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¿Serás tú, quien me la meta esta noche? o quizás tú

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«Hola, chicos y chicas.

Que tal estáis esta noche.

Yo, sola como todas las noches, esperándote.

Esperando que quieras coger el teléfono y llamarme.

Dime, de que quieres hablar hoy.

Hola, soy Lara, tu amiga nocturna.»

Así empezaba todas las noches mi programa de radio al filo de las dos de la mañana, un programa con un contenido sexual alto donde no había ningún tabú, conversaciones en directo con hombres y mujeres, una ventana abierta a la imaginación o las experiencias de cada uno hablando de sus logros o frustraciones de sus problemas con sus mujeres, maridos o amantes.

Conducía el programa desde hacía más de tres años, se había hecho muy popular duplicado las audiencias año tras año, aumentando su duración de una hora a las dos horas y media de radio en directo, todo empezó cuando un antiguo amigo de la facultad me convenció para llevar a puerto aquel proyecto tan ambicioso en el que se hablara sin ningún tipo de censura del sexo con mayúsculas, en una franja horaria que no llamaba a estar despierto salvo a aquellas aves nocturnas que poco a poco empezaban a ser más.

Estoy casada desde hace 5 años con Daniel, un hombre encantador que me hacía enormemente feliz y que desde un principio me animó y alentó para que me pusiera al frente de aquel proyecto a pesar de los comentarios que de seguro se harían de mí, de las conversaciones en las que yo me involucraría o de las fantasías sexuales de mis oyentes conmigo o de las mías con ellos, sabiendo el que las mías eran parte del show radiofónico.

Aquel miércoles empezábamos mi programa las dos personas de siempre, José un muchacho de 25 años a los mandos técnicos y yo delante del micrófono, en la pequeña emisora nadie más a esas horas hasta las seis de la mañana, dispuesta ese día a que mis oyentes si querían fantasear que lo hicieran, pero a lo grande, las dos de la mañana, la sintonía del programa empezaba a sonar, una música suave y sensual y con una voz suave, hablando bajito solo para mi oyente, como acariciando las palabras empezaba.

“Hoy tengo una sorpresa para vosotros, pero sshhh es un secreto, no sé si puedo confiar en vosotros, ¿puedo?

Mi secreto es… que… me gusta demasiado el sexo con hombres y mujeres, pero hoy lo voy a enfocar en ellos, en ti y parte de mi secreto es que me gusta soñar e imaginar cómo me follas tapando mi rajita de niña buena y me gusta imaginar que alguien por ahí piensa en mí, como tú, imaginándome junto a él en su cama, en el baño de un hotel, en el vestidor de unos grandes almacenes o en… una simple piscina pública, pero follándome, quitándome la ropa despacio o a tirones, quitándome las bragas mordiéndolas con rabia o con cariño y dándome lo que tanto, tanto me gusta… una buena polla.

Es un secreto claro esta o más que secreto es, una fantasía, pero no se la puedes contar a nadie y ahora te digo querido oyente… ¿Serás tú, quien me la meta esta noche?, o quizás tú, no lo sé, ¿quizás los dos?, no sé, pero daros prisa en decidir porque me he despertado húmeda, muy húmeda y lo que necesito, lo que necesito ya lo sabes ¿no?

Para ayudarte a decidir aunque ya todos me conocéis os diré que soy una chica del montón, normalita poca cosa, ahora tengo el pelo largo hasta la mitad de mi espalda más o menos de un rubio oscuro clareando en las puntas, ojos grandes de color avellanado, bonita cara de niña buena con alguna pequita que otra, labios finos y algo carnosos que llaman a la lujuria, una sonrisa blanca muy bonita, delgada, de caderas no muy anchas y cintura estrecha, los pechos redondos de los que caben en tu mano para que los puedas apretar, areolas grandes y pezones puntiagudos, un culo redondito y piernas contorneadas y bonitas, mido 1,67 y peso 54 kg.

