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Todo es un secreto fuera de la ciudad
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Mi nombre es Damián, soy estudiante de universidad, la escuela como tal ni me va ni me viene pues siempre he querido tener un trabajo donde no se necesite hacer mucho y me dé para vivir sin tantas complicaciones, esto por supuesto hace enojar a mis padres ¿Qué tiene de malo conformarse con lo esencial?

Desgraciadamente esta preocupación tiene un origen y un nombre y es Silvia, mi querida hermana mayor perfecta, ¡ay Silvia si supieras el daño que me has hecho!, yo quería tener una vida tranquila disfrutar del tiempo libre, pero no, tenía que llegar ella con su dedicación al estudio, a las clases extracurriculares, al servicio comunitario, así hasta que me fue imposible alcanzarla, pues las exigencias eran tantas que me harté, sobre todo el día que se fue de la casa y se mudó al centro del país porque había conseguido una gerencia de una marca muy importante, así que los ojos de mis padres se pusieron sobre mí y mi trasero holgazán.

Después de terminar mi carrera comencé a buscar trabajo, entre entrevista y entrevista un amigo me dijo de un trabajo en el centro del país, la paga era buena y la empresa se veía bien por lo que decidí tomarle la palabra e irnos un fin de semana al centro para concretar el trabajo, no les dije a mis padres que iba pues si no lo conseguía me caería un sermón, pensé en avisarle a mi hermana a fin de cuentas el odio es en una sola dirección, ella incluso diría que me quiere, pues ella no podría odiar a nadie, la idea de avisarle que iba de visita se fue rápido pues tampoco quería que mis padres se enterasen por medio de mi hermana sobre el trabajo.

Así partimos mi amigo y yo al centro del país, unas 2 horas en carretera hablando y divirtiéndonos un poco, nos hospedaríamos en un buen hotel pues la zona donde estaba la empresa quedaba cerca, además de que mi amigo cubrió los gastos de la habitación (tenía dinero) yo acepté encantado. El día de la entrevista era el sábado, nosotros llegamos el viernes y pasamos el día descansando y preparándonos para las entrevistas, así al otro día nos fuimos temprano y llegamos puntuales, las entrevistas fueron bien, tan bien que nos contrataron inmediatamente, no lo podía creer y más que feliz por el trabajo, estaba inquieto por restregarles en la cara a mis padres y hermana mi nuevo puesto, pero eso sería para después porque mi amigo me dijo que había que festejar, así salimos de la empresa y recorrimos un par de calles, al parecer mi amigo ya tenía todo planeado pues me dijo que iríamos a un lugar muy especial, yo lo seguía sin saber qué esperar y mi sorpresa fue grande al ver que nos dirigíamos a un club de strippers.

Yo sabía que a mi amigo le gustaban ese tipo de cosas lo había acompañado un par de veces, la verdad es que a mí no me gustaban demasiado porque siempre he sido algo tímido pero no puedo decir que no me lo pasé bien, y con lo contento que estaba por el trabajo tomé la iniciativa y me apresuré a entrar, y lo que vi me hizo tener los sentimientos encontrados, pues en ese club, en una pared, había un cartel gigante, en este habían tres chicas, pero la importante era la de en medio, en letras grandes y rosas decía: "Sweet Candy" show especial y privado sólo los fines de semana, no dejes pasar la oportunidad de conocer sus labios, y esa chica era mi hermana, la señorita perfección, Silvia.

