Nuevos relatos publicados: 13

Sobre el lavamanos

  • 4
  • 16.029
  • 9,40 (20 Val.)
  • 0

Recuerdo que era verano, en ese entonces tenía una camioneta destinada a mi trabajo para trasladar materiales y herramientas para instalaciones eléctricas. En los ratos libres o cuando salía algún traslado aprovechaba de sacar un adicional con esos servicios.

La hermana de mi vecina tenía que deshacerse de una cama y un par de muebles ya que se mudaba a un departamento mas chico en el mismo edificio en el que vivía. Mi vecina (la misma de los relatos anteriores) me comenta al respecto y quedamos de acuerdo para realizar el traslado. En principio pensé que iría solo y le pedí detalles de la dirección y los datos de contacto de su hermana, a lo que me contesta con cara pícara: si quieres te acompaño y te ayudo con lo menos pesado. Y así fue.

El camino al condominio de su hermana habrán sido unos 35 a 40 minutos, que pasaron súper rápido entre conversa y conversa, llegamos y subimos. Yo me puse manos a la obra a desarmar la cama y pensar un poco en cómo acomodar todo en la camioneta. Entre las presentaciones, un cruce de palabras de cortesía y buena onda y así. Hasta que la hermana dice que aún hay algo que buscar en el departamento que estaba desocupando y que como ella estaba muy ocupada aun moviendo cosas y ordenando en el nuevo espacio, nos pide si podíamos subir a buscarlo, accedimos y le da las llaves a mi vecina y le dice que igual mire bien si había algo que ella estuviera dejando pasar por alto.

Subimos a buscar lo que faltaba, apenas cerrar la puerta del departamento fue empezar a besarnos como si no existiera un mañana, ya teníamos tiempo con las cogidas a escondidas, así que no desperdiciábamos instantes en gozarnos. Aprovechando que estaba el departamento vacío, fue recorrerlo entero dándonos besos y tocándonos por cada rincón. Nos calmamos un poco y ella fue a identificar lo que teníamos que bajar y en eso yo fui al baño a orinar, al salir ella pregunta, ¿estás listo? Y el digo: si, ese baño está bien bonito. Se me queda viendo y decide entrar para ver, me comenta que lo ve normal y yo entro también y nos comenzamos a besar de nuevo, en eso la recuesto sobre el lavamanos que consistía en un mueble con tope de granito, bastante amplio y firme, yo me fui calentando y le dije: siéntate para que veas que bonito. Se sonríe y se sienta, a lo que me acerco y quedo entre sus piernas y nos seguimos besando…

Le digo al oído: sería rico penetrarte aquí pero no vine preparado, déjame compensarte…

En seguida bajo mis manos por debajo de su falda y le quito su ropa interior haciendo que caiga al piso, de inmediato dejo de besarla y me sumerjo en su entrepiernas para devorarme su rica conchita mientras ella se retorcía sobre el lavamanos, yo estaba encantado besando sus muslos y jugando con mi lengua en sus labios vaginales, después pasaba a su clítoris y aceleraba un poco para después bajar la velocidad y dejarla un poco agitada, de vez en cuando sacaba mi cabeza debajo de su falda y la miraba. Era un vicio su rostro, me ponía mas caliente su cara de goce y yo volvía a bajar a mis labores de comerme su rica conchita, depilada, carnosa y jugosa… Metía un par de dedos que se mojaban al instante y deslizaban sin freno de lo lubricada que estaba, eso me tenía súper excitado y me animaba a darle más placer jugando con mi boca, lengua y dedos en sus labios, clítoris, y entrepierna enteros…

Estuvimos así un tiempo que no se precisar, hasta que la escucho gimiendo en su característica forma de cuando se corría, unos gemidos ahogados y entrecortados, el rostro rosado y la mirada perdida o los ojos cerrados con la cabeza tirada hacia atrás. Era la señal que estaba esperando, para empezar a bajar el ritmo y dejarla recuperarse. Un delicioso y apasionado sexo oral que no sé cuánto tiempo llevó, pero después de acomodarnos un poco, besarnos más tiernamente y bajar, nos dimos cuenta que fue evidente el retraso en volver al departamento de la hermana. Su mirada de cómplice nos lo dijo todo.

Que rico era coger con la vecina…

(9,40)