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Mi tío me hizo conocer los ricos orgasmos (9): Parte 2
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Unos minutos de ricos besos nos estábamos dando,  yo le agarraba con fuerza el cabello mientras que él me tenía sujetada de la cintura, de pronto dejó de besarme, me abrazó con fuerza la cintura y me levantó en peso colocándome sobre la mesita quedando sentada enfrente suyo, y se inclinó hacia mí para besarme.

Nuestras bocas se comían mutuamente, ambas manos comenzaron a acariciar mis muslos en toda su dimensión, me las frotaba hasta llegar a mi pelvis y regresaba hasta mi rodilla y de nuevo frotaba hasta llegar a mi pelvis, yo hasta ese momento estaba excitadísima no dejaba de meterle la lengua a Stefan y el hacía lo mismo, minutos de ricos masajes de labios y entrelazamientos de lenguas ¡Que rico joder!

Stefan dejo de besarme para decirme:

—¡Que delicada y suave piel! que tienes Érica ¡Que sabrosos muslos bebé!

Solo atiné a sonreírle y de nuevo volví a besarlo apasionadamente nuestras bocas estaban fusionadas, pero a los minutos Stefan rompió esa fusión y fue directo a mi pie izquierdo, me sacó el taco y comenzó a chuparme los deditos de mi pie, al inicio me causo un poco de gracia, pero a medida que Stefan me los succionaba y chupaba comenzó a gustarme. Acto seguido me quitó el taco del pie derecho y fue el turno de mis deditos de ser chupados por su caliente y habilidosa boca.

—Umm… Mmmm… —eso era lo que me gustaba, experimentar nuevas sensaciones y placeres. Stefan me miraba directamente mientras succionaba mis deditos yo no dejaba de morderme los labios, de pronto me levantó por la parte de debajo de mi rodilla la pierna quedando expuesta la parte de debajo de mi muslo izquierdo y él se agacho y comenzó a lamérmelo por debajo como un perro a su hueso.

—¡Ummm! —suspiré cuando sentí su lengua en mis muslos me mordí bien fuerte los ¡labios! cada lamida era asombrosa su lengua recorría cada centímetro de la parte de debajo mi muslo, estaba muy ¡Excitada! esas lamidas incrementaban mi calentura a cada segundo. A los minutos dejó mi muslo izquierdo y fue a por mí muslo derecho para darle el mismo masaje fabuloso de lengua, me los lamia como un perro hambriento, cada centímetro era lamido de arriba hacia abajo, de izquierda a derecha mientras Stefan se deleitaba con mis muslos aparecieron Steve y Rebecca ¡creo que nos dejaron a solas a propósito porque no trajeron nada!

—¡Ummm! creo que se cansaron de esperarnos Steve —Rebecca lo dijo sensualmente mirándome muy picara.

—¡Wuao! sí que mi sobrinita está ¡Calientísima! —mi tío se mordió los labios al verme ¡Sumamente excitada! sus ojos se clavaban a los míos.

—¡Gózalo! Érica te presto a mi marido es ¡Todo tuyo! —exclamo y yo para no ser menos respondí:

—¡Mmm! pues yo también te presto a mi tío —¡Exclamé con más énfasis y lujuria!

De pronto Stefan bajó mis piernas y esta vez me empujo la faldita dejando mis muslos más descubiertos y me los lameteó sin parar ¡Ummm! mientras tanto mi tío y Rebecca estaban bailando sensualmente una bachata no me acuerdo que canción, pero era fabuloso en ese momento, mi tío le metía su pierna por el medio de las piernas de Rebecca mientras que ella comenzó a besarle el cuello a mi tío, mientras que Stefan seguía lamiendo mis muslos sin parar hasta ese momento ya estaba tan excitada que me baje los tirantes de mi vestido dejando en todo su esplendor a mis ¡sabrosas tetas! y Stefan al darse cuenta subió de inmediato hacia ellas y me las chupeteo de una manera que me hico gemir bien ¡rico!

—Uhhh! mmm! ahhh! —qué manera de succionarme a mis sabrosas gemelitas, su lengua hacia giros fabulosos en mis pezones que estaban duritos de tanta excitación, ¡ummm! ¡joder! me los succionaba como tanta fuerza que parecía que quería sacarme a la fuerza la leche materna ¡ahhh! en medio de mi calentura deje caer chorritos de saliva en mis tetas y Stefan se deleitó chupándome con más fuerza ya está ese momento yo estaba más que excitada y mojadita, Stefan estaba haciéndome excitar locamente me chupaba las tetas mejor que mi tío, tanta experiencia acumulada en tantos años de sexo y ahora toda esa experiencia me estaba haciendo gozar de lo ¡más rico!

Regrese mi mirada hacia mi tío y Rebecca tenía su mano dentro del pantalón de Steve mientras que ella lo besaba apasionadamente, regrese nuevamente mi mirada a Stefan que mientras me succionaba las tetas me miraba desenfrenadamente a los ojos yo igual lo mire con lujuria y a los segundos volvió a mi boca a comernos mutuamente hasta que yo misma lo separe de mi calientita boquita y le exclame angustiosamente con ¡Total énfasis!

—¡Joder! Stefan no me hagas esperar ¡más! quiero que me chupes mi ¡concha ardiente!