No sé si os he ayudado a decidir, pero si no te diré que me gusta que me desnudes de pie, excitándome, sentir tu cuerpo desnudo sobre el mío abrazándome por detrás, sentir tu aliento en mi nuca mientras desabrochas mi sujetador y tus manos recorren mis pechos con suavidad, que vayas bajando poco a poco por mi cuerpo hasta mis bragas y que tus dedos empiecen a recorrer la separación de mi piel con la tela de las bragas y que despacio vayas metiendo tus dedos acariciarme el monte de Venus, mi clítoris, que descubras la humedad de mis labios y que la sientas en tus dedos, metiéndomelos en mi rajita mientras sientes mis primeros jadeos y que mi boca busque la tuya para besarte.

Lo volveré a preguntar, ¿Serás tú, quien me la meta esta noche?, o quizás tú.

Te diré que fuera de las ondas, soy una chica independiente, romántica y sensible que lloro por cualquier cosa, poco amiga de las redes sociales, me gusta la lectura, enamorada de la música de cualquier época, me gusta el cine, el teatro, la pintura, realmente me encanta todo lo que me haga sentir, me gusta vestir bien aunque creo que todo tiene su momento, por la mañana puedo salir muy informal y por la noche con un vestido precioso de fiesta, pero los vaqueros son mi prenda favorita, unos vaqueros que realcen mi figura, una camiseta o blusa blanca y unas zapatillas y ya estoy lista, ya el resto depende de ti.

Sigo esperando con mis bragas mojadas que despacio voy quitándome, de momento las dejaré ahí para ti, justo ahí, donde te las imaginas ahora, bajadas solo unos centímetros dejándote ver partes de mi vulva, pero daros prisa en decidir y mientras lo hacéis te diré que.

Me encanta lamer tu pene, me encanta un buen pene o si lo queréis más basto… me encanta comerme una buena polla, saborearla mientras te masturbo, ponerte a cien para que más tarde puedas darme lo que quiero de ti, succionar tu glande jugando con mi lengua recorriéndolo entero, metiéndolo en mi boca despacio y despacio ir bajando hasta tenerla tan dentro de mí que me llegue a la campanilla, me encanta el sabor de tu polla, subir y bajar por ella viéndote como te cambia la cara, cogerte las dos perlas que tienes con mi mano, chupándotelas, que mi lengua recorra todo el contorno de tu polla mordiéndotela con mis labios, que mi mano resbale por ella, por tu polla grande, gorda, dura, venosa, suave, acariciarte con la palma de mi mano tu glande, me encanta verla explotar, lamiendo tu semen, tragando hasta la última gota.

Chicos sigo esperando y mientras espero mi mano va acariciando mis pechos por debajo de mi camiseta, que sepáis que tengo los pezones grandes, duros y muy sensibles, esperando que los metas en tu boca, no juguéis más y decirme ¿Serás tú, quien me la meta esta noche?, o quizás tú.

Venga os seguiré echando una mano, me encanta que me tumbes en la cama y que me quites las bragas muy lentamente, mientras siento tus besos en mis piernas subiendo y lamiendo mis muslos, que dulcemente me separes las piernas y que pueda sentir tu aliento en mi vulva, dándole oxígeno a mis labios, haciendo crecer mi clítoris, me encanta que vayas separando mis labios menores para que puedas ver la carne rosada, suave y húmeda de mi vagina, sentir tu lengua moverse dentro de ella es uno de los mejores regalos de placer que me puedes hacer a la vez que tus dedos frotan mi clítoris o que tus dedos se metan en mi rajita y que tu lengua lama mi clítoris, quiero tener un orgasmo contigo, tener un orgasmo así, me pone tremendamente caliente y me haces ser más puta, más zorra para lo que luego pueda venir.

Lo volveré a preguntar, ¿Serás tú, quien me la meta esta noche?, o quizás tú, decirme quien de los dos ¿lo sabéis ya?

Mientras lo decidís os diré que me encanta sentir tu cuerpo sobre el mío, besándome con cariño y atender a esos pequeños detalles que a muchas mujeres nos gustan tanto, la suavidad del primer contacto, los juegos apasionados, sentir tu pene duro, grande y venoso acechando mi vagina, me encanta que juegues con él sobre mi clítoris, sobre mis labios, que tu glande traspase los primeros centímetros, pero no más… solo eso, los primeros centímetros de mi vagina, solo tu glande dentro de mí, que lo saques y vuelvas a jugar conmigo, excitándome, haciéndome perder la cabeza y desearte cada vez más.

