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Mi nueva familia y mi prima tímida (9): Descubierto
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Tiempo de lectura: 19 minutos

Me desperté y lo primero que sentí fue la frente con sudor, estaba muy acalorado y era normal en esas mañanas de verano, un haz de luz entraba por la rendija de mis cortinas y me daba justo en los ojos por lo que me tape con una mano para no quedarme ciego momentáneamente, de repente empecé a sentir un temblor en mi cama y entre los sonidos de las aves y los autos en la calle noté un sonido extraño, mi cuerpo terminó de despertar y tratando de ponerme de pie vi a Glenda entre mis piernas engullendo mi verga que sobresalía por la abertura de mi bóxer, mis ojos se pusieron como platos la jale de su cabello haciendo que pare en su accionar.

– Glenda ¿qué crees que haces?, tu mama puede subir o preguntar por ti! .- Le grite en un susurro.

– Ayer no te pareció preocupar mucho, nunca pensé que fueras tan atrevido.- Me dijo sonriendo maliciosamente y volviéndose a tragar mi verga hasta la garganta haciendo un sonido como de arcadas que no era para nada silencioso.

– Sí Glenda pero ayer tuve cuidado porque era de noche nadie me vio.- Le respondí aún preocupado.

– Tranquilo, que mi mama se fue a recoger a mi tía Milagros del aeropuerto, ayer lo mencionó en la cena lo olvidas?.- Se me había olvidado totalmente ese detalle.- Asi que tranquilo me desperté hace un rato y ella ya lleva 1 hora fuera, tenemos 1 hora mas por lo menos.

Me tranquilice luego de oír esto, pero toda esta información nueva me distraía de lo que tenía en frente, Glenda mi primita estaba mamándome la verga de una manera soberbia con la misma ropa con la que anoche me la cogí sin despertarla, trate de concentrarme en el momento y tomando su cabello con una mano empecé a acompañar sus movimientos, de arriba a abajo lentamente, en círculos y nuevamente de arriba a abajo, verla sacar mi verga de su boca para tomar bocanadas de aire y luego pasar su lengua desde la base hasta la punta y tragársela completa de nuevo era simplemente glorioso, cada vez que paraba a respirar se podía ver mi verga empapada por su saliva la misma que también resbalaba por sus mejillas y barbilla, estaba poniendo todo su amor en esa felación, y a pesar de sentir que no la merecía nunca pensé en detenerla nuevamente.

– Glenda, uff de verdad que estas inspirada.- Le dije mientras acariciaba su bello rostro.

– Lo hago con todo el amor que te tengo primito.- Me miro con sus hermosos ojos negros y empezo con su mano izquierda a hacerme una deliciosa paja.- Vamos primito vente para mi si?.- Me dijo esta vez con una sonrisa tierna y los ojos entre cerrados.

– Uff, Glenda no me digas eso porque estoy a punto de venirme.- Le respondí con la respiración entrecortada.

No recibir más respuesta de su parte, lo que sí hizo fue empezar a mover su mano con más velocidad al tiempo que le daba lamidas a la punta de mi verga, todo esto sin dejar de verme a los ojos, fue demasiado, me empecé a correr y al sentir el impacto del primer chorro en su barbilla Glenda se metió nuevamente mi verga a la boca succionando todo lo que salía de ella, yo estaba muerto del placer y recostandome totalmente sobre mi cama me quedé mirando al techo de mi habitación unos segundos, me levanté nuevamente al sentir como Glenda estaba limpiando mi verga a lamidas recogiendo todo rastro de mi corrida.

– Buenos días Primito.- Me dijo relamiéndose los labios.

– Buenos días Primita.- Le respondí con una sonrisa.

– Oye, ¿ quieres desayunar?

– ¿Que no acabas de desayunar? .-Le dije entre risas.

– Jajaja, tonto, en serio.

– Si claro, vamos al kitchenette y te preparo un omelet, ¿te gustan?

– Siii!! me encantan, voy sacando todo mientras tu te lavas- De un salto se puso de pie y fue casi corriendo al kitchenet, de solo verla correr con esa playerita y sin nada mas que sus pantis rosados mi verga se empezaba a despertar nuevamente.

Me levante guardando mi pene en mis boxers y fui al baño, hice lo mío y me lave el rostro, y así como me encontro mi primita sali a su encuentro en el kitchenet, ya había sacado los ingredientes, se sentó en una silla del mesón y se me quedó viendo mientras preparaba el desayuno.

– ¿Oye de verdad no me pudiste despertar?