—¡A tus ordenes nenita!

Stefan me jalo de la cintura y quede de pie enfrente suyo, se arrodillo me abrió las piernas y se metió por debajo de mi faldita y por fin lo tenía entre mis piernas ¡Ahhh! su lengua era ¡fabulosa! a pesar que mi tanguita era una mini barrera a mi conchita podía sentir su ¡Increíble succión! queriendo romper a la fuerza con su lengua hasta llegar a mi tesorito, ya estaba entregada totalmente al placer de su lengua, sus manos me agarraban con fuerza los muslos.

Mientras tanto mi tío y Rebecca contemplaban como yo lo disfrutaba, a los minutos Stefan me bajo la tanguita y alce las piernas para que me lo quite y me sorprendió que tenía mi tanguita mojadita en la boca y fue a la mía, esto era ¡lujurioso! Stefan y yo nos estábamos besando con mi tanguita en medio de nuestras calientes bocas, la manera en que el succionaba todo el sabor vaginal de mi tanguita me calentaba aún más de lo que estaba, ya estaba poseída por la lujuria yo también succionaba mi sabor vaginal, fue tanto el tira y jala de nuestros dientes que rompimos mi tanguita y Stefan me lo quito de los dientes de un jalón y los arrojo al piso, fue hacia mi boca enterrándome la lengua como un loco desesperado, a los segundos dejo mis labios y me miro con ternura.

—Bebé que ¡riquísimo! sabía tu tanguita, ¡Quiero que te corras en mi boca!

Sus palabras me provocaron ¡Full excitación!

—Pues no me hagas esperar más Stefan —lo exprese con ¡mucha excitación!

Stefan bajo de nuevo y por debajo de mi faldita por fin tenía esa maravillosa lengua en mi conchita húmeda.

—¡Mmm! ¡ahhh! ¡ummm! —¡Joder que rico! ¡Que placer! sentir esta maravillosa lengua en mi rajita, “es tan rico que cerré mis ojos”, me mordí los labios con tanta fuerza que por un poco y me salía sangre, estaba sumergida en un delicioso ¡Mundo de placer!, esa lengua ¡Se movía! ¡Se deslizaba! ¡Se revoleteaba! ¡Se giraba! en mi conchita, mi clítoris estaba siendo chupeteada por momentos succionada causándome ricos gemidos ¡ummm!

—¡Ahhh! — abrí mis ojitos pero los cerraba inmediatamente ¡ummm! no podía aguantar, no podía estar tranquila ni un segundo, tener a este maduro comiéndome la concha era ¡demasiado placentero! que a las justa podía concentrarme en ver a mi tío y Rebecca.

—si Érica ¡Goza con la lengua de mi marido córrete hasta hacerlo ahogar no te contengas!

—así es sobrinita libera a esa ¡putita bestial! que tanto estabas conteniendo.

Quise decirles algo pero no pude ¡ummm! era demasiado, estaba totalmente poseída por la lujuria de ser lamida de semejante manera ¡ahhh!, ya sentía que un tsunami se estaba acercando, trate de usar todas mis fuerzas pero me era súper difícil pero no decline y pude concentrarme viendo por primera vez a mi tío follándose a otra mujer que no era yo.

—AHhh! ¡ummm! ¡ohhh! —esa ¡polla familiar! entraba en una concha que no era ¡mía! ¿Por qué tío? ¿Hasta dónde habíamos llegado tú y yo? ¡Ya no podíamos escapar de esta posesión carnal!

Mi tío y Rebecca estaban comiéndose la boca, ella se había bajado el tirante liberando sus tetas también se había subido la falda no tenía tanguita alguna ¡Que madura tan putita! mientras que mi tío detrás de ella la estaba follando por la concha, ella se movía de arriba abajo entrando bien rico la polla de mi tío en su rajita mientras inclinaba hacia atrás su cabeza jugando su lengua con la de mi tío ¡ahhh! ¡ummm! ¡mmm!, Steve la tenia de la cintura y con su mano estimulaba el clítoris de Rebecca mientras se lo metía sin parar, entre tanta delicia sentí celos porque Steve nunca me follo de esa manera así paraditos, pero se me desapareció al instante porque ya mi cuerpo comenzaba a temblar ligeramente, mis latidos se aceleraban, mis gemidos se incrementaban ya estaba cerquísima, ese rica lengua estaba matándome, mi euforia y emoción iban en aumento hasta que ya no pude aguantar más y grite de placer curveando mi espalda más a la mesita a la cual estaba apoyada.

— ¡Ahhyy! ¡mmm! ¡Stefan! ¡conchasumare! ¡ahhh…!

¡Concha sumaré! perdí todo el control de mi si es que alguna vez lo tuve, las lisuras nuevamente salieron de mi ardiente boquita por el descontrol que había ocurrido, ¡qué riquísimo! era ¡tan delicioso! ¡Tan sabroso! ¡Tan no sé cómo describir ese inconmensurable placer!, a las justas podía estar en pie porque por un instante perdí las fuerzas de mis piernas, el riquísimo orgasmo fue ¡descomunal! nunca había experimentado tal ¡orgasmo bestial! ni siquiera en la discoteca por estar entre tanta gente, ni mi tío me había provocado semejante ¡clímax carnal!

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