En mi mente pasó una idea, tenía todo para vengarme de mi hermana, yo tenía un buen trabajo y ella se desnudaba por dinero y por lo que decía el cartel al parecer lo de menos era que se desnudara. La alegría no podía aumentar más, y en ese poco tiempo mi mente voló e hice un plan. Básicamente era solicitar los servicios de aquella Sweet Candy y una vez llegara al cuarto grabarla para mostrarlo a mis papás. Mis pensamientos fueron interrumpidos por mi amigo, no quería que se enterará de esto tan pronto así que con un par de excusas me alejé de él, fui directo a la caja y pedí a la chica, mi sorpresa fue en aumento pues el costo por 30 min de show privado era de $5000, valia la pena, así que los pague y me indicaron el número de cuarto, esperé ahí un rato con los nervios a flor de piel, hasta que la puerta comenzó a abrirse, yo preparé mi teléfono pues quería grabarla lo mejor posible, entró lentamente y por la luz no me pudo distinguir pero yo a ella sí y vaya que la situación era comprometedora, como dije mi hermana era perfecta y no solo en lo que hacía sino en como se veía, hacía mucho ejercicio, cuidaba su alimentación, eso y la belleza natural de nuestra madre la hacía una mujer envidiable, media al menos 1.70, con el cabello negro y rizado una cara angelical, labios finos, ojos color caramelo, una piel blanca como porcelana, una figura de modelo debido a sus fuertes piernas, culo respingón y apretado y lo que le ponía la cereza al pastel unas tetas que le impedían verse los pies. Aquella mujer de 26 años iba entrando al cuarto donde yo estaba llevaba un juego de ropa interior negro y usaba una falda a cuadros y una blusa arriba del ombligo, era como si imitase a una colegiala. Esto cambiaba las cosas pues ya no veía a mi hermana con los mismos ojos.

-Hola papi, perdón por hacerte esperar, estaba terminando de consentir a alguien más, pero ahorita vas a disfrutar tú.

-Hola Silvia ¿Cómo has estado?

-¿Silvia? Creo que te confundes… Soy Sweet…

-¿Candy? Vamos Silvia pensé que tenías más imaginación.

-¿Espera? ¡Damián! ¿Qué haces aquí?

-Vine a una entrevista de trabajo y mi amigo y yo entramos a este lugar y mira que bien las sorpresas que da la vida, no esperaba encontrarte en un lugar así.

-mmm este yo… Verás no es lo que piensas

-Pienso que eres una mentirosa, todo el cuento de la niña perfecta era solo eso un cuento, ¿Qué dirían mis padres si te vieran?

-Ni se te ocurra, Damián hablo en serio

-Yo también, toda mi vida fui presionado por tu culpa y ahora no sabes las ganas que tengo para contárselo a mis padres.

-No puedes hacer eso ¡Damián!

-Puedo y lo haré, es hora de que aprendas hermanita, engañar no está bien.

-Espera, espera podemos llegar a un acuerdo no tienes porque decirles nada es un favor, te lo pido como hermana.

-mmmm, no lo sé, bueno supongo que, podría no mencionarlo, claro siempre que hagas algo por mí también.

-Sí, sí lo que sea, mmm si quieres puedes quedarte en mi casa, vas a trabajar aquí, no me pagarás nada tan sólo no digas nada

-Muy tentadora oferta y creo que aceptaré solo pondré una pequeña condición

-Sí está bien ponla.

-Esta es mi condición.

Desabroché mis pantalones, metí la mano y saqué mi verga y una erección se estaba formando.

-A partir de ahora, serás Sweet Candy para mí, esa será la única forma en la que no les diga a mis padres de esto, ya no tendré hermana, tan sólo una stripper a mi disposición.

-No oye, oye eso es pasarse, guarda eso por favor esto no es correcto, eres mi hermano.

-Sí soy tu hermano les diré a mis padres, punto final, en cambio si eres mi amante bueno, no diré nada.

-¡Diles lo que quieras! Ya no me importa, prefiero no hablarles antes de cometer incesto

-Está bien

Marqué el número de papá, el celular sonaba y lo puse en el altavoz.

-Hola papá

-Hola Damián ¿Cómo estás?

-Bien papá muy bien, sólo hablé para contarte algo

-Dime ¿Qué es?

-Ah bueno vine al centro del país y bueno…

-¡Visitaste a tu hermana!

-Sí, de hecho, sí

En ese momento mi hermana puso su mano en mi verga y eso terminó de provocarme una erección, después comenzó a subir y bajarla, mientras con la otra mano me hacía señas para que me callara, había ganado jajaja.

-Bueno sí está bien, pero eso no es lo que te iba a contar…

Entonces mi hermana se resignó y acercó su cara a mi verga, abrió lentamente la boca y se la comenzó a meter.