– Tal como te dije en la carta, te moví mucho y en ningún momento reaccionaste más que para dar uno que otro quejido, hasta en un momento pensé que estabas despierta.

– Wow, lo que pasa es que ayer cuando regresaba de tu habitación mi mamá me encontró caminando por el pasillo y me pregunto por qué no estaba durmiendo.

– Mierda, ¿qué le dijiste?

– Le dije que estaba ansiosa por la llegada de mi tia y mi prima y que no podía dormir.- No es la primera vez que lo menciono, pero Glenda es la más inteligente de las 2, siempre tiene una respuesta para todo y su creatividad no parece tener límites.

– Buena respuesta y ¿se lo creyó?

– Si, es mas me dio una pastilla para poder conciliar el sueño, una clona algo, no recuerdo bien el nombre.- Eso explicaba mucho, su mamá le dio una clonazepan, por eso no reaccionaba Glenda estaba totalmente dopada, siendo ella no muy grande le debe de haber afectado más de lo normal.

– Te dio una clonazepan, debió darte la mitad una entera creo que es demasiado para ti.

– Si eso, la última vez que le doy esa respuesta, no quiero tomar más esa pastilla.

– Si te da otra avisame jajaja.

– Jajaja tontoo!!

Entre esa pequeña conversación y las risas termine de preparar los omelet, los serví junto con un vaso de jugo de naranja para cada uno.

– Glenda no conozco a tu tía, que tal es?

– Mi tía milagros es la mejor, ella es la hermana menor de mi mamá, tiene 29 años por lo que tuvo a mi prima muy joven, por lo mismo ella siempre nos trato a mi y a Flavia como si fuéramos unas adultas más e incluso hacía que nuestros votos contarán en las vacaciones familiares o en qué colegio queríamos estudiar, además, ella fue un gran apoyo para mi cuando me fui quedando sin amigos y cuando Flavia empezó a ser más cruel conmigo, ella siempre sabia que decirme a mi me encantaba irme a quedar a su casa, Ella, romina y yo siempre la pasábamos bien, hasta que bueno, ella consiguió trabajo en Chile y se fue a vivir allá hace 2 años, cada vez respondía menos mis mensajes pero yo la entiendo.

– Wow, con razon le tienes tanto afecto.- Le dije mientras por dentro me sentía mal, ya que ella era mi prima y de alguna forma si yo no fuera tan alejado de mi familia la hubiera podido ayudar, yo estaba pasando por un muy mal momento ahora y su familia me acogió como si me conocieran de toda la vida, tenía que demostrarle mi gratitud a toda esa familia en general, pero ya se me ocurrirá algo.

– Si y Romina es igual de genial que ella, siempre tiene energía para hacer algo, recuerdo que cuando íbamos al parque a montar bicicleta ella era la mas rapida y nunca quería regresar a casa, cuando íbamos a la piscina era la que nunca quería salir del agua y cuando íbamos de campamento siempre se perdía entre los árboles y nos daba un susto a todos, su mama le dice de cariño la conejita energizer, jajajaja.

– Jajajaja, es un buen apodo.

– Si que lo es, las dos tienen una gran energía, hasta Flavia es linda conmigo cuando están ellas aquí.

– Ahhh por eso no les importa compartir habitación, claro eso tiene sentido.

– Jaja si, además mi tía milagros siempre da los mejores regalos de navidad y cumpleaños, ella trabaja en una agencia de viajes y es muy buena en su trabajo, una vez para navidad nos regaló pasajes a Disney para todo la familia.- Habían fotos de ese viaje en la sala .- A mi me regalo esta navidad un Ipod y a Flavia una cartera de dios sabe que marca fina.

– Oye no querrá ser mi tía también? jajaja.

– Es tan buena persona que hasta te adoptaría jajaja.

Terminamos de desayunar, lave los trastes y nos sentamos en el sofá grande de la sala, en el sofá donde hace una semana le había quitado la virginidad mientras Karla nuestra vecina miraba todo en primera fila. Nos empezamos a besar, era algo suave cuando de pronto escuchamos el sonido de la puerta de la cochera abrirse, su mamá estaba de regreso.

