Nuevos relatos publicados: 0

Primera vez con un hombre

  • 2
  • 24.217
  • 10,00 (1 Val.)
  • 3

Ya era un adulto cuando por fin me decidí a tener sexo con un hombre. Claro, llevaba bastante tiempo deseándolo de vez en cuando, pero no había tenido experiencia alguna, salvo por una vez en el Metro de la Ciudad de México, durante un apagón que un hombre me había manoseado. Mi erección, mis fantasías instantáneas de que me llevaba a un hotel para cogerme, me habían demostrado que era cuestión de tiempo que me acostara con un hombre. No había sido esa, por supuesto, la primera vez que había sentido deseo por alguien de mi mismo sexo. Quizá la primera vez había sido una ocasión jugando futbol, como no teníamos uniformes un equipo, el contrario al mío, había jugado sin camisa. Uno de los chicos sin camisa me había dado mariposas en el estómago. En paralelo, me había travestido secretamente algunas veces, lo cual había comenzado tras una vez que me había rasurado las piernas.

Había pasado cierto tiempo desde esa experiencia en el Metro, y había llegado el punto en que me había decidido a que me la metieran. Había puesto un anuncio clasificado en línea, explicando que nunca lo había hecho con un hombre, decidido a concertar una cita con el primero con que se pudiera. Con un chavo por chat nos pusimos de acuerdo, y nos citamos en la noche en un sitio público.

Yo estaba muy nervioso, no sabía realmente qué esperar. Cuando llegué él ya estaba ahí, nos reconocimos inmediatamente por la ropa. Caminamos juntos en silencio hasta su departamento, afortunadamente por ser de noche y la poca gente que había en la calle nadie notó mi erección. Cuando llegamos, él puso música y nos sirvió vino. Yo estaba demasiado nervioso como para charlar mucho, pero sí le pregunté si él había tenido sexo con hombres.

«Sí, no seré un gran experto, pero sí he cogido con hombres antes.»

Poco después pasamos a lo siguiente. Él me dio un vestido de esos muy corrientes y baratos que luego venden en puestos callejeros, y unos zapatos de mujer de tacón bajo de plástico. Yo me puse los zapatos y el vestido, tomé un plumero que me pasó él, fingí ponerme a hacer el quehacer con el plumero. Habíamos acordado que yo haría el rol de su sirvienta.

Al agacharme, sentí cómo él empezó a manosear mi trasero. Me detuve, sin decir palabra. Él continuó, levantando el vestido, manoseando mis piernas.

«Dime, ¿le gustas a tu novio así con las piernas peludas como de hombre?»

«No tengo novio, señor. Soy virgen»

«Quiero que te las rasures.»

Obedecí. Fui al baño, me mojé las piernas en la regadera, y me las rasuré lo más rápido que pude. Cuando terminé, él me tomó de la mano, llevándome a su cama. Me recosté, él se desvistió y me desvistió a mí. Empezó a acariciar mi pecho.

«Me encantan tus tetas, son tan grandes…»

Yo me dejaba acariciar, estaba muy excitado. Él tomó un condón y se lo puso.

«No te quiero embarazar.»

Yo estaba recostado boca arriba, y él me tomó de los tobillos. poniéndolos sobre sus hombros. Fue un momento indescriptible, fue una sensación muy excitante saber que ya no había marcha atrás, me iba a coger un hombre y el sentir mis tobillos en sus hombros fue como el punto de no retorno. Miré su verga, como grabando en mi mente la primera verga que me iban a meter, la que estaba a punto de desvirgar mi culo. Luego hice la cabeza para atrás.

Sentí la punta de su verga contra mi ano. Hice por relajar mi esfínter, como había leído en internet que recomendaban. Empujé contra su verga, y sentí cómo entraba en mí poco a poco, cómo estiraba mi ano al entrar. Eventualmente, me la había metido toda o casi toda, y comenzó a moverla hacia adelante y atrás, mientras yo hacía lo posible por responder a su ritmo. Eventualmente él eyaculó, y se salió de mí. Nos besamos en la boca, que también era la primera vez que lo hacía con un hombre. Pasamos la noche juntos en su cama, aunque nunca supe su nombre ni lo volví a ver aunque, por supuesto, sí volví a recibir verga.

(10,00)