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Recordando viejos tiempos

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Hace dos años me mudé de casa, fuera de la ciudad, porque era necesario estar más cerca de mi suegra para poder cuidarla, nunca esperé encontrarme a un compañero de la primaria, por aquellos lugares, resulta que éramos vecinos, nos dio mucho gusto reconocernos y las ocasiones en las que nos veíamos recordábamos esos viejos tiempos.

Recuerdo que en la escuela, si nos hablábamos era solo para hacernos alguna pregunta sin sentido, nunca jugamos, él se la pasaba con sus amigos y yo con mis amigas; pero ya fuera de la escuela, si jugábamos juntos, el salía con sus hermanos y yo salía con mi hermana y entre todos jugábamos, recuerdo alguna vez que el insistía en que él y yo hiciéramos pareja y mi hermana y su hermana hicieran otra para jugar no sé qué cosa, a ellas les pareció muy graciosa su insistencia, yo lo note pero no entendí, lo vi muy normal, nos conocemos, somos compañeros de clase, podemos ser pareja en el juego, en fin, jugamos y fin del asunto.

Ahora recordando aquella infancia nos dimos cuenta de que de alguna manera nos queríamos, el me buscaba siempre fuera de la escuela, cositas simples, pero la verdad es que yo no las notaba, donde si note un poco de tristeza fue cuando me di cuenta de que ya no seguiríamos en la misma clase por que el pidió un cambio, no lo aceptaron pero ya no pudo regresar con mi grupo, si note que no me gusto para nada la idea, y finalmente él se cambió de escuela, y ya no lo vi muchos años hasta que una amiga mía cumplió sus 15 años y él estaba ahí con toda su familia, pero ni nos hablamos ni nos saludamos, hasta ahora.

Platicamos de todas estas cosas y nos dio demasiada ternura supongo, nos reíamos, hacíamos de todo para poder vernos y seguir platicando de nuestra infancia.

Un día lo invite a una comida en casa, pero las cosas salieron muy mal, uno de mis sobrinos se estaba ahogando por que se le fue la comida y dejo muy alterados y preocupados a todos los demás así que todos decidieron ir juntos al hospital para que el niño estuviera bien, me quede en casa con toda la comida y la reunión preparada, pero mi querido amigo se quedó conmigo, la verdad que bueno, seguimos platicando de cosas de nuestras vidas, bebimos un poco, y estaba todo muy bien, me sentía muy a gusto con él, de repente le dije, sabes el día que pediste tu cambio y vi que te ibas del salón, me dio mucha tristeza pensar que ya no íbamos a estar juntos, se sonrió, volteo a dejar su copa, me tomo del cuello y me beso, tengo que decir que de las cosas que más me calientan en esta vida es un muy buen beso, y él me lo estaba dando, no le permití que dejara de besarme, de verdad es que lo estaba haciendo demasiado bien, además de que siempre ando con mis escotes y sin sostén, yo ya no aguantaba mas quería subirme en él, quería quitarle la ropa y comérmelo por todos lados, seguimos besándonos por largo rato y pasando a meter manos por todo nuestro cuerpo, estaba excitadísima y note que él también tenía una enorme erección, moría por metérmelo a la boca, a mi vagina, quería quitarme la ropa y hacerle todo lo posible, dejarlo que me hiciera lo que se le diera la gana, pero escuchamos los carros, así que nos arreglamos, y nos fuimos al comedor para seguir según nosotros con nuestra platica.

Ya era mucho más tarde, así que solo fueron a disculparse por el susto, y a despedirse, claro por sus cosas, total , todos se despidieron, y mi amigo igualmente comenzó a despedirse de todo mundo, solo de verlo se me ponían duros los pezones, quería colgarme de su cuello para que me llevara a mi cama y desnudarnos ahí, pero compostura, siempre hemos dicho que no frente a la familia, así que lo acompañe a su auto y me dijo que si nos llamábamos para poder vernos y terminar lo que habíamos empezado, le dije que con mucho gusto, yo estaba más que dispuesta a irme en ese momento con él para seguir con la fiesta.

Al otro día me mando muchos mensajes durante el día, cosa que yo contestaba, por fin le pude llamar y nos pusimos de acuerdo de vernos en un hotel que está en la ciudad, ya no podemos hacerlo por donde vivimos ahora hay que ir lejos, así que quedamos en día y hora en tal lugar, así que tenía una enorme tarea ahora, tenía que explicarle a mi esposo lo que había pasado y lo que iba a pasar, me dijo que se dio cuenta de todo, se imaginó que en cuanto yo me quedara sola con el buscaría la manera de tener sexo, así que ya se lo esperaba, pero en fin ya sé que así eres tú y eso es lo que me gusta de ti, que seas una puta declarada. Cuídate y pásatela bien.

Llego el tan esperado día, me súper esmere en arreglarme, quería verme como una autentica puta entrando al hotel, por mucho que lo asuste, pero lo único que quería era que con solo soplarme yo ya estuviera desnuda frente a él, así que me lleve un vestido diminuto, con un gran escote y algo transparente, mis zapatillas de tacón, me depile totalmente mi vagina y no me puse ropa interior solo mi perfume y maquillaje, quise llegar ligeramente tarde porque yo no quería ser la que esperara y además quería que él me viera llegar así, de verdad es que cuando entre al hotel y baje del auto, me sentí prostituta que va a ver a su cliente, pase por la recepción me preguntaron que a donde iba, les dije que la habitación no. Tal, y me fui al elevador, me vi en los espejos, sí, me veía como puta, me dio mucho orgullo, espero que le guste, salí del elevador y toque a la puerta.

Se sorprendió, lo note en sus ojos pero me dijo que me veía muy bien, me tomo de la cintura y de un beso me llevo para adentro, creo que estaba igual o más excitado que yo porque solo me levanto el vestido, me tiro a la cama de rodillas frente a mí se quitó la ropa que le ayude un poco, se puso un preservativo y me penetro, como locos, de verdad que nos habíamos dejado muy calientes la última vez que nos vimos, porque ya no pudimos aguantar ni un previo manoseo ni nada.

Después de esa linda tarde, nos vimos muchas más veces, de hecho ahora hacemos trio con él, ya les seguiré contando.

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