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Una de mis primeras aventuras con una exalumna de la prepa

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Como profesor en una preparatoria de la Ciudad de México, a lo largo de los años he visto pasar muchas estudiantes hermosas por los salones de clase, pero ninguna tan hermosa como F. Después de que salió de la prepa perdí el contacto con ella, sin embargo por diversas circunstancias el destino volvió a juntarnos. Por circunstancias que no vienen al caso una tarde nos reencontramos, ella ya tenía 23 años y yo 47, tomamos café y platicamos por horas. Nos dimos nuestros números telefónicos y quedamos de volver a vernos.

Salimos algunas veces después de ello y acabamos fajando en el coche, pero no pasaba de ahí. Tenía que llegar temprano o estaba en sus días o cosas así. El caso es que los dos moríamos de ganas de hacerlo y quedamos de llamarnos para vernos e ir directamente a coger.

A pesar de que soy más bien tímido para esas cosas, un día, después de casi dos semanas de no verla, me armé de valor y la invité a salir. Quedamos en cierto lugar y a cierta hora. Pasé a recogerla como acordamos. Después de encontrarnos el lugar señalado F se subió al coche.

Ella iba vestida con un pantalón negro que dejaba ver sus redondas y hermosas nalgas y una blusa transparente y por abajo una especie de brassiere obscuro que dejaba ver parte de sus hermosos senos, de los cuales no podía quitar la mirada. ¿Te gustan mis senos? - me preguntó. Le respondí con seguridad que sí, que tenía unos senos muy bellos, su piel era muy suave, F siempre fue, desde la preparatoria, una mujer que cuidaba mucho su aspecto.

Me quedé sin habla cuando me dijo que se los tocara, lo cual no dude, porque confieso, que además del juego, creo que estaba enamorado de esa bella mujer: no sólo era hermosa sino además inteligente y entretenida ¿qué hombre no estaría loco por ella?

Sentí la piel de sus senos entre mis dedos, una piel muy suave, divina, sus hermosos senos, sus pezones, que ya los tenía paraditos, ella ya comenzaba a respirar aceleradamente

Busqué sus labios y de inmediato nos dimos un beso de lengua y bebimos nuestra saliva. Con solo eso me verga se me paro al máximo y mis manos se dirigieron de inmediato a su entrepierna donde me esperaba una hermosa pantaletita que se marcaba a través del pantalón, por lo que metí la mano para verificar tan hermoso tesoro, únicamente tapaba la entrada de la vagina, únicamente le pase mis dedos empapándome con sus jugos que prometían una tarde de placer.

Rápidamente llegamos al motel y en el estacionamiento nos comimos a besos para después meternos a la habitación. Trate de no perder la calma ya que mi intención era tomarle fotos desde el primer momento y un video donde se viera como me la cogía, para poder tener un recuerdo de ese hermoso día, así que me contuve y empecé a besarla muy suavecito, muy lentamente empecé por sus labios carnosos, bese su cuello y solamente respiraba agitada, profunda y entrecortadamente, luego me dirigí al inicio de sus senos y ahí me detuve le dije que le tomaría muchas fotos para que jamás se me olvidará cuando tuve el privilegio de estar con una diosa, me sonrió y me dijo que sí que tomara las que quisiera, así que de inmediato me puse manos a la obra, le saque los senos y si le tomé varias fotos y mientras lo metía a mi boca y se lo mamaba le saque muchas más.

Le quite la blusa suave y sin prisa mientras fotografiaba cada parte de su cuerpo y por supuesto mamaba, chupaba cada poro de sus senos y sus pezones. Me tome el tiempo necesario para que el deseo en ella fuera de locura, de tal forma que con sus manos se agarraba la chichi y la ponía en mi boca como si fuera su bebe, yo lo disfrutaba mucho, después me dedique a darle besos en su vientre de mujer adorable, quite, le fui bajando el pantalón y la deje únicamente con esa pantaletita que desde que la vi la había notado, era pequeñita, con un diminuto hilo que se le metía en ese precioso culo, hice de lado su tanguita y cuando vi su vagina le pase mi lengua por sus pliegues y pude saborear esos jugos que salían a grandes cantidades, le chupe todo y me bebí cada gota de sus líquidos que me sabían a gloria. Le dedique mucho tiempo mientras que por supuesto sacaba mis fotos.

Bese su abdomen y baje de nuevo a su rica y depilada vagina, la cual me la devoré sin pensarlo, pero esta vez me detuve mucho tiempo en el clítoris, lo frote con mi lengua, metí un dedo en su vagina que estaba muy húmeda, mientras ella se retorcía en la cama le dedique más de una hora a su panocha y aunque hubiera sido mucho tiempo a mi me pareció más bien un minuto.

Hasta que llegó el momento en que ella me dijo: quiero tu verga, quiero sentir tu verga. Ella estaba desnuda con sólo su pantaletita pero yo aún tenía la ropa puesta. La levanté de la cama pues quería abrazarla y estando parado me sería más fácil quitarse la ropa. Le dije: “ven aquí” y diciendo esto comenzó a besarme y yo poco a poco comencé a acariciarla.

