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Mi suegra y yo un día después
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Al día siguiente pasé por mi suegra, bajó vistiendo unos jeans bastante entallados y una blusa blanca que hacía notar la lencería que usaba. Saludándonos con un beso fuimos a una plaza comercial en el norte de la ciudad donde los que la conocen sabrán de cual hablo ya que el estacionamiento nos dio la oportunidad de que al llegar, quitara su blusa, su sostén, yo bajara del auto, abrir su puerta y ella me hiciera una rusa que no tardé en venirme en sus pechos lo que ella le gustó bastante, se limpió y vistió de nuevo.

Nos separamos por un par de horas para encontrarnos en el área de comidas, comer y después del postre entrar a una sex shop donde compramos algunos aceites, un dildo muy discreto. Al salir, fuimos al primer supermercado en camino donde compró algunas bebidas y botanos y fuimos a un motel donde al llegar y ver que ella me acompañaba el personal inmediatamente me señalaron la habitación, agradeciendo se despidió y entramos. Antes de subir a la habitación me pidió bajar sus cosas y subirlas a la habitación, mientras ella hablaba a la recepción solicitando unos hielos y condones ya que no traemos.

Al subir todo, me senté en un sillón, se para frente a mí y comenzó a quitarse la ropa lentamente empezando por su blusa, el sostén, y bajó sus jeans liberando sus nalgas dejando ver la tanga negra que usaba, se acercó, se sentó en mis piernas dejando que acariciara su panocha mientras nos besábamos. Cada vez sentía mi pene más duro, lo que ella me decía que lo quería tener adentro o entre sus nalgas. Le pedí que se pusiera de pie para sacar mi pene y dejarla tocarlo, al ponerse de pie tomó un bolsa de sus compras y me dijo “mejor prepara el jacuzzi y espérame te va a gustar”.

Hice caso a su petición y al salir del baño envuelta en una toalla se acercó y entró al agua de pie, retiró la toalla y descubrió usando un bikini rojo se sentó a mi lado y mientras nos relajábamos, nos besábamos y pasaban los minutos contando relatos y fantasías que ambos teníamos. Nos fuimos calentado de modo que solo desabrochando una parte del bikini se montó sobre mí para cabalgar un poco, subía y bajaba mientras la tomaba de la cintura y lamia sus tetas, gimiendo y haciendo gestos muy satisfactorios hizo que me viniera dentro de su vagina, lo que provocó un gran gesto de satisfacción en ella. Seguimos un rato más en el agua para salir comer un poco y tomar una ducha por separado.

Mientras esperaba en la cama salió del baño usando un conjunto negro muy fino y a la vez recatado, y preguntó “¿crees que le guste a mi novio?”. A lo que respondí que por que no y para mí que se había comprado. Sonrió y se desnudó por completo y se acostó en la cama diciendo “yo soy para ti o quieres más”. Tomé uno de los aceites que compramos, unté por todo su cuerpo introduciendo mis dedos en su vagina y lamiendo su ano.

Después de un rato y con ambos muy calientes se puso en 4 patas, me pidió me colocara un condón y la penetrara por atrás. No pasó mucho tiempo cuando dijo “Ay mi amor quítatelo y métemela sin él”, refriéndose al condón. Obedeciéndola se la metí hasta que ambos nos venimos. Al terminar se quedó dormida, no tardé mucho en hacer lo mismo ya que estábamos exhaustos.

A la mañana siguiente al despertar ella se encontraba bañándose, la alcancé, la llevé de nuevo a la cama, abrí sus piernas y comencé a lamer su vagina lo que la hacía gemir muy alto al grado de dar gritos de placer, lo que a mí me excitaba aún más y comencé a penetrar su vagina con sus piernas levantadas. De pronto sentí un líquido muy caliente sobre mi pene, al sacarlo era sangre muestra de que había empezado el periodo de mi suegrita, lo que me excitó aún más y comencé a embestirla más fuerte hasta que me vine inmediatamente.

Nos bañamos, nos vestimos y salimos del motel para desayunar juntos y con ganas de ambos por una última sesión de sexo. Fuimos a casa de su novio de la cual ella tenía llaves y sin entrar más que a la cochera y apoyados sobre el cofre del auto de su novio, bajé su pantalón deportivo junto con sus pantaletas, ella retiró su tampón y dejó que la penetrara hasta que antes de venirme pidió que me viniera en sus nalgas.

Solo subió su ropa, se despidió de mí y me pidió dejar todo en la sala mientras ella tomaba una ducha y esperaba a su novio para contarle lo sucedido.

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