Glenda se levantó como un resorte me dio otro beso y se despidió haciéndome un gesto con las manos de que nos vemos luego mientras salía de la sala y se dirigía a las escaleras. Suspire profundamente al ver su hermoso culito salir rebotando de mi vista me levanté para asomarme por la ventana que daba hacia la cochera, no pude distinguir mucho entre las cortinas, tampoco quería abrirlas del todo, qué pasaba si alguna vecina chismosa me ve en boxers, un escándalo, solo escuche voces y sonido de maletas siendo arrastradas, pensé que mi tía me podría llamar en cualquier momento para ayudarla o para presentarme a las nuevas residentes de la casa así que me metí a dar un baño, luego de varios minutos refrescandome bajo la regadera salí a mi habitación a vestirme, me puse unos shorts de algodon de color verde una camisa de color negro y mis convers negras que por el uso tenian una gama de colores que iban desde el gris claro al negro. Revise mi celular y tenía algunos mensajes sin responder, el primero de mi jefe confirmando que definitivamente no íbamos a abrir el dia de hoy y que recién el dia sabado ibamos a estar abriendo, es decir que el viernes tampoco abriremos, otro dia libre, asi que me pidió estar en doble turno de apertura y cierre, yo como no quería tener descuentos accedi para regularizar las horas que le debía, además de esto me sorprendió diciéndome que confiaba mucho en mi y en mis capacidades y ese dia yo estaría como administrador del café, le respondí aceptando y agradeciendo por la confianza, estaba algo emocionado ya que el anterior administrador renunció hace dos meses y ha habido una riña constante entre los que trabajamos para poder quedarnos con el puesto, me decidí a dar mi 100% ese dia y quedarme con el puesto y claro con el tan necesitado aumento.

Respondí otro mensaje de mi grupo de estudio que estaban quedando para una sesión el día de hoy por la noche pero aún no tenían decidido el lugar, como ahora estaba libre les dije que si podria y como para no quedar mal les dije que iba a consultar si se podia en la casa de mis tios. Revisé unos mensajes que me envió Flavia, ella llegaba el día de mañana y me comentaba que estaba muy ansiosa de verme y que tenía una sorpresa para mi. Le respondí que yo la estaba extrañando y que me dejaba con mucha curiosidad saber que me tenía preparado. Deje mi celular a un lado y me dieron ganas de fumar un cigarro, como no podía hacerlo en la casa, es decir era de día y mi tía estaba en la casa con invitados, no podía hacerla quedar mal de esa manera, tome mi encendedor con mis cigarros, mi celular, mis audifonos, mis llaves y mi billetera me dispuse a salir al parque que estaba a la vuelta de la casa.

Estaba bajando las escaleras y al llegar al segundo piso empecé a escuchar dos conversaciones, la primera de Glenda y me imagino su prima en su habitación cuchicheando de dios sabes que, y mi tia y su hermana estaban hablando en la sala, termine de bajar las escaleras y escuche a mi tia decir.

– Luis, hijo, que bueno que bajas, te quiero presentar a mi hermanita jajaja.- Me dijo mi tia tomando por el brazo a su hermana menor.- Ella es Milagros, se va a quedar unos días con nosotros, Milagros, el es mi sobrino Luis, el esta viviendo ahora con nosotros.

– Es un gusto conocerte Luis, tu tía me contó lo de tu familia, es una pena pero veras que pronto se recuperarán.

– El gusto es mío Sra. Milagros, si necesita mi ayuda para algo aquí estoy.

– Por favor no me digas señora tengo prácticamente tu edad.- Me dijo mientras ella y mi tía reían.

– Tía voy a salir un momento ya vuelvo en un rato ahh y el café va a seguir cerrado hasta el sábado.

– Ok hijo, esa calle siempre tiene problemas con la electricidad, espero que lo solucionen esta vez.

– Si yo igual, nos vemos al rato.

– Chau Luis, un gusto conocerte.

Voltee para levantar la mano como despidiéndose definitivamente y la pude ver bien, Milagros efectivamente se veía muy joven, media aproximadamente 1.65 m tenia el cabello negro y muy liso, unos ojos redondos de color miel que me recordaban mucho a los de Flavia, unos rosados y apetecibles labios que se veian hermosos al sonreír, una nariz fina y unos pomulos levantados, tenia un bello rostro que si se parecia mucho al de mi tia Ángeles, pero a mi parecer era mas bella, me gustaria poder describir mas su cuerpo pero en ese momento no lo pude distinguir muy bien, solo recuerdo a ver notado la silueta de un culo redondo debajo de su vestido veraniego.