-Ah sí, es sobre que, ya tengo trabajo, aquí en el centro

-¡Qué buena noticia!, ¿Ya se lo dijiste a tu hermana?

-Sí la vine a ver, y ella me ofreció quedarme en su casa, así que vamos a hacer los preparativos para la mudanza.

-¡Qué alegría que mis dos hijos sean unos triunfadores! Jaja lo heredaron de su madre.

-Sí papá, bueno te dejo, cuéntaselo a mamá y regresaré el lunes por mis cosas, adiós.

-Claro, está bien nos vemos

Colgué porque ya no podía más, si seguía con mi verga en la boca de mi hermana se me iba a escapar algún gemido y no quería que la situación se fuera de control.

-jaja nuestros padres están orgullosos de sus hijos, si supieran dónde tienes la boca jajaja

-Cállate Damián y solo hago esto para no herir a nuestros padres, a tí ya te odio.

-El sentimiento es mutuo hermanita, pero bueno la que se tiene que callar eres tú.

Tomé su cabeza y la empujé contra mi verga, estaba tocando su garganta y la saliva caía a chorros de su boca dejando un charco entre mis piernas, la sensación era maravillosa pues me estaba cogiendo por la boca a mi perfecta hermanita.

-Ahhh por mucho que te odie tengo que admitir que amo tu boca jajaja, y vamos a ver qué otras sorpresas tienes.

Entonces la alejé de mí, la puse de pie y la llevé hasta la pared, ahí separé sus piernas pasé mi mano entremedio para saber si estaba mojada, en efecto tenía un charco ahí abajo, separé sus manos también y me pegué contra ella mientras dirigía mi verga a su entrada, mi cadera chocó contra sus nalgas, estaba en el cielo, sentía su calor y su humedad, y así contra la pared comencé a ir de adelante hacia atrás, cada movimiento sonaba más y más fuerte, tomaba su pelo y la hacía arquear hacia atrás, ella trataba de alejarse de intentar quitarse de la pared, pero me pegue más contra ella y sujeté sus caderas con fuerza, casi la estaba cargando pues cada vez que se la metía la alzaba un poco, ya casi iba a terminar, pero quería verla directamente a la cara cuando lo hiciera, así que me detuve, le saqué la verga le di la vuelta, me agache y la tomé de las piernas la cargué pero seguía contra la pared, la acomodé hasta que la altura coincidiera y de nuevo la penetré, veía su cara de enojo pero mientras más profundo llegaba se iba formando una pequeña muestra de excitación, me pegué más hacia ella, separando sus piernas dejándome acercarme hasta que encontré sus labios, nos besamos apasionadamente y con todas mis fuerzas le di una última embestida, pues ya iba a terminar, la inundé con mi semen, pues era la corrida más fuerte de mi vida, el morbo de que aquella a la que estaba rellenando era a mi hermana hizo que mi ser se estremeciera no había vuelta atrás, no me importaba si quedaba embarazada, lo único que pasaba por mi mente era el placer de estar dentro de ella y tener su boca en mis labios, ambos gritamos de placer, le saque mi verga y pude ver cómo mi semen escurría por sus piernas hasta formar un charco en el piso, lo siguiente no me lo esperé, pues ella se agachó y lo lamió, a continuación, buscó mi verga con su lengua y la lamió hasta quitarme la última gota de semen que quedaba en la punta.

-¿Y eso hermanita?

-¿Hermana? No, te equivocas, no soy tu hermana, soy tu puta.

-Ya veo que vas aprendiendo, sigue así y tú secreto estará a salvo.

Teníamos mucho en que pensar, por el momento ambos nos vestimos y nos fuimos directo a su casa, le dije a mi amigo que me tenía que iba a visitar a mi hermana y me había ofrecido quedarme ahí, mentira no era pero tampoco le dije las verdaderas intenciones, libre de él, y con mi hermana a mi disposición comenzamos a pensar en cómo viviríamos está nueva vida, pues teníamos que mantener el secreto de que éramos amantes además de llegar a conocernos y entendernos mejor. Pero eso será otra historia.

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