso frente a la cara, igual sólo la acaricié mientras Gery y los demás coreaban que le diera un beso, no lo hice, pero sonriéndole al señor, le guiñé un ojo, mientras con una mano acaricié sus huevos y con la otra sostenía su verga. Me mojé más de la excitación que sentía. Él me sonrió y pasó a la siguiente mesa, voltee a ver a Gery y leí en sus labios un "Te amo".

Misma rutina, el señor terminó, bailamos, seguíamos tomando y yo me sentía encantada de ver desfilar frente a nosotros otras dos o tres vergas mas, hasta que llegó el último stripper, al que anunciaban como anaconda o algún nombre parecido, el cual no recuerdo. Y pues si que parecía que traía una serpiente entre las piernas, era un tipo más bien flaco, un poco marcado, algo maduro, canoso pero con una vergota larga como del tamaño de mi brazo, no se notaba muy dura, ni tan gruesa pero su movimiento de caderas hacía parecer su verga como el aspa de un molino. Una verga que me dejó impresionada por su tamaño pero no me llamaba mucho la atención. Para ese momento yo estaba ya muy caliente, recordando la suavidad de la verga gorda y los huevos del segundo stripper.

El evento se terminó alrededor de la media noche. Algunos asistentes se fueron yendo, mientras nosotros seguíamos tomando y bailando. En algún momento salieron tres de los strippers que hicieron show, uno que no recuerdo muy bien pero era joven, el último de la verga larga y el señor treintañero que se me hizo atractivo. Tomaron y convivieron con algunos de los que quedábamos en el lugar, me sentía nerviosa y deseaba que el señor que me gustó se acercara a nosotros. Y así pasó, este señor del cual no recuerdo su nombre se sentó en nuestra mesa, nos saludó de beso en la mejilla a Yaja, a Maribel a Alex y a mi. Yo estaba nerviosa y Gery se dio cuenta, me sacó a bailar y al oído me preguntaba si quería tener algo con este señor, a lo cual sin dudarlo le contesté que si pues en verdad me había puesto muy caliente. Gery me propuso invitarlo al motel donde nos quedaríamos todos y a ver qué se daba, aunque seguramente lo tendría que compartir con los demás del grupo. Estuve de acuerdo con él y solo faltaba convencerlo, algo que no fue difícil pues Yaja y Alex ya se lo habían propuesto y había aceptado.

Este señor iba acompañando al otro joven stripper que andaba ahí, así que nos preguntó si ese muchacho también nos podía acompañar, todos estuvimos de acuerdo. Así que nos acomodamos en el coche de los abuelos de Gery que nos prestaron, íbamos prácticamente unos sobre otros, pero el motel estaba cerca, así que no fue tan incómodo el trayecto. No sin antes pasar a comprar otras cervezas. Pagamos dos cuartos del motel por la cantidad de personas, pero nos concentramos en una, con dos camas y un sillón.

Destapamos nuestras cervezas y cada quien empezó su cachondeo, Alex y Arturo se agasajaban con el muchacho stripper joven, se besan por turnos y se iban desnudando. Para ellos la verga del muchacho era enorme, comparada con las suyas, así que entre los dos le daban tremendas mamadas. Gery se llevó al sillón a Maribel, quien durante el evento era quien menos ruido hacía, pero ya estando ahí, tenía a mi novio para ella sola, pues Arturo su novio estaba más que entretenido comiéndose por la boca y por el culo al otro muchacho. Gery se la estuvo cogiendo en varias posiciones y a mí me parecía que entre más cogíamos con ella y su novio, a Maribel le entraba más la verga de Gery en su pequeña panocha, mientras que él en cada sesión de sexo le abría más y más el ano usando sus dedos y las venidas de ella como lubricante, sin duda ella quedaba más que satisfecha cada vez que mi novio se la cogía.