Terminé de salir de la casa y me quedé pensando un segundo al cerrar la puerta.- Genial otra tentación en casa.- Me dije a mi mismo mientras sacaba mi celular y me ponía mis audífonos para escuchar algo de música, camine sin preocupación al parque y al llegar ahí vi varios niños jugando, me senté en una banca alejada de ellos ya que no quería incomodarlos, tome mi cajetilla de cigarros procedí a encender uno dándole una larga calada, expulse el humo de mis pulmones y me puse a pensar en la oportunidad que ahora tenia, y no me refería a la Milagros, si no a la oportunidad laboral que se me estaba presentando, para muchos un puesto como administrador de un café en sus 20's no suena a mucho, pero dada a mis circunstancias era muy importante y no podría desaprovechar la oportunidad, mientras fumaba anote varias cosas por revisar ese dia y prepare una serie de alarmas para recordarme de hacerlas a la perfección, desde de la hora de apertura hasta cerrar y cuadrar caja al cierre del dia, en fin, todo un proceso que cuando termine ya me había fumado 4 cigarrillos uno tras otro y el que tenia en la mano era el ultimo de mi cajetilla, lo presione contra la suela de mis converses para apagarlo, guarde mis cosas y me dirigí a un minimarket que estaba cerca, compre unas cosas que me hacian falta como yogurt unas botellas de agua y soda, unos cuantos snacks y claro otra cajetilla de cigarros.

Con mis bolsas de compras me dirigí a casa, eran ya casi las 2 de la tarde y me había perdido seguramente el almuerzo que mi tia habia preparado, entre a la casa y el carro de mi tía no estaba en la cochera, la sala estaba vacía al igual que la cocina, supuse entonces que había salido a almorzar afuera, subí lentamente las escaleras y me pareció escuchar ruido del cuarto de Flavia, me parecio raro ya que pensé que no había nadie, no le tome mucha importancia y continué mi camino a mi mini departamento, guarde las cosas en la nevera del kitchenet y me fui a dar un baño, ya que había sudado mucho en mi camino a casa. Sali de bañarme me puse otra camisa mas de estar en casa y un short deportivo me tumbé en mi cama y me relaje un momento viendo unos videos en Youtube.

Paso unos minutos y recibí un mensaje de mi grupo de estudios, nadie podía poner su casa para la sesion del dia, y como no quería perder más sesiones llame a mi tia y le consulté si podía recibir a mis compañeros en la salita del tercer piso, mi tía me dijo:

– Claro que si hijo, es para estudios eso ni se diga, pueden ir cuando tu gustes, recuerda que esa también es tu casa.

Le colgué el teléfono no sin antes darle las gracias nuevamente, no les voy a mentir que sus palabras me emocionaron un poco, a todo esto resulta que había salido con Glenda y Romina a dar una vuelta y su hermana se había quedado a descansar, fue a ella quien oí en el cuarto de Flavia. Tome mi celular y les confirme que si podria ser en mi casa que los esperaba a las 5 pm, les pase las dirección y salia a limpiar un poco, para que no piensen que vivo como un loco, y para ser verdad no había limpiado desde que me mude, así que fui al primer piso tome una escoba un trapeador un recogedor y algo de limpiatodo y me puse a limpiar el tercer piso completo, ya que si alguien necesitaba ir al baño debería de usar el que estaba en mi habitacion asi que tambien ordene y limpie para dar la mejor impresión posible.

Me di otro rápido baño y me vestí para estar más presentable, me puse una camisa azul marino y unos pantalones jean negros con mis ya mencionadas convers, saque mis apuntes y los deje en la salita y justo recibi una llamada mi Amigo Joaquin.

– Hey Bro, ya llegamos.

– ¿Todos juntos? .- Le pregunté incrédulo.

– Claro pues huevón, ya te he dicho que tienes que estar más atento a tu celular, por eso no tienes flaca. Los papás de Ximena le prestaron el carro y ella pasó a recogernos.

– Ok ok, ya bajo a recibirlos.

Tomé mi celular y vi efectivamente lo que me comentaba Joaquin, habían coordinado que ella los recogerá a todos, ya les había contado que Ximena estaba en el grupo para poder mantener sus notas, ella no era becada y su familia era de mucho dinero. Baje las escaleras y salí a recibirlos a la puerta principal.

– Hola chicos, como están, pasen por la escalera hasta el tercer piso.

– Hola Luis .- Me dijo Joaquin pasando y dándome un golpe en el hombro como saludo.

– Hola.- Me dijeron al unísono Franco y Paola que pasaron juntos y fueron detrás de Joaquin.

– ¿Como estás Luis? .- Me pregunto Ximena y al mismo tiempo me daba una gran sonrisa que me hizo tener un flashback de la última vez que nos vimos en el café y me regaló una imagen de su culo que no se me había olvidado.

– Muy bien, adelante pasa.- Le dije mientras ella se inclinaba para darme un sonoro beso en la mejilla.