En esos momentos solo estamos tú y yo, el tiempo se para, tus manos sobre mis pechos, tus labios sobre los míos, el juego del escondite finaliza cuando la metes por fin y mi vagina esta tan mojada que siento como tu polla avanza dentro de mí, como me va llenando rozando con suavidad mis paredes y no puedo contener mis gemidos, tú ya estás dentro dispuesto a darme lo mejor de ti y yo lo mejor de mí, me gusta que me beses cuando me haces el amor, sentir tus caricias tanto dentro como fuera de mi cuerpo, me encanta contraer mi vagina y que me sientas succionándotela, me encanta el tacto de tu polla dentro de mi vagina, piel contra piel, entrando y saliendo de ella, metiéndomela hasta lo más profundo y que la dejes allí reposando, inmóvil sintiéndola palpitar mientras me sigues besando.

Lo volveré a preguntar, ¿Serás tú, quien me la meta esta noche?, o quizás tú.

En la cama me gusta que me folles poniéndote de rodillas y que la metas con mis piernas elevadas sobre tus hombros, que penetres profundamente en mí haciéndome gritar, que subas mi pelvis con tus manos, que sienta cada empujón, que mis pechos bailen sobre mi cuerpo mientras pierdo el control y me vuelves loca, me gusta que me folles rápido, luego lento, luego rápido y duro, luego lento y suave, tumbándote sobre mí, sintiendo tu cuerpo sudoroso sobre el mío, besándome mientras me sigues follando.

También me gusta cabalgar sobre tu polla, metiéndola tan dentro de mí como sea posible, botando sobre ella, rápido, lenta, moviéndome de atrás adelante con mis caderas, que me sientas, que te sienta, que tu polla sienta mi vagina envolviéndola, besándola y lamiéndola con mi flujo, me encanta eso que muchos decís.

-¡Venga nena, muévete así!

Pero cuando te cabalgo, cuando termino de montarte, de lo que más placer me da en ese momento es que levantes tu pelvis y me empieces a follar rápidamente, metiéndola y sacándola tan rápido que poco a poco me vas desmontando en mil piezas, luego no me digáis que no os doy ideas. A si, lo olvidaba, sé que para ti es importante, no te diré que para mí no lo es, no te diré que no me gusta que me folles así, sé que es una de tus preferidas sino la que más, supongo que sabe a la que me refiero ¿no?

Pues sí, esa es, la de follarme a cuatro patas, os diré que es perfecta para vestuarios, en la calle apoyada en un banco, en un coche, o simplemente en un árbol, en la cama yo prefiero otras, pero sí, he de reconocer que me pone muy, muy cachonda, tenerte detrás buscando y jugando con mi rajita, metiéndola despacio con tus manos en mis pechos y sobre mi clítoris, me encanta que te quedes quieto y que sea yo quien se mueva buscando la penetración mmm y cuando estas a punto la metes con tanta fuerza sujetándome de las caderas moviéndome hacia delante y hacia atrás, haciéndome caer en la cama mientras grito de placer, pero te diré que mi postura preferida para que me folles es… no, mejor no… bueno si, si me guardas el secreto…

No, mejor no… ves ahora os entiendo cuando decís que las mujeres somos unas indecisas, que no hay quien nos entienda, que ahora si y ahora no, o que nos enfadamos sin motivo alguno, aunque eso último no es cierto, porque realmente las mujeres solo nos enfadamos “porque si, porque no, por nada, por todo y por si acaso”.

Bueno está bien, pero guárdame el secreto, aunque lo tendrías que descubrir tú, pero bueno, realmente como más me gusta que me folles, como más disfruto y no me digas por qué es…

No, mejor no te lo digo, mejor cuando vengas a follarme pregúntamelo.

Así que te volveré a preguntar, ¿Serás tú, quien me la meta esta noche?, o quizás tú.

Y ahora queridos oyentes, vamos a hacer un alto en el camino de la noche, dejemos que la oscuridad avance y que la luna con su luz nos indique el camino de estas maravillosas canciones que he elegido para ti.”

José empezó a pinchar las cuatro canciones que habíamos elegido, el programa estaba siendo un éxito, nunca habíamos recibido tal cantidad de llamadas que se agolpaban en el contestador, alguna de ellas seleccionadas ya por José para entrar con ellos en directo a la vuelta del descanso musical, José entro como cada noche para hablar conmigo de cómo estaba yendo el programa, le notaba tenso, nervioso, balbuceaba al hablarme sin mirarme a los ojos.

