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Sergio y Elena siguen entre fantasía y realidad
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Las aventuras entre Elena y Sergio han evolucionado mucho, le he regalado un conjunto de ropa interior tal y como anticipé en la fantasía anterior, hemos tenido alguna experiencia en público con un cierto toque exhibicionista, ha habido un trio, bueno más bien hicimos el amor con público en una experiencia realmente surrealista cuya única conclusión es que Elena y yo somos capaces hasta de estar solos cuando no lo estamos. Creo que las mejores historias están aún por escribir, pero sobre todo por vivir, porque la vida es un sueño si eres capaz de hacerlo realidad.

Un día cualquiera a las 9:00

S: ¡Buenos días bichito!

E: ¡Buenos días!, Tengo una sorpresa para ti, el miércoles que viene Jaime está de viaje de trabajo.

S: Yo tengo otra sorpresa para ti

E: Ah sí!! ya estas tardando

S: El miércoles que viene has quedado para cenar con una antigua compañera de cole, Vanesa creo que se llama. Tienes que buscar a alguien que se quede con tus hijos porque no podrás subir a dormir a casa.

E: Sergio, no puede ser, tengo que hacer muchas cosas, es una noche entera

S: Bichito, es tu decisión, yo estaré el miércoles a las 19:00 en… Por cierto siento que tengas que coger el autobús pero es lo más discreto.

E: De verdad que no puedo, sabes que lo deseo pero es que

S: Perdona pero tengo una reunión, vamos hablando a lo largo de la mañana y se buena. No hagas nada que yo no haría. Un besito.

No la deje contestar y la verdad es que durante todos los días que transcurrieron hasta el día señalado, tuve que esforzarme como nunca por evitar hablar del tema, sólo recuerdo un conversación por whatsapp en la que te termine diciendo: “Mira, la vida es un sueño si eres capaz de hacer realidad esos pequeños sueños”. Por fin llegó el miércoles y allí estaba yo, esperándote hasta que apareciste, la verdad es que había sido malo, ni tan siquiera te di la oportunidad de que llegaras tarde, el horario de los autobuses estaba controlado, el siguiente autobús hubiera sido demasiado tarde.

E: Esto es una locura

S: Si, lo es, pero me encanta

E: ¿Dónde vamos?

S: A ese sitio que te he comentado varias veces

E: Es muy bonito, pero podíamos haberlo hecho más sencillo, sin tanto riesgo, si ir tan lejos

S: Si, llevas razón, pero entonces no sería tan especial y además, ya sabes, contigo quiero cumplir todos esos sueños.

E: Me estas volviendo loca, cada vez me cuesta más trabajo volver a mi realidad

S: A mí también, pero que quieres que te diga, esto me hace levantarme por las mañanas con una ilusión que ya se me había olvidado.

Así seguimos hablando hasta llegar a nuestro destino, un spa especialmente diseñado para una cita romántica, situado en un pueblo medieval a apenas 200 metros de la plaza mayor. Nada más llegar, cogí la bolsa de viaje, ella lleva otra, llame al número de contacto para que nos dieran la llave. El sitio era increíble, ya había estado antes con una amiga, aunque en aquella ocasión no pasó nada por varios motivos. La encargada nos enseñó las dependencias. Os lo describo, Una cocina, un salón-dormitorio con una cama adornada con pétalos de rosa, algún espejo cerca pero sin caer en el abuso. Cerca de la cama uno de eso muebles con forma ondular que facilitan la penetración, un sofá, un mesa y luego el cuarto de baño muy normal y una sala en la que había un jacuzzi y una sauna.

Una vez se fue la encargada, comenzamos a besarnos, sabe que me gusta besarla a veces con los ojos cerrados y a veces con los ojos abiertos, sabe que me gusta ir despacio, que me gusta mimarla pero hoy estoy demasiado excitado, está viendo el deseo en mis ojos y no tardo mucho tiempo en desnudarla y en desnudarme, lleva aquel conjunto que la regale, y eso me da aún más ganas de estar dentro de ella. Estamos los dos desnudos. La cojo en brazos y te llevo a la cama, me pongo a tu lado y empiezo a besarte, no tardó mucho en llegar a su cuello, después a sus pechos, me encanta comerla los pezones los pezones y tratar de meter sus pechos en mi boca aunque no es posible, uno de estos días creo que no me voy a poder resistir y la voy a hacer un chupetón. Bajo hacia abajo, hasta llegar a su coño perfectamente depilado. Empiezo a jugar con su clítoris, no es la primera vez y ya sé cuál es la fuerza justa. Según juego con tu clítoris empiezo a meter un dedo por tu coñito, me encanta porque noto tu coñito más estrecho que el de la mayoría de las chicas que han pasado por mi cama últimamente, sigo comiéndote el clítoris, a veces mi lengua recorre todo tu coñito, a veces mi dedo entre y sale al mismo tiempo, a veces lo dejo dentro y lo hago girar en tu interior y a veces son dos los dedos que entran y salen de tu interior, así alcanzas 2 orgasmos prácticamente seguidos.