Ximena pasó delante mío y empezó a subir las escaleras, yo iba detrás de ella y era casi inevitable ver su culo menearse delante mio.

– No me estarás viendo el culo o si? .- Me dijo Ximena cuando estábamos llegando al descanso del segundo piso.

– Yo no.- Por algún motivo me costó responder.

– Jajaja tranquilo, estoy bromeando… Claro que me mirabas el culo.- Y volteo a darme otra mirada pícara mientras continuaba subiendo las escaleras.

Llegamos al tercer piso y les dije.

– Chicos ponganse a gusto, el baño está entrando en la habitación a la izquierda.

– Wow, es un lindo mini departamento Luis.- Me dijo Joquien mientras escaneaba el lugar seguramente con malas intenciones .- A Sebastián le gustaría mucho venir aquí con alguna amiga.

– Sebastian no sabe qué hacer con sus "Amigas" así que no creo que se emocione mucho.- Dijo Ximena con una sonrisa burlona en su rostro.

– ¿Es verdad y Sebas? .- Pregunte.

– No pudo venir, tenía cosas que hacer.- Me respondió Paola.- Joaquin tiene razón debes de estar más atento a tu whatsapp.

Todos rieron con este comentario, la verdad es que tenían mucha razón.

– Ya chicos dejen a Luis en paz, hay que comenzar por que solo tenemos unas horas disponibles.- Dijo Ximena poniendo un poco de orden.

Mis amigos se sentaron donde más estuvieron cómodos, Franco, Paola y Joaquin se sentaron en el sofa largo de esa forma de izquierda a derecha, Ximena en el sillón de dos puesto como invitandome a su lado, pero preferí sentarme en un pequeño sofá personal la lado de Franco. Comenzamos a repasar los temas agendados y a la hora nos dimos un break, prepare café instantáneo y nos pusimos a conversar durante unos minutos, de pronto nos dimos cuenta que Franco y Paola estaban guardando sus cosas mientras los oíamos discutir en voz baja, no entendíamos qué había pasado, pero nos pidieron disculpas y se despidieron de nosotros.

Joaquin, Ximena y yo nos quedamos sin tener ni idea de que había pasado.

– Bueno creo que se acabó la sesión.- Dijo Joaquin, ya que en efecto los expertos en la materia estudiada eran ellos.- Supongo que yo también me voy, Ximena me puedes Jalar a mi casa?

– Lo siento Joaquin pero ya que no seguiremos con la sesión voy a ir a visitar a una amiga que vive cerca.

– Así que tendrás que ir caminando.- Le dije a Joaquin mientras sonreía burlándome de él.

Me saco el dedo medio, se despidió de Ximena y se fue, me quedé recogiendo las tazas de café y acomodando mis apuntes mientras que Ximena tomó su bolso y me pidió ir al baño. Seguí recogiendo todo y poniéndolo en el lavado del kitchenet cuando escuche la voz de Ximena que decia.

– Luis puedes ayudarme por favor.

Deje lo que estaba haciendo y fui a ver qué pasaba, al doblar a la izquierda y entrar a mi habitación me quedé helado, Ximena estaba parada sobre la cama con los brazos hacia atrás con cara de niña buena y solo tenia puesto unos pantis blancos de encaje, Ximena como ya lo habia comentado antes era una chica de huesos anchos, pero eso no le quitaba lo buena que estaba, tenía un par de piernas bien tonificadas una piel blanca hermosa unos ojos marrones y en sus mejillas se dibujaban un par de hoyuelos cada vez que sonreía, no tenía los senos muy grandes, la verdad incluso eran más pequeños que los de Glenda pero eso no importaba ya que tenía un soberbio y redondo culo que hacía a todos voltear cuando iba pasando.

– ¿Ximena qué estás haciendo? .- Le reclame, claro sin dejar de verla de pies a cabeza.

– Luis, yo no soy de fierro y otra oportunidad como esta no iba a tener, dime quieres que me vista o ¿prefieres cerrar la puerta? .- Me dijo esto último con una voz sensual que era imposible dejar por alto.

A pesar de que no entendía totalmente sus palabras no sabia que mas hacer, trague un poco de saliva y mire hacia la salita como buscando alguna excusa para no entrar a mi habitación, finalmente di dos pasos adelante y cerré la puerta detrás mío.

– Ven, acércate.- Me dijo estirando su mano para que la tomase.

– Ximena ¿estás segura de esto?

– Estoy segura desde hace casi un año, pero lamentablemente eres muy lento para estas cosas.- Me dijo mientras me jalaba de la mano y me hacía sentar en la cama.