La verdad que le notaba muy caliente y excitado, le entendía por qué a mí me pasaba lo mismo, después de mi speech hasta yo estaba excitada y realmente me había mojado las bragas, entonces José casi murmullando me dejo de piedra cuando me soltó que él quería ser quien me follara aquella noche y no pude más que reírme mirándole a los ojos.

No le di importancia, pero sabía que iba en serio y me asustaba porque yo estaba igual de excitada o más y no veía el momento para terminar el programa y correr a casa para que Daniel me hiciera el amor, faltaba una canción y media para entrar nuevamente en el aire, fue cuando me di la vuelta, recogiendo las notas de la mesa y sentir sus manos apretándome los pechos, uniendo su cuerpo al mío, notando su erección.

Al principio me asuste, intente separarme de él, pero había algo que me lo impedía, sus manos seguían apretando mis pechos, sus labios besaban mi cuello haciendo que pequeños gemidos salieran de mi garganta, su pene se frotaba con mis nalgas y lo peor de todo que yo lo buscaba, apretándome contra él, un minuto y entraba en el aire.

Le aparté y le dije que se marchara a su puesto, a regañadientes salió del estudio y me dio paso.

-Hola, chicos y chicas.

-Ya estamos de vuelta…

-Y…

Estaba mirando a José tras el cristal del estudio, mojando mis ganas en mis bragas, solo pensaba en estar con él y no atinaba a decir nada, José me miraba extrañado.

-Y…

-Y me vais a perdonar, pero todavía os tengo que dejar con unas canciones más, tenemos unos problemas técnicos, no os preocupéis de que en cinco minutos estoy con vosotros.

En ese momento y antes de que pudiera reaccionar, tenía a José entrando por la puerta, dirigiéndose a mí mientras se iba desabrochando el cinturón del pantalón, solo me dio tiempo a levantarme de la silla cuando ya me estaba metiendo su lengua en mi boca, besándome apasionadamente a la vez que sus manos recorrían mi cuerpo levantando mi vestido hasta la cintura.

La música sonaba, al igual que nuestros jadeos y nuestros besos, sus manos se abrían paso por mi cuerpo levantándome los brazos y sacando mi vestido, demasiada tela entre los dos y mientras él se quitaba la camiseta y el pantalón yo desabrochaba mi sujetador tirándolo, quedándose colgado en el micrófono, José estaba desnudo delante mi, busque su polla, madre mía que polla, la tenía enorme, entre jadeos, besos y caricias le pregunte.

-Ya estás aquí, ¿eres tú entonces el que me la va a meter esta noche?

-Si Lara, te voy a meter, te voy a meter mi polla por tu rajita de niña buena, no lo dudes y no busques más, vamos a follar.

Su polla ya estaba dentro de mi boca cuando me dijo eso, entrando y saliendo, de cuclillas todavía con mis bragas mojadas sobre mi sexo y mis zapatos de tacón, movía con mi mano su polla metiéndomela en la boca, lamiendo su glande, mirándole, oyéndole gemir.

-Que bien la chupas Lara, como tú decías, igual mmm joder tía que bien mmm.

-Ven sube, no aguanto más, quiero follarte y que grites como una puta perra.

Siempre he pensado que lo de puta perra sobra, pero por lo demás tenía razón, quería sentir aquella polla entrando en mi vagina, rozando mis paredes vaginales y que se metiera hasta el fondo, tenía la necesidad de sentir una polla llenándome, gozando de su baile en mi interior.

José me subió a la mesa y quitándome las bragas de un tirón abrió mis piernas metiéndose entre ellas, empezó a recorrer mis labios vaginales, a meterme solo la punta de su polla, solo el glande en mi vagina para luego sacarlo y volver a recorrer mis labios hasta mi clítoris con su pene, golpeándolo, frotándose con él, yo sentada encima de la mesa, apartando como podía los papeles y le miraba como jugaba conmigo tal y como había dicho momentos antes en el speech.

-Así Lara, así te gusta que te la meta, despacio no, jugando no, te gusta, dime te gusta.