Y ahí estábamos Yaja, el señor y yo en la otra cama, mientras ella y yo nos besábamos, este señor me besaba la nuca y acariciaba mis tetas desde atrás de mi cuerpo, me sentía empapada de la vagina y se me hizo eterno el tiempo en que estuvimos desnudos los tres. Me fui directo a acariciar su miembro, lo sentía duro y de piel tan suave que lo pasé por todo mi rostro y con mis dientes le daba mordidas que lo hacían estremecerse. Desear esa verga me tenía en trance, mientras Yaja atendía mi rajita que estaba llena de jugos que se encargaba de beber y ella siendo tan buena con la boca, me hizo venirme al poco tiempo sobre sus labios, mientras yo me aferraba a esa hermosa verga y él pellizcaba mis pezones y acariciaba mis nalgas, pues entre él y ella me tenían a cuatro patas, el morbo de sentir otra verga que no fuera la de mi novio, me hizo venirme con más intensidad. Yajaira se puso de pie sobre la cama y fue estando este señor sentado que le puso su panocha en la boca y mientras él se la chupaba, yo le puse un condón, abrí sus piernas y puse su verga en mi boca, se sentía más gruesa que la de Gery, su olor y el deseo que yo sentía desde que la toque la primera vez, me tenían muy caliente, subía y bajaba con mis labios en esa rica verga. Él bufaba mientras Yaja casi lo asfixiaba con su venida en la boca de este, mientras yo sentía que él no tardaba en vaciarse en el condón, por lo cual apresuré mi movimiento, sentía mi boca llena y más cuando él también, entre gemidos llenó el condón, yo solo sentía algo caliente en mi garganta y no tarde mucho en venirme, pues con mi mano me masturbaba delicioso. El recostó su cuerpo sobre la cama, Yaja se bajó a besarme y me acostó a su lado, un poco celosa de la atención que le había prestado a este señor. Su verga se hacía flácida, así que tomó papel y se quitó el condón, para luego meterse al baño a darse una ducha. Yajaira y yo nos besábamos tiernamente.

En la otra cama el muchacho joven tenía a Arturo de perrito metiéndole la verga, gimiendo como loco y pidiendo más. Mientras Alex estaba recostado, con la verga escurriendo, pues ya lo había hecho venir este joven. Y en el sillón, Maribel tenía recostado a mi novio boca arriba y ella se mecía sobre su verga, mientras tenían entrelazados su dedos, ella se veía hermosa, llena de sudor, gimiendo y como les decía, cada vez le entraba más la verga de Gery, pues en esa posición parecía que la tenía toda adentro. Mi novio tenía cerrados sus ojos, seguramente tratando de contener su venida, pues la panocha de Marybel era muy apretada, mi novio se veía hermoso y yo estaba feliz de verlos, que sin darme cuenta ya estaba frotando mis piernas una con la otra, mojándome y Yaja besaba mis tetas, calentándome todavía más.

Salió este señor de la ducha, ver todo ese show lo puso duro de nuevo, yo ya deseaba sentir esa verga gorda dentro de mi rajita. Él se dirigió a Yaja y a mí, eché mi cuerpo para atrás y le abrí mis piernas, él entendió lo que quería, así que se puso un condón nuevo y acercó su verga a mi rajita, la que sentía palpitar de deseo. Se acomodó de modo que fue introduciendo su verga en mí, no me costó trabajo recibirla, se sentía gruesa pero no llegaba tan adentro, aun así empezó unas metidas bien ricas, que aunque traté de morderme los labios para no gritar, no lo pude evitar, estaba escurriendo de deseo y sentía muy rico, Yaja recostó mi cabeza sobre la cama y acomodó su panocha sobre mis labios, intentaba chuparla pero mis gemidos me lo impedían, estaba muy caliente y levantaba las piernas buscando obtener más placer del que sentía con esa rica verga desconocida, me sentía llena, infiel, sensual, sexy, maravillosa. Este señor de repente me detenía pues no tardaba en venirse y aunque él bajaba el ritmo, yo lo rodeé con mis piernas, lo atraje hacia mí y con mis dedos mágicos me masturbé tan fuerte que me vine al mismo tiempo que él, quien tampoco se aguantó. Creo que en algún momento mordí los labios vaginales de mi morenita Yaja, pues soltó un gemido de un poco de dolor, pero es que estaba muy caliente y ese orgasmo estuvo tan intenso. Me sentí en las nubes, disfruté mucho esa cogida. Este señor de nuevo se retiró al baño y se metió a la ducha. El otro joven que iba con él, lo siguió y se metieron ambos a bañarse, mientras desde afuera los veíamos besarse en los labios, mientras el uno al otro se jalaban sus vergas, frotándolas con jabón, sin dejar de besarse.

