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Mi novia me pide cogerme a su mamá

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Cuando llegamos a la casa de mi novia Yesica, el día que me regaló su virginidad, encontramos a su mamá recostada en un sillón viendo su novela, vestida sólo con un shorts y una playera sin cuello y sin mangas, la cual dejaba casi escapar sus pechos grandes, al ponerse de pie, sorprendida intento cubrir ese par de tetas cruzando los brazos, pero esa acción hacia que se le vieran más grandes, verla así, se quedó grabada en mi mente su imagen.

Después de ese día, Yesica hacía muchas referencias al cuerpo de mi suegra, hacía comentarios como "¿Verdad que ese vestido se le vería muy bien a mi mamá?" o "¿Verdad que mi mamá tiene un bonito cuerpo?". Al principio yo le contestaba con cautela, pero siempre me pedía que fuera sincero en mis respuestas, así que con más confianza yo le contestaba a todo lo que me preguntaba, obviamente mis respuestas eran que sí.

Yesica y yo hacíamos el amor casi a diario, en un cuarto que yo rentaba y que estaba cerca de su casa. Poco a poco fue metiendo los comentarios alusivos a su mamá en nuestra intimidad. Por ejemplo, cuando estaba sobre mí, subiendo y bajando en mi verga, me preguntaba cómo se verían los pechos de su mamá rebotando en esta posición o como se vería de perrito o chupando una verga, a lo cual yo contestaba que se vería muy bien, aunque no se vería tan bien como mi Yesica que me cogía delicioso. Y parecía que mis respuestas le gustaban porque se venía muy rico. Con sus preguntas y sus comentarios me hacía fantasear con mi suegra.

Hasta que llegó el día en que me hizo la propuesta que yo tanto esperaba. Estábamos en mi cuarto cachondeando, besándonos, diciendo cuantos nos amamos, previo a hacer el amor, nos desnudamos el uno al otro, chupé sus pezones y le daba mordiscos suaves, ella gemía despacito mientras con mis manos recorría su espalda y acariciaba sus nalgas y sus tetas hermosas, para luego besarnos entrelazando nuestras lenguas. Me recostó en la cama, fue por su bolso de mano y saco una cuerda, con ella me amarró las manos a la cabecera de la cama, me besaba y acomodó dos almohadas bajo mis nalgas así que mi verga quedó en alto, y poco a poco se fue deslizando en ella hasta que la tuvo toda adentro, se movía delicioso y yo tenía una vista maravillosa de sus tetas y su panocha llena, húmeda, hermosa.

Se acariciaba los pezones mientras se veía reflejada en un espejo que acomodamos cerca de la cama para vernos mientras hacíamos el amor. Así como estaba montándome, me dijo: " ¿No te gustaría que mis pechos fueran grandes como los de mi mamá? -Me gustan los de tu mamá, pero me encantan los tuyos- le contesté. Te gustaría mamárselos? Me preguntó. Sí, quisiera acariciarlos, chuparlos, lamerlos y morder sus pezones como lo hago con los tuyos, le dije. Ante esta respuesta ella se movía más intensamente, parecía que disfrutaba mis respuestas. Y entonces vino su pregunta: ¿Te la quieres coger? Si - le contesté. ¿Cómo te la cogerías? Le mamaría las tetas y la panocha, haría que ella me mamara la verga, la pondría de perrito y se la metería hasta el fondo hasta hacerla venir, de todas las formas posibles y me gustaría que tú estuvieras ahí viendo cómo me la cojo. Más o menos esa era la respuesta que mi esposa esperaba, yo amarrado como estaba lo único que hacía era levantar mi pelvis para que ella se moviera más rico, gemía muy fuerte, cerraba sus ojos, se imaginaba todo lo que yo le decía. Se vino muy fuerte y sin sacarse mi verga se orinó sobre mi, su orina escurría sobre mi pecho y salpicaba hasta mi cara, empapó la cama y almohadas, y mientras palpitaba su vagina se inclinó hacia mí y me dijo: "si quiero que te cojas a mi mamá, ve planeando cómo la vas a convencer". Si amor, lo que tú pidas, te amo - le dije. Y nos besamos muy intensamente.

Se sacó mi verga y se metió al baño a bañarse, yo me quedé amarrado, empapado y con la verga parada pues no me había venido. Salió Yesica del baño y sacó de su bolsa un marcador de aceite, se sentó junto a mi, estiró mi verga y escribió con el marcador "Propiedad de Yesica", me hizo varios chupetones en el pecho y el cuello, me encantaba ese dolor y mi verga se ponía más dura, ella encerraba cada chupetón en un corazón que dibujaba con el marcador, yo deseaba que me diera una mamada o de menos que me masturbara, cuando acabó de marcarme enfrente, me volteó y me acomodó en posición de perrito, me hizo chupetones en las nalgas y también escribió que eran de su propiedad. Así en esa posición me tomó de la verga y me empezó a masturbar despacio y decía que me iba a ordeñar, y mientras lo hacía puso el plumón en la entrada de mi ano, la muy cabrona me lo metió hasta la mitad, lo sacaba y metía mientras me masturbaba, sentía muy rico por lo que me hacía, yo era y soy suyo, y podía hacer conmigo lo que ella quisiera, así que lo disfrutaba lo más que podía, después de un rato así, me vine muy rico. Cuando acabé, me desamarró las manos y me dijo que me metiera a bañar sin sacarme el plumón, pero que al terminar, se lo entregara limpio. Y así lo hice.

Nos vestimos y salimos del cuarto rumbo a su casa, íbamos abrazados y yo no sabía qué decir, pues no sabía si lo que dijimos al hacer el amor, era producto de nuestra calentura. Fue ella quien me dijo: "si quiero que te cojas a mi mamá, y quiero estar ahí presente, piensa como le vas a hacer pero de lo que planees tienes que tomarme en cuenta ok", si mi amor, todo lo que tú me pidas, le dije y nos besamos. No me la creía, pero estaba yo más que emocionado.

En ese tiempo a mi suegra le conocíamos un amante, tanto sus hijas como yo lo sabíamos, menos su esposo que siempre andaba lejos ya que manejaba un camión. No era una santa, le gustaba coger, un punto a mi favor. Le gustaban los hombres altos, yo no era muy alto, pero su amante era más o menos de mi estatura, así que ese era otro punto a mi favor. Y siempre he sido nalgón, así que a ella le gustaba hacer bromas de mis nalgas, decía que yo tenía más nalgas que ella y que se me vería muy bien una tanga. Esos comentarios le causaban mucha gracia. Así que también ese era otro punto a mi favor, para ir planeando como convencerla.

Les describo a mi suegra, es chaparrita como de 1.60 m, en su juventud era una mujer muy guapa, con un cuerpazo muy bien formado, cuando yo la conocí hace alrededor de 25 años, tenía unas nalgas paradas y piernas marcadas, cintura pequeña, pechos grandes y firmes, de piel clara, cabello castaño, muy hermosa. Mi esposa Yesica es más o menos del mismo cuerpo aunque con menos pechos y de piel no tan clara. Mi cuñada Luisa, también muy parecida a ellas aunque tiene más cadera y nalgas que mi esposa y mi suegra. En futuros relatos les contaré de ella, con quién también tuve algo que ver con el consentimiento de mi esposa.

En el siguiente relato les cuento cómo fue que convencimos a mi suegra Melinda ya que mi esposa me ayudó bastante. Saludos y gracias por leerme.

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