Le doy la vuelta y mi lengua empieza a jugar con su cuello para volver a bajar despacio, siguiendo el recorrido de la columna, hasta alcanzar su culito, muerdo suavemente sus dos cachetes pero no tardó mucho en separar sus dos cachetes y acariciar tu coñito con mi lengua, pero hoy es el día de las sorpresas, ella no lo sabe, pero esta noche no va a quedar nada por hacer que yo haya hecho previamente con otra mujer. Empiezo a jugar con la lengua en su ano, da un respingo, creo que nunca le han hecho esto o no se lo esperabas, así seguimos, con uno de mis dedos entrando y saliendo de su coñito mientras mi lengua juega con su ano, hasta que alcanza su tercer orgasmo.

Le doy la vuelta, le beso, pongo la almohada bajo su culito, acerco mi polla a la entrada de su coñito, la meto un poquito, la miro a los ojos y me dejo ir hasta dentro de un solo golpe, veo sus ojos abiertos, no ha gritado pero no se esperabas esto, le digo algo, ella sabe que la dije, al mismo tiempo empiezo a entrar y salir con mucho recorrido y cada vez más rápido, así hasta que alcanza otro orgasmo. Decido parar un poco, me salgo, la hago bajarse de la cama, le doy un beso muy suave en los labios al tiempo que la doy la vuelta y la inclino sobre la cama, está a cuatro apoyada en la cama y una vez más mi polla se introduce en su coñito y empiezo a entrar y salir mientras le doy unos azotes, ella se ha vuelto a correr y yo vuelvo a estar apunto, no sé como pero aguante. Creo que es el momento de que sea ella quien tome las riendas porque es cosa de los dos.

Le doy la vuelta, la cojo de la mano y la llevo al mueble, nunca recuerdo su nombre, me tumbo y la miro a los ojos mientras la digo, “hazme el amor, soy tuyo” Elena se pone sobre mí y se introduce mi polla, empieza a subir muy lentamente, a girar sobre mi pene, a besarme a comerme el cuello, a morder mi labio, todo mientras sube y baja sobre mi polla. Sus ojos me lo dicen todo, esa mirada me vuelve loco, ver como se balancean sus pechos me lleva casi al estasis, escuchas su voz mientras me mira y mientras hacemos el amor me obliga a cerrar los ojos a tratar de distraer mi mente para no correrme como un adolescente. Noto que ella va rápido, me noto muy duro, sé que se va a correr, me mira a los ojos y me dice “vamos córrete conmigo, no te aguantes”. No puedo más y ambos nos corremos a la vez, confundiéndose nuestros gritos en uno solo. Elena cae sobre mi pecho, con mi pene todavía en su interior, seguimos besándonos, diciéndonos cosas que son sólo nuestras, así seguimos durante varios minutos.

Al final nos levantamos y nos duchamos juntos, fue una ducha tranquila, con muchas caricias que volvieron a ponerme en forma, pero era hora de otra cosa y así te lo dije, viendo en tus ojos que mi negativa a volver a hacer el amor te ha descolocado pero eso es parte de esta noche tan especial, descolocarte.

S: Vamos a vestirnos, hay que cenar,

E: jooo

S: Tranquila, la noche es larga (mientas salimos, abro la maleta y Elena empieza a vestirse)

E: Sergio, ¿hay que cenar?

S: Si, jajaja, hay que cenar. Por cierto, ponte esto (mientras te doy un paquete)

E: ¿Y esto?

S: Un regalo, ábrelo

E: Ostias!! Es precioso, te has pasado, esta vez te has pasado mucho

S: Póntelo, hoy eres mi chica

La verdad es que te queda de maravilla, todo merece la pena contigo, tu mirada dice cada vez más cosas que me encanta ver, que me encanta buscar. Salimos y fuimos a un restaurante de la plaza, tras pedir la cena:

E: De verdad eres la leche

S: Tu sí que eres increíble, por cierto, se me había olvidado esto (mientras saco un paquete)

E: Pero Sergio, más cosas, esto ya es demasiado

S: No te preocupes, ya no hay más. Por cierto, no lo abras, ve al baño y ábrelo allí.

Te quedas blanca, creo que sabes lo que es pero no estoy seguro, me miras a los ojos, te levantas, te acercas hacia mí, me das un beso muy dulce mientras tu mano me soba ligeramente el paquete, me dices “mi niño quiere jugar un poquito pues su chica dice que a jugar”. Te giras y vas hacia el baño.

Este relato tiene una parte de realidad y una parte que es fantasía pero hoy estoy de niño malo, acabo de tener una conversación con Elena que me ha puesto muy caliente, bueno ya lo estaba mientras escribía esto, me ha puesto aún más caliente y tengo que decirla 3 cosas:

1º) Buenos días bichito

2º) Perdona que deje el relato a medias pero tengo que ir a casa a poner fin a este calentón yo solito ya que tú no puedes y otra no me apetece (ya se lo que te he dicho)

3º) Si te estás preguntando como acaba el relato o que son esos regalos, te propongo que vayas buscando como te escapas, no hay porque esperar a la fecha que te he dicho, puede ser antes.

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