Ella bajó de la cama y se puso delante mío tal que sus pequeños senos quedaron a la altura de mi cara, pude respirar el aroma de su perfume que me dejo intoxicado, ella tomó mis manos y las puso en su cintura mientras se acercaba mas a mi abrazándome y dejándome sentir la piel de su pecho contra mi rostro.

– Sé que eres algo tímido con las chicas, y lo tuyo es el estudio, pero me gustas y quiero hacerte sentir el tacto de una mujer por primera vez.- Me dijo casi susurrando al oído.

Por algún motivo Ximena tenía un efecto de tranquilidad en mí, su gesto me calmo y me hizo sentir seguro, en algun momento paso por mi mente decirle que esa no estaba ni cerca de ser mi primera vez y que en realidad ya tenía bastante experiencia en el tema, pero no lo hice, preferí mil veces que sus caricias y los pequeños besos que empezó a darme en la cabeza y frente me transportaran a otro mundo.

Me tomo por las mejillas y con los ojos iluminados me dio un tierno y largo beso en los labios mientras que me abrazaba por el cuello y sus manos acariciaban mi cabeza y espalda, estuvimos varios minutos de esa forma y cada vez nuestro besos se volvían más lascivos, su lengua se entrelazan con la mía y cuando por fin nuestras bocas se separaron fueron solo unos segundos para volvernos a mirar a los ojos y sin decir palabra alguna volvimos a unir nuestros labios, nuestras lenguas y nuestra respiración.

Ximena tomo mi camisa y la fue levantando para dejar mi torso desnudo me puse de pie y la abrace para sentir el calor de su cuerpo contra el mío, no pude resistirme más y baje mis manos para estrujar su hermoso culo y claro hacerla sentir mi erección en su vientre, ella se separo de mis labios un momento miró hacia abajo y luego me sonrio mirandome a los ojos.

– Creo que estás listo.- Me dijo mientras desabrochaba mis pantalones y los bajaba hasta mis tobillos.

Se quedó agachada mientras yo me ayudé de mis pies para terminar de sacarme mis pantalones, Ximena se terminó arrodillando delante mio y mientras ponía sus manos en el elástico de mis boxers le dio un beso justo donde estaba la punta de mi verga y donde se dibujaba una pequeña mancha por el liquido preseminal que emanaba de esta.

– Te voy a sacar a jugar pequeño.- Le dijo de forma amorosa a mi pene, yo contuve mi risa ya que nunca nadie le había hablado a mi pene en primera persona.

Jalo mis boxers con ambas manos y mi verga salió como un resorte hacia arriba, quedando dando botes como si estuviera saludando a mi amiga.

– Hola.- Le dijo Ximena a mi verga.

La tomó con su mano derecha y le dio varios amorosos besos por todo el tronco hasta llegar a la punta, me miro a los ojos y luego de darme otra sonrisa de niña buena se metió toda mi verga de un solo movimiento de cabeza, y cuando digo toda mi verga digo toda, sentí su quijada chocar con mis huevos, era la primera vez que sentía que no solo me estaban mamando la verga, sino que, sentía que Ximena me la estaba saboreando, la escucha gemir y disfrutar de mi verga en su boca, de pronto centró su atención a la punta de mi verga y tomó con su mano izquierda el tronco de mi pene para hacerme una suave paja, movía su boca de un lado a otro y sentía como su lengua se enredaba de formas increíbles en la cabeza de mi verga, sentía que podría estallar en cualquier momento.

– No te vengas todavía, no así.- Me dijo Ximena mientras se ponía de pie.- ¿Tienes preservativos?

– No, no tengo.- Le dije mientras le hacía un gesto con los hombros.

– Ok, menos mal siempre ando preparada.

Me empujo suavemente con sus manos y me hizo recostar en mi cama, fue a buscar algo en su bolso y regresó con un preservativo, es curioso porque en todo el tiempo que estuve con mis primas esto no se me ocurrió ni por un segundo, a partir de ese momento me di cuenta que estaba descuidando totalmente ese tema, no lo volvería a hacer. Abrió la envoltura con los dientes y lo acomodó en la punta de mi pene para luego terminar de ponerlo con la boca.

– Ahora sí.- Me dijo sonriendo.

Se paró en la cama y asegurándose de que la estaba mirando se dio la vuelta para bajar sus braguitas blancas dejándome ver su redondo culo completo, y claro también su rosado anito y su pequeña rajita rosada también y brillante por lo húmeda que estaba, se terminó de quitar las braguitas y las tiró a un lado de la cama dándose la vuelta dejándome ver una tenue capa de vellos en su monte de venus, eran color castaño y ondulados como su cabello y solo hacían ver su conchita mas deseable. Se subio encima mio se levantó un poco y tomo mi pene con su mano derecha para luego empezar a bajar lentamente introduciendo mi verga en su estrecho coñito.

