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Mis tardes con mi novio

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Como ya saben mi nombre es Michelle y hace poco que inicié mi relación con Gabriel, mi novio a escondidas de la universidad. 

Les platico, mis tardes al salir de la universidad eran llegar a casa, comer, hacer mis tareas de la uni, domésticas y por las noches jugar con mi cuerpo, masturbándome o metiéndome deditos en mi colita.

Desde que inicié con Gabriel, mi vida fuera de la uni cambió, ahora tenía que llegar a hacer de comer para los dos, asear un poco la casa, ducharme y vestirme de nena para mi hombre.

La semana pasada, mientras yo terminaba de ducharme y vestirme, sólo usé un baby doll negro que se transparentaba todo, hasta de mis senos (cabe mencionar que desde pequeño siempre desarrollé unos pechos grandes a diferencia de los demás hombres, tal vez un desarrollo hormonal o no sé, el punto es que tengo mis pechos grandecitos).

Gabriel me esperaba en la sala viendo su futbol y gritando como loquito a solas, yo me excitaba ver esa escena, verme vestido de mujer y un hombre, mi hombre disfrutando un partido de futbol, me sentía realizada, toda una mujer.

Así que pensé alegrarle más el día a mi hombre y fui a pararme atrás de él, a darle masajes, caricias en su pecho y abdomen, a disfrutarlo con mucho amor, besándole su cuello y haciéndolo cerrar sus ojos de placer.

Al ver que trataba de mantener los ojos abiertos para seguir viendo el futbol, opté por irme al frente de él e hincarme insinuándole que debía darme ese pedazo de carne hermoso que tenía entre sus piernas.

Gabriel sin pensarlo se deshizo de su pantalón y bóxer, dejándome solo su hermosa verga para que jugara con ella, yo sin pensarlo me lancé como loca a darle la mejor mamada que saliera de mí.

Verlo ahí, disfrutando como su hembra le hacía eso, como me apretaba contra el llevándome su verga hasta el fondo de mi garganta, sentirme dominada era enloquecedor!

Tras varios minutos de darle una rica mamada, Gabriel me pidió ponerme en cuatro en el sofá, sabía que era la hora de hacerme gemir como una loca, primero dándome ricas lamidas con su lengua, jugando con ella por toda mi colita, sentir como la metía un poco en mi hoyito, me hacía ver estrellas, sus nalgadas eran como sonidos y sensaciones que me obligaban a ser suya solamente.

Gabriel tomó un condón y poco lubricante que teníamos para nuestros encuentros, se colocó el condón y procedió a ponerme suficiente lubricante. 

Mientras él hacía todo eso, de mi parte yo hacia el “flojita y cooperando”, comenzó por jugar pasándome su verga en mis nalgas, por todo el canal que se hacía entre ellas, dándome pequeños empujones en mi hoyito.

G.- Que ricas nalgas tienes Mich

M.- Son todas tuyas mi amor, disfrútalas.

G.- Claro que lo haré, te las dejaré rojas para que recuerdes quien es tu hombre.

Yo sabía que Gabriel es muy caliente, y eso me encantaba. Estando como perrita a 4 patas, solo le dije “demuéstramelo ahorita”.

Gabriel me tomó con fuerza y comenzó a introducirme su verga, yo gemía de dolor y le pedía se detuviera para que mi colita se adaptara a su verga, pero era inútil, él continuaba metiéndomela hasta que de un empujón entró hasta el fondo, yo solo me aferraba a la sábana y gemía de dolor.

M.- Aaahhh! qué te pasa? me lastimarás mucho amor, házmelo despacio por favor!

G.- Cállate perrita y entre más me pidas que pare, más te daré fuerte.

M.- Esta bien amor, soy tuya y trátame como quieras.

G.- Así me gusta nena, que sepas quien manda!

Yo sentía que se me desgarraba todo por dentro, mi colita me ardía y dolía por tener adentro tremendo pedazo de carne.

Poco a poco el placer fue ganándole a todo y yo solita comenzaba a moverme.

G.- Lo ves nena, hasta tu solita la pides a gritos.

M.- Si mi amor, me encanta tenerla ensartada, me encanta sentir tu verga y tus manos acariciándome.

G.- Que rico te mueves, y te rebotan las chiches.

M.- aaahh!! aahhh!! Que rico me la metes papi.

G.- Siii, aahh que ricas chiches tienes putita, me encanta cogerte!

M.- Si mi amor, soy tu putita, no pares de cogerme aaahh!! aaahhh!!

Mientras el tiempo pasaba, Gabriel me seguía haciendo suya, me trataba como su putita, me tomaba del cabello, me daba nalgadas, me apretaba las chiches, me decía cosas sucias y deliciosas.

Mi hombre estaba a punto de terminar, lo sabía por sus reacciones y le pedí que me los quería comer, que acabara en mi boca, pero Gabriel tenía el plan de dominarme en todo y hacia lo que él quería.

G.- Cállate perra, te voy a dejar la cola llena de mi leche.

M.- aaahh papi hazme lo que quieras!

G.- aahh que rico culo tienes nena!

M.- Es tuyo mi amor, destrózamelo más, aaahh papi aahh que ricooo!

Cuando de pronto sentí como Gabriel me dio dos nalgadas muy fuertes dejándome salir gritos y después me apretó con mucha fuerza contra él, ahí comencé a sentir como se contraía su verga indicándome que se iba venir, así que comencé a dar círculos con mi colita y empecé a sentir como me inundaba de un líquido caliente en mi interior, sabía que me había dejado toda mi cola llena de su leche.

Al terminar todo, nos dimos un rico beso sin separarnos y caímos rendidos en el sofá, ahí estábamos los dos recuperando las fuerzas, él viéndome como me había dejado, cansada y con la cola toda roja, yo viéndolo a él agotado y satisfecho. 

Después de un instante, me fui a duchar para limpiarme todo y mi novio me alcanzaría en la ducha para bañarnos juntos.

Gracias por leer mi relato, es un poco de lo que pasa en mis días. Espero pronto contarles que más aventuras he tenido con mi novio.

Los amo!...

(9,00)