Cuando en verdad le fui infiel a mi esposo
— Dime que no te gustaría mamar esta hermosa polla y te dejo ir. Continúa lamiéndosela, mamándosela. Me acerco arrodillándome. Alcira se la empieza a chupar por un costado dejándome a mi posar mis labios en su glande y suavemente metérmelo a la boca.