– Ahhh sí, sii.- La oí decir mientras la tomaba por las caderas acompañando sus movimientos.- Que rica la tienes.

Se inclinó para besarme y me terminó abrazando por el cuello, para empezar a gemir en mi oído.

– Mmmm si así Luis, dame.- Me susurraba mientras yo la embestía sin mucha fuerza pero sí firmemente.

Ella también ayudaba mis embestidas moviéndose de hacia delante y para atrás y el ya conocido sonido de aplauso se empezó a escuchar en mi habitación.

– Si si si. – Empezó a gemir cada vez más fuerte Ximena acompañando el sonido.

Clap, Clap. Clap, empezaba a retumbar en mi habitación, mis embestidas eran cada vez más fuertes y nuestra respiración más rápida.

– Ah ah ah, sigue así Luis, que bien lo haces.- Se escuchaban los gemidos de Ximena que empezaban a ser prácticamente gritos.

Empezaba a llegar al límite cuando sentí que Ximena aceleraba sus movimientos de forma frenética, lo que solo significaba una cosa, estaba empezando a correrse.

– Mmm, mm, ahh, siii! .-Empezó a gritar mientras la abrazaba por sus caderas jalandola lo más que podía a mi y callando sus gritos con un apasionado beso.- Mmmmm.

– ¿Estas bien? .-Le pregunté mientras calmaba mi respiración.

– Si, si, solo, me, deje, llevar.- Me dijo haciendo pausas en cada palabra para recuperar su aliento y recostando lentamente en mi pecho.- ¿No, terminaste, verdad?

– No, pero quisiera probar algo más.- Le dije haciéndome el ingenuo, mientras le acomodaba el cabello y le acariciaba el rostro.

– ¿Que cosa? .-Me pregunto con intriga.

– Bueno quisiera verte en 4 patas y darte así.

– ¿Lo quieres hacer por atrás? .- Me pregunto con una sonrisa y levantando una ceja.

– Si claro, si se puede.- Le respondí con la misma sonrisa.

– Claro que se puede mi amor.- Me dijo abrazándome por el cuello una vez más para darme un beso.

Se levantó dejando salir mi verga de su rajita, me dio la espalda y se puso en 4 patas, giró su cuello para mirarme y me dijo.

– Acércate bebé.

Ni corto ni perezoso me levante rapidamente de mi posición y me arrodille detrás de ese enorme y bello culo, le di un beso en ambas nalgas y no pude evitar pasar mi lengua desde su rajita y terminar en su anito dando en este un sonoro beso.

– Huy, pero te siento con muchas ganas mi amor, ven mira yo te ayudo.

Dicho esto se lamió la mano derecha y la pasó entre sus piernas ensalivando su reluciente anito, mis ojos se abrieron al máximo al ver que con la misma mano agarraba mi verga y la encaminaba directamente a su anito, ahí fue cuando me di cuenta, que cuando ella dijo que si quería hacerlo por atrás se refería a literalmente hacerlo por atrás. Puso la punta de mi verga en la entrada de su anito y empezó a retroceder lentamente, mientras yo iba sintiendo centimetro a centimetro como mi verga se iba perdiendo en ese ardiente túnel que me apretaba más que cualquier rajita en la que había estado, al fin llegue a sentí mis muslos chocar con su culo

– Uff, que rico mi amor.

Me dijo mientras empezaba a sacar mi verga haciéndose hacia adelante, yo no quería salir de ese hermoso agujerito y se lo hice saber tomándola de sus caderas con ambas manos.

– Tranquilo bebe, ya vas a volver a entrar, quiero que me llenes bien la colita.- Volteo a verme y se mordió los labios.

Una vez mi verga afuera de ella, tomó el preservativo por la punta y lo jalo hasta quitarlo por completo, se trago mi verga con la boca una vez más y la dejó totalmente mojada, se dio media vuelta y lamiendo la mano nuevamente se llenó el anito de saliva.

– Ahora si mi amor, dámela toda. – Me dijo casi en un gemido y yo no me hice esperar.

Tomé mi verga y la dirigí a su anito estaba tan desesperado que las dos primeras veces mi verga terminó deslizándose hacia arriba, pero a la tercera vez logré meterle la punta, y no pensaba sacarla hasta estar completamente seco. Empecé a metérsela lentamente y al sentir mis muslos contra sus nalgas empecé a sacarla hasta la mitad para meterla nuevamente, repetí este proceso varias veces hasta que Ximena empezó a gemir.