Hablaban bajito dentro del baño y cuando salieron, dijeron que ya tenían que irse. Alex sacó una cantidad de dinero y se los dio, ellos nos dieron las gracias y dijeron que esperarían el taxi afuera, aunque ya era de madrugada. Resulta que cobraron por estar con nosotros, de todos los que estábamos ahí, solo Alex tenía dinero, pero nos contó que él ya iba con la idea de gastar dinero con un stripper, así que lo demás fue un extra, por lo que no cobraron.

Aunque yo me sentía satisfecha, Yajaira me miraba buscando algo más, pues también quería terminar de nuevo. Sin un orden nos metimos a bañar de dos en dos, al salir quitamos las sábanas de las camas y nos acomodamos de modo que Yaja, Gery y yo quedamos en una cama y Alex, Maribel y Arturo en otra. Gery me besaba y me decía cuanto me ama, igual que yo, abrazada a su cuello me lo comía a besos, repitiéndole mil veces cuanto lo amo. Sintiendo su verga dura entre mis piernas, feliz de saber cuánto lo excitaba. También me besaba con Yaja, que estaba a mi costado y así nos quedamos dormidos. Al menos eso creí. Pues resultó que Gery se levantó a tomar una cerveza y Yaja, Maribel y Arturo se levantaron también, Gery se las cogió a las tres con la calentura que tenían en el sillón, Yaja le robó unos besos cachondos a Maribel y le había dado uno que otro chupetón de vagina y como estaban muy calientes ella no puso residencia, se dejó hacer por la habilidad de Yaja, por su buena lengua a la hora de hacer sexo oral, mientras que Gery le estuvo dando por el culo a Arturo, quien también quedó encantado y bien deslechado. Cuando me desperté en la mañana para salir del motel los encontré todavía cogiendo, Maribel estaba sobre la verga de mi novio, su panocha se notaba roja de haber recibido verga durante tanto tiempo, mientras Yaja y Arturo estaban dormidos en la cama con Alex. Yo los veía y apreciaba sus gestos, ella y él, entrecerrados sus ojos disfrutando sus orgasmos. Él levantó su pelvis para vaciarse dentro de ella y ella arqueó su cuerpo hacia atrás, gimiendo tan suave por sus orgasmos. Ella se bajó de la verga de mi novio, me sonrió y él se acercó a mí, lo atraje a mis labios mientras él se quitaba el condón, quiso acostarse a mi lado, pero le dije que ya debíamos irnos. Así que me levanté, desperté a los demás y nos empezamos a vestir. Salimos al poco rato y pasamos a dejar a cada uno a su casa. La última fui yo y Gery fue a entregar el coche prestado.

Este relato me ha servido para recordar con gracia y con mucho deseo la segunda verga que tuve en mi vagina, ese señor me hizo sentir deseo por él, pero nada más, me regaló unos ricos orgasmos y una buena experiencia. Aunque tenía varios pretendientes, ninguno se me antojaba, con Gery lo tenía todo, además después de esa noche, supe que si en algún momento yo quería probar alguna otra verga, mi amor me dejaría probar una, o dos, o tres jejeje.

Espero que les haya gustado este relato y espero atreverme a escribir alguna que otra experiencia más adelante. Si alguno quiere comentar les agradeceré sus comentarios. Saludos y gracias por leerme. Besitos.

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