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Mi prima y nuestra primera vez
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Considero que todos alguna vez han fantaseado con su familia. Así que les cuento que paso con mi prima.

Mi prima era una mujer ya desarrollada, media 1.65 y tenía una hermosa cabellera negra, una piel blanca, unos pechos pequeños y un culo grande heredado de su madre, es decir, mi tía. Yo para cuando sucedió esto tenía un cuerpo delgado, cabello negro y recortado, me conformaba con mi miembro y mi estatura era de 1.75.

Unos días después del cumpleaños de mi prima, mi primo me dice si la podía acompañar pues él se iba a jugar con sus amigos a un campo deportivo cerca de nuestra casa y que mi tía, le había encargado que se quedé con su hermana. Realmente no tenía nada que hacer y como tenía afecto por esta accedí fácilmente. Fui a la casa y abrí la puerta con las llaves que me dio, entre y me dirigí directo a la sala a ver algo en la TV pues pensaba que mi prima debería estar muy enferma y necesitaba dormir.

Pasaba los canales y no vi nada interesante y en eso escuchó que me llamaban a mi primo entonces me dirigí al cuarto de mi prima a indicarle que yo me quedaría con ella porque su hermano había salido a hacer algo importante (obviamente le mentí para no crearle problemas a mi primo). Ella me dijo entonces si le podía traer un té caliente o una manzanilla y yo obedecí yendo a la cocina. Cuando regresé al cuarto de mi prima me dice que me acueste con ella y que le haga compañía, me llevaba muy bien con ella, sobre todo porque podíamos hablar de cualquier tema, entonces ella inicio la conversación:

– Primo ¿Alguna vez has visto a una mujer desnuda? – me preguntó con curiosidad y yo me sentí algo extrañado pero le respondí con naturalidad.

– Sí ¿A qué viene la pregunta?

– Nada, solo que algunos amigos míos me están pidiendo fotos mías desnuda y no sé si deba hacerlo – me dijo avergonzada.

– Solo si deseas debes hacerlo, no te pueden obligar a hacerlo – le respondí inmediatamente pues sabía que era muy atractiva pero algo sugestionable a la insistencia.

– Sí lo sé primo, solo que me da demasiado miedo, ningún chico me ha visto desnuda – me dijo con tono de preocupación, a mi me sorprendió un poco y le dije

– Bueno, a mi tampoco me ha visto ninguna mujer desnudo, solo vi a mujeres desnudas porque estaba espiando a una amiga cuando estaba en su casa – ella me miró con cierta extrañeza y me pregunto muy curiosa

– Entonces ¿aún no has tenido tu primera vez? – le respondí con la verdad diciéndole que era casto aún mientras veía como se acercaba más a mi.

– Primo, te propongo algo, pero no le dirás a nadie; ya debes saber que yo soy virgen, y no es que no me lo hayan propuesto pero quisiera hacerlo con alguien con quien tenga confianza y contigo la tengo – me dijo muy decidida y rozando con su mano mi entrepierna excitándome poco a poco mientras analizaba la situación y la veía con una mirada muy seductora.

– Bueno, creo que nuestra primera vez debe haber mucha confianza, hay que hacerlo – le dije y de inmediato besé sus labios, mientras comenzaba a masajear sus senos pues no traía sujetador.

Comenzamos lentamente a desvestirnos entre nosotros, ya desnudos aprecié el cuerpo de mi prima mientras ella veía el mío, nos quedamos viéndonos unos segundos en silencio, hasta que ella interrumpió diciendo

– ¿Qué te parece? ¿Te gusto? – con una expresión de ternura e inseguridad.

– Eres preciosa – le dije sin tardarme mientras bajaba por su vientre hacia su vagina que la traía depilada como si anticipará que íbamos a hacerlo.

Comencé a hacerle sexo oral mientras oía sus gemidos diciendo mi nombre mientras con mi lengua jugaba con su clítoris e intentando entrar un poco a su interior sin éxito. Luego de unos minutos comencé a sentir que estaba demasiado empapada. Entonces la levanté y me acomodé debajo de ella en la posición del 69 y le ordené.

– Chúpamela prima, házmela parar para dejar nuestra virginidad atrás – ella obedeció introduciendo mi pene en su boca mientras yo comenzaba a jugar con mis dedos rozando su entrada.

Ella soltaba gemidos mientras me la chupaba torpemente, se notaba su inexperiencia y eso me subía la excitación a tal punto que solo unos minutos después de ponernos en esa posición sentí que me iba a venir por lo cual la acomodé nuevamente abajo y separé sus piernas.

– ¿Lista para dejar de ser virgen? – le dije con la voz más sensual que pude, ella me miro directo a mis ojos y me dijo.

– Hazlo con delicadeza, que mis amigas dicen que duele mucho la primera vez – para calmarla le dije que primero metería mis dedos para comenzar a abrirla.

Comencé introduciendo mi índice, pero al comenzar a introducirlo ella soltó un quejido sin siquiera haber llegado a la cuarta parte, lo cual me excito aún más mientras la tranquilizaba diciéndole que ya casi entraba y que faltaba poco mientras seguía introduciendo lentamente mi dedo más profundo. Llegué a la mitad y mi prima ya estaba casi llorando entonces me preocupe y dejé mi dedo quieto como para que acostumbrara.

