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¿Qué se necesita para dar el primer paso?

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Antes que nada, buenas tardes (noches o días). Hay tantos relatos y experiencias de este tipo, lo sé. Pero, me toca a mí explicar o plasmar mis inquietudes. Trataré de cambiar un poco los nombres (el de mi esposa, principalmente), no quiero correr un riesgo.

Me llamo Daniel, tengo 41 años, soy maestro de primaria. Casado desde hace 7 años, mi esposa (a la cual llamaremos) Karla, tiene 44 años, al igual es maestra de primaria. Es una mujer hermosa, cabello largo (a mitad de la espalda) color negro, ojos negros, boquita hermosa, labios igual de hermosos, pechos agradables (que, a pesar del paso de los años, los mantiene firmes) con una talla de 34 d, poquito llenita (como 72 kilos) mide 1.66 cm de altura.

Un matrimonio feliz, con buenos y malos días (a pesar de la pandemia). Relaciones sexuales 2 o 3 veces por semana, deliciosas todas, acabando dentro de ella. Poses sexuales las básicas. Aun no tenemos hijos (no es tema de discusión). ¿Cómo surge todo esto? Pues sí, somos un matrimonio feliz. Pero en algún punto de hace 1 año, la idea surgió en mi mente. Tal vez encaminada por una frase que ella me comentó (durante aquellas noches de discusiones): “habrá otro que quiera abrazarme por las noches” Y todo terminó en uno enojo por mi parte y luego besos y a dormir.

Esa frase sonaba y sonaba en mí. Nunca pensé en algún punto anterior en compartir a mi esposa, jamás pasó por mi mente. Pero ¿Qué podría ocurrir para que fuese así? Y de la nada me encontré viendo videos porno de intercambio de parejas (mucho muy excitantes, placenteros) y que al final de la noche o tarde terminaba con una rica paja. Luego, los temas de los videos eran de infidelidad (no recuerdo como pasaba de un enlace a otro) y al final del mes eran ya videos titulados “Cornudo comparte a esposa con extraño” y por más inverosímil, mis pajas eran más y más deliciosas y más y más deliciosas aun eran las cogidas con mi esposa esas mismas noches.

Pero no pasaban de un morbo imaginario, jamás veía la cara de mi esposa o pronunciaba su nombre, pero llegado a un punto, en nuestro momento de intimidad, me la imagine (así como ella estaba en ese momento, abierta para mí y gimiendo) con otro hombre, gozando increíblemente y embistiéndola más y más duro (a ella no le gusta coger tan brusco, pero yo a ella la imaginaba que gritaba de dolor y placer cuando la embestían duro y más duro), fue una noche confusa y deliciosa para mí. El solo pensar que se vengan dentro de ella, ver como todo escurre por sus piernas, deseosa de pedir que la partan una y otra vez. Vaya, desconocer a mi esposa y verla convertida en otra mujer (deseosa de sexo), si que te intriga y te llena de morbo y placer al mismo tiempo.

Y desde ese momento, aquella idea en mi (que solo veía en los videos) de desear ver a mi esposa en la cama con otro hombre y que ella me viera a lo lejos y gozara y yo gozara de placer, comenzó a ser más y más.

Obviamente no le he dicho nada a ella, ya que es muy conservadora (chapeada a la antigua). Pero hasta la fecha sigo fantaseando, cada vez que salimos no pienso en eso, pero la veo caminar y la veo pasar frente a un hombre y pienso ¿Sera que ese hombre la desea como yo? ¿cogería con ella? Pero al final ella me sonríe y todo se esfuma.

¿Qué pienso al respecto? ¿Quiero hacerlo? ¿Quiero dar ese paso? ¿Quiero compartir a mi esposa? ¿Quiero verla gozar con alguien más? Puedo responder que sí. Y sé que todo conlleva un riesgo.

Aunque la respuesta sea que sí. No quiero que sea con nadie conocido de mi ambiente laboral, social. Prefiero que sea un extraño, un hombre que encuentre en un bar o un restaurant o en la fila de Burger King. Creo es más excitante para mí.

He leído artículos de cómo dar el primer paso, de que hacer, de que decir. Pero créanme, es difícil. Y no sé cómo resolverlo. Escribo esto en un lunes 10 de mayo del 2021. Más tarde saldremos a comer, lo que más interesa es pensar, ver o sentir esa excitación de verla caminar por los pasillos de una plaza y ver discretamente las miradas de 1 o 2 hombres y preguntarme ¿La llevarían a la cama y la haría gozar? ¿Dejaría que eso pasara?

Reciban un cordial saludo. Continuare con esta serie de relatos y experiencias. Saludos desde México. Y si necesitan más detalles sobre mi o mi esposa, no duden en escribir.

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