-Mmm, sii así José, mmm sigue así.

Estaba tan excitada que no encontraba las palabras, jadeando viendo como José se disponía a metérmela, deseando que mi vagina saboreara aquella polla y entonces José, despacio fue introduciendo su pene en mi vagina, veía el glande desaparecer en mi interior y como el resto de su polla iba entrando deslizándose dentro de mí, estaba tremendamente mojada por mis flujos que ya salían fuera de mi rajita, como una especie de gotas blanquecinas que había lubricado toda mi vagina.

José empezó a meter y sacar su pene, me agarro por los muslos y me los levanto subiendo con sus manos hasta mis tobillos y haciéndome caer sobre la mesa, tumbándome mientras que él seguía follándome cada vez más rápido y más fuerte, llenándome entera con esa enorme polla que calzaba mi técnico, mis pechos se movían arriba y abajo acompañando cada empujón, cada penetración que José lanzaba contra mi vagina, mis gemidos y pequeños gritos empezaron a envolver todo el estudio de radio y bastantes minutos después no tardamos en explotar los dos en un delicioso orgasmo.

Estaba en sus manos, José había tomado buena lección de lo que yo había expresado a micrófono abierto de cómo me gustaba, de cómo me tenían que manejar para follarme, me movía como a una muñeca, follándome en todas las posturas que había descrito, llegaba la hora de cierre del programa y me la metía por detrás, con mis manos sobre la mesa, inclinada sobre ella, mis gemidos eran continuos, mis gritos cada vez más altos igual que los suyos, empujándome tan fuerte que me hizo perder el equilibrio y caer sobre la mesa, José con sus manos en mis caderas penetraba tan dentro de mí que empecé a temblar y gritar de un nuevo orgasmo y tras de mí él, con un grito de alivio, de placer, dejando su polla palpitar muy dentro de mí, sintiendo como me llenaba de su esperma caliente toda mi vagina.

-Joder José, valla polvo, el mejor de mi vida, mejor de lo que me imaginaba.

-Entonces ¿cumplí tus expectativas esta noche? ¿Te he follado bien?

-Ha sido impresionante cariño, así es como me gusta.

Esa conversación entre amantes la teníamos a la vez que nos íbamos vistiendo, llevábamos más de una hora con la música del programa puesta y la centralita echaba humo, ya era la hora de cerrar el programa y tenía que decir algo, de alguna manera tendría que disculparme con la audiencia.

-Me vais a perdonar, pero no hemos podido solventar los problemas y tenemos que acabar, mañana os espero aquí, en tu hora bruja y seguimos hablando y no te preocupes de que soñaré contigo, imaginaré que estás aquí conmigo al igual que espero lo hagas tú conmigo, creo que te he dado muchas pistas de cómo me gusta que me… tú ya sabes no, adiós a todos un beso y hasta mañana.

Terminaba el programa con los teléfonos echando humo, algo había pasado José me miraba con cara de preocupación detrás del cristal y entrando nuevamente en el estudio.

-Lara creo que la he cagado.

-José, ha estado genial, ya te he dicho que has estado genial y…

-Que no Lara, que la he cagado joder.

-He dejado el micro abierto, todo el tiempo ha estado abierto, lo entiendes, todo el tiempo.

-¿Qué quieres decir?, ¿Qué… joder que me quieres decir José?

-Pues eso Lara, que la hemos cagado, que hemos follado en directo, que todo el mundo ha sido testigo de nuestro polvo.

-Joder José no me digas eso, ¿todo el rato?

-Lara, digamos que hemos protagonizado el polvo del año.

En ese momento sentí como si todo el peso del mundo me cayera encima sentándome de golpe en mi silla cuando mi teléfono no paraba de sonar, era Daniel.

A pesar de todo el programa fue un éxito, salimos en todos los noticiarios a nivel mundial, pero repito a pesar de todo y aunque al principio fue muy duro con muchas críticas hirientes e insultos gratuitos, profesionalmente aquello disparo el programa y mi carrera a cotas muy altas, no así mi matrimonio que esa misma noche se rompía en mil pedazos.

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No penséis mal de mí, solo que me gusta el sexo como a vosotros… Pero ssshhh es nuestro secreto.

Hoy me despido con un beso húmedo… muy húmedo.

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