– ¿Ya entro todo? – me preguntó con voz temblorosa entre gemidos.

– Ya falta poco – mentí – ¿nunca te has metido los dedos? – pregunté curioso.

– Nunca, solo me masturbo sobando mi clítoris y la entrada de mi vagina – me respondió ya con una voz más firme.

– Estas demasiado estrecha – le dije – ¿continuo con mi dedo? – pregunté al ver que estaba mejor.

– Sí, pero me avisas cuando haya entrado todo tu dedo – me dijo mientras yo asentía con la cabeza.

Continué con la entrada de mi dedo mientras ella soltaba gemidos y gimoteos como queriendo llorar. Al llegar al fondo le avisé mientras dejaba que me dedo se quedará ahí y mientras metía un segundo dedo a su entrada. Al sentir el segundo dedo sentí un escalofrío en mi prima, y le pregunté que había pasado.

– Nada, me asusté al sentir otro dedo ¿Cuantos me vas a meter? – me preguntó con una lágrima en su mejilla.

– Tranquila, es para que no te duela al entrar mi pene – le dije y continué.

Ya al llegar a la mitad comencé a sacar y a meter mis dos dedos masturbándola con lo que ella comenzó a gemir agitada. Y al llegar a introducir completamente mis dos dedos le avisé que tenía dos dentro.

– Ya es hora prima – le dije para que se preparara mientras acomodaba mi pene en su entrada.

– Hazlo lento – me dijo con voz excitada mientras cerraba sus ojos y con sus manos agarraba las sabanas.

– Sí, ya debes estar menos estrecha que antes – le dije para que se relajará y comenzaba a introducir mi pene.

La punta fue la parte más difícil pues empujaba y la vagina de mi prima no cedía por lo cual simulaba que jugaba afuera, la sostuve de sus caderas y empujé con más fuerza logrando introducir la punta y oír inmediatamente un quejido de mi prima.

– Por favor, lento, que me estás haciendo doler – me dijo en tono suplicante.

Yo continué introduciendo mi pene hasta que sentí una pequeña cosa dentro de ella que supuse, era su himen.

– Ya estas a punto de dejar de ser virgen – le dije, ya voy a romper tu himen y empujé lentamente mientras escuchaba sus gemidos y como sollozaba.

Al perforar su himen ella gritó, lo cual me asusto pensando que le había hecho daño, pero seguí introduciendo mi pene hasta el fondo de mi prima.

– Entro todo – le dije y ella suspiro y vi su cara cubierta de lágrimas y mojando su hermoso cabello.

Comencé a sacar mi pene y meterlo lentamente mientras veía como ella comenzaba a quejarse y gemir muy fuerte mi nombre. Como si fuera una muñeca de trapo la levante poniéndola sobre mi para que me cabalgará, ella instintivamente se movía de adelante para atrás mientras estimulaba mi pene. Yo me sentía en el cielo mientras mis caderas se acoplaban a las de ella y empujaba cada vez más rápido y ella comenzaba a gritar mi nombre. Sentí contracciones en su vagina por lo cual intuí que se iba a venir por lo cual la agarré de sus caderas y la acerqué hacia mi besándonos.

– Me vengo – me dijo mientras la besaba.

– Yo también – le respondí sintiendo que mi orgasmo se acercaba y venia.

Terminamos y nos quedamos abrazados durante un rato y mi pene se encogió y salió de su recién desflorada vagina. Me paré y noté que había un poco de sangre por lo cual me apresuré a traer papel para limpiar. Al regresar mi prima seguía en la cama entonces le pregunte si se podía parar.

– No sé qué pasa, mis piernas me tiemblan mucho – me dijo un poco asustada, yo veía la hora en intuí que mi primo llegaría pronto.

– Tienes que vestirte – le dije mientras le alcanzaba du ropa y limpiaba la sangre de sus piernas. Y ella se ponía la polera que le había alcanzado.

Yo me vestí rápidamente y le ayude a mi prima con sus pantalones al ver que sus piernas no reaccionaban. Oímos que tocaban la puerta e intuimos que era su hermano. Y para nuestra suerte ya estábamos vestidos y había tendido su cama sin dejar rastros del sexo.

Abrí la puerta y mi primo entró y me preguntó donde estaba su hermana y si se había despertado.

– Sí, se despertó – le dije mientras le decía que seguía en cama pero que se sentía mejor.

– Gracias por cuidarla, vete antes de que mi mamá venga y sospeché que me fui a jugar – me dijo apurándome.

– OK, me despediré de tu hermana – le dije y al entrar a su cuarto la vi ya sentada y moviendo sus piernas.

– Ya me voy, prima – le dije acercándome a ella para decirle algo al oído – ¿Y si me mandas las fotos a mi?

– Tú tendrás videos enteros exclusivos para ti, querido primo – me susurro mientras con su mano rozo mis pantalones.

– Bueno – le respondí alejándome de ella y despidiéndome.

Me fui a mi casa y aluciné con mi prima mientras me masturbaba. Nunca olvidaré mi primera vez.

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