Me estaba volviendo a correr, soltando pequeños chorros de mi vagina sobre mi sobrino, líquido que luego lamía y depositaba entre mis labios empapándolos aún más al pasar su legua sobre ellos y volviendo a meter en su boca mi clítoris succionándolo
La cruda realidad me estalló en la cara cuando el día después de mi cirugía en ambas manos fui plenamente consciente que durante al menos varias semanas estaría sin manos. Si, literalmente sin manos. No podía hacer absolutamente nada sin mis dos preciadas manos. Ni comer, ni rascarme la nariz, ni
Mi madre es lesbiana. Dice que siempre lo ha sido y que nunca tuvo ningún interés en ningún chico, ni siquiera en la adolescencia cuando tenía las hormonas en plena ebullición. Es una persona encantadora; es buena, atenta y justa, pero, a pesar de ello, mis supuestos abuelos no tuvieron ningún