– Mmm, si mi amor, así más rápido.

– Ufff, que rico culo tienes Ximena.

– Si bebé y es solo para ti.

Mis embestidas eran cada vez más rápidas y el sonido de aplauso retumbó en mi habitación de nuevo, estaba a mil viendo como mi pene se perdía en ese anito que ya estaba rojo por culpa de mi accionar.

– Mmm, Ya mi amor, dámela, lléname leche, por favor.- ME suplicaba Ximena entre gemidos y no la hice esperar más.

La tome con más fuerza de lo usual dejandole mis dedos marcados en sus caderas y luego de un par de embestidas empecé a venirme dentro de su anito dejándolo lleno mas no poder. No pude con el cansancio y caí hacia un lado saliendo viol

– Ufff Ximena ya no podía aguantarme más.

– Tranquilo Bebe, fue mejor de lo que esperaba para tu primera vez.- Me dijo acostándose al lado mio y pegándose muy cerca de mi, la mire de arriba a abajo para verla totalmente desnuda y bañada en sudor y le di un amoroso beso en los labios.

– Luis, no quiero que pienses que te voy a obligar a tener una relación conmigo, esto no se trata de eso.- Me dijo Ximena en un tono más serio.- Tu me gustas y si quieres que seamos siendo amigos, eso podemos hacer.

Me quedé en silencio unos segundos y le dije.

– Ximena, ¿Quieres estar conmigo? -Mientras la miraba con una sonrisa de lo más sincera.

Los ojos de Ximena se iluminaron y me respondió

– Si Luis, si quiero estar contigo. -Para luego suspirar aliviada como si pensara que no sería capaz de estar con ella después de un encuentro como el que acabamos de tener.

Le sonreí dándole otro beso y cuando nuestros labios se separaron mis ojos por algún motivo fueron hacia la ventana, puse mis ojos como platos y al ver esto Ximena giró su cabeza para ver parada afuera de la ventana que da hacia el balcón a Milagros quien al verse descubierta salió corriendo escaleras abajo.

– hhha.- Suspiro Ximena pensando que la que nos estaba viendo era mi Tía.- Luis pensé que no había nadie en la casa, que va a pensar tu tía, ay no.

– Tranquila.- Le dije mientras la veía tomar sus cosas y meterse al baño.- Ella no es mi tía, es Milagros su hermana que está de visita.

– Es igual Luis, tú crees que no le va a decir, dios mío qué vergüenza.- respondió desde el baño.

– Voy a hablar con ella, se ve que es buena persona y es joven como nosotros vas a ver que sabrá entender y no dirá nada a mis tios.

– Estás seguro Luis, porque no quiero pensar que les puede decir, pueden hasta botarte de aquí.

– No había pensado en eso, pero no creo que lleguemos a esos extremos, voy a hablar con ella y solucionar este asunto, ya verás.

Ximena salió del baño, tomó su bolso y respiro un poco más calmada.

– Vístete por favor para que me acompañes a mi carro.

Me meti al baño con mis cosas sin decirle nada más, me limpie rápido y salí vestido, La mire con ojos tiernos y ella me volvió a sonreír olvidándose de lo que acababa de pasar.

– Y bueno, ¿Te gustó? .- Me tomó del brazo y empezamos a caminar hacia las escaleras.

– Me encantó Ximena.

– Bueno ya habrá tiempo para repetir en otra oportunidad.

Llegamos a la puerta principal, caminamos hasta su auto y le di un beso por la ventanilla.

– Chau bebé.- Me dijo con ojos de amor.

– Buenas noches mi amor.- Le respondí con una sonrisa tonta en mi rostro,

Me quedé viendo como su auto se alejaba por el camino mientras pensaba lo diferente que había sido todo esto.

– Creo que me enamoré.- Pensé en voz alta mientras una voz detrás mío me sacaba de mi transe.

– Después de una cogida así quién no.

Me dio un tremendo susto y me volví bastante molesto…

Hasta aquí el capítulo, espero que les haya gustado, muchas gracias por leer hasta el final, y muchas gracias a todos los que me escriben por correo, por el momento tengo más carga laboral que la usual así que me estoy demorando en terminar los capítulos, espero sepan entender y me tengan un poco de paciencia, como siempre me pueden escribir sus dudas críticas y comentarios a [email protected], sin mas que decir me despido.

Hasta luego.

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