Sus manos se fueron a mi verga mientras que mis manos se fueron a su delgada cintura. Su besos eran ardientes llenos de lujuria y de deseo una de mis manos bajó hasta su culo y la otra comenzó a acariciar sus pechos mientras que ella había conseguido desabrocharme el cinturón y bajar mi pantalón por lo que mi polla estaba erecta y levantaba mi bóxer.

Entonces F dejó de besarme para ponerse de rodillas y comenzar a chuparme la verga mientras que con sus manos jugaba con mis testículos. A ratos comenzaba a chuparme los huevos mientras que me miraba y movía mi polla de arriba a abajo. Yo desde arriba la veía con esa cara de niña, de niña putita que me había puesto cachondo durante tanto tiempo y que ahora se había metido en mi alma, en mi cuerpo, en mi ser… ahora hasta blogs le dedicaba... Ya me tenía muy cachondo, a punto de venirme así que me separé de ella y le di la mano para que se levantara.

La acosté de nuevo en la cama y no pude evitar volver a lamer su panocha, su clítoris y su culo. Después me acerque a ella ya desnudo, me pare frente a ella y le puse mi verga junto a su cara y le dije “mételo a la boca amor y chúpalo” no se lo dije dos veces lo tomo entre sus manos y lo chupo de nuevo, lo lamió lo beso y se lo pasó por la cara mientras repetía “me encanta tu verga, me encanta.”

La recosté suavemente y le puse la punta de mi verga en la entrada de su vagina empapada, y se la empecé a meter, se arqueo por el placer diciendo -mmmm, qué delicia,- no le conteste ya que tenía en la boca su seno, la bese en los labios y se la empuje a lo que ella dio en leve grito de placer, le pregunté si quería que se la sacara y ella respondió enredándome sus piernas en la espalda ya no lo pensé más y se la metí entera más y más fuerte cada vez.

Después me frené y la empecé a coger suave, sin prisa ya la tenía empalmada así que nada ni nadie podía impedir que me la siguiera cogiendo. La cogí y la cogí hasta que empezó a quejarse como una gatita, me besaba con locura y yo le respondía con el mismo fuego, hasta que explotó y me araño fuertemente mientras gemía de placer… El primer orgasmo de esta tarde, el primero de muchos que tendría a mi lado, así que no quise quedar mal y le inunde la vagina de mi leche, sentía que eran chorros los que me salían.

No podía dejar de besarle la panocha por lo que me salí de ella y comencé a bajar, besando todas las partes del cuerpo: las tetas, la cintura, los pezones. Baje de nuevo a su clítoris, hice taquito mi lengua y lo envolví con ella. Era como si mi lengua fuera una mano y su clítoris un pene y lo estuviera masturbando.

F no tardó en responder y comenzó a gemir de nuevo. Le di vuelta y besé sus nalgas y su ano. La moví de tal manera que sus nalgas quedaran paradas a la orilla de la cama y su cabeza clavada en la cama lo que me ofrecía un excelente espectáculo de su panocha y ano. Bese su panocha y su ano y metí la punta de mi dedo. Me dijo que nunca lo había hecho por ahí. Le dije que esta vez no lo haríamos por ahí pero la siguiente le enseñaría todos los placeres del sexo anal. Se relajó y me dejo meterle no uno, sino tres dedos y lo disfruto mucho.

Por supuesto desde hacía mucho rato mi verga ya estaba bien parada, se la acerque y puntee su ano varias veces. F gemía por lo que me puso a mil y estuve a punto de hacerle sexo anal, pero le había dicho que no y preferí guardar su anito para la siguiente ocasión. Bajé mi verga hasta su vagina y de golpe se la dejé ir.

Ya para ese momento F había tenido varios orgasmos. Me la cogí de a perrito durante un buen rato, se vino varias veces y yo en una de esas me vine con ella también. Se fue bajando de a poco y yo atrás de ella, sin salirme. Acaricie su cuerpo estando encima de ella, toqué su cintura, sus piernas. La acosté de lado y la abracé por detrás, de a “cucharita” mientras acariciaba su cara, sus senos, su panocha. Y de nueva cuenta mi verga se levantó y no la hice esperar se la volví a meter, así como estábamos, de a cucharita. Después levanté las piernas por encima de mi hombro y me la cogí así, piernas al hombro, de lado, y en todas las posiciones que puedan imaginarse, hasta que la verga me dolía.

Se subió en mi y se lo volvió a meter hasta que tuvo un orgasmo, entonces bajó y se bajó y comenzó a mamarme la verga mientras acariciaba mis huevos, le pedí que me lo mamara suave y así lo hizo. Cuando estaba a punto de venirme le avisé pero no se quitó, siguió mamándome hasta que me vine en su boca. Como era la tercera vez mi leche no salió ni tan fuerte ni tan abundante, cosa que F sabía. Nos bañamos mientras nos acariciamos, nos vestimos y la fui a dejar al mismo lugar